Las Aventuras de Lupita capitulo 11

Las Aventuras de Lupita capitulo 11
Las aventuras de Lupita capitulo 11
Por fin, después de muchos empujones, llegaron las nenas a un puesto donde vendían bebidas preparadas y cerveza en vasos desechables, –-Buenas noches, dijo Claudia al llegar a la barra dándole una media sonrisa coqueta al primero de los cantineros, haciendo que este se pusiera nervioso al tener ante él a dos esculturales nenas, que al estar de frente a él podía apreciar los grandes escotazos de sus vestimentas, dejando los dos pares de redondos senos a tan solo un metro de donde él estaba al otro lado de la barra.
Los ojos le bailaron de un lado a otro, por una parte no quería ser muy obvio en su mirada de recreársela en esos dos pares de redondos senos, pero era imposible no perderse en esos escotazos, que parecía que luchaban por no permitir que escaparan de sus dominios los dos pares de mamables pechos de las chicas.
–-Buu buu eenaass noo noo chee cheess see see ñoo ri ri taass, tartamudeó el cantinero, quien era un chico con unos kilos de más, de lentes de aumento y no muy experto en cuestiones de chicas hermosas.
Claudia no pudo reprimir una risita divertida volteando a ver a Lupe y llevándose la mano a la boca para sofocar la risa al ver al cantinero tan nervioso y rojo de la cara.
–-Ya Clau no te rías, no ves que ya se dio cuenta el muchacho y lo pones más nervioso, él está trabajando ya no te rías, Lupita siempre tan solidaria con las personas débiles.
Lupe al ser una chica que no era burlona ni mala onda le dijo al muchacho, el cual tenía una cara como diciendo trágame tierra, –-por favor nos das dos refrescos de cola
–-Si ,si se se ñoño rita pe permíítatamee.
Y dirigiéndose el torpe cantinero a su compañero que seguía picando hielo en cuclillas le dijo: –-oyee daa dame hieeelo en en estoos vasos.
–-Puta madre gordo ¿qué no te puedes esperar a que lo ponga ya todo picado en la hielera?, le contesto todo mal humorado por el pesado trabajo que estaba haciendo.
El gordo no le contesto nada sólo le hizo señas con la cara, señalándole con movimientos de cejas hacia las chicas.
Éste se levantó de estar encuclillado picando el hielo y lo primero que vio fue el angelical y bellísimo rostro de niña de Lupita, con esos grandes ojos verdes, para enseguida notar los bien formados y redondos senos de la nena, posando su mirada por unos 5 o 6 segundos en esos dos maravillosos senos duros de la chica.
–-Qué andan haciendo tan lindas chicas y tan solas por esta feria, les dijo el segundo cantinero a las dos nenas.
–-Paseando, le dijo Claudia o qué ¿no podemos? Ya tenemos 18 años cumplidos y hacemos lo que queramos si?
Y a continuación le preguntó, sonriéndole sensualmente –- ¿ya están nuestras bebidas?
–- ¿Las bebidas? dijo el chico –-ah si las sodas… apúrate he gordo con las bebidas de las señoritas.
–-Aquí tienen hermosas damas sus refrescos, no se preocupen no es nada la casa paga, para nosotros es un honor que nos vengan a consumir a nuestro negocio.
–-Gracias, gracias dijeron las dos chicas y con su cadencioso andar se fueron adentrando de nuevo en el barullo de la feria bebiendo sus refrescos.
Mientras tanto en otro lugar de la feria, no muy lejos de donde andaban las ricas nenas, se oía la voz aguardentosa del cojo Juan.
–-Pero qué culoooooo…qué buen culo mamita!!, le decía a unas adolescentes que tuvieron la mala suerte de pasar cerca de donde estaba el degenerado, que andaba dando vueltas junto con el maestro Tulio viendo la multitud de muchachas que había en la feria.
Las nenas, en respuesta al vulgar y sucio piropo, le dirigieron una mirada mezcla de temor, asco y desprecio, acelerando el paso para alejarse del par de viejos pervertidos, alcanzando éstos a oír que una le gritaba al cojo Juan –-viejo cerdo, Jorobado, repugnante!!, causando la risa de los dos viejos pervertidos.
–- Desgraciado Juan, qué putañero eres con las pendejas, yo nada más me conformo con verlas y recrearme la vista, estas lindas colegialas están muy lejos de nuestro alcance.
–-Si maestro lo sé, pero qué más da decirles lo ricas que están si ya se también que estas pulgas no brincan en nuestro petate, somos demasiados viejos para estas linduras. Mientras tanto las chicas cerca de allí…
–-Qué bueno esta todo el ambiente! ¿ya ves tonta? y tú que no querías venir, poniendo a tu mama de pretexto, de lo que te ibas a perder.
Lupita pensaba en sus adentros "si de lo que me iba a perder, primero la manoseada que me dieron en la fila, y para rematar el espectáculo que les dimos a los cargadores en el puente, si de haber sabido que pasaría todo esto mejor me quedo en mi casa"(y lo que falta todavía preciosa que eso no es todo).
–-Heyy qué te pasa? ¿Por qué te quedas callada?
–-No, por nada, es que pensaba que tienes razón amiga, ya estamos aquí hay que divertirnos qué caray sólo se es joven una vez.
–-Así se habla nena! ya era hora de que despertaras de ese letargo de monja que era un obstáculo en tu vida, mira déjame ir al baño que ya me anda, espérame allá en donde están montando el toro mecánico y regreso en unos 10 minutos.
–-Ok Clau allá te espero, no te tardes.
Mientras tanto el Jorobado y el profesor llegaron a uno de los varios puestos donde vendían cerveza y licor preparado, mientras el profesor Tulio hacía fila para pagar en la caja, el cojo Juan le daba un sorbo a la cerveza y veía todo el barullo de la multitud de gente de todas las edades que iban y venían.
Cuando de pronto la vio y los ojos se le abrieron como dos platos al degenerado por la sorpresa, se quedó como absorto viéndola como a unos 15 metros de él, Lupita caminaba con la cabeza agachada como viendo hacia el suelo, esto porque los machos con los que se cruzaba le decían obsenidades y media y ella trataba de poner oídos sordos a toda las peladeces que le decían, algunos se acercaban a su cara tanto que parecía que le iban a dar un beso, pero no, sólo era para decirle piropos subidos de tono pegados a su oreja.
El cojo se llevó ambas manos a los ojos y como no creyendo lo que sus ojos veían se los tallaba con las manos, para enseguida dirigir la mirada a donde caminaba Lupita quien, con un cadencioso andar de caderas, movía las soberbias nalgotas y pensaba el viejo ya emocionado:
–- Tiene que ser ella, esas nalgotas yo las conozco, tiene que ser ella, se volvía a repetir; nunca ni en sus mas remotos sueños hubiese imaginado que la vería ahí en la feria y al parecer, para su buena suerte, creía que andaba sola, el viejo sentía que ese día la suerte estaba de su lado.
El viejo reaccionó cuando el profesor Tulio lo saco de sus pensamientos diciéndole: que pasa Juan. –-Ufffff… ufffffffff .. ma… ma… maestro, no me va a creer a quien acabo de ver que pasó y solita.
–-A quien Juan ya suéltala no la hagas cardiaca.
–-A la… Lupita… maestro, la vi que pasó sola caminando dirigiéndose hacia allá, señalándole con la mano la dirección, Lentamente un carro alegórico se fue moviendo y como si viera el viejo una visión celestial por fin la localizo, la jovencita estaba pagando a un vendedor de fresas con crema, sus bellos ojos veían con alegría el rico postre que había comprado, el viejo le leyó los labios cuando dio las gracias al vendedor y le regalo una sonrisa con esos carnosos labios y lentamente se dirigió con su rico movimiento cadencioso de nalgas hacia donde estaba el toro mecánico, lugar donde había quedado de verse con Claudia que había ido al baño.
El viejo Tulio estaba cautivado viendo ese culazo que, al retirarse su dueña, lo movía en forma bastante provocativa, como incitando a que los machos se lo tocaran, con esa redondez perfecta de su cola, haciendo la jovencita, perder la cabeza a mas de uno incluyendo al viejo Tulio
–-Tenías razón… vi a la hembrita boludo, no era una visión la que viste, y no jodas está más buenota la condenada… estoy con lo que me platicaste que te la cogiste, y al verla hoy vestida con esa poca ropa enseñando casi las nalgas y las tetas, me entraron unas ganas de meterle la verga hasta por las orejas, pero cuando casi la alcanzaba se me perdió de vista y estoy que me lleva la exitacion Juan.
–-Calma… calma profesor, a esa pollita la vamos a rastrear en toda la feria y la vamos a encontrar, así sea lo último que hagamos.
–-Salud Juan, ahora nos tomamos esta cerveza y nos vamos a buscarla hasta por debajo de las piedras.
Lupita se puso a esperar a Claudia sintiendo que ya había tardado más de los 10 minutos. Acabó de comerse sus fresas con crema y volteando hacia todos lados buscó un bote de basura para depositar la caja y unas servilletas que usó, Con una mano en su mentón la nena pensaba "bueno y en dónde están los botes de basura", ella por su pulcra limpieza y educación era incapaz de dejar la basura al piso y acercándose a una señora que tenía un carrito de venta de dulces le preguntó por los depósitos de basura.
–-Allá muchacha en donde están esos andamios desarmados, señalándole la señora, hay una vereda y como a unos 30 metros está un depósito general.
–-Gracias señora, muy amable; y hacia allá se dirigió la confiada chica, notando según se adentraba a esa zona que le dijo la señora, que el lugar estaba casi en penumbras y que casi no pasaba nadie por ahí, por el camino notó que estaban estacionados varias casas rodantes, de los empleados de la feria distribuidos por todo el terreno.
Sus hermosos ojos verdes poco a poco se habituaron a la oscuridad, , viendo que no le quedaba otra cosa que hacer más que esperar, poniendo sus brazos sobre la estructura, inclinó su cuerpo en escuadra y su cabeza sobre sus manos subiendo una de sus piernas sobre una piedra que estaba en el piso, haciendo que la mini se le subiera un poco dejando ver esa torneada piernota un poco mas arriba, a continuación al descansar su cabeza y sus hombros, arqueó la espalda sobresaliendo aún más ese gran trasero, marcando aún más la curvatura de sus firmes y redondos glúteos lo que la hacía ver muy deseable.
Todo esto confiada porque pensó que nadie la veía en ese solitario lugar, sólo que estaba equivocada, 4 pares de ojos que estaban ya habituados a la oscuridad detrás de ella a unos 8 metros, en la parte todavía más oscura, ocultos, la miraban atentamente, casi sin parpadear, con lujuria y deseo.
La nena de repente se levantó de su posición estirando los brazos hacia arriba y bostezando, volteando a ver a sus espaldas, dando un grito de espanto al ver a 4 asquerosos y desarrapados viejos muy cerca de ella a tan solo un metro, todos ellos con una edad promedio no menos de 58 años, barrigones, arrugados y todos andrajosos y sucios por común denominador, la chica retrocedió unos pasos alertada por la presencia de los cuatro viejos.
–-Hay Dios mío pero que susto me acaban de dar, no los oí acercarse- dijo la jovencita a los viejos que estaban fascinados con ese par de nalgas de concurso y veían con lujuria como se traslucía el sexy bikini de la nena.
Estos viejos estaban vestidos con ese tipo de overoles de mezclilla que son pantalón abajo y arriba sólo unos tirantes al hombro, estos señores eran mecánicos que se encargaban de armar los juegos de la feria y al estar todo funcionando bien se dedicaban a dar vueltas en la feria y a beber cerveza en cantidades industriales.
Todo lo opuesto de Lupita que era una nenita con una imagen limpia, fina, delicada, joven y muy hermosa, sin el más mínimo asomo de vulgaridad, además de noble y de buenos sentimientos de ella emanaba siempre un agradable olor a pulcra limpieza.
A Lupe esos hombres le resultaba un repugnantes de aspecto pero no dejo ver su rechazo hacia los viejos, disimuló el asco que le daban, el viejo no le contesto a la jovencita, estaba extasiado viendo el despampanante y juvenil cuerpo de la colegiala, la recorría de arriba abajo con la mirada y no disimulaba su morbo, deteniendo su vista en el escote del pecho donde se mostraban obscenamente sus manoseables pechos que parecían desbordarse por el generoso escote, firmes, redondos como unos limones y con unos delicados pezones que se marcaban claramente sobre la delgada tela de la blusa, y las piernotas de la chica que sobre salían por debajo de la corta minifalda, Lupe se había dado vuelta y estaba de frente a ellos.
Y después de un silencio que a la colegiala se le hizo eterno por fin hablo el viejo con una voz aguardentosa le dijo.
–-¿qué anda haciendo una nena tan rica por aquí solita?
Ella tratando de dominar su incomodidad por las descaradas miradas dijo:
–-Discúlpeme señor estoy esperando a mi compañera que fue al baño.
La nena tratando de no dejar ver su creciente nerviosismo se agarraba su lacio y sedoso cabello que le caía de lado tapándole permanentemente muy sensualmente uno de sus bellos ojos verdes y se lo hacía para arriba solo para que en un momento volviera a caer de nuevo en su ojo izquierdo.
Su voz sonó para los viejos dulce e inocente y lo que le gusto al viejo es ese trato de "usted" signo inequívoco de temor y respeto sin duda la cosa iba por buen camino.
Don Pedro notaba que la colegiala tenía ese angelical y hermoso rostro de niña inocente ya que no le embarnecía su faz todavía, pero su cuerpo mostraba los atributos y las redondeces de una exuberante mujer y pensaba -mira nada más qué jovencita tan sabrosa me vino a caer.
El viejo tomando las cosas con calma tomo su lata de cerveza que llevaba en la mano le dio un trago y tiro la lata vacía al piso dando al mismo tiempo un asqueroso eructo y llevándose la percudida camisa a la boca para limpiársela.
Lupita hizo un gran esfuerzo para reprimir las arcadas de asco que le venían, todo era demasiado asqueroso para su pulcra educación y limpieza.
A continuación el viejo destapando otra lata le pregunto. -Cómo te llamas ricura.
–-Cof...cof…Lupe señor… Lupita, tosía la nena tratando de reprimir las arcadas de asco que le venían.
–-Uumm, bonito nombre para una nena tan rica, yo soy Pedro Ventura mamita.
Ella sentía que el ambiente se volvía cada vez mas pesado y queriéndose despedir y salir de ahí le dijo al viejo.
–-Buuuenoo don Pedro fue un placer conocerle, me tengo que ir a buscar a mi amiga.
Pero el viejo no estaba dispuesto a dejarla ir así de fácil nada más, con su enorme experiencia en mujeres ya había detectado en Lupe a una nenita ingenua, inocente una presa que no iba a dejar escapar así de fácil nada más y máxime que llevaba meses sin tocar a una mujer, esto porque era un viejo feo, asqueroso y muy prepotente y todas las muchachas lo rechazaban.
-De estas mamazotas no me caen todo los días tengo que llevármela allá atrás y meterle la verga, a esta pendeja que esta que se cae de buenota, pensaba el viejo .
Y mientras la chica se volteo para tomar su bolso y retirarse, el viejo movió su seboso cuerpo cerrándole el paso a la chica y diciéndole.
–-Por qué te vas ricura si la noche es joven y podemos pasarla bien divirtiéndonos, conozco un lugar donde se ve una vista espectacular de la ciudad halla detrás de los campers si quieres vamos y lo compruebas por ti misma mi reina.
Ante las mirada morbosa de don Pedro que no apartaba la vista de las redondeces de ese manoseable cuerpo que a estas alturas sentía como lo enardecía de deseo solo que se contenía porque quería ir a la segura , llevar a la colegiala a un paraje mas alejado y solitario y hacer de las suyas.
La veía esperando ansioso su respuesta y como también la brisa nocturna le revolvía el cabello haciéndola ver más sensual.
–-¿Entonces qué mi reina? ¿vamos allá donde te dije? vas a ver que bonita se ve la ciudad.
Ella notaba claramente cómo el viejo hacía esfuerzos para mantener la compostura, la desnudaba con la mirada y sentía como si la toqueteara con los ojos el degenerado.
–-Eeesteeee no lo creo seeññorr, mi amiiigaa vendráá pronto poor mi y sii no me encuentra me buscaráá con la policía.
Toda nerviosa le dijo y esperando una reacción violenta del viejo, pero no, para su buena suerte no pasó nada, el viejo le dijo.
–-Ok reina si no quieres no, pero por lo menos brinda con nosotros y te vas, ¡no nos vas a despreciar!-- extendiéndole el viejo una lata de cerveza.
–-Hay don Pedro, qué pena con usted… pero… yo no bebo.
–-Ok dijo el viejo no hay problema, ya vi que no quieres, no insistiré más mi reina.
-Bueno don Pedro ahora si me retiro, muchas gracias por todo.
–-Pero porque insistes en irte mamacita no puedes ser tan descortés, nos hemos portado bien contigo, le decía el viejo con la cara muy seria y en un tono intimidatorio como regañando a la escultural jovencita.
El degenerado sentía un enorme deseo que apenas y podía contener, de saborear esas exuberantes carnes de la adolescente, de mamarle esos turgentes senos sin años encima, de besar esos gruesos y deliciosos labios, de acariciar esos muslos y el perfecto y redondo trasero de la jovencita.
Ella sintió como si el viejo le estuviera haciendo una radiografía, como si ese cerdo se la estuviera imaginando ya desnuda, eso hizo que sintiera en la cara un calorcillo de vergüenza y tuvo que bajar la mirada avergonzada.
El viejo, viéndole descaradamente y morbosamente los redondos senos, le dijo autoritariamente
–-De ninguna manera mamacita, nos tienes que acompañar hasta que se acabe la cerveza.
Ella, resignada, aceptó y pensaba nada más que acaben estos viejos la cerveza me voy de este solitario y horrible lugar, la culpa la tengo yo, quién me manda a meterme aquí, si Claudia me dijo que la esperara allá en el toro.
Y volviendo la vista a la pista veía con alegría como las parejas bailaban animadamente, olvidándose por un momento de su precaria situación, volteándose y dándoles la espalda a los viejos, quienes se regodeaban con las redondas y duras nalgotas y cómo se marcaba por sobre la delgada tela de la mini blanca el sensual y muy femenino bikini negro de encajes entallado que se amoldaba perfectamente en esas protuberantes y portentosas nalgas, con extraordinaria claridad se le traslucía todo, su bien formado trasero era una verdadera invitación al pecado, los viejos miraban con insistente procacidad sus enormes y deliciosas nalgas.
En eso oyó la aguardentosa voz del viejo diciéndole.
–-Mamita ven para acá, ¿por qué no bailamos?- le propuso tendenciosamente don Pedro con cara de emoción.
–-¿Que pasó mi reina? si es sólo un baile, nada más- y presionándola le dijo tajantemente – mira muñequita he sido tolerante contigo pero mi paciencia tiene límites y no querrás conocerme enojado.
–-Estaa biiieeen don Pedro bailaré con uusteed - dijo la nena toda tensa con la cara agachada y quedándose ahí parada esperando que el viejo tomara la iniciativa.
El rostro del horrible viejo no disimulaba el torbellino de pecaminosos deseos que le bullían en la mente –-je je je je vas a ver palomita qué rico lo pasaremos.
El viejo, no pudiendo esperar más para sentir ese cuerpo de infarto, tomó las manos de la nena y las pasó sobre sus hombros mientras que él dirigió sus manos a la desnuda, al aire y sexy cintura de la colegiala; al poner las sucias y rasposas palmas de las manos sobre la suave piel de la chica sintió lo pequeña y perfecta que tenía esa parte de su anatomía, el tacto de sus manos directamente con su tersa y desnuda piel de la jovencita hizo estragos en el degenerado, calentándolo aún más, pudo comprobar la suavidad y tersidad de su juvenil piel propia sólo de una jovencita.
La atrajo contra su cuerpo toscamente, pegándola a él, la nena era un manojo de nervios, la deliciosa proximidad de la niña produjo en él un efecto inmediato y su verga empezó a levantarse.
Ella, con asco, comenzó a sentir en su entrepierna ese miembro duro y caliente y así pegados como si fueran dos enamorados comenzaron a danzar suavemente al ritmo de las lentas baladas que se tocaban desde la zona del toro mecánico.
El viejo, sin dejar de verle descaradamente los redondos senos por tenerlos tan cerca, le pregunto por precaución, porque la nena tenia pinta de ser menor y no quiera más problemas con la justicia.
–-¿y cuántos años tienes? mamacita.
–-18 señor, le respondió con una voz temblorosa, esto por que el viejo sin ningún disimulo le repellaba en su entrepierna su empalmada verga.
La bella adolescente se sentía muy incómoda por las descaradas repelladas del vejete a su entrepierna con esa empalmada verga, no sabía que hacer ni cómo actuar ante semejante situación bochornosa, con una creciente timidez intentaba fingir que no se daba cuenta de la acción abusiva del vejete.
Por momentos el viejo la apretujaba más contra él queriendo que esas embriagadores sensaciones que lo desquiciaban no terminaran, su voz se hizo temblorosa y ronca, era evidente que apenas podía contener su emoción.
–-Qué rica estás mamacita, eres un sueño inalcanzable, de seguro todos los machos se le para la verga de solo verte,- le decía, a la par que le daba una asquerosa lamida a la mejilla de la chiquilla.
La chica respondió a esto con una mueca de repugnancia a las ves que suplicaba.
–-Por favor… Don Pedro, me ahoga, por favor… no me apriete tanto- pero el viejo lejos de hacer caso, la apretaba más contra él mientras le acariciaba con esas manos peladas el breve talle de Lupita, el viejo a pesar de la abrumadora calentura que sentía, tomaba las cosas con calma, disfrutando cada segundo de ese delicioso momento y siguió con sus caricias en la cintura y la espalda desnuda, haciendo que a la chica le dieran cosquillitas en su sensible piel.
EN EL PROXIMO CAPITULO NUESTRA LUPITA UNA VEZ MAS DEMOSTRARA QUE EN EL SEXO NO HAY EDADES SOLO DISFRUTAR EL MOMENTO.

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