Mi vecina gimiendo otra vez

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Son las 11:22 pm y los gemidos de mi vecina no me dejan dormir. Parece que se la están cogiendo bien. Que ganas de ser ella. 
Me levanto de mi cama y cojo todo lo necesario para darme placer. Una falda roja, finas medias de rejilla, tacones de aguja y un pequeño tanga de hilo. Me gusta sentirme como una puta cuando me doy placer.
Me siento en la cama, comienzo a tocar mis tetas mis pezones ya muy duros, que rico se siente apretar mis pezones, hace que me moje mucho más. 
Mi vecina sigue gimiendo, me abro de piernas todo lo que puedo y despacio llevo mi mano hacia abajo metiéndola en mi falda, y colocando mi mano abierta sobre mi vagina. Comienzo a masajear mi clitoris hinchado, rozo mi vagina por encima de mi tanga que ya está completamente mojado y metido entre mi culo. Cierro los ojos, y disfruto. Mi vagina comienza a palpitar. Mis labios están cada vez más abiertos queriendo ser penetrados.
No lo soporto más, necesito follarme. Rompo mis medias, con una de mis manos aparto mi tanga, junto dos de mis dedos y con fuerza los empujo hasta que me llegan muy dentro. Comienzo a gemir prácticamente al unísono con mi vecina, muerdo mis labios de tanto placer, el sonido de mis dedos penetrandome me calientan más. - Qué puta soy! Soy una zorra, una guarra, una cerda, una perra en celo. Lo único que merezco es que me den pollazos en la cara y me dejen la cara bañada de leche.
Me siento genial, me gusta sentirme así, sentirme follada pero necesito sentir la fuerza, sentir el desgarro, sentir el dolor, sentir que me follan sin pensar en mí, quiero sentirme usada. Me quito la falda, quedando solo en tanga y medias. Me tiro al suelo desesperada, me siento como una perra. No puedo evitar ponerme en cuatro me froto el coño, con una mano y me meto el dildo, comienzo a follarme. Ahora mismo, veo el cielo. Quiero estar siempre así, empotrada, penetrada, unida a un macho.- Ummm. Fóllame! Esta noche quiero ser tu hembra, tu perra y tu puta.- 
Pongo el dildo de pie en el suelo. -Voy a ser tu puta esta noche.- Me levanto y de cuclillas, lentamente me dejo caer, sentándome encima, siento como me abre y me encanta, se siente como la polla de un macho de un señor maduro de esos que me azotan mientras me follan duro. Ya está dentro, ha entrado por completo dentro de mí como una puta, porque es lo que soy, soy una sucia puta perra en celo. Vuelvo a follarme, me levanto y me dejo caer, una y otra vez mientras mi coño es follado. No lo puedo aguantar, la excitación se adueña de mí. Con la polla dentro, me pongo a cuatro patas mientras me sigo follando, mi squirt cae por mis piernas. Me siento sucia, me siento perra, me siento inútil.
Saco el dildo de mi coño, lo rozo por mis pechos, y la llevo hasta mi boca. Comienzo a hacerle una felación. Lo recorro de arriba abajo con la lengua, el sabor es indescriptible, sabe a sucio, a perra y a pasión. Me la meto dentro de la boca y chupo con fuerza. Froto fuerte mi coño, con muchas ansias estimulo mi clítoris, no lo puedo aguantar y me corro. Comienza a salir, comienzo a correrme, a mojarme entera. Un charco se forma en el suelo y yo caigo rendida.

4 comentários - Mi vecina gimiendo otra vez

Una intensidad incomparable en el gozo más entregado. Cerdamente sublime.