Yo... la mas puta de todas - 1 de 6 -

Primero, todas las entregas de los mejores post


http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa---parte-1-de-3-.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4389002/Mi-amada-esposa---parte-2-de-3-.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4436535/Mi-amada-esposa---parte-3-de-3.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4802856/Mi-amada-esposa-parte-4.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4802863/Mi-amada-esposa---parte-5.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4868469/Mi-amada-esposa---parte-6.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4896522/Mi-amada-esposa---parte-7.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4905961/Mi-amada-esposa---parte-8.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4915721/Mi-amada-esposa---parte-9.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4956318/Mi-amada-esposa---parte-10.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4965835/Mi-amada-esposa---parte-11.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4974651/Mi-amada-esposa---parte-12.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4985411/Mi-amada-esposa---parte-13.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4991203/Mi-amada-esposa---parte-14.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5001091/Mi-amada-esposa---parte-15.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5030636/Mi-amada-esposa---parte-16.html

Como siempre, podes escribirnos a dulces.placeres@live.com, te leemos

YO… LA MAS PUTA DE TODAS…

PARTE 1





Es así como me llamaban mis amigas, bueno, más que amigas, conocidas envidiosas, porque no toleraban que pudiera vivir mi sexualidad con la misma moral que la vive un hombre, y qué? cual era el problema? Me gustan las vergas, más grandes, mejor, las palabras de quienes me juzgan… pues me las meto en el culo…

Así que les contaré un poco de mi vida, haciendo foco en especial de la forma que teniendo todo, por puta, me quedé sin nada, después ustedes juzgarán…



Mi nombre, Paola, estoy llegando a los treinta, tuve muchos hombres en mi vida, soy muy sexual, y me gusta ser complaciente, digamos que mucho de mi placer pasa por ser sumisa con mi hombre, me excita verlo caliente, y hago cualquier cosa por lograrlo.

Soy alta, de rostro delgado y cabellos castaños a media espalda, de ojos almendra, nariz un poco prominente y labios carnosos, delgada, de bellas piernas, de ir de frente, sin pelos en la lengua, un defecto? mis pechos, casi no tengo tetas, en fin, una virtud? mi cola, tengo cola de esas para filmar una película pornográfica, sin dudas, lo mejor de mi…



A los veinte ya había decidido algo, en la intimidad no llamaría a ningún hombre por su nombre, solo le diría ‘papi’, después de un par de veces de estar con alguien en la cama y llamarlo por otro nombre, es que bueno, una puede equivocarse, cierto? No era lindo estar cogiendo con Juan y en el mejor momento decirle Pedro, así que nada de nombres, ‘papi’ para todos…



A los veinticinco me casaría, Alberto, un niño rico, de padres ricos, con demasiado dinero, era lo que buscaba, pegarme a alguien que me asegurara el futuro, al firmar los papeles, la mitad de lo suyo sería mío, y puede sonar a interesada, si, cierto, porque negarlo.

Sabía desde el principio que estaría con el solo por su dinero, en la cama era bastante mediocre, digamos, entre cero y diez, le pondría un cinco, por más que se esmerara, y en verdad lo hacía, el jamás me cogería como otros que me habían cogido, jamás estaría a mi altura, pero no me quejo, sabía que iba a serle infiel en la primera de cambio, los hombres estaban en mi camino, en mi naturaleza.

Lo mío puede resultar muy frío, muy calculador, cierto, no me preocupa admitirlo, si por una buena chupada podía tener a Alberto bajo control y con eso todo el dinero que tenía, bueno, esa era yo…



Ya le había metido los cuernos un par de veces, él era muy ingenuo para darse cuenta, vivía en una burbuja, en un mundo de príncipes y princesas…



Tiempo atrás empecé a ir al gimnasio, a hacer fitness, a marcar mi cuerpo y sacar más cola, por si me hiciera falta, ja! fui a hacer pesas, un tanto por eso, otro tanto para que los chicos del gym me miren, es que se me hace muy sexi cuando me miran, siento el deseo de los hombres sobre mi cuerpo, y yo me visto para ellos, para que me desvistan con la mirada.



Y de esas primeras clases en máquinas para musculación, agregué clases nocturnas de bailes de zumba.

Roberto Carlos era el profesor, brasileño de origen, argentino por opción, un moreno alto, de casi dos metros, musculoso, piel bronceada, con numerosos tatuajes, de cabellos oscuros y ojos negros como la noche, con ese perfil de macho recio, de esos que dejan bien parado al sexo masculino.

Movía las caderas al compás de la música como pocos, diablos… solía usar musculosas caladas las cuales se pegaban a su cuerpo producto de la transpiración, y pantalones holgados que no impedían adivinar algo demasiado generoso entre sus piernas, algo que era evidente y motivo de comentarios de las chicas.



Y en ese entorno, ese moreno se había transformado en el premio codiciado, quien sería la afortunada en llevárselo a la cama, y ese desafío se me hacía demasiado difícil de evitar, ese era mi juego, el que me gustaba, porque quería que él me eligiera por el resto de todas…

Y sabíamos algo más, Roberto Carlos era casado, padre de familia, y yo estaba dispuesta a ser infiel, pero no sabíamos que opinaba el, porque él hablaba muy bien de su esposa y sus hijos, así que bueno, solo me quedaba averiguarlo…

Es que ese mulato me podía, no podía mirarlo sin deseo, quería que fuera mío a como diera lugar…



Tracé mi plan de seducción, en esta competencia valían todas las armas, y yo no dudaría en usarlas para conseguir el premio, una mujer sabe que cartas jugar, desde las miradas, las palabras, los gestos, y hasta la vestimenta, porque si de puta se trataba, en esos días no había quien me ganara…

Llegaron mis peinados en cola de caballo, mis labios pintados, dejé de lado las largas remeras para pasar a pequeños top de gimnasia, tangas de infarto bajo short blancos de licra, de esos que se transparentan y como dije al principio, solo para resaltar mi culo pornográfico, empezaron roces casuales, palabras inocentes, y poses sugerentes, todo para atrapar al pez…

Pronto conseguiría dos cosas, la atención de Roberto Carlos, ser su alumna preferida con la cual intercambiaba sonrisas cómplices, ser su centro de atención, tener sus ojos clavados en mi cuerpo y además… estar en boca de todas las chicas del gym, me transformé en la puta del lugar, en la típica calienta vergas que andaba detrás del profesor, pero poco me importó…



Y las cosas se hicieron más que evidentes, éramos cómplices, nuestro destino era la cama, las chicas del gym me preguntaban qué tal cogía asumiendo algo que aún no había sucedido, pero que no tardaría en darse...

Una tarde como cualquiera me ayudaba a elongar, se puso tras de mí en un plan acostumbrado, solo que yo busqué intencionalmente pegar mi trasero a su bulto, él tomó la indirecta y empujó hacia adelante, disimuladamente para no levantar sospechas, y yo volví a empujar, ahora refregando un poco, entonces me dijo



No seas puta, dejá de provocarme porque te voy a meter la verga en el culo y después vas a llorar…
Ja! para tanto es? sabes que me muero de ganas? Cuando quieras, donde quieras…


Había algo más que me enloquecía de ese hombre, como dije, el hecho que fuera casado, tenía familia, y yo quería corromperlo y llevarlo a la cama, como sea, como diera lugar…

Viernes, día de gym, ya casi había terminado cuando le dije a Roberto Carlos que estaría sola por la noche, Alberto, mi marido, quien era totalmente ajeno a lo que termino de escribir, tenía una cena de amigos, yo ya lo conocía, y esas cenas duraban hasta altas horas de la madrugada, fui directa, le dije que quería coger y que le metiera alguna excusa a la tonta de su mujer.

El miraba un tanto incrédulo, como adivinando si hablaba en serio o no, así que le dije, que le mandaría un WhatsApp y que si le parecía bien tipo veintitrés podríamos encontrarnos.


Yo... la mas puta de todas - 1 de 6 -E assim foi, logo que meu esposo saiu da casa com um beijo doce nos meus lábios, avisei Roberto Carlos e fui correndo mudar-me, já estava banhada, depilada e perfumada, vesti um vestido florido, algo holgado passando minhas coxas, se havia de querer alguma coisa nesse momento, era passar despercebida ao sair, não precisava chamar a atenção das velhas xucras do bairro, mas, de todas maneiras, tinha uma surpresa para aquele mulato.

Tomé um táxi para me encontrar com ele em um local afastado, cheguei, paguei e desci, ele já me esperava, fez um sinal com as luzes do seu carro e dirigi-me ao seu encontro, subi e acomodei-me ao seu lado.

Estás muito bonita! - disse-me com uma sonrisa compradora enquanto me beijava na face.

Este rapaz soou-me um tanto 'lento', estávamos a minutos de nos revolvermos em uma cama e só me beijou na face...

Arrancou caminho para algum motel, enquanto dirigia o mirava atentamente, ele se concentrava no trânsito, então tomei sua mão direita com a minha e a levei ao meu joelho, levantei suavemente o vestido e o fiz subir lentamente, queria que chegasse à surpresa, quando chegou à minha vagina depilada notou que não tinha roupa interior, arranquei uma sonrisa e empurrei mais sua mão entre minhas pernas, tentou infrutíferamente colar um ou dois dedos no interior da minha fenda, mas o acesso não era fácil, então a retirou e a colocou sobre o escote do meu vestido, para verificar que tampouco tinha sutiã...

Esses jogos no viagem lograram que estivéssemos ao ponto creme quando chegou o momento...

O quarto era amplo, em tons de sangue combinados com rosas pálidas, havia uns chocolates acomodados estratégicamente sobre a cama, foram minha primeira tentação, enquanto ele foi buscar uma garrafa de champanhe no frigorífico bar, estávamos em silêncio, podia ouvir minhas muelas mastigando esses prazeres do cacau, e até o repiquetear das bolhas nas copas recém-servidas, apenas me molhei os lábios, estávamos ali para outra coisa... incorporé-me ao lado da cama, desciuí dos meus tacos, afrouxei meu vestido e deixei-o cair no chão, fiquei como Deus me trouxe ao mundo diante dos seus olhos atordoados, pediu que eu girasse para ver o meu traseiro, previsível…

Então apaguei a luz, apenas tênues reflexos das luminárias da calçada se colavam pelas grossas cortinas, dando uma imagem de quase escuridão total, aproximei-me dele e agora sim, se beijamos profundamente, senti sua respiração agitada, ainda estava com suas roupas e contrastava com minha nudez total, freguei a bunda dele sobre a roupa, ainda apontava para o chão, mas pude notar algo interessante, apertou minhas nádegas e agora sim, sem problemas meteu um par de dedos em meu pussy, bem profundo, bem delicioso…

Me estremeci nos seus braços, começou a preencher-me de beijos, esses beijos profundamente, e eu a recorrer a perfeição dos seus músculos, acurruquei no seu corpo varonil, senti seu cock crescer rapidamente até refregar-se em meu ventre, merda, não pude resistir, arrodillei-me aos seus pés, afrouxei suas roupas com pressa para chegar ao seu sexo, não podia vê-lo com clareza, mas o abracei com uma mão e ainda havia muito por cobrir, tinha um aroma embriagante, senti-o latear entre meus dedos, só fez que eu me molhasse mais e mais…

Dispuse-me a torturá-lo, bem pelou seu glande, beijei seus ricos testículos, e recorri essa preciosura desde a base até a ponta, lentamente, uma e outra vez, muito lento, demais…

Roberto Carlos começava a estremecer-se, queria que eu me comesse toda, que eu a chupasse com vontade, mas eu só apertava minha língua úmida contra o beijo da sua cabeça levando-o a uma lenta agonía, até pude saborear uma pequena gota acuosa de um incipiente sêmen que escapava pela ponta do seu sabre…

Ele parecia estar em trance, até que me levantou com força, tomando o controle da situação, me jogou sobre a cama, se despirrou completamente, arrodilhou-se no chão e escavou sua cabeça entre minhas pernas, manteve-me com a força de seus braços. dando pequenos picos nos meus mamilos e pagou com o mesmo dinheiro, começou a roçar com a língua os lábios do meu sexo, num lento e eterno caminho que me levavam à nada, porque desejava que lamiasse o meu clítoris mas não o fazia, apenas o rodeava e fazia que eu me retorcera em desejo. Estava desvantajado, abusava da sua força masculina para me manter a raya e eu nada podia fazer, só me retorcer e gemer, implorei-lhe Basta filho de puta, cógeme, quero toda tua cock dentro! Ele se arrependeu, veio sobre mim e meteu-me por completo, tão delicioso, tão grande, tão grossa, fez-me vibrar, arrancou um gemido de puta, começou a se mover dentro de mim, beijei-o, senti seus próprios gemidos, enfiando-se até o fundo, uma e outra vez, quis acariciar o meu clítoris para chegar ao orgasmo que o tinha à flor da pele, mas ele me impediu novamente, abusando mais uma vez da sua masculinidade, retendo-me os braços para que eu não pudesse tocá-lo, e me pegou em todas as formas e posições que puderam imaginar, até que lembrei a conversa do ginásio e disse-lhe diretamente E pai? Não me disseste que iam romper o meu cu? Suponho que não me deixarias com as ganas… A verdade... teria que fazer uns 'sentadillas' para fortalecer esses glúteos... Bastardo, apenas se recostou de costas com a sua cock ereta olhando o céu, enquanto eu lubrificava o meu ânus, sentei-me ao seu lado em cuclillas, baixei lentamente e só a deixei entrar até onde podia porque não me entrava toda... E como se estivesse num de suas aulas, flexionava sobre ele, parada nas plantas dos meus pés, regalando-lhe as curvas do meu cu, para cima e para baixo, dez vezes, e outra série mais, e uma terceira, sentia-se lindo, e eu me sentia muito puta com essa cock linda no meu cu. Finalmente pude masturbar-me livremente, apertando o meu clítoris entre os meus dedos, senti-vir, que delicioso orgasmo com a sua enorme cock no meu traseiro... Voltou a tomar a iniciativa mais tarde, quando não pude mais, em mistura de cansaço e prazer, colocou um travesseiro sobre a cama e eu me recoste sobre o boca abaixo, de maneira que meu tiny ass ficasse levantado, como se fosse necessário, senti-o se acomodar como para montar-me, e ele me meteu novamente... A posição favoreceu a penetração tão profunda que me arrancou um grito, mistura de prazer e dor, e começou a dar-me, sem pressa, sem pausa, rompendo bem o meu cu, como eu gostava... Depois de retirar-se, caiu rendido à minha direita, nos beijamos apassionadamente... Ainda havia tempo e pegamos um bom rato mais, em seguida nos banhamos e empreendemos o regresso. Esse viagem de regresso não foi o que uma mulher recém-cogida por um amante espera escutar, o estúpido começou a me contar sobre seu casamento, sobre quanto amava sua mulher e quanto lhe pesava a consciência por aquilo que havia feito, e perguntou-me se eu não me sentia mal pensando que havia posto os meus lábios em seu cock, e em breve os colocaria na boca do meu esposo, preferi não falar, mantive-me no silêncio, homens... Contou então que trabalhava como stripper no Brasil, devia imaginar com o cock que tinha e com os movimentos de dança que nos ensinava no ginásio. Que tudo foi bem até que conheceu a que seria sua mulher, e que obviamente começaram os ciúmes, os planteios, os problemas... Foi quando um garoto argentino que trabalhava com ele em esses lugares noturnos lhe propôs mudar de ambiente, vir para o meu país e começar uma nova vida, e que esses foram os motivos por que terminou dando aulas em um ginásio na República Argentina. Eu disse-lhe que me deixasse a um par de quadras de casa, eu tinha um sabor agridulce na boca, após uma reviravolta espectacular saiu com preconceitos moralistas, não entendi bem como era o jogo. Cheguei em casa, me acostei e me quedei dormida. Pouco tempo depois senti Alberto chegar, silenciosamente, como costumava, senti os barulhos da chave, eu senti passar pelo banheiro e virar ao meu lado, abraçou-me, e adormecida lembrei o que Roberto Carlos havia me dito no carro sobre a moralidade do tema, então só dei um beijo profundo e eterno na boca ao meu esposo, sentindo-me diabla por dentro, fiquei com uma sonrisa pintada nos lábios, tudo antes de adormecer novamente…

E este poderia ser o fim da história, mas é o início, alguém mais apareceria em minha vida…

CONTINUARA

Se você tem mais de 18 anos pode me escrever com título 'EU... A MAIS puta DE TODAS...' para dulces.placeres@live.com'