Entrené a mi primo (Relato ilustrado)

Cuando tuve que viajar para asistir a un curso de especialización acepté la invitación de mi tía para hospedarme en su casa; tenía por lo menos diez años sin vernos, así que era una buena oportunidad para encontrarnos.
Mis tíos vivían en una bella residencia junto al mar, otro motivo para aceptar su amable invitación. Sólo les quedaba un hijo soltero que vivía con ellos, lo recordaba como un casi adolescente muy tímido dedicado más a sus estudios que a la vida social. Pero cuando nos reencontramos ya era un apuesto hombre recién salido de la universidad; le llevaba por lo menos diez años de edad.
Entrené a mi primo (Relato ilustrado)

Enseguida noté que su timides era algo que no había superado. Conmigo se portaba algo cortante, como si no tuviera tema de conversación.
Mis primeros días en su casa lo vi poco, podría decirse que me evitaba. Sólo coincidíamos durante las comidas familiares, algo que mi tía consideraba un rito obligatorio. Él hablaba poco y mantenía la mirada en sus alimentos casi todo el tiempo.
Una tarde entré al sanitario. Como la puerta no tenía seguro supuse que no estaba ocupado, pero me llevé una sorpresa desconcertante apenas mirar adentro.
sexo amateur

Bajé la mirada y me disculpé mientras salía atropelladamente por la sorpresa inesperada.
Al día siguiente no estuvo en la comida, cosa que me extrañó mucho. Mi tía comentó que tuvo una comida con una persona para tratar sobre un empleo, pero para mí que buscaba evitarme. 
En la siguiente comida pregunté cómo había resultado su cita y apenas respondió con un "bien" sin mirarme.
Fue hasta el siguiente día cuando decidí enfrentar la situación. Lo encontré por la mañana tomando café en la cocina. Aproveché para servirme una taza y sentarme a la mesa.
muy caliente

--Siento que me has estado evitando.
--No ¿por que?
--¿Por lo que pasó el otro día?
Visiblemente nervioso tardó en encontrar palabras para responder.
--Es bochornoso, debiste llamar a la puerta antes de entrar.
--Lo sé y me disculpo, pero el seguro no estaba puesto.
--Sólo te pido que no comentes nada de eso con mis papás.
--De acuerdo, nunca lo haría, pero no tienes por que sentirte apenado, no estabas haciendo nada fuera de lo natural.
--Te parece?
--Claro, eso es algo natural, es una necesidad fisológica cuando lo pide el cuerpo. Yo también lo hago alguna vez, incluso tengo algunos "juguetitos".
-¿Tú lo haces? Pero tú tienes novio, seguramente tienen relaciones... digo, sexo alguna vez.
--Es cierto, pero hay veces que lo pide el cuerpo y si no está él pues recurro a la masturbación. No hay por qué sentirse mal.
Así transcurrió la conversación y quedó pensativo.
--¿Yo nunca lo he hecho con alguien.
Eres joven, te has dedicado más a tus estudios, no debes preocuparte, cuando llegue la persona adecuada lo tendrás.
A partir de ese día y tras su confesión tan íntima noté que me tuvo más confianza. Ya no me evitaba como antes, incluso llegué a sorprenderlo mirándome de reojo, especialmente le llamaban la atención mis tetas, no muy prominentes, pero sí atractivas.
El último día de mi permanencia en su hogar mis tíos habían salido de compras. Estábamos solos. Encontré a mi primo en su habitación mirando la televisión y con la puerta abierta.
No dudé en entrar y sentarme a su lado.
--¿Qué ves?
--Un documental, nada en particular.
pasion desbordada
Miramos la televión un rato hasta que se decidió a hablar.
--¿Sobre lo que hablamos el otro día, dime como hago para atraer la atención de una mujer.
--No tienes que hacer nada en particular, sólo actúa normal sácale conversación, busca un tema que le interese...
--Sí, pero me refiero a, a mmmmm, a como saber si le interesaría tener sexo conmigo.
Eso te lo dirá ella, no con palabras, sino con sus acciones. La manera como te mira mientras conversan, sus gestos, así notarás su interés. Si notas que todo va bien acércate a ella, toma su mano y si lo permite es el momento de darle un beso en la boca, pero sin forzarlo. Si ella lo recibe ya estás adentro.
Me parecía increíble estar hablando así a un hombre de unos 25 años de edad; me parecía tan ingenuo...
Fue entonces cuando se puso de pie y tomó mi mano para que hiciera lo mismo, se acercó a mí y me besó.
castidad rota
Era un beso algo temeroso, por lo que tomé la iniciativa para hacerlo más ardiente. Sabía que no estaba bien, Era mi primo, pero a la vez pensaba que si en ese momento lo rechazaba le haría un daño difícil de superar. Él estaba llevando a la práctica los consejos que yo misma la había dado, no podía rechazarlo, no podía.
El beso se prolongó y fue más allá. Sus manos recorrían todo mi cuerpo, podía sentir su exitación y despertaba la mía. Pronto comenzó a despojarme de mi ropa sin dejar besarme.
Entrené a mi primo (Relato ilustrado)

sexo amateur
Y entonces sucedió. Mi primo despertaba al sexo apasionadamente, yo ya no podía detenerlo, estaba tan exitada con su cuerpo joven que no pude parar.
muy caliente

pasion desbordada

castidad rota

Entrené a mi primo (Relato ilustrado)

sexo amateur
De pronto escuchamos que se abría el portón del garaje, mis tíos volvían a casa y nos sorprenderían así... rápidamente recogí mi ropa dispersa por la habitación, todabía estaba exitada, pero tenía que salir a mi cuarto.
Nerviosa, temblorosa y frustrada por la interrupción inesperada cerré la puerta de mi habitación apenas a tiempo. 
muy caliente
Y me quedé pensando si había hecho mal y debí evitarlo. La duda me confundía, aún necesito consejo al respecto, sobretodo porque he sentido el deseo de buscarlo, de citarlo en algún hotel de su localidad y terminar lo iniciado... No sé qué hacer.

2 comentários - Entrené a mi primo (Relato ilustrado)

Al hotel. No hay que dejar las cosas a la mitad