Pasó aproximadamente 1 mes desde nuestro último encuentro. Nos saludábamos por mensajes y llamadas, los cuales se transformaban en frases calientes y lujuriosos. Un día en llamada me dice:
-Tengo el día de mañana libre, que te parece si pasas por mi y nos divertimos. Inmediatamente accedí. Pase por ella a su casa y al salir iba vestida como una puta. Un vestido corto y tacones.
Cuando subió a mi carro su vestido subió que dejó ver la tanga negra de encaje que llevaba. Tan pequeña que su concha podría salir. No dudamos en ir directamente al motel.
Durante el trayecto íbamos tocándonos. Ella con su mano en mi verga y yo en su vagina. Dedeandola tanto que llegará mojada al cuarto. Al llegar al cuarto dijo: .- ¡Cojeme por favor. Necesito de tu pene!
Besándonos y quitándonos la ropa como si nuestra vida dependiera de ello. Se hincó y me saco la verga. Comenzó a chupárme como la primera vez.
La golpeaba con mi verga y le encantaba. Seguido pase a lamerle la vagina. Lanzo un gemido tan fuerte que en ese momento tuvo un orgasmo. -¡Sigue!, sigue….así. Así!!! Ya cogeme!
Me pase a meterle mi verga. La sensación más increíble. Estaba tan mojada que entraba y salía muy fácil. Le daba con todo. Misionero, ella cabalgando, parados, todas las posiciones que pensábamos en ese rato las hicimos. En un momento parados la mojé tanto que tuvo un squirt, mojando todo el suelo.
- ¡No te vengas! Dame de perrito. Quiero ser tu perra!! Dámelo de perrito!!! -
Le cumplí su deseo. Su culo chocaba conmigo y hacia el típico sonido de aplauso. Le encantaba que le jalara el pelo.
Me vengo!! Me vengo!!! .
Dámelo adentro. Dámelo!!! Los quiero adentro!!
Me vine y al mismo tiempo tuvo su orgasmo. Tembló tanto que no pudo sostenerse. Nos quedamos exhaustos y sudando. Nos bañamos juntos y al final se cambio. Llevaba su cambio de ropa. Al final de dejarla a su casa nos despedimos con un beso tan largo que pensamos en regresar al motel. Pero acordamos vernos otro día.
-Tengo el día de mañana libre, que te parece si pasas por mi y nos divertimos. Inmediatamente accedí. Pase por ella a su casa y al salir iba vestida como una puta. Un vestido corto y tacones.
Cuando subió a mi carro su vestido subió que dejó ver la tanga negra de encaje que llevaba. Tan pequeña que su concha podría salir. No dudamos en ir directamente al motel.
Durante el trayecto íbamos tocándonos. Ella con su mano en mi verga y yo en su vagina. Dedeandola tanto que llegará mojada al cuarto. Al llegar al cuarto dijo: .- ¡Cojeme por favor. Necesito de tu pene!
Besándonos y quitándonos la ropa como si nuestra vida dependiera de ello. Se hincó y me saco la verga. Comenzó a chupárme como la primera vez.
La golpeaba con mi verga y le encantaba. Seguido pase a lamerle la vagina. Lanzo un gemido tan fuerte que en ese momento tuvo un orgasmo. -¡Sigue!, sigue….así. Así!!! Ya cogeme!
Me pase a meterle mi verga. La sensación más increíble. Estaba tan mojada que entraba y salía muy fácil. Le daba con todo. Misionero, ella cabalgando, parados, todas las posiciones que pensábamos en ese rato las hicimos. En un momento parados la mojé tanto que tuvo un squirt, mojando todo el suelo.
- ¡No te vengas! Dame de perrito. Quiero ser tu perra!! Dámelo de perrito!!! -
Le cumplí su deseo. Su culo chocaba conmigo y hacia el típico sonido de aplauso. Le encantaba que le jalara el pelo.
Me vengo!! Me vengo!!! .
Dámelo adentro. Dámelo!!! Los quiero adentro!!
Me vine y al mismo tiempo tuvo su orgasmo. Tembló tanto que no pudo sostenerse. Nos quedamos exhaustos y sudando. Nos bañamos juntos y al final se cambio. Llevaba su cambio de ropa. Al final de dejarla a su casa nos despedimos con un beso tan largo que pensamos en regresar al motel. Pero acordamos vernos otro día.
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