CAPÍTULO 2
- Se ve que te gustó la calza jajajaa
Levanté la vista y mi madre me estaba mirando dada vuelta, en ese momento me di cuenta que tenía la boca abierta a punto de babearme todo por semejante espectáculo. Ella no para de reírse, ni me quiero imaginar lo que el vendedor estará pensando en este momento de nosotros, por suerte teníamos la cortina.
- ¿Eso es lo que pienso que es? – Me lo dijo señalándome con su dedo la parte de bajo de mi cuerpo
Miré hacia la dirección que me estaba apuntando y al final era el tremendo bulto que se me había formado en mi jeans, estaba más empalmado que nunca, se había dado cuenta de mi erección, me tapé enseguida con mis manos, no supe que hacer ni en donde meterme, esta vez sí que la he jodido, me puse rojo como un tomate, me quise matar en ese momento, estoy muerto ahora, estoy muerto…
- No te avergüences hijo, es normal que a un adolescente le suela pasar esos tipos de cosas, tus hormonas están muy alteradas y ver a una mujer es obvio que te pase eso – Respondió ella con una tranquilidad de como si fuera lo más natural del mundo
Me lo dijo con la intención de tranquilizarme y realmente lo logró, empecé a respirar más lentamente, mi pulso se fue relajando, pero el problema ahora es mucho más grande, mi erección no se bajaría tan simple, al menos tendré que esperar adentro del vestidor unos minutos más.
- Bueno vamos saliendo Alex, me voy a comprar a esta calza, parece que te gustó y demasiado jajaja
Ahora sí que estoy más jodido aun, no quería salir con esta erección afuera y que todos me miraran y pasara vergüenza otra vez, así que le dije a mi madre
- ¿Podemos esperar unos minutos más? – Le pregunté a mi hermosa madre mientras seguía tapándome la erección que llevaba encima
- ¿Por qué? – Respondió ella con una cara de desentendimiento
- Es que no quiero salir en este estado ma, perdóname – Ya no podía mirarla a los ojos
Ella no entendía a lo que me refería, me miró con una cara de desentendimiento, volvió a mirar en la parte donde estaba tapando con mis manos y ahí pareció entender
- Si haces bajar esa cosa, cuando lleguemos a casa te doy un premio
Se me acercó y me dio un beso en el cachete, estaba sorprendido, tenía mucha intriga de saber cuál era ese regalo, ¿y si era mi comida favorita? Se me ocurría miles de posibilidades, pero no podía estar pensando en esto ahora mismo, tenía que enfocarme en lo que me había pedido mi madre y la pregunta es cómo voy a bajar la calentura que tenía en este momento, estuve pensando unos segundos… hasta que se me ocurrió algo, cerré los ojos y empecé a imaginarme jugando a la play con mis amigos, me desconcentré lo que más pude y despejé mi mente.
Sentí como mi pija se fue disminuyendo y perdiendo su grosor, lo logré!! Abrí los ojos y vi a mi madre sonriéndome. Salimos del vestidor y le pagamos a la vendedora, ya hicimos todo, era hora de regresar a casa, estaba impaciente por llegar y recibir mi premio.
Salimos del shopping y mi felicidad pasó de mayor a menor, en la esquina de la calle estaba el grupo de jóvenes que nos encontramos adentro del shopping, como lo llamaba yo “el grupo de los pervertidos”, los mismos que le gritaban guarradas a mi madre. Me acordé del más dotado, estaba ahí parado en el medio, me miró y se empezó a acercarse a nosotros con cara de enojo, lo mismo hicieron su grupo, sabía que algo malo iba a pasar, así que le agarré a mi madre del brazo y la empujé un poco para que se me alejara y que quedara afuera de esto.
Vino con pasos largos preparándose para pegar, cuando ya estuvo lo suficientemente cerca enfundó su primer golpe directo a mi cara, por suerte pude predecirlo y me agaché lo suficiente para esquivarlo, era momento perfecto para contra atacarlo, levanté lo más rápido que pude mi brazo y con toda la fuerza que tenía le pegué en la cara sorprendiéndolo, cayó enseguida al suelo, me abalancé sobre él para seguirle pegando en el piso pero al momento de ponerme encima, sentí una patada en la cara que me hizo alejarme, habían llegado sus amigos que venían atrás, no pensé que habían llegado tan rápido, pero se ve que vinieron corriendo para proteger a su colega, me tiraron al piso y me empezaron a pegar entre 5 chicos, mientras todo esto sucedía, escuché los gritos de mi madre pidiendo que pararan de golpearme, la miré como pude y estaba retenida por 2 chicos que la estaban manoseando el culo y las tetas. Empezó a llorar mi madre por ver a su hijo golpeado por una manada al frente de ella y que encima se estaban abusando de su propio cuerpo.
El musculoso se levantó del piso y me pegó cuatros piñas junto con sus amigos, luego se detuvo y caminó hacia mi madre, una vez que estuvo al lado de ella, los chicos me dejaron de pegar y me hicieron mirar.
- ¡¡¡¡¡No le hagas nada a mi madre!!!! – Le grité al musculoso con toda la bronca posible
- Así que esta es tu madre – Respondió el a la vez que llevaba una de sus manos a las tetas de mi mama, empezó a manosearla y apretarlas, no le abarcaba entera en su mano, era demasiada carne – Pero que tetas más buenas que tiene, ¿o no chicos?
Todos gritaron que sí, los 2 chicos que la estaban sujetando le sacaron la remerita top que llevaba puesto dejándola únicamente con su corpiño blanco, se le podía ver casi todas sus tetas, solamente le cubría la parte de su pezón hacia abajo. Todos quedaron sorprendidos por lo grande que eran los pechos de esta mujer. Mi madre a todo esto trataba de oponer resistencia, pero no podía, la tenían sujetada bastante fuerte, con cada movimiento que ella hacía, sus tetas se movían de un lado a otro. Yo no podía moverme, estaba todo dolorido en el piso sujetados por 5 chicos.
- ¿Alguien quiere probar los pechos de la madre de este maricon?
- Yooo!!!! – Todos gritaron casi al mismo tiempo
El dotado le sacó el corpiño por detrás y por fin quedaron al aire los pechos de mi madre sin ningún objeto que le tapase, el corpiño que tenía les hacía presión a sus pechos que, al momento de ser liberados, las tetas de mi madre rebotaron de arriba abajo. Lo primero que vimos todos fueron sus pezones, una cosa que te dejaba sin aliento, tenía las areolas pequeñas de color un poco marrón con un pezón no tan grande, muy apetecible a la vista que te daban ganas de saborearlos a gusto. A pesar de ser madre, sus pechos no estaban para nada caídos.
Todos los chicos se pusieron en fila, menos dos, uno que la tenía agarrada por los brazos a mi madre y el otro me estaba sujetando en el piso para que no haga nada. El primero en estar en la fila era el musculoso, al que le había golpeado, se acercó a ella y se agachó a la altura de los pechos de mi madre, empezó a lamerlos, arrancó por el izquierdo, succionaba y lamia los pechos de mi madre, lo mismo hizo con el derecho, hasta que el muy cabrón bajó su mano hacia la entrepierna de mi madre y empezó a tocarle la concha por encima de su jeans, en ese momento me di cuenta que tenía muy grande los labios vaginales, a medida que pasaba los segundos, su mano aumentaba de velocidad, mi mama no sabía si seguir llorando, pedir ayuda o si entregarse al placer que le estaban dando, luego de 20 segundos, pareció que terminó su hazaña, mi madre estaba con la boca abierta mirando hacia arriba, retiró su mano de la concha de mi madre y dejó de chuparle las tetas, se me acercó y me dijo
- Mira como me dejo tu mami la mano, toda mojada!!! – Me puso su mano bien cerca de mis ojos para que pudiera contemplar la humedad de mi madre
Y así fueron pasando cada uno de los chicos, chupando sus gigantescas tetas y tocándole la concha a mi madre, ella se entregó al placer, no le quedaba otra, gemía a cada rato
- ¡Ahhhhh…!
Y así estuvieron 2 minutos y medio más hasta que terminaron, me soltaron al igual que a ella y antes de irse, uno de ellos le dio una fuerte nalgueada a mi madre. Se puso rápido su corpiño y su remerita y vino hacia mi corriendo, yo estaba tirado en el piso sangrando
- Ya terminó mi amor, ya se fueron, todo está bien, todo está bien – Me dijo eso mientras me abrazaba
Lo último que escuché fue a mi madre llamando a la ambulancia con su teléfono móvil. Me desperté y estaba acostado en una cama del hospital, al lado mi madre, sentada en una silla, dormida con la cabeza en mi cama, se ve que se había quedado toda la noche acá. Al día siguiente el doctor me dijo que tenía fracturado algunas partes de mi cuerpo y que no las podía mover hasta por unos días o semanas más, me dio el alta y me dejaron irme a mi casa, llegamos a casa y mi madre me ayudó a llegar hasta mi cuarto.
- Te quedas acá acostado, si necesitas cualquier cosa me podés avisar a mi o tu padre, acordate que el doctor te dijo que no tenes que mover tus brazos ni tus piernas
Llegó la noche y mi madre me trajo mi comida favorita al cuarto, estaba vestida con su bata blanca con un escote bastante largo y dejaba ver gran parte de sus piernas, estuvimos conversando un rato hasta que le pregunté
- ¿Y ma, vos estas mejor también?
- Si, a mí no me lastimaron, no te preocupes por mi cariño, que aquí el héroe sos vos, que me defendiste como todo un valiente
- Noo, yo no pude hacer nada, ni siquiera te pude defender – Miré hacia abajo como apenado por mis acciones
- ¡Nada de eso! Vos me defendiste como pudiste y estoy muy orgullosa de vos – Se levantó y me dio un beso en el cachete, muy cerca de la boca – Y como recompensa, no te voy a dar solo premio, como te prometí, sino dos!! Me podes pedir lo que sea
Yo estaba que no me lo creía, no pensé que se iba acordar del premio que me debía, tenía que pensar muy bien en lo que le iba a pedir, quería verla en tanga sin nada que le cubriese la cola, desde que la vi ayer en el vestidor con su calza semitransparente resaltando su diminuta tanga he tenido el sueño de querer verla únicamente con su pequeña prenda, pero no estaba muy seguro de si iba aceptar o si se iba a enojar por lo que le estaba por pedir, pero era ahora o nunca
- Hay algo que quiero pedirte, pero no sé si está bien o si es que te vas a enojar
- Haber, ¿qué es?
- Quisiera verte sin nada abajo, únicamente con la tanga ma, es mi sueño
No sabía para donde mirar, me moría de vergüenza, cerré los ojos esperando mi cachetada, pero después de unos segundos no sentí nada, abrí los ojos y ahí estaba ella, parada en frente mío con la cara sorprendida, no podía creer lo que le estaba pidiendo su hijo, parecía que no pasaba más el tiempo, hasta que por fin respondió
- ¿Vos te das cuenta de lo que me estas pidiendo?! ¡Soy tu madre!
Y se fue lo más rápido que pudo de mi habitación, parecía que estaba llorando, lo he estropeado todo, soy un tonto, como le pude pedir eso a mi propia madre, la que me crío con todo amor, respeto y comodidades, siempre me ha dado todo lo que quería y estoy muy agradecido por eso, pero pedirle esto ya es de otro nivel, estaba afuera de sus expectativas, parecía un enfermo, ya estaba dudando si es que ella me mandaría a un psicólogo o algo por el estilo y así con todo ese remordimiento que tenía encima me fui a dormir
Al día siguiente me levanté y apenas pude moverme, me dolía todo el cuerpo, mejor va a ser quedarme acostado mirando la tele o jugando a la play, me decidí a por la play, estuve hablando mientras con mi amigo Max por llamada, le conté todo lo que sucedió, pero nada sobre que abusaron de mi madre ni de lo que le pedí la noche anterior. Y así fue transcurriendo la mañana hasta que eran las 2 de la tarde, escuché que alguien golpeaba mi puerta
- Alex! ¿Estás despierto? Necesitamos hablar
Era la voz de mi madre, parecía que no tenía un tono de enojada, sino más de cariñosa, eso me alegró un poco
- Siii, pasa!!! – Le respondí con un grito ya que se escuchaba el volumen de los videojuegos muy fuerte
Abrió la puerta y apareció con su misma bata de anoche, pero esta vez era ella misma que sostenía con sus manos la bata para que no se abriera completamente, tenía el pelo recogido con forma de caballo como le dicen algunos y su bella cara angelical maquillada, no podía estas más hermosa
- ¿Estas ocupado ahora cariño? – Me lo dijo con una voz de nenita inocente
Es imposible estar ocupado preguntándomelo de esa manera
- No ma, justo terminé de hablar con Max, ¿Qué pasa?
- Es que como tu padre se fue a trabajar, quería que hablemos sobre lo de anoche, sabes que no está bien que me pidieras eso, pero estuve pensando anoche antes de dormirme y siempre te he dado todo lo que me pediste y sabes nunca te puedo decir que no, agregando más lo que hiciste por mí y en el estado en el que estas vos, me dio un poco de lastima y te voy a dar lo que me pediste…
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