Simplemente Karo

Primero, todas las entregas de los mejores post de mi esposa


http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa---parte-1-de-3-.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4389002/Mi-amada-esposa---parte-2-de-3-.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4436535/Mi-amada-esposa---parte-3-de-3.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4802856/Mi-amada-esposa-parte-4.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4802863/Mi-amada-esposa---parte-5.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4868469/Mi-amada-esposa---parte-6.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4896522/Mi-amada-esposa---parte-7.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4905961/Mi-amada-esposa---parte-8.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4915721/Mi-amada-esposa---parte-9.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4956318/Mi-amada-esposa---parte-10.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4965835/Mi-amada-esposa---parte-11.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4974651/Mi-amada-esposa---parte-12.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4985411/Mi-amada-esposa---parte-13.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4991203/Mi-amada-esposa---parte-14.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5001091/Mi-amada-esposa---parte-15.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5030636/Mi-amada-esposa---parte-16.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5156341/Mi-amada-esposa---parte-17.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5160465/Mi-amada-esposa---parte-18.html

Como siempre, podes escribirnos a dulces.placeres@live.com, te leemos

Gracias por los puntos y comentarios


SIMPLEMENTE KARO


Muchos años atrás me había recibido de ingeniero electricista, en la universidad pública, cuando soñaba con alguna gerencia en alguna importante multinacional, donde sabía que se pagaban inmejorables sueldos
En el interín, había empezado a mantenerme con un pequeño negocio de ventas de productos eléctricos, mi especialidad
En esos días, también conocería a Marcela, mi esposa, quien era también estudiante, a ella le fascinaba las matemáticas
Uno hace suposiciones sobre su futuro, pero la vida tiene sus propios caminos
Rápidamente llegaría Dalma, nuestra única hija, Marcela se inclinaría por la docencia universitaria y por mi parte, jamás entraría a trabajar a ninguna multinacional, me dediqué de lleno a mi pequeño negocio que floreció rápidamente, pasé a un local más grande y a otro más grande, tomé un empleado que me ayudara, luego otro y otro más, abrí una sucursal en un pueblo vecino, y en otro y en otro más, y cuando me di cuenta, había creado un monstruo que solo me hacía ingresar dinero

Pasó el tiempo, Dalma se hizo mujer y pronto dejó el hogar, yo no tenía grandes ocupaciones, bastaba una vuelta de vez en cuando por la que ya era mi empresa para ver como andaban las cosas, tenía gente que trabajaba por mi, y sería Marcela quien me aconsejaría que yo también dedicara unas hora a la docencia, no por dinero, no por necesidad, solo una forma de mantenerme ocupado y devolverle a la sociedad un poco de lo que ella me había dado
De paso, de vez en cuando le haría compañía, al menos en algunas horas del día

Había pasado los cincuenta y tome esa situación como un nuevo desafío para mi, era muy lindo volver a la que había sido mi casa de estudios, solo que ahora ya no estaba en los pupitres, sino al frente
En pocos años me haría del círculo de profesores, por mis ocupaciones tenía horarios nocturnos y mi vida daba un vuelco impensado
Marcela, tenía su vida en ello, tenía la fama de la mala profesora, la enérgica, la que todos temían, decían por los pasillos que podía hacerte la vida imposible, hasta se había ganado el apodo de 'la nazi', situación que me causaba gracia puesto que mi mujer, por fuera de su rol de profesora era solo una tierna gatita mimosa
Por mi lado, apenas tenía tres horas de cátedra a la semana, yo no estaba en tiempos de confrontar con nadie y era el de hacerme cómplice de mis alumnos, dándoles la confianza suficiente como para mantener jornadas cordales, pero siempre dentro de los límites de profesor alumnos
No era de extrañar que siempre fuera elegido para las entregas de medallas, para representarlos, o lo que fuera, lo que producía un cierto fastidio y envidia por el lado de mi mujer

Así pasaban mis días, sin demasiados sobresaltos, una vida ya realizada, una hermosa mujer que además era colega, una hija feliz, un buen yerno que la respetaba y la quería, una ilusión de ser abuelo, una pequeña empresa que me permitía darme todos los lujos, y los alumnos, alumnos que cambiaba año a año y de alguna manera me permitían sentirme eternamente joven
Hasta que llegaría Karolayn Almada, o simplemente Karo
Ella era más joven que mi propia hija, pero su presencia en el aula me quitaría la respiración, es que sencillamente no podía quitarle los ojos de encima, porque caro no tenía un culo, tenía tremendo culo, y no tenía tetas, tenía terribles tetotas, y eso no era todo, lo peor era que Karo tenía actitud, y eso era mortal para mi

Karo llegaba siempre puntual, solía ser la primera en hacerlo, también era la última en irse, siempre se sentaba en la primera fila, y siempre parecía estar completamente centrada en la clase, lejos de las chiquilinadas y bromas en las que andaban sus compañeros, parecía más madura que el resto por su corta edad y sus preguntas en clase siempre eran desafiantes
Y tuvimos un apego especial, alumna profesor, y yo sabía que eso no podía suceder y dejaba todos mis pensamientos en el lugar de las fantasías
No podía evitar que muchas veces mi mirada, inconscientemente se dirigiera a su escote, es que la pobre no tenía muchos medios para tapar enormes tetas, y en esas muchas veces, ella me sorprendía y solo se sonreía, haciéndome quedar en ridículo

De las miradas pasaríamos a las palabras, no pude evitarlo
Una tarde de examen, en el salón no se sentía ni el volar de una mosca, y yo me había concentrado en mi notebook, estaba aprovechando a ver unos presupuestos de mi negocio, ella me sorprendería, sentí su voz muy cerca y al levantar la vista, sus pechos envueltos en un profundo escote estaba casi al alcance de mis manos, no pude evitar notar sus duros pezones marcados y solo fue una pregunta de examen, sentí su voz dulce y cálida, le contesté amablemente y le dije

Karo, quiero hablar contigo después del examen

Bien profesor Olarriaga, como usted diga

Giró y volvió a su sitio meneando su llamativo trasero enfundado en un ajustado jean azulino

Después de la clase, cuando todos se habían ido le dije

Karo, eres brillante, te deparará una gran futuro, y cuando quieras iniciarte profesionalmente pues puedo abrirte las puertas de mi negocio, para que empieces a defenderte en la vida, sin compromisos

Tomé una tarjeta personal de la empresa y se la di, donde obviamente estaba mi número celular

Gracias profesor, - respondió - lo pensaré

Sabía que él motivo era otro y creo que ella también lo sabía, situación que comprobaría la noche siguiente, cuando se presentó por WhatsApp, diciéndome algo como

Hola Gustavo! soy Karo, agendame...

Era una perra, siempre era el 'profesor Olarriaga', siempre me trataba de usted, pero en un instante, me tuteaba y me llamaba por mi nombre de pila
Empezamos a intercambiar mensajes, y yo solo avanzaba según ella me lo permitía, éramos de diferentes generaciones y no sabía como tratar a las chicas tan jóvenes, tenía miedo de pisar en falso, y poco a poco, los chats fueron por donde tenían que ir, y era tan excitante como peligroso, yo tenía esposa, una vida, y Karo me ponía de rodillas
Y las cosas solo fueron peor para mi cuando me envió su primera foto, la que comparto en este escrito, y con la cual, como un adolescente, me masturbaría en secreto
Y seguiría otra y otra y otra mas, conocería su conchita peluda, conocería sus tetas que resultaban más impresionantes aun al verlas desnudas, lo rosado de su pezones y también conocería su conchita depilada, situación a la que había llegado por un expreso pedido mío

Y en el curso, seguirían siendo las cosas como antes, al menos para ella, me trataba de usted, me ignoraba, pero yo... yo me derretía por dentro, como un tonto

Una noche de domingo, mientras cenábamos en casa, una noticia al azar en la tv me haría abrir los ojos, un caso de denuncia por acoso, en un colegio de otra provincia, el tipo era respetado, tenía toda una carrera, una familia, una esposa, y de pronto, una de sus alumnas había armado un escándalo de proporciones incalculables
Ese profesor podía ser yo, que diablos hacía con mi vida? estaba dispuesto a correr el mismo camino?

La noche del lunes cortaría con todo, le dije delante del resto de la clase

Señorita Almada, después de clases podría quedarse unos minutos? tengo que hablar con usted

A nadie le extrañó, solía tener este tipo de reuniones face to face con algún que otro alumno que tuviera algún problema, así que eran cerca de las once de la noche, cuando terminando la última hora de clases poco a poco quedamos a solas en el salón
Karo desbordaba de alegría, porque seguramente imaginaba todo lo contrario a lo que iba a suceder, y en esos minutos empezó a llamarme Gustavo, y a tutearme
Pero esa cara de alegría se fue transformando lentamente para desencajarse al escuchar mis palabras de retirada de la acción, ella se negó, una y otra vez, di por terminada la discusión, salí del aula y empecé a bajara por las largas escaleras del complejo, con ella a mi lado, y solo ella hablaba, pedía explicaciones, me recriminaba, reía y lloraba al mismo tiempo

Al fin de cuentas habíamos llegado al subsuelo donde estaba el lugar de estacionamiento de coches para todos los usuarios de la facultad, ya casi no quedaba nadie, estaba oscuro, sombrío, y le dije de llevarla hasta su domicilio
Llegamos a mi auto, intenté abrir la puerta, Karo pasó el revés de una de sus manos por su rostro para apartar las lágrimas, me sorprendió, me empujó contra el lateral del vehículo y solo tanteó mi cinturón con rapidez, lo aflojó, bajo mis pantalones y antes que pudiera esbozar reacción se había arrodillado y me la estaba chupando

Lo hacía muy rico, con esa desesperación de saber que tal vez no tuviera otra oportunidad, iba profundo, demasiado, o solo la lamía como a un rico helado, metió su mano por debajo para acariciarme las bolas, y cada tanto miraba mis ojos para notar mi reacción
Por mi parte, el nerviosismo de ser descubiertos me mantenía en alerta, pero cuando bajaba mi mirada ahí estaban sus ojos de pecado, y solo iba más abajo, donde sus enormes tetas escondidas no dejaban de intimidarme para bien
Ella pareció leerme la mente, si sacar sus labios de mi glande, se las arregló para desnudar esos pechos gloriosos y envolver entre ellos al tronco de mi sexo
Estaba muy concentrado en eso, masturbando mi verga entre sus tetas, lo hacía con pasión, con ganas, y parecía desentenderse del entorno promiscuo en el que nos encontrábamos

Me sentí venir, era imposible, y ella solo volvió mi sexo a su boca, no pude dejar de sentir placer al eyacular sobre su lengua que no dejaba de moverse, y notar como su ceño se fruncía al recibir mis descargas
Karo de paró a mi lado, aun saboreando, casi sin poder contener la sonrisa de su satisfacción y aun con la respiración entrecortada, acomodándose las prendas sentenció

Qué rico! estas seguro de que queras cortarla?

La dejaría en la puerta de su casa y luego a la mía, Marcela me esperaba ajena a todo, por primera vez en mi vida le era infiel y se sentía horrible, pero mi alumna se estaba colando en mis huesos, no podía evitarlo
Había fracasado en mi intento de frenar la historia, y el canal de WhatsApp seguía más vivo que nunca, ella me preguntaba si me había gustado, y cuando lo haríamos de nuevo, y yo trataba cortésmente de desembarazarme de todo el asunto, le explicaba que era casado, de mi familia, que Marcela era mi amor y ella mi locura, pero Karo era punzante y me escribía cosas como


Simplemente KaroDe verdade preferís a tua esposa? Adivinho que só é tua companheira de cama, que já não a foges, que já não há interesse, e é só uma mulher seca, ao contrário eu, tenho um mar entre minhas coxas, um mar quente e gostaria que naufragasses nele


Era difícil, porque em parte era verdadeiro, Marcela e eu quase não tínhamos sexo, e tudo era cuesta arriba, mas amava minha esposa com todo o meu ser, e era o caminho que nos tocava caminhar juntos e o que seguiríamos caminhando, mas Karo... Karo era a loucura que me fazia sentir jovem


Marcela não veria virar, estava recostada na cama lendo um livro, disse-lhe que tinha vontade de um pouco de ação, mas minha esposa não se mostrava interessada, eu estava com a verga dura, por culpa da minha alumna e tinha as vontades de tirar-me-as
Um pouco às forças convenci Marcela para que me chupasse um pouco, e ela tentou satisfazer-me


Fechei os olhos e enquanto minha esposa me chupava, em minha mente revivia a maneira como Karo o fizera
Mas as coisas pareciam não avançar, e notei que Marcela estava adormecendo com minha verga na sua boca
Aparei-a irritado, realmente estava irritado, apenas demos o assunto por fechado, com a promessa de retomá-lo em outro momento


E por tudo isso, tropeçaria novamente, era fácil de adivinhar, seria num motel...

Não havíamos chegado a esse local ainda, e nos beijamos com loucura revolcando-nos em uma cama, de lado a lado, enquanto nossas roupas começavam a cair fora do controle, ela me embriagava com seu perfume doce, com seus lábios de pecado, com seus beijos profundos e não dava crédito por ter toda essa jovem e voluptuosa mulher à minha disposição, seus peitos ameaçavam asfixiá-lo e teria morrido de prazer entre eles, minhas mãos se enchiam com suas nádegas, e decidi ir entre suas coxas, porque estava em débito pela noite do estacionamento e desejava pagar minha parte
Sua barra depilada havia chorreado líquidos por todos os lados, por seu ânus, por seus lábios, e mais a acariciava e a tocava, pior era
A encheu de beijos no clitoris, cavei com minha língua e disse… Meus dedos em ambos orifícios e ela apenas se retorcera de prazer até explodir em um orgasmo interminável

Ela me pediu para a mim apossar-me dela, queria sentir minha pija dentro, ergui seus joelhos e só a dei uma e outra vez, e cada vez que empurrava fundo, um gemido da sua boca acompanhava minha ação
Era perfeito, ver seu rosto desencajado, sua boca entreaberta, os seus olhos fechados, e as suas tetas bambolearem como ondas eternas em um mar
Recostei sobre ela para chegar com meus lábios aos seus e enquanto a beijava esconda dois dedos por trás simulando uma dupla penetración, e ela não disse absolutamente nada, apenas passou sua mão direita entre os dois corpos e senti em meu púbis como se estava masturbanda

Saí desse lugar, girei-a, quedou recostada de costas para cima, seu traseiro brilhava perfeitamente, e me reclinei sobre ela novamente, fiz centro, mas busquei o outro orifício, o proibido, e graças aos jogos prévios dos meus dedos, com o peso do meu corpo só foi direto ao fundo, Karo exclamou

Ai! professor Olarriaga! você é um perverso! isso eu gosto de você

Ela me enlouquecia e comecei a mover-me dentro de seu ânus, apertado, ela gemia e me dizia

Ai! ai! professor! que rico! eu gosto que me rompa o cu! siga, siga!

E se eu continuava, com certeza acabaria, não só pelo roce da minha verga em seu ânus, mas pelas palavras que me dizia e na forma que me as dizia
Saí do lado, recostei sobre a cama como implorando um break, porque minha idade, apenas tinha um cartucho na câmara e quando o tivesse disparado, tudo se teria terminado
Mas Karo estava no seu melhor momento, e veio sobre mim, com uma perna a cada lado, para cavalgar-me, e só via a majestade de suas tetas que me levava à loucura, fechava os olhos, não queria ver porque era muito forte, mas minhas mãos não tinham controle, iam por suas tetas, por sua cintura, por suas pernas, por seu cu
Karo tomou uma das minhas mãos e começou a chupar-me os dedos, muito de puta, já sabem e sentia quase convulsionar entre orgasmos e mais orgasmos, não Poderia, não poderia...
Ela não pararia de se mover e já estava toda cheia de leite e apenas foi perfeito, meus segundos de ejaculação pareceram ser anos, e o momento permaneceria gravado para sempre em minha mente

Como sabia que ia acontecer, já estava fora do jogo, e nada do que Karo fizesse voltaria a acender o amigo que tinha entre as pernas, que já se havia rendido
Ela disse

Supunha que não me aguentarias mais de um round!

Por isso foi à sua carteira pessoal e retirou um vibrador rosa discreto e começou a jogar sobre ele, fechando os olhos passando o brinquedo entre seus seios, por seus mamilos, retorcendo-se, mordendo-se os lábios, e era óbvio que gostava que eu estivesse presente, fazia isso por mim e para mim
Eu apenas me enchia os olhos com seu quadro de puta, levava suas mãos entre as pernas, metia o vibrador na conchita, sacava-o, chupava-o, e só me dava um show pornô pessoal
Minha pija não voltaria a trabalhar, mas eu me sentia agitado e confesso que desfrutei de seus últimos orgasmos como se eu mesmo os tivesse vivido

Nesse minuto final, lembrava-me da minha esposa, o peso da minha consciência, não disse nada à minha alumna para não estragar o momento, mas o pânico do seu perfume em minha pele, cabelos em minhas roupas ou seus cheiros de mulher me pussem em alerta e fui tomar uma ducha para apagar todas as pegadas possíveis
Voltaria para casa e Marcela seguia em suas coisas, mas eu não podia com essa vida dupla, não ia bem esse papel de esposo perfeito com uma amante fora de casa, que por sinal continuava sendo minha alumna e continuava sendo menor do que minha própria filha

E o que restaria desse segundo semestre do ano seria viver em uma montanha-russa, devia cortá-la, mas não podia fazer isso...
Dar-se-iam situações curiosas, de enganos, de mentiras, de discussões e de prazer, muito prazer...

Uma tarde de setembro, Marcela e eu nos havíamos coincidido no buffet da faculdade, era raro, mas apenas se davam as coisas para compartilhar um café, ela se ia, eu... Sólo chegava e sentamo-nos em uma das mesas
Karo chegou de improviso, não estava nos meus planos, e queria que a terra me engolisse, ela nos dividiu e se aproximou à nossa mesa como demasiado casual

Boa-tarde, professor Olarriaga! - dirigindo-se a mim -

Boa-tarde, professora Gonzalez! - dirigindo-se a Marcela -

Boa-tarde, Almada - respondi com nervosismo, marcando a distância - o que traz por aqui?

Nada, apenas fazia tempo que não via sua esposa e queria desculpar-me

Olá Karolayn! como está tua vida? - respondeu Marcela -

Peço desculpa, vocês se conhecem? - disse eu surpreso -

Foi minha alumna, - respondeu minha esposa - e pelo que vejo, vocês também se conhecem

São sua aluna! - respondeu Karo rindo -

Como diabos não havia visto vê-la chegar, era perfeitamente lógico, elas se conheciam! eu me estava apanhando com minha ex-aluna! me senti incômodamente fatal, comecei a suar, esse suor frio de uma situação ao limite da morte, estavam conversando face a face, em minhas narinas, minha mulher, minha amante

Bem Almada, nos vemos nas aulas certamente? minha esposa precisa se ir...

Sonou demasiado evidente procurando uma separação, mas era a única maneira

Karo se portaria bem, não diria nada de nada, nada que pudesse comprometer-me, mas me havia feito saber que por sempre caminharía pelo fio da navalha
E novamente me jurei apagar toda essa história, mas me dei conta de que não podia estar sem ela, era louco, Marcela era a mulher que havia escolhido para que me acompanhasse até a tumba, mas Karo era a mulher que me fazia sentir vivo, com as loucas, com o sexo, porque ela sempre queria sexo, e mesmo quando compartilhava a cama com minha mulher, ela estava presente em minhas pensamentos

Chegaria dezembro e o fim do ano, já as coisas não estavam bem entre nós, é que ela já se havia sacado das ganas com seu professor, mas para mim se havia transformado em uma perigosa obsessão, já não me importava minha mulher, nem minha família, nem minha carreira, nem o que pudessem dizer, na minha cabeça apenas estava Karo, e Karo já estava Mudava comigo, dizia que eu a estava assediando e agora me deixaria em paz, mas eu não entendia, não podia fazer isso
Cometeria um novo erro, mandá-la a render, apesar de ser uma das minhas melhores alunas, porque apenas queria continuar vendo-a, sem importar que com isso provavelmente estivesse estragando seu média de faculdade
Ela me odeiou por isso, me maldisse, me bloqueou e fechou cada porta que eu mesmo havia aberto para ela
Preferi deixar passar o mês de dezembro e que outro professor a avaliasse, sabia que aprovaria com os olhos fechados
Melhor deixar passar o tempo, seguro, em alguns meses, ao recomendar um novo ciclo, as águas estariam mais tranquilas

Mas nesse novo início de ano, chegaría a pandemia do Covid e o mundo mudaria muito rápido, contrai a doença inicialmente e acrescido de um problema cardíaco hereditário que eu carregava me deixou no corral das chamadas 'pessoas de risco', confinado entre quatro paredes, começaram as aulas virtuais, e tudo o que já vivemos é história sabida
Quando a pandemia havia passado após um longo ano, tudo havia mudado, tudo era novo e o mundo que eu havia vivido não existia mais
Karo para mim era um recorde precioso e apenas mais frio compreendi que era melhor deixar as coisas como estavam, já não tinha forças nem vontade de voltar à faculdade como professor, já só disse basta, eu tinha Marcela, e não queria perdê-la


(Please note that I did not translate the email address at the end of the text)