Primero, todas las entregas de los mejores post de mi esposa
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Como siempre, podes escribirnos a dulces.placeres@live.com, te leemos
Gracias por los puntos y comentarios
SIMPLEMENTE KARO
Muchos años atrás me había recibido de ingeniero electricista, en la universidad pública, cuando soñaba con alguna gerencia en alguna importante multinacional, donde sabía que se pagaban inmejorables sueldos
En el interín, había empezado a mantenerme con un pequeño negocio de ventas de productos eléctricos, mi especialidad
En esos días, también conocería a Marcela, mi esposa, quien era también estudiante, a ella le fascinaba las matemáticas
Uno hace suposiciones sobre su futuro, pero la vida tiene sus propios caminos
Rápidamente llegaría Dalma, nuestra única hija, Marcela se inclinaría por la docencia universitaria y por mi parte, jamás entraría a trabajar a ninguna multinacional, me dediqué de lleno a mi pequeño negocio que floreció rápidamente, pasé a un local más grande y a otro más grande, tomé un empleado que me ayudara, luego otro y otro más, abrí una sucursal en un pueblo vecino, y en otro y en otro más, y cuando me di cuenta, había creado un monstruo que solo me hacía ingresar dinero
Pasó el tiempo, Dalma se hizo mujer y pronto dejó el hogar, yo no tenía grandes ocupaciones, bastaba una vuelta de vez en cuando por la que ya era mi empresa para ver como andaban las cosas, tenía gente que trabajaba por mi, y sería Marcela quien me aconsejaría que yo también dedicara unas hora a la docencia, no por dinero, no por necesidad, solo una forma de mantenerme ocupado y devolverle a la sociedad un poco de lo que ella me había dado
De paso, de vez en cuando le haría compañía, al menos en algunas horas del día
Había pasado los cincuenta y tome esa situación como un nuevo desafío para mi, era muy lindo volver a la que había sido mi casa de estudios, solo que ahora ya no estaba en los pupitres, sino al frente
En pocos años me haría del círculo de profesores, por mis ocupaciones tenía horarios nocturnos y mi vida daba un vuelco impensado
Marcela, tenía su vida en ello, tenía la fama de la mala profesora, la enérgica, la que todos temían, decían por los pasillos que podía hacerte la vida imposible, hasta se había ganado el apodo de 'la nazi', situación que me causaba gracia puesto que mi mujer, por fuera de su rol de profesora era solo una tierna gatita mimosa
Por mi lado, apenas tenía tres horas de cátedra a la semana, yo no estaba en tiempos de confrontar con nadie y era el de hacerme cómplice de mis alumnos, dándoles la confianza suficiente como para mantener jornadas cordales, pero siempre dentro de los límites de profesor alumnos
No era de extrañar que siempre fuera elegido para las entregas de medallas, para representarlos, o lo que fuera, lo que producía un cierto fastidio y envidia por el lado de mi mujer
Así pasaban mis días, sin demasiados sobresaltos, una vida ya realizada, una hermosa mujer que además era colega, una hija feliz, un buen yerno que la respetaba y la quería, una ilusión de ser abuelo, una pequeña empresa que me permitía darme todos los lujos, y los alumnos, alumnos que cambiaba año a año y de alguna manera me permitían sentirme eternamente joven
Hasta que llegaría Karolayn Almada, o simplemente Karo
Ella era más joven que mi propia hija, pero su presencia en el aula me quitaría la respiración, es que sencillamente no podía quitarle los ojos de encima, porque caro no tenía un culo, tenía tremendo culo, y no tenía tetas, tenía terribles tetotas, y eso no era todo, lo peor era que Karo tenía actitud, y eso era mortal para mi
Karo llegaba siempre puntual, solía ser la primera en hacerlo, también era la última en irse, siempre se sentaba en la primera fila, y siempre parecía estar completamente centrada en la clase, lejos de las chiquilinadas y bromas en las que andaban sus compañeros, parecía más madura que el resto por su corta edad y sus preguntas en clase siempre eran desafiantes
Y tuvimos un apego especial, alumna profesor, y yo sabía que eso no podía suceder y dejaba todos mis pensamientos en el lugar de las fantasías
No podía evitar que muchas veces mi mirada, inconscientemente se dirigiera a su escote, es que la pobre no tenía muchos medios para tapar enormes tetas, y en esas muchas veces, ella me sorprendía y solo se sonreía, haciéndome quedar en ridículo
De las miradas pasaríamos a las palabras, no pude evitarlo
Una tarde de examen, en el salón no se sentía ni el volar de una mosca, y yo me había concentrado en mi notebook, estaba aprovechando a ver unos presupuestos de mi negocio, ella me sorprendería, sentí su voz muy cerca y al levantar la vista, sus pechos envueltos en un profundo escote estaba casi al alcance de mis manos, no pude evitar notar sus duros pezones marcados y solo fue una pregunta de examen, sentí su voz dulce y cálida, le contesté amablemente y le dije
Karo, quiero hablar contigo después del examen
Bien profesor Olarriaga, como usted diga
Giró y volvió a su sitio meneando su llamativo trasero enfundado en un ajustado jean azulino
Después de la clase, cuando todos se habían ido le dije
Karo, eres brillante, te deparará una gran futuro, y cuando quieras iniciarte profesionalmente pues puedo abrirte las puertas de mi negocio, para que empieces a defenderte en la vida, sin compromisos
Tomé una tarjeta personal de la empresa y se la di, donde obviamente estaba mi número celular
Gracias profesor, - respondió - lo pensaré
Sabía que él motivo era otro y creo que ella también lo sabía, situación que comprobaría la noche siguiente, cuando se presentó por WhatsApp, diciéndome algo como
Hola Gustavo! soy Karo, agendame...
Era una perra, siempre era el 'profesor Olarriaga', siempre me trataba de usted, pero en un instante, me tuteaba y me llamaba por mi nombre de pila
Empezamos a intercambiar mensajes, y yo solo avanzaba según ella me lo permitía, éramos de diferentes generaciones y no sabía como tratar a las chicas tan jóvenes, tenía miedo de pisar en falso, y poco a poco, los chats fueron por donde tenían que ir, y era tan excitante como peligroso, yo tenía esposa, una vida, y Karo me ponía de rodillas
Y las cosas solo fueron peor para mi cuando me envió su primera foto, la que comparto en este escrito, y con la cual, como un adolescente, me masturbaría en secreto
Y seguiría otra y otra y otra mas, conocería su conchita peluda, conocería sus tetas que resultaban más impresionantes aun al verlas desnudas, lo rosado de su pezones y también conocería su conchita depilada, situación a la que había llegado por un expreso pedido mío
Y en el curso, seguirían siendo las cosas como antes, al menos para ella, me trataba de usted, me ignoraba, pero yo... yo me derretía por dentro, como un tonto
Una noche de domingo, mientras cenábamos en casa, una noticia al azar en la tv me haría abrir los ojos, un caso de denuncia por acoso, en un colegio de otra provincia, el tipo era respetado, tenía toda una carrera, una familia, una esposa, y de pronto, una de sus alumnas había armado un escándalo de proporciones incalculables
Ese profesor podía ser yo, que diablos hacía con mi vida? estaba dispuesto a correr el mismo camino?
La noche del lunes cortaría con todo, le dije delante del resto de la clase
Señorita Almada, después de clases podría quedarse unos minutos? tengo que hablar con usted
A nadie le extrañó, solía tener este tipo de reuniones face to face con algún que otro alumno que tuviera algún problema, así que eran cerca de las once de la noche, cuando terminando la última hora de clases poco a poco quedamos a solas en el salón
Karo desbordaba de alegría, porque seguramente imaginaba todo lo contrario a lo que iba a suceder, y en esos minutos empezó a llamarme Gustavo, y a tutearme
Pero esa cara de alegría se fue transformando lentamente para desencajarse al escuchar mis palabras de retirada de la acción, ella se negó, una y otra vez, di por terminada la discusión, salí del aula y empecé a bajara por las largas escaleras del complejo, con ella a mi lado, y solo ella hablaba, pedía explicaciones, me recriminaba, reía y lloraba al mismo tiempo
Al fin de cuentas habíamos llegado al subsuelo donde estaba el lugar de estacionamiento de coches para todos los usuarios de la facultad, ya casi no quedaba nadie, estaba oscuro, sombrío, y le dije de llevarla hasta su domicilio
Llegamos a mi auto, intenté abrir la puerta, Karo pasó el revés de una de sus manos por su rostro para apartar las lágrimas, me sorprendió, me empujó contra el lateral del vehículo y solo tanteó mi cinturón con rapidez, lo aflojó, bajo mis pantalones y antes que pudiera esbozar reacción se había arrodillado y me la estaba chupando
Lo hacía muy rico, con esa desesperación de saber que tal vez no tuviera otra oportunidad, iba profundo, demasiado, o solo la lamía como a un rico helado, metió su mano por debajo para acariciarme las bolas, y cada tanto miraba mis ojos para notar mi reacción
Por mi parte, el nerviosismo de ser descubiertos me mantenía en alerta, pero cuando bajaba mi mirada ahí estaban sus ojos de pecado, y solo iba más abajo, donde sus enormes tetas escondidas no dejaban de intimidarme para bien
Ella pareció leerme la mente, si sacar sus labios de mi glande, se las arregló para desnudar esos pechos gloriosos y envolver entre ellos al tronco de mi sexo
Estaba muy concentrado en eso, masturbando mi verga entre sus tetas, lo hacía con pasión, con ganas, y parecía desentenderse del entorno promiscuo en el que nos encontrábamos
Me sentí venir, era imposible, y ella solo volvió mi sexo a su boca, no pude dejar de sentir placer al eyacular sobre su lengua que no dejaba de moverse, y notar como su ceño se fruncía al recibir mis descargas
Karo de paró a mi lado, aun saboreando, casi sin poder contener la sonrisa de su satisfacción y aun con la respiración entrecortada, acomodándose las prendas sentenció
Qué rico! estas seguro de que queras cortarla?
La dejaría en la puerta de su casa y luego a la mía, Marcela me esperaba ajena a todo, por primera vez en mi vida le era infiel y se sentía horrible, pero mi alumna se estaba colando en mis huesos, no podía evitarlo
Había fracasado en mi intento de frenar la historia, y el canal de WhatsApp seguía más vivo que nunca, ella me preguntaba si me había gustado, y cuando lo haríamos de nuevo, y yo trataba cortésmente de desembarazarme de todo el asunto, le explicaba que era casado, de mi familia, que Marcela era mi amor y ella mi locura, pero Karo era punzante y me escribía cosas como
Do you really prefer your wife? I bet it's just your bed partner, who no longer gets it up, there's no interest anymore, and she's just a dry woman. Meanwhile, I have a sea between my legs, a hot sea, and I'd like you to get shipwrecked in it
It was hard because part of it was true, Marcela and I almost never had sex, and everything was uphill, but I loved my wife with all my being, and that was the path we were meant to walk together and would continue walking, but Karo... Karo was the madness that made me feel young
Marcela wouldn't see it coming, she was lying in bed reading a book, I told her I had a desire for some action but my wife wasn't showing interest, I was hard with my cock because of my student and I wanted to get rid of my desire
A little bit later, I convinced Marcela to suck me off a little, and she tried to please me
I closed my eyes and while my wife sucked me off, in my mind I relived how Karo had done it before
But things seemed not to be advancing, and I noticed that Marcela was falling asleep with my cock in her mouth
I pushed her away annoyed, really annoyed, we just gave up on the topic, promising to retake it another time
And for all that, I would stumble again, it was easy to predict, it would be at a motel...
We had only arrived at that place, and we kissed wildly rolling around in bed, from side to side, as our clothes started falling out of control, she intoxicated me with her sweet perfume, with her sinful lips, with her deep kisses, and I couldn't believe having all that young and voluptuous woman at my disposal, her breasts threatened to suffocate me and I would have died of pleasure between them, my hands were filled with her buttocks, and I decided to go between her legs because I was in debt for the night's parking and wanted to pay my part
Her shaved pubic area had dripped juices everywhere, on her anus, on her lips, and more I caressed and touched her, it was worse Kisses on the clitoris, I probed with my tongue and fingers through both holes, and she only twisted in pleasure until she exploded in an endless orgasm.
She begged me to take her, wanted to feel my cock inside her, lifted her legs, and only gave it to her once or twice, and each time I pushed deep, a moan from her mouth accompanied my actions.
It was perfect, seeing her disheveled face, her mouth open, her eyes closed, and her breasts bobbing like eternal waves in the sea.
I reclined on top of her to reach her lips with mine while I buried two fingers behind her, simulating double penetration, and she didn't say a word, only passed her right hand between our bodies and felt it on my pubis as if she was masturbating herself.
I left that place, turned her over, and she remained recumbent face down, her perfect ass shining, so I reclined on top of her again, centered myself, but sought the other hole, the forbidden one, and thanks to the previous games with my fingers, with the weight of my body, it was direct to the bottom, Karo exclaimed:
Ay! Professor Olarriaga! You're a pervert! I love that about you!
She drove me crazy and I started moving inside her ass, tight, she moaned and told me:
Ay! Ay! Professor! That's tasty! I like it when you break my ass! Keep going, keep going!
And if I kept going, I was sure to cum, not just from the friction of my cock in her ass, but also from the words she said and how she said them.
I got up on one side, reclined face up, as if imploring a break, because at my age, I only had one cartridge left in the chamber, and when it was fired, everything would be over.
But Karo was at her best moment, and came over me with one leg on each side, riding me, and all I saw was the majesty of her tits that drove me crazy, closed my eyes, didn't want to see because it was too strong, but my hands had no control, went for her tits, her waist, her legs, her ass.
Karo took one of my hands and started sucking on my Fingers, very slutty, you know and felt almost convulsing between orgasms and more orgasms, couldn't, couldn't.... She wouldn't stop moving, and already filled her with cum, just perfect, my seconds of ejaculation seemed like years, and I would leave the moment recorded in my mind forever
As I knew it would happen, I was already out of the game, and nothing Karo did would rekindle the friend she had between her legs, which had already surrendered
She said
I thought you wouldn't last more than a round!
So she went to her personal wallet and took out a striking pink vibrator with discreet dimensions, put it on vibrating and started playing with it, closed her eyes passing the toy between her breasts, through her nipples, twisting herself, biting her lips, and it was obvious that she liked me being there, doing it for me and to me
I just filled my eyes with her slutty scene, had her hands between her legs, put the vibrator in her pussy, took it out, sucked it, and only gave me a personal porn show
My cock wouldn't work again, but I felt agitated and confess that I enjoyed her last orgasms as if I had lived them myself
In those final minutes, I remembered my wife, the weight of my conscience, didn't say anything to my student not to ruin the moment, but the panic of her perfume on my skin, her hair in my clothes, or her womanly scents put me on alert, and I went for a shower to erase all possible traces
I would go home and Marcela would still be doing her thing, but I couldn't handle this double life, not being well with the perfect husband role outside of house, which by the way was still my student, and still younger than my own daughter
And what would remain of that second semester of the year would be living on a rollercoaster, I had to cut her off, but couldn't do it...
There would be curious situations, lies, discussions, and pleasure, too much pleasure...
A September afternoon, Marcela and I had agreed to meet at the faculty cafeteria buffet, it was rare but only things were given to share a coffee, she was leaving, I was just arriving and we sat down at one of the tables. Karo arrived unexpectedly, not in my plans, and I wished the earth would swallow me up, she spotted us and approached our table like too casual.
Good afternoon Professor Olarriaga! - addressing me -
Good afternoon Professor Gonzalez! - addressing Marcela -
Good afternoon Almada - I replied with nervousness, marking the distance - what brings you here?
Nothing, just hadn't seen my wife in a while and wanted to catch up
Hello Karolayn! how's your life? - responded Marcela -
Do you know each other? - I said, surprised -
She was my student, - responded my wife - and it seems you two also know each other
I'm her student! - responded Karo laughing -
How the hell didn't I see him coming, it was totally logical, they knew each other! I was catching up with my ex-student! I felt uncomfortably fatal, started sweating, that cold sweat of a situation on the brink of mortal limits, they were chatting face to face, right in front of me, my wife, my lover
Well Almada, see you in class then? My wife has to leave...
It was too obvious, searching for a separation, but it was the only way
Karo would behave well, wouldn't say anything that could compromise me, but I had made her aware that she would always walk on the edge of the blade
And once again I swore to erase all that history, but I realized I couldn't be without her, I was crazy, Marcela was the woman I had chosen to accompany me to my grave, but Karo was the woman who made me feel alive, with the craziness, with sex, because she always wanted sex, and even when sharing a bed with my wife, she was present in my thoughts
December would arrive and the end of the year, things weren't going well between us, it's that she had already gotten tired of her professor, but for me. I had transformed into a dangerous obsession, I no longer cared about my wife, nor my family, nor my career, nor what they might say, in my head only Karo was, and Karo was already annoyed with me, she said I was harassing her and to leave her alone, but I didn't understand, couldn't make it
I would commit another mistake, making her take a test, despite being one of my best students, because I just wanted to keep seeing her, without caring that this would probably ruin her grade in college
She hated me for that, cursed me, blocked and closed every door she had opened for me
I preferred to let December pass and have another professor evaluate her, knowing she would pass with her eyes closed
Better to let time pass, surely, in a few months, when a new cycle began, the waters would be calmer
But on that new year's beginning, the Covid pandemic would arrive and the world would change too quickly, I contracted the disease at first and added to a hereditary cardiac problem I had, leaving me among the high-risk people, confined between four walls, virtual classes started, and everything we've lived is known history
When the pandemic was over after a long year, everything had changed, everything was new, and the world I had lived no longer existed
Karo for me was a precious memory, and only then did I understand it was better to leave things as they were, I didn't have the strength or desire to return to college as a professor, I already had Marcela, and I didn't want to lose her
If you liked this story, you can write to me with the title SIMPLEMENTE KARO at dulces.placeres@live.com
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SIMPLEMENTE KARO
Muchos años atrás me había recibido de ingeniero electricista, en la universidad pública, cuando soñaba con alguna gerencia en alguna importante multinacional, donde sabía que se pagaban inmejorables sueldos
En el interín, había empezado a mantenerme con un pequeño negocio de ventas de productos eléctricos, mi especialidad
En esos días, también conocería a Marcela, mi esposa, quien era también estudiante, a ella le fascinaba las matemáticas
Uno hace suposiciones sobre su futuro, pero la vida tiene sus propios caminos
Rápidamente llegaría Dalma, nuestra única hija, Marcela se inclinaría por la docencia universitaria y por mi parte, jamás entraría a trabajar a ninguna multinacional, me dediqué de lleno a mi pequeño negocio que floreció rápidamente, pasé a un local más grande y a otro más grande, tomé un empleado que me ayudara, luego otro y otro más, abrí una sucursal en un pueblo vecino, y en otro y en otro más, y cuando me di cuenta, había creado un monstruo que solo me hacía ingresar dinero
Pasó el tiempo, Dalma se hizo mujer y pronto dejó el hogar, yo no tenía grandes ocupaciones, bastaba una vuelta de vez en cuando por la que ya era mi empresa para ver como andaban las cosas, tenía gente que trabajaba por mi, y sería Marcela quien me aconsejaría que yo también dedicara unas hora a la docencia, no por dinero, no por necesidad, solo una forma de mantenerme ocupado y devolverle a la sociedad un poco de lo que ella me había dado
De paso, de vez en cuando le haría compañía, al menos en algunas horas del día
Había pasado los cincuenta y tome esa situación como un nuevo desafío para mi, era muy lindo volver a la que había sido mi casa de estudios, solo que ahora ya no estaba en los pupitres, sino al frente
En pocos años me haría del círculo de profesores, por mis ocupaciones tenía horarios nocturnos y mi vida daba un vuelco impensado
Marcela, tenía su vida en ello, tenía la fama de la mala profesora, la enérgica, la que todos temían, decían por los pasillos que podía hacerte la vida imposible, hasta se había ganado el apodo de 'la nazi', situación que me causaba gracia puesto que mi mujer, por fuera de su rol de profesora era solo una tierna gatita mimosa
Por mi lado, apenas tenía tres horas de cátedra a la semana, yo no estaba en tiempos de confrontar con nadie y era el de hacerme cómplice de mis alumnos, dándoles la confianza suficiente como para mantener jornadas cordales, pero siempre dentro de los límites de profesor alumnos
No era de extrañar que siempre fuera elegido para las entregas de medallas, para representarlos, o lo que fuera, lo que producía un cierto fastidio y envidia por el lado de mi mujer
Así pasaban mis días, sin demasiados sobresaltos, una vida ya realizada, una hermosa mujer que además era colega, una hija feliz, un buen yerno que la respetaba y la quería, una ilusión de ser abuelo, una pequeña empresa que me permitía darme todos los lujos, y los alumnos, alumnos que cambiaba año a año y de alguna manera me permitían sentirme eternamente joven
Hasta que llegaría Karolayn Almada, o simplemente Karo
Ella era más joven que mi propia hija, pero su presencia en el aula me quitaría la respiración, es que sencillamente no podía quitarle los ojos de encima, porque caro no tenía un culo, tenía tremendo culo, y no tenía tetas, tenía terribles tetotas, y eso no era todo, lo peor era que Karo tenía actitud, y eso era mortal para mi
Karo llegaba siempre puntual, solía ser la primera en hacerlo, también era la última en irse, siempre se sentaba en la primera fila, y siempre parecía estar completamente centrada en la clase, lejos de las chiquilinadas y bromas en las que andaban sus compañeros, parecía más madura que el resto por su corta edad y sus preguntas en clase siempre eran desafiantes
Y tuvimos un apego especial, alumna profesor, y yo sabía que eso no podía suceder y dejaba todos mis pensamientos en el lugar de las fantasías
No podía evitar que muchas veces mi mirada, inconscientemente se dirigiera a su escote, es que la pobre no tenía muchos medios para tapar enormes tetas, y en esas muchas veces, ella me sorprendía y solo se sonreía, haciéndome quedar en ridículo
De las miradas pasaríamos a las palabras, no pude evitarlo
Una tarde de examen, en el salón no se sentía ni el volar de una mosca, y yo me había concentrado en mi notebook, estaba aprovechando a ver unos presupuestos de mi negocio, ella me sorprendería, sentí su voz muy cerca y al levantar la vista, sus pechos envueltos en un profundo escote estaba casi al alcance de mis manos, no pude evitar notar sus duros pezones marcados y solo fue una pregunta de examen, sentí su voz dulce y cálida, le contesté amablemente y le dije
Karo, quiero hablar contigo después del examen
Bien profesor Olarriaga, como usted diga
Giró y volvió a su sitio meneando su llamativo trasero enfundado en un ajustado jean azulino
Después de la clase, cuando todos se habían ido le dije
Karo, eres brillante, te deparará una gran futuro, y cuando quieras iniciarte profesionalmente pues puedo abrirte las puertas de mi negocio, para que empieces a defenderte en la vida, sin compromisos
Tomé una tarjeta personal de la empresa y se la di, donde obviamente estaba mi número celular
Gracias profesor, - respondió - lo pensaré
Sabía que él motivo era otro y creo que ella también lo sabía, situación que comprobaría la noche siguiente, cuando se presentó por WhatsApp, diciéndome algo como
Hola Gustavo! soy Karo, agendame...
Era una perra, siempre era el 'profesor Olarriaga', siempre me trataba de usted, pero en un instante, me tuteaba y me llamaba por mi nombre de pila
Empezamos a intercambiar mensajes, y yo solo avanzaba según ella me lo permitía, éramos de diferentes generaciones y no sabía como tratar a las chicas tan jóvenes, tenía miedo de pisar en falso, y poco a poco, los chats fueron por donde tenían que ir, y era tan excitante como peligroso, yo tenía esposa, una vida, y Karo me ponía de rodillas
Y las cosas solo fueron peor para mi cuando me envió su primera foto, la que comparto en este escrito, y con la cual, como un adolescente, me masturbaría en secreto
Y seguiría otra y otra y otra mas, conocería su conchita peluda, conocería sus tetas que resultaban más impresionantes aun al verlas desnudas, lo rosado de su pezones y también conocería su conchita depilada, situación a la que había llegado por un expreso pedido mío
Y en el curso, seguirían siendo las cosas como antes, al menos para ella, me trataba de usted, me ignoraba, pero yo... yo me derretía por dentro, como un tonto
Una noche de domingo, mientras cenábamos en casa, una noticia al azar en la tv me haría abrir los ojos, un caso de denuncia por acoso, en un colegio de otra provincia, el tipo era respetado, tenía toda una carrera, una familia, una esposa, y de pronto, una de sus alumnas había armado un escándalo de proporciones incalculables
Ese profesor podía ser yo, que diablos hacía con mi vida? estaba dispuesto a correr el mismo camino?
La noche del lunes cortaría con todo, le dije delante del resto de la clase
Señorita Almada, después de clases podría quedarse unos minutos? tengo que hablar con usted
A nadie le extrañó, solía tener este tipo de reuniones face to face con algún que otro alumno que tuviera algún problema, así que eran cerca de las once de la noche, cuando terminando la última hora de clases poco a poco quedamos a solas en el salón
Karo desbordaba de alegría, porque seguramente imaginaba todo lo contrario a lo que iba a suceder, y en esos minutos empezó a llamarme Gustavo, y a tutearme
Pero esa cara de alegría se fue transformando lentamente para desencajarse al escuchar mis palabras de retirada de la acción, ella se negó, una y otra vez, di por terminada la discusión, salí del aula y empecé a bajara por las largas escaleras del complejo, con ella a mi lado, y solo ella hablaba, pedía explicaciones, me recriminaba, reía y lloraba al mismo tiempo
Al fin de cuentas habíamos llegado al subsuelo donde estaba el lugar de estacionamiento de coches para todos los usuarios de la facultad, ya casi no quedaba nadie, estaba oscuro, sombrío, y le dije de llevarla hasta su domicilio
Llegamos a mi auto, intenté abrir la puerta, Karo pasó el revés de una de sus manos por su rostro para apartar las lágrimas, me sorprendió, me empujó contra el lateral del vehículo y solo tanteó mi cinturón con rapidez, lo aflojó, bajo mis pantalones y antes que pudiera esbozar reacción se había arrodillado y me la estaba chupando
Lo hacía muy rico, con esa desesperación de saber que tal vez no tuviera otra oportunidad, iba profundo, demasiado, o solo la lamía como a un rico helado, metió su mano por debajo para acariciarme las bolas, y cada tanto miraba mis ojos para notar mi reacción
Por mi parte, el nerviosismo de ser descubiertos me mantenía en alerta, pero cuando bajaba mi mirada ahí estaban sus ojos de pecado, y solo iba más abajo, donde sus enormes tetas escondidas no dejaban de intimidarme para bien
Ella pareció leerme la mente, si sacar sus labios de mi glande, se las arregló para desnudar esos pechos gloriosos y envolver entre ellos al tronco de mi sexo
Estaba muy concentrado en eso, masturbando mi verga entre sus tetas, lo hacía con pasión, con ganas, y parecía desentenderse del entorno promiscuo en el que nos encontrábamos
Me sentí venir, era imposible, y ella solo volvió mi sexo a su boca, no pude dejar de sentir placer al eyacular sobre su lengua que no dejaba de moverse, y notar como su ceño se fruncía al recibir mis descargas
Karo de paró a mi lado, aun saboreando, casi sin poder contener la sonrisa de su satisfacción y aun con la respiración entrecortada, acomodándose las prendas sentenció
Qué rico! estas seguro de que queras cortarla?
La dejaría en la puerta de su casa y luego a la mía, Marcela me esperaba ajena a todo, por primera vez en mi vida le era infiel y se sentía horrible, pero mi alumna se estaba colando en mis huesos, no podía evitarlo
Había fracasado en mi intento de frenar la historia, y el canal de WhatsApp seguía más vivo que nunca, ella me preguntaba si me había gustado, y cuando lo haríamos de nuevo, y yo trataba cortésmente de desembarazarme de todo el asunto, le explicaba que era casado, de mi familia, que Marcela era mi amor y ella mi locura, pero Karo era punzante y me escribía cosas como
Do you really prefer your wife? I bet it's just your bed partner, who no longer gets it up, there's no interest anymore, and she's just a dry woman. Meanwhile, I have a sea between my legs, a hot sea, and I'd like you to get shipwrecked in it
It was hard because part of it was true, Marcela and I almost never had sex, and everything was uphill, but I loved my wife with all my being, and that was the path we were meant to walk together and would continue walking, but Karo... Karo was the madness that made me feel young
Marcela wouldn't see it coming, she was lying in bed reading a book, I told her I had a desire for some action but my wife wasn't showing interest, I was hard with my cock because of my student and I wanted to get rid of my desire
A little bit later, I convinced Marcela to suck me off a little, and she tried to please me
I closed my eyes and while my wife sucked me off, in my mind I relived how Karo had done it before
But things seemed not to be advancing, and I noticed that Marcela was falling asleep with my cock in her mouth
I pushed her away annoyed, really annoyed, we just gave up on the topic, promising to retake it another time
And for all that, I would stumble again, it was easy to predict, it would be at a motel...
We had only arrived at that place, and we kissed wildly rolling around in bed, from side to side, as our clothes started falling out of control, she intoxicated me with her sweet perfume, with her sinful lips, with her deep kisses, and I couldn't believe having all that young and voluptuous woman at my disposal, her breasts threatened to suffocate me and I would have died of pleasure between them, my hands were filled with her buttocks, and I decided to go between her legs because I was in debt for the night's parking and wanted to pay my part
Her shaved pubic area had dripped juices everywhere, on her anus, on her lips, and more I caressed and touched her, it was worse Kisses on the clitoris, I probed with my tongue and fingers through both holes, and she only twisted in pleasure until she exploded in an endless orgasm.
She begged me to take her, wanted to feel my cock inside her, lifted her legs, and only gave it to her once or twice, and each time I pushed deep, a moan from her mouth accompanied my actions.
It was perfect, seeing her disheveled face, her mouth open, her eyes closed, and her breasts bobbing like eternal waves in the sea.
I reclined on top of her to reach her lips with mine while I buried two fingers behind her, simulating double penetration, and she didn't say a word, only passed her right hand between our bodies and felt it on my pubis as if she was masturbating herself.
I left that place, turned her over, and she remained recumbent face down, her perfect ass shining, so I reclined on top of her again, centered myself, but sought the other hole, the forbidden one, and thanks to the previous games with my fingers, with the weight of my body, it was direct to the bottom, Karo exclaimed:
Ay! Professor Olarriaga! You're a pervert! I love that about you!
She drove me crazy and I started moving inside her ass, tight, she moaned and told me:
Ay! Ay! Professor! That's tasty! I like it when you break my ass! Keep going, keep going!
And if I kept going, I was sure to cum, not just from the friction of my cock in her ass, but also from the words she said and how she said them.
I got up on one side, reclined face up, as if imploring a break, because at my age, I only had one cartridge left in the chamber, and when it was fired, everything would be over.
But Karo was at her best moment, and came over me with one leg on each side, riding me, and all I saw was the majesty of her tits that drove me crazy, closed my eyes, didn't want to see because it was too strong, but my hands had no control, went for her tits, her waist, her legs, her ass.
Karo took one of my hands and started sucking on my Fingers, very slutty, you know and felt almost convulsing between orgasms and more orgasms, couldn't, couldn't.... She wouldn't stop moving, and already filled her with cum, just perfect, my seconds of ejaculation seemed like years, and I would leave the moment recorded in my mind forever
As I knew it would happen, I was already out of the game, and nothing Karo did would rekindle the friend she had between her legs, which had already surrendered
She said
I thought you wouldn't last more than a round!
So she went to her personal wallet and took out a striking pink vibrator with discreet dimensions, put it on vibrating and started playing with it, closed her eyes passing the toy between her breasts, through her nipples, twisting herself, biting her lips, and it was obvious that she liked me being there, doing it for me and to me
I just filled my eyes with her slutty scene, had her hands between her legs, put the vibrator in her pussy, took it out, sucked it, and only gave me a personal porn show
My cock wouldn't work again, but I felt agitated and confess that I enjoyed her last orgasms as if I had lived them myself
In those final minutes, I remembered my wife, the weight of my conscience, didn't say anything to my student not to ruin the moment, but the panic of her perfume on my skin, her hair in my clothes, or her womanly scents put me on alert, and I went for a shower to erase all possible traces
I would go home and Marcela would still be doing her thing, but I couldn't handle this double life, not being well with the perfect husband role outside of house, which by the way was still my student, and still younger than my own daughter
And what would remain of that second semester of the year would be living on a rollercoaster, I had to cut her off, but couldn't do it...
There would be curious situations, lies, discussions, and pleasure, too much pleasure...
A September afternoon, Marcela and I had agreed to meet at the faculty cafeteria buffet, it was rare but only things were given to share a coffee, she was leaving, I was just arriving and we sat down at one of the tables. Karo arrived unexpectedly, not in my plans, and I wished the earth would swallow me up, she spotted us and approached our table like too casual.
Good afternoon Professor Olarriaga! - addressing me -
Good afternoon Professor Gonzalez! - addressing Marcela -
Good afternoon Almada - I replied with nervousness, marking the distance - what brings you here?
Nothing, just hadn't seen my wife in a while and wanted to catch up
Hello Karolayn! how's your life? - responded Marcela -
Do you know each other? - I said, surprised -
She was my student, - responded my wife - and it seems you two also know each other
I'm her student! - responded Karo laughing -
How the hell didn't I see him coming, it was totally logical, they knew each other! I was catching up with my ex-student! I felt uncomfortably fatal, started sweating, that cold sweat of a situation on the brink of mortal limits, they were chatting face to face, right in front of me, my wife, my lover
Well Almada, see you in class then? My wife has to leave...
It was too obvious, searching for a separation, but it was the only way
Karo would behave well, wouldn't say anything that could compromise me, but I had made her aware that she would always walk on the edge of the blade
And once again I swore to erase all that history, but I realized I couldn't be without her, I was crazy, Marcela was the woman I had chosen to accompany me to my grave, but Karo was the woman who made me feel alive, with the craziness, with sex, because she always wanted sex, and even when sharing a bed with my wife, she was present in my thoughts
December would arrive and the end of the year, things weren't going well between us, it's that she had already gotten tired of her professor, but for me. I had transformed into a dangerous obsession, I no longer cared about my wife, nor my family, nor my career, nor what they might say, in my head only Karo was, and Karo was already annoyed with me, she said I was harassing her and to leave her alone, but I didn't understand, couldn't make it
I would commit another mistake, making her take a test, despite being one of my best students, because I just wanted to keep seeing her, without caring that this would probably ruin her grade in college
She hated me for that, cursed me, blocked and closed every door she had opened for me
I preferred to let December pass and have another professor evaluate her, knowing she would pass with her eyes closed
Better to let time pass, surely, in a few months, when a new cycle began, the waters would be calmer
But on that new year's beginning, the Covid pandemic would arrive and the world would change too quickly, I contracted the disease at first and added to a hereditary cardiac problem I had, leaving me among the high-risk people, confined between four walls, virtual classes started, and everything we've lived is known history
When the pandemic was over after a long year, everything had changed, everything was new, and the world I had lived no longer existed
Karo for me was a precious memory, and only then did I understand it was better to leave things as they were, I didn't have the strength or desire to return to college as a professor, I already had Marcela, and I didn't want to lose her
If you liked this story, you can write to me with the title SIMPLEMENTE KARO at dulces.placeres@live.com
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