So far, so close (2 of 3) (re-submitted)

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Como siempre, podes escribirnos a dulces.placeres@live.com, te leemos


TAN LEJOS, TAN CERCA
PARTE 2 DE 3


No tardé en ponerla al tanto, y me decía a mí mismo que sería solo una cena de viernes por la noche, aunque sabía que me mentía a mí mismo.

Ese día al atardecer, acompañe a mi esposa y a mi pequeña a la estación de ómnibus, donde nos encontramos con una decena de compañeras y padres que estaban en la misma situación que nosotros, y a pesar de lo especial de ese momento mi excitación pasaba por lo que sucedería en poco tiempo.
Como es habitual, nos quedamos en el andén saludando a los que se iban, quienes respondían efusivamente por las ventanillas del coche. Pronto el micro se puso en marcha y lo vimos alejarse a paso de hombre hasta la avenida principal.
Volví a casa, estaba anocheciendo y tenía cosas por hacer, me bañé, me perfumé y busqué mis mejores prendas, saqué uno de mis mejores vinos y de paso a su casa compré un postre helado.

Al llegar no podía más con mis deseos, toqué la puerta, ella no tardó en abrir, estaba radiante, en tacos altos era más lata que yo, me besó en la mejilla y me dejó impregnada una exquisita fragancia femenina

- Que guapo estás!


Fue todo lo que dijo, mientras me invitaba a pasar.

Fuimos a la cocina, ella tomo unos minutos para guardar el vino en la heladera y el postre helado en el refrigerador, unos minutos que me alcanzaron para llenar mi vista y ver la criatura increíble en la que se había convertido Angelito, unas piernas torneadas y desnudas rozando la perfección, una minifalda plateada brillante tan ajustada que resaltaba sus grandes y macizos glúteos, y un tipo mini vestido suelto, amplio, dejando notar que no usaba sostén y que sus hermosos pechos se movían libremente de lado a lado, marcando sus pezones en una manera demasiado sugerente contra la delgada tela, su piel bronceada lucía algunos tatoo que se me hacían muy ricos. Samantha me sorprendió perdido en sus curvas, y empezó a reírse tontamente.
Hablamos un rato, pavadas, me dijo que era horrible cocinera, que tenía intenciones de pedir sushi, pero no sabía si era de mi agrado, por suerte tuvo la idea de consultarme, odiaba esas cosas raras, así que tomé mi celular y fui por lo de siempre, un pedido de pizzas y cervezas.

La cena fue amena, recordamos tantas cosas, esta vez con nostalgia, ella me comentó que en nuestra adolescencia, cuando era Ángel, estaba perdidamente enamorado de mí, el chico cuatro ojos, que era virgen y soñaba con que yo fuera su primer chico y recordó la primera vez que yo la llamé 'Angel Maricote', cuanto lo habían lastimado esas palabras y las burlas de todos, y lo que más le había dolido, que esas palabras salieran justo de mi boca. A medida que ella hablaba me sentía más y más mierda, y cada vez se me hacía más difícil pasar los bocados de pizza. Los minutos pasaron, los recuerdos se sucedieron unos a otros, algunos tristes, otros risueños, ella era la que más parloteaba, yo era quien me perdía más y más en su belleza.
Llegó la hora del postre, Samantha fue a al refrigerador a buscar la torta helada que yo había traído, y en ese andar me llené la vista con su culo hasta tener una incontenible erección, ella volvió a mi lado sabiendo que la miraba, y disfrutaba con que yo la mirara, era un perfecto juego de seducción.

A todo esto, aun nos tratábamos como ex compañeros compartiendo una cena, nadie pasaba la raya, a las dos de la mañana habíamos agotado los temas de conversación, por lo que fui por la botella de malbec que aun descansaba en la heladera, y saque a relucir un tema que me tenía intrigado desde el momento en que había pisado su departamento, el lugar era demasiado lujoso, con excelentes terminaciones, y estaba emplazado en uno de los sitios más caros de la ciudad, y todo esto llevaba a pensar en una clase media alta, o clase acomodada de la sociedad, de hecho, ella había dicho en la reunión de meses atrás, que se ganaba la vida con una boutique, y ninguna boutique, por más ganancias que tuviera, podría solventar semejante estilo de vida.
Expuse abiertamente mis dudas, algo no cerraba en toda la historia, ella solamente dibujó una sonrisa en sus labios, me hizo sentar en un amplio sillón y me indicó que sirviera dos copas de vino, la vi perderse en su cuarto, para volver en minutos con un álbum de tapas negras y brillosas, se sentó a mi lado, entregándome lo que traía y dijo


- La boutique es solo una pantalla, es una larga historia, pero digamos que soy prostituta vip, estoy en una agencia que no es conocida públicamente, no la encontrarás en Internet, es algo digamos oscuro y hay mucha gente involucrada a la que no sería conveniente descubrir sus intimidades, me explico?


Escuchaba con suma atención las palabras de Samantha, prosiguió narrando


- Me contactan en forma privada, me pagan fortunas, no imaginas los que pueden hacer los hombres por una verga como la mía, hombres con muchísimo dinero, muchísimo poder, hombres que tienen familia, esposas, hijos, pueden ser políticos, empresarios, futbolistas, ni imaginas con quien me he acostado, gente que tuvieron de todo en la vida, que están aburridos, que se cogieron a las putas más ricas y que vienen a mí por algo nuevo, por algo distinto
Samantha embebió sus labios con el vino, y me dijo que ese era su book privado, era como su catálogo de presentación, me indicó que pegara una hojeada y le diera mi opinión

Dejé mi copa sobre la mesita ratona y me dediqué a ver sus fotos, mierda, que verga que tenía la maldita, era enorme, y era obvio el motivo por el que la buscaban y pagaban tanto dinero, me quedé como tonto mirando una y otra vez sus fotos, su pija era rara, como un misil, con un glande pequeño en punta, pero con un tronco que se iba haciendo más y más grueso a medida que llegaba a la base


- Hija de puta... cuento mide? - pregunté aun incrédulo
- Unos veintiocho, pero lo mejor está en lo gruesa - respondió con un aire de soberbia
Me dijo que necesitaba pasar al baño a orinar, y mientras se iba tiré una moneda al aire, una broma con doble sentido


- Y a mi también me vas a cobrar?
- No papi... cómo te voy a cobrar a vos.. - respondió sin detener la marcha y sin siquiera girar la cabeza.
Estaba tan duro que me sentía explotar en esos instantes, no me importaba nada, solo quería clavarme a Samantha

Minutos después Samantha volvió a mi encuentro, pero las cosas estaban cambiando, bajo esa pollera plateada que tan justa le quedaba, se marcaba su terrible verga parada hacia un lado, me tiró la tanga en el rostro y me dijo


- Esta tanga me estaba matando ja ja! creo que así está mejor...


En esos instantes, yo aún estaba sentado y su verga al alcance de mi mano, pero no me animaba, ella vino a mi lado y se sentó sobre mis piernas, mi boca quedó a la altura de su cuello a medio camino entre sus boca y sus tetas, me acarició los cabellos y me enterró su lengua en mi boca, buscando la mía con la suya, con mi mano derecha la abracé por la cintura y con izquierda le apreté dulcemente las tetas por encima del vestido, fueron instantes muy ricos, sabía lo que había más abajo, pero no me animaba a más.
Samantha me dijo que no fuera tímido, que era su noche soñada por años y que no la defraudara, que no tuviera miedo, que todo se daría naturalmente entre nosotros, mientras susurraba estas palabras en mi oído, tomó mi mano con la suya, la que tenía en sus tetas y me guió hacia abajo, hasta llegar a su verga que ya se había escapado por debajo de la pollera y estaba dura como una piedra.

Seguíamos besándonos, mantenía mis ojos cerrados, y dejé a mi mano adivinar muchas cosas, era realmente terrible, a pesar de ser hombre y tener manos grandes, no alcanzaba a rodearla por lo gruesa que era, empecé a masturbarla lentamente al tiempo que dajaba caer su vestido para que le lamiera los pechos siliconados, y al mismo tiempo bajaba mi otra mano de la cintura a sus glúteos. Con el correr de los segundos Samantha empezó a ceder a todas mis estimulaciones, le atacaba la pija, las nalgas, los pechos, la boca, y empezó a gemir en forma inconsciente, hasta que detuvo el juego y me dijo


- Basta... me vas a hacer acabar... quiero que me hagas la cola...





So far, so close (2 of 3) (re-submitted)She left the few clothes she had on the floor, even her high-heeled shoes, and was completely naked, and in the dim light of the place I could fill my eyes with her sexy bronze lines, achieved by the sun and her tiny bathing suit, she was perfect. She got down on all fours, very provocative, and gave herself a slap in a very slutty way, spat in her hand, and lubricated her well-stretched sphincter. I undressed clumsily and confess that I felt very bad, my hairy cock barely reaching 12 centimeters, a piece of trash that would only cause tickles and contrasted with the monumentally depilated one she was showing off. Like that, I went all in and screwed her until the end with great ease, it was humiliating because despite her moans, it was evident that there was too much to fill and no tool to do so.

I turned her over onto herself, leaving her back on the couch, lifted her legs, and went at her again, in that position I could see her cock in full plenitude, that's what I wanted, that's what excited me, and we were two bodies as one, sweaty, crazy, her sex was so terrible that in that curvature the tip reached her breasts, she kept asking me to fill her ass with cum, and I started masturbating her, just like I was masturbating myself, the moans continued, she asked me not to stop moving, that she was coming, I felt the contractions of her sphincter on my cock and as the semen rose up hers, I bent her more and more, seeing that it was almost over, her glans was already near her mouth, without saying a word we shared the same perverse thought, she started cumming in long, interminable streams of semen, I aimed at her mouth and she opened it, her face started filling up with each shot and tried to catch all of it with her mouth, it was very hot to see her drinking her own juices, and as she had asked me, I came all inside her.

It had been all very fast, very explosive, we left exhausted. Taking a bath to wash my face, then it was my turn to pee, and finally we found ourselves again on the couch, naked, already more relaxed, still unable to believe what I was doing, what was happening, so much had I mocked Angel Marcote, so much had I hated his incipient homosexuality, and now I was having sex with Samantha, with her, with that perfect creature, my head and heart seemed to be struggling at that moment, why he was she, and she was he.

A tense silence dominated the place at that moment, surely she intuited what was happening in my thoughts and poured two new glasses of wine. I looked again at her cock, now without erection, it reached only halfway up my leg, terrible assassin.

I didn't know what to expect ahead, she left the glass on the table and leaned against me, just like my wife did, while she caressed the beautiful skin of my chest, then went to my stomach, and finally to my cock, started touching it gently, although I felt embarrassed about its small size, I let her do it, and in minutes I had a new erection. Samantha slowly fell onto me, closed my eyes and surrendered to her games, she started sucking the whole thing, eating the whole thing, and I noticed how good she was, never had any woman sucked my cock like she was sucking mine, it was perfect, she knew how to make me desire, knew every sensitive point of my sex perfectly, she was a man, nothing needed to be explained.

She brought her mouth to kiss me, on her lips I perceived an exquisite mixture of flavors, between her saliva, the wine she had taken, and the taste of my own cock, I let her know, she laughed and deliberately exhaled her breath into my nose, it was terrible...

She went back to work, and as a result of all the excitement, I noticed that her cock was hardening again, and I had an irrepressible desire, uncontrollable, searched for a way to get closer, slowly, my mouth was watering, her sex was terrible, I brought it to my mouth, kissed it gently as long as it was, then inserted her gland, caressed it with my Language, filled with kisses its endless trunk and I put his smooth testicles in my mouth, I masturbated him slowly with one hand, with both. I started to get so excited that all my attention was on the work I was doing and I had left the blow job Samantha was giving me in second place.

I never imagined that sucking a cock could be so tasty, and just imagining that at some point my mouth would fill with semen would bring me to ecstasy

Samantha had left my sex aside and had been sucking my ass with insistence for several minutes, both of us knew the intentions but nobody said it, until she suddenly pulled me away from where I was, kissed me on the mouth, and in a whisper implored

I want that virgin bum to be mine...
You're crazy! - I replied - You'll kill me with that...

WILL CONTINUE

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