No dejes de pasar por mi mejor post
http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa.html
No te vas a arrepentir!
Hoy se es un día especial para mí, se cumplen diez años de la última vez que vi a Joaquín, la persona que alguna vez pensé que era el hombre de mi vida, por eso, al terminar de leer mi historia comprenderán que hay juegos que tal vez es mejor no jugar.
En los años noventa habíamos formado nuestra pareja y no fue fácil, el amor nos mantenía unidos porque económicamente la pasábamos mal.
A principio de siglo la situación social en Argentina fue insostenible, así que de común acuerdo vendimos por pocos pesos nuestras pertenencias y viajamos a España, a buscar nuestro futuro, parecía una paradoja del destino, años atrás mis abuelos habían venido del viejo continente corridos por la miseria, a esta tierra floreciente, y ahora, nosotros emprendíamos el camino contrario.
Fue muy duro, estábamos solos, sin nuestros afectos, en tierra desconocida, con costumbres desconocidas, con comidas desconocidas, como extrañaba mis asados de los Domingos!.
Era todo tan raro, tan diferente, no podía dejar de sentirme una extraña, una extranjera, como sapo de otro poso, el idioma, nuestro castellano era parecido pero diferente, me causaban gracias sus modismos y ellos se sorprendían con mi lenguaje, ‘coger’ era normal para ellos, cuando para mi significaba otra cosa…
Alquilábamos un pequeño departamento, en un complejo de varios pisos, lo mejor que tenía era la vista, se levantaba frente a una gran plaza, todo el sector parquizado y todas las mañanas me despertaba el trinar de los pájaros.
Al poco tiempo conoceríamos a Victoria y Mariano, ellos vivían justo en el departamento superior al nuestro, también eran argentinos y tenían las mismas necesidades que nosotros.
Las circunstancias hicieron que nos uniéramos, en grupo era más fácil, así compartíamos largas horas, Vicky y yo nos hicimos amigas, íbamos juntas a todas partes, lo mismo por el lado de Mariano y Joaquín, y se fue tejiendo una unión que crecía día a día, era común que nosotros fuéramos a comer a su departamento o ellos vinieran al nuestro.
Recuerdo que muchas noches sentíamos crujir rítmicamente su cama, cosa que nos animaba a nosotros a comenzar una rueda de sexo…
Nuestra relación se fue haciendo cada vez más íntima, cada vez más confianza, al punto que empezamos a vernos como algo más que amigos…
No sé quien lo propuso, ni recuerdo cómo llegamos a eso, solo sé que esa maldita noche terminamos cambiando de parejas…
Esa noche hacía bastante calor, subimos a su departamento, tenía un vestido floreado, con un gran escote redondo por que qué sobresalían mis grandes pechos, con un elástico bajo los mismos y después se habría suelto y holgado hacia abajo, esto disimulaba mis pocas caderas y mi cola chata, Joaquín, informal como de costumbre, con su cabello mojado y su mirada seductora.
Mariano nos atendió, lucía apuesto, con una camisa amarilla y unos jeans negros, con una barba de unos días que me hizo cosquillas cuando besó mi mejilla, estaba muy guapo.
Por último apareció ella, con un pantalón corto, que resaltaba sus anchas caderas y su cola grandota, que culo hermoso que tenía la desgraciada, y unas piernas!!! pero bueno, ella perdía arriba, sus pechos no tenían nada que hacer frente a los míos…
Cenamos, la pasamos bien, bebimos, la suave música nos puso ‘cachondos’, a un costado mi marido estaba platicando con Victoria, en voz baja y con risas cómplices, muy cerca uno del otro, en eso Mariano viene a mi lado y me ofrece una copa mientras pasa su mano tras mi espalda
La pasan bien, no? – refiriéndose a mi marido y a su esposa
Si… parece que se llevan bien…
Y nosotros? Como crees que la pasaríamos?
Sonreí y solo respondí poniendo una mano sobre su pierna…
De ahí en adelante no sé cómo sucedió, solo tengo la imagen de ambos yendo hacia la puerta y las palabras de mi esposo diciendo:
Que la pasen lindo! Nosotros haremos lo propio…
Bajamos por las escaleras, lo deseaba pero estaba nerviosa, en años mi esposo había sido el único hombre en mi cama y las cosas estaban por cambiar.
Entramos y fuimos directo a la acción, pasamos al dormitorio, Mariano notó mi nerviosismo ante la indiferencia a sus besos, ni siquiera las copas de más que tenía encima lograban soltarme, pero él supo llevarme, apagó la luz para no incomodarme, apenas el brillo de la noche entraba por la ventana, sus labios se pegaron a mi piel, sus manos se deslizaron dulcemente por mis cabellos, recorrieron con respeto mi silueta, sin groserías, tiempo al tiempo, lentamente me fui entregando, cerré mis ojos, mis manos pasaron por su nuca, por su espalda, me puse en puntas de pies para que mis labios llegaran a los suyos, nuestras lenguas se juntaron, besaba muy bien.
Pronto sentí mis pezones endurecerse bajo el vestido y mi raja humedecerse, apreté mis pechos contra el pecho de mi amante, sus manos me aferraron por la cintura levantándome en el aire hasta apoyarme contra la pared, estaba prisionera en sus brazos, la locura empezaba a invadirme…
Me llevó sobre la cama, el chirrido del piso superior se hizo presente, Mariano me dijo:
Parece que estamos en desventaja, no sabía que mi cama hacía tanto ruido…
Mi esposo se cogía a mi vecina, estaba todo dicho…
Comenzamos a rodar en la cama, sus manos ahora buscaban mi intimidad, mi húmeda entrepierna recibió sus dedos, se desnudó y en la oscuridad acaricié su verga dura y sus hermosos testículos, estaba caliente, quería que me coja, el mordisqueaba mis pechos aún sin sacarlos del vestido
Qué hermosas tetas tenes!
Cogeme, quiero que me cojas…
Saqué mi bombacha, levantando mí vestido se coló al medio, levanté mis piernas llevándolas bien atrás, para recibirlo lo más abierta posible, se metió por completo en mi interior, era raro y excitante a la vez tener dentro a otro que no fuera mi esposo, su verga me llenaba y yo me mojaba, me hacía gritar de placer, trataba de acallar mis gemidos llevando sus labios contra los míos, bufaba, en mi mente veía a mi esposo cogiéndose a mi vecina y eso enloquecía mi sexo, Mariano era un buen amante y hacía todo bien, me llevaba lentamente al clímax, realmente estaba disfrutando con ese hombre, cambiamos posiciones una y otra vez y me dejé coger en todas las formas, algunas que nunca había practicado con Joaquín, fue fabuloso…
Em um momento ele se sentou sobre a cama e eu frente a ele, só que arrodillada com as minhas pernas ao seu lado, de maneira que o meu bico se comia toda sua bunda, os meus peitos na altura da sua cabeça, com as minhas mãos me apoie em seus ombros enquanto suas tomavam os meus glúteos, comecei a subir e a baixar lentamente levando o ritmo, suas palavras elogiavam os meus peitos agora nus e sua boca começava a saboreá-los, gostava, ia de um lado para outro, sua saliva endulçava os meus pezones que estavam duros e excitados por seus lábios, o rodeava com os meus peitos, o sufocava e senti que isso lhe agradava demais, senti que ele se tornava mais duro, mais tenso, e não havia coisa que fizesse sentir mais mulher que fazer um cú para meu homem dentro de mim e com os meus movimentos.
Concentrei-me no que fazia, o gimió de prazer ao sentir explodir em profundidade, o torturé porque continuei movendo lentamente, fazendo que seu sêmen brotasse uma e outra vez em profundidade da minha argolla, foi maravilhoso, foi esplêndido, Mariano trepidava e perdia a concentração mordia meu pezão direito fazendo-me doer...
Extenuada e quente me tirei para um lado, com minha intimidade rebalsada, agitada e transpirada.
Ele não me deixou descansar, apesar de eu ter tido pequenos orgasmos, ele continuou beijando meu corpo, me fez pôr em quatro patas para luego recorrer toda a minha intimidade com sua língua, como uma faca filosa recorreu minhas nádegas, meu esfíncter, meu hueco cheio de cú, seguiu por meus lábios, se centró em meu clítoris que estava inchado e quente.
Fechei os olhos novamente, a cama continuava rangendo no quarto superior, acariciei minhas adoloridas mamelas enquanto sua perfeita lamida se aproximava do objetivo.
Assumi que Mariano era melhor que Joaquín praticando sexo oral, sabia o momento justo para fazer cada coisa, explodi gritando, não pude contê-lo, os espasmos e contrações involuntárias lhe deixaram saber que eu estava arrancando um enorme orgasmo...
Ao acariciar Mariano notei que sua bunda... Estava dura novamente, fui pela revanche, sem dizer palavra e já desinibida acendi a luz para que me visse, fui entre suas pernas, tomei seu pau entre minhas mãos para fazer o meu melhor trabalho, se o pelou por completo, procurando o ponto justo para que sua glande lucisse imponente mas sem que chegasse a molestar, levei minha mão para seus testículos para massajar com doçura, vi seus olhos posados em minha boca então comecei a lamê-lo, passando minha língua por sua cabeça rosada, tentando que seu pau estivesse se interpondo entre meus lábios e sua vista, sabia como o excitava, cada tanto o metia bem fundo, tratando de chegar à sua base, até que topara em minha garganta.
Me avisou que estava cuminando, que tivesse cuidado, mas contrariamente ao que teria feito a maioria das mulheres quando sentiu vir eu empurrei seu pau o mais fundo que pude, começou a disparar no profundo de minha garganta, seu sêmen era amargo, abri a boca e deixei chorrear por gravidade, o líquido descia por minha língua e lábios para então deixá-lo correr pelo seu tronco, isso passou várias vezes, assim que Mariano observava como deixava cair um após outro os jatos de cum que inundavam minha boca.
Quando terminou enquanto acariciava meu cabelo e seu pau recuperava sua flacidez, brinquei com minha língua e lábios saboreando toda a cum derramada, até que nos quedemos dormidos.
Ao despertar Mariano roncava placidamente, nu em minha cama, senti vergonha. Com o tempo as coisas se normalizaram e cada marido voltou a seu departamento.
Sem imaginar, essa noite havia sido o princípio do fim, as coisas mudariam, a relação não seria a mesma, com Joaquín pactamos não contar as intimidades vividas para evitar roces inúteis, mas os fantasmas de Mariano e Victoria estavam entre nós para nunca mais abandonar-nos, compreendemos que não estávamos preparados para enfrentar o que seguiria...
Assim foi Joaquín quem começou a me contar como quem não quer a coisa, o fabuloso que era o cu da nossa vizinha, com suas largas nádegas e como havia desfrutado fazendo isso, coisa 'que eu nunca fazia', deixei que passasse porque era verdade, eu não praticava sexo anal porque não me parecia natural e qual era o problema?
Mas pouco a pouco, ao ver minha indiferença, começou a me agredir psicológicamente com o tema, comparando-me frequentemente com Victoria, até havia mudado na cama e persistia em levar seus dedos para meu cu...
O único que conseguiu foi me pôr à defensiva e lhe dei um tapa no homem onde mais dói, dizendo-lhe que Mariano tinha um pau maior do que o seu e que me havia feito sentir 'mais mulher' que ele, coisa que não era verdadeira, porque Joaquín eu amava. Tudo seguiu em descida, em alguma conversa de homens Mariano lhe contara que eu havia enchido a boca com seu leite e meu esposo me atacou duramente, por ter-lho ocultado.
Não havia retorno, beijava-me com asco porque dizia que não podia parar de imaginar o pau do nosso amigo em minha boca, acaso eu não sabia que a seguiu chupando apesar de lhe ter passado pelo cu a Victoria?
Pequenos problemas se tornaram grandes problemas, entre nós e com nossos vizinhos, no ano dois mil quatro nos separamos, me acompanhou ao aeroporto e nos despedimos com um beijo frio. Voltei para a Argentina, ele seguiu na Espanha, e se por acaso lesse essas linhas, gostaria de dizer-lhe que apesar de tudo eu sigo amando...
Escreva-me com título 'JUEGOS PELIGROSOS' para dulces.placeres@live.com
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No te vas a arrepentir!
Hoy se es un día especial para mí, se cumplen diez años de la última vez que vi a Joaquín, la persona que alguna vez pensé que era el hombre de mi vida, por eso, al terminar de leer mi historia comprenderán que hay juegos que tal vez es mejor no jugar.
En los años noventa habíamos formado nuestra pareja y no fue fácil, el amor nos mantenía unidos porque económicamente la pasábamos mal.
A principio de siglo la situación social en Argentina fue insostenible, así que de común acuerdo vendimos por pocos pesos nuestras pertenencias y viajamos a España, a buscar nuestro futuro, parecía una paradoja del destino, años atrás mis abuelos habían venido del viejo continente corridos por la miseria, a esta tierra floreciente, y ahora, nosotros emprendíamos el camino contrario.
Fue muy duro, estábamos solos, sin nuestros afectos, en tierra desconocida, con costumbres desconocidas, con comidas desconocidas, como extrañaba mis asados de los Domingos!.
Era todo tan raro, tan diferente, no podía dejar de sentirme una extraña, una extranjera, como sapo de otro poso, el idioma, nuestro castellano era parecido pero diferente, me causaban gracias sus modismos y ellos se sorprendían con mi lenguaje, ‘coger’ era normal para ellos, cuando para mi significaba otra cosa…
Alquilábamos un pequeño departamento, en un complejo de varios pisos, lo mejor que tenía era la vista, se levantaba frente a una gran plaza, todo el sector parquizado y todas las mañanas me despertaba el trinar de los pájaros.
Al poco tiempo conoceríamos a Victoria y Mariano, ellos vivían justo en el departamento superior al nuestro, también eran argentinos y tenían las mismas necesidades que nosotros.
Las circunstancias hicieron que nos uniéramos, en grupo era más fácil, así compartíamos largas horas, Vicky y yo nos hicimos amigas, íbamos juntas a todas partes, lo mismo por el lado de Mariano y Joaquín, y se fue tejiendo una unión que crecía día a día, era común que nosotros fuéramos a comer a su departamento o ellos vinieran al nuestro.
Recuerdo que muchas noches sentíamos crujir rítmicamente su cama, cosa que nos animaba a nosotros a comenzar una rueda de sexo…
Nuestra relación se fue haciendo cada vez más íntima, cada vez más confianza, al punto que empezamos a vernos como algo más que amigos…
No sé quien lo propuso, ni recuerdo cómo llegamos a eso, solo sé que esa maldita noche terminamos cambiando de parejas…
Esa noche hacía bastante calor, subimos a su departamento, tenía un vestido floreado, con un gran escote redondo por que qué sobresalían mis grandes pechos, con un elástico bajo los mismos y después se habría suelto y holgado hacia abajo, esto disimulaba mis pocas caderas y mi cola chata, Joaquín, informal como de costumbre, con su cabello mojado y su mirada seductora.
Mariano nos atendió, lucía apuesto, con una camisa amarilla y unos jeans negros, con una barba de unos días que me hizo cosquillas cuando besó mi mejilla, estaba muy guapo.
Por último apareció ella, con un pantalón corto, que resaltaba sus anchas caderas y su cola grandota, que culo hermoso que tenía la desgraciada, y unas piernas!!! pero bueno, ella perdía arriba, sus pechos no tenían nada que hacer frente a los míos…
Cenamos, la pasamos bien, bebimos, la suave música nos puso ‘cachondos’, a un costado mi marido estaba platicando con Victoria, en voz baja y con risas cómplices, muy cerca uno del otro, en eso Mariano viene a mi lado y me ofrece una copa mientras pasa su mano tras mi espalda
La pasan bien, no? – refiriéndose a mi marido y a su esposa
Si… parece que se llevan bien…
Y nosotros? Como crees que la pasaríamos?
Sonreí y solo respondí poniendo una mano sobre su pierna…
De ahí en adelante no sé cómo sucedió, solo tengo la imagen de ambos yendo hacia la puerta y las palabras de mi esposo diciendo:
Que la pasen lindo! Nosotros haremos lo propio…
Bajamos por las escaleras, lo deseaba pero estaba nerviosa, en años mi esposo había sido el único hombre en mi cama y las cosas estaban por cambiar.
Entramos y fuimos directo a la acción, pasamos al dormitorio, Mariano notó mi nerviosismo ante la indiferencia a sus besos, ni siquiera las copas de más que tenía encima lograban soltarme, pero él supo llevarme, apagó la luz para no incomodarme, apenas el brillo de la noche entraba por la ventana, sus labios se pegaron a mi piel, sus manos se deslizaron dulcemente por mis cabellos, recorrieron con respeto mi silueta, sin groserías, tiempo al tiempo, lentamente me fui entregando, cerré mis ojos, mis manos pasaron por su nuca, por su espalda, me puse en puntas de pies para que mis labios llegaran a los suyos, nuestras lenguas se juntaron, besaba muy bien.
Pronto sentí mis pezones endurecerse bajo el vestido y mi raja humedecerse, apreté mis pechos contra el pecho de mi amante, sus manos me aferraron por la cintura levantándome en el aire hasta apoyarme contra la pared, estaba prisionera en sus brazos, la locura empezaba a invadirme…
Me llevó sobre la cama, el chirrido del piso superior se hizo presente, Mariano me dijo:
Parece que estamos en desventaja, no sabía que mi cama hacía tanto ruido…
Mi esposo se cogía a mi vecina, estaba todo dicho…
Comenzamos a rodar en la cama, sus manos ahora buscaban mi intimidad, mi húmeda entrepierna recibió sus dedos, se desnudó y en la oscuridad acaricié su verga dura y sus hermosos testículos, estaba caliente, quería que me coja, el mordisqueaba mis pechos aún sin sacarlos del vestido
Qué hermosas tetas tenes!
Cogeme, quiero que me cojas…
Saqué mi bombacha, levantando mí vestido se coló al medio, levanté mis piernas llevándolas bien atrás, para recibirlo lo más abierta posible, se metió por completo en mi interior, era raro y excitante a la vez tener dentro a otro que no fuera mi esposo, su verga me llenaba y yo me mojaba, me hacía gritar de placer, trataba de acallar mis gemidos llevando sus labios contra los míos, bufaba, en mi mente veía a mi esposo cogiéndose a mi vecina y eso enloquecía mi sexo, Mariano era un buen amante y hacía todo bien, me llevaba lentamente al clímax, realmente estaba disfrutando con ese hombre, cambiamos posiciones una y otra vez y me dejé coger en todas las formas, algunas que nunca había practicado con Joaquín, fue fabuloso…
Em um momento ele se sentou sobre a cama e eu frente a ele, só que arrodillada com as minhas pernas ao seu lado, de maneira que o meu bico se comia toda sua bunda, os meus peitos na altura da sua cabeça, com as minhas mãos me apoie em seus ombros enquanto suas tomavam os meus glúteos, comecei a subir e a baixar lentamente levando o ritmo, suas palavras elogiavam os meus peitos agora nus e sua boca começava a saboreá-los, gostava, ia de um lado para outro, sua saliva endulçava os meus pezones que estavam duros e excitados por seus lábios, o rodeava com os meus peitos, o sufocava e senti que isso lhe agradava demais, senti que ele se tornava mais duro, mais tenso, e não havia coisa que fizesse sentir mais mulher que fazer um cú para meu homem dentro de mim e com os meus movimentos.
Concentrei-me no que fazia, o gimió de prazer ao sentir explodir em profundidade, o torturé porque continuei movendo lentamente, fazendo que seu sêmen brotasse uma e outra vez em profundidade da minha argolla, foi maravilhoso, foi esplêndido, Mariano trepidava e perdia a concentração mordia meu pezão direito fazendo-me doer...
Extenuada e quente me tirei para um lado, com minha intimidade rebalsada, agitada e transpirada.
Ele não me deixou descansar, apesar de eu ter tido pequenos orgasmos, ele continuou beijando meu corpo, me fez pôr em quatro patas para luego recorrer toda a minha intimidade com sua língua, como uma faca filosa recorreu minhas nádegas, meu esfíncter, meu hueco cheio de cú, seguiu por meus lábios, se centró em meu clítoris que estava inchado e quente.
Fechei os olhos novamente, a cama continuava rangendo no quarto superior, acariciei minhas adoloridas mamelas enquanto sua perfeita lamida se aproximava do objetivo.
Assumi que Mariano era melhor que Joaquín praticando sexo oral, sabia o momento justo para fazer cada coisa, explodi gritando, não pude contê-lo, os espasmos e contrações involuntárias lhe deixaram saber que eu estava arrancando um enorme orgasmo...
Ao acariciar Mariano notei que sua bunda... Estava dura novamente, fui pela revanche, sem dizer palavra e já desinibida acendi a luz para que me visse, fui entre suas pernas, tomei seu pau entre minhas mãos para fazer o meu melhor trabalho, se o pelou por completo, procurando o ponto justo para que sua glande lucisse imponente mas sem que chegasse a molestar, levei minha mão para seus testículos para massajar com doçura, vi seus olhos posados em minha boca então comecei a lamê-lo, passando minha língua por sua cabeça rosada, tentando que seu pau estivesse se interpondo entre meus lábios e sua vista, sabia como o excitava, cada tanto o metia bem fundo, tratando de chegar à sua base, até que topara em minha garganta.
Me avisou que estava cuminando, que tivesse cuidado, mas contrariamente ao que teria feito a maioria das mulheres quando sentiu vir eu empurrei seu pau o mais fundo que pude, começou a disparar no profundo de minha garganta, seu sêmen era amargo, abri a boca e deixei chorrear por gravidade, o líquido descia por minha língua e lábios para então deixá-lo correr pelo seu tronco, isso passou várias vezes, assim que Mariano observava como deixava cair um após outro os jatos de cum que inundavam minha boca.
Quando terminou enquanto acariciava meu cabelo e seu pau recuperava sua flacidez, brinquei com minha língua e lábios saboreando toda a cum derramada, até que nos quedemos dormidos.
Ao despertar Mariano roncava placidamente, nu em minha cama, senti vergonha. Com o tempo as coisas se normalizaram e cada marido voltou a seu departamento.
Sem imaginar, essa noite havia sido o princípio do fim, as coisas mudariam, a relação não seria a mesma, com Joaquín pactamos não contar as intimidades vividas para evitar roces inúteis, mas os fantasmas de Mariano e Victoria estavam entre nós para nunca mais abandonar-nos, compreendemos que não estávamos preparados para enfrentar o que seguiria...
Assim foi Joaquín quem começou a me contar como quem não quer a coisa, o fabuloso que era o cu da nossa vizinha, com suas largas nádegas e como havia desfrutado fazendo isso, coisa 'que eu nunca fazia', deixei que passasse porque era verdade, eu não praticava sexo anal porque não me parecia natural e qual era o problema?
Mas pouco a pouco, ao ver minha indiferença, começou a me agredir psicológicamente com o tema, comparando-me frequentemente com Victoria, até havia mudado na cama e persistia em levar seus dedos para meu cu...
O único que conseguiu foi me pôr à defensiva e lhe dei um tapa no homem onde mais dói, dizendo-lhe que Mariano tinha um pau maior do que o seu e que me havia feito sentir 'mais mulher' que ele, coisa que não era verdadeira, porque Joaquín eu amava. Tudo seguiu em descida, em alguma conversa de homens Mariano lhe contara que eu havia enchido a boca com seu leite e meu esposo me atacou duramente, por ter-lho ocultado.
Não havia retorno, beijava-me com asco porque dizia que não podia parar de imaginar o pau do nosso amigo em minha boca, acaso eu não sabia que a seguiu chupando apesar de lhe ter passado pelo cu a Victoria?
Pequenos problemas se tornaram grandes problemas, entre nós e com nossos vizinhos, no ano dois mil quatro nos separamos, me acompanhou ao aeroporto e nos despedimos com um beijo frio. Voltei para a Argentina, ele seguiu na Espanha, e se por acaso lesse essas linhas, gostaria de dizer-lhe que apesar de tudo eu sigo amando...
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