Confesiones vergonzosas #1: Lavadorcita putita

!Precaucion: exceso de pena ajena!
Bueno, como ya muchos sabrán tengo un fetiche enorme con las tangas de mi madre desde que tengo 11 años.
No puedo ver una tanga de ella sin excitarme, el hecho de pensar en que esa hermosura de tela diminuta tocó durante horas la húmeda y caliente concha de mi madre mientras el hilo dental se metía muy bien en su culito de prostituta barata hace que me excite al instante.
Soy débil ante esto, algo estimula mi cerebro cada vez que veo una tanga de mi madre y hace que me apendeje.
Pero bueno, me da mucha pena todo esto y recalcó que me encantan las tangas de mi propia madre solo por qué hoy vengo a humillarme para ustedes contando la vez que fui una lavadorcita putita.
Advertencia, daré mucha pena ajena hoy así que perdón si esto te incómoda.
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Tenía aproximadamente 16 años y como eh dicho antes, mis padres trabajan de día así que es muy normal que este solo en casa.
Usualmente nos repartimos los deberes para ayudar a mi madre y ese día en específico me tocaba lavar ropa.
Todo normal hasta que llegó la hora de colocar toda la ropa a color en la lavadora.

Justo antes de cerrar la lavadora ví en la parte de arriba una tanga hermosa color rosa la cual obviamente era de la pendejita retrasada de mi madre, son ese tipo de tangas que realmente llaman la atención a la vista por el encaje, lo diminuto y los colores chillantes.
Si ya leíste mis historias anteriores sabrás que tengo favoritismo por ciertas tangas y que esa era una de mis favoritas.


Usualmente no agarro ropa sucia de ella y me conformo con las prendas limpias que tiene en su cajón, pero ese día estaba algo más caliente de lo normal.
Al ver esa prenda parecia qué me estaba seduciendo, no podía dejar de verla, caminaba para continuar haciendo mis cosas pero no dejaba de pensar en "agarra esa tanga", "va a ser divertido" sentía que estaba siendo manipulado por ese hermoso pedazo de tela que mi madre se pone en la concha
La tentación me gano y erminé haciendo algo muy vergonzoso.
(Aclaro que hice esto por qué estaba solo en casa y nadie podía verme)
Me dispuse a jugar un poco para calentarme más.
Me acerque a la lavadora, tomé la tanga con mis dos manos y le dije "¿Quieres un trato especial?, pequeña".
Si, le estaba hablando a la tanga.
La tenía en mis manos y le decía:
-"Debe de ser muy difícil estar todos los días cuidando la panochita de la pendejita esa"
Le di un besito y la guarde y la guarde en mi bolsa del pantalón para divertirme.
Prendí la lavadora y corrí a encerrarme en mi habitación, puse porno en la televisión y saqué la tanga para divertirme con ella.
La puse sobre una almohada y como si pudiera entenderme le decía
-Una preciosura como tu marece un trato especial.
Mentiras la besaba y acomodaba con mi boquita de modo que la parte donde va la concha quedará expuesta.
La vi durante unos segundos y me animé a darle una muy buena lamida.
El sabor era algo fuerte pero no malo así que me acostumbré rápido a el mientras la limpiaba con mi lengua.
-Hoy yo seré tu lavadorcita putita, me encargaré de que quedes muy limpia para que puedas regresar a la panochita de mi madre.
Le decía a la tanga entre besos, lenguetones y chupetes.
Si, estaba lavando la tanga de mi madre con la lengua como si fuera una especie de gatita bañando a sus crías.
Mi lengua pasaba por cada centímetro de esa hermosura de tela y después de unos minutos ya estaba lista.
La tanga estaba totalmente húmeda y no tenía una sola mancha.
Había lavado una tanga con mi boquita.
Pero aún así no dejaba de lamer y chupar.

Ese día fue espectacular, colgué al sol toda la ropa incluyendo la tanga que yo mismo lave y me sentía orgulloso de ser una lavadorcita putita.
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Si gustas platicar y ver las tangas de mi madre solo manda mensaje al 6221516730 y pregunta por la lavadorcita putita ❤️
Puedo contarte las otras veces que repetí está historia con diferentes tangas de mi mami ❤️✨