El Tío Fran (3)

Recuerden que ya les dije que en ese entonces yo tenía un noviecito, no lo dejé pero de verdad desde que estuve la primera vez con el Tío Fran, no era lo mismo coger con él, así que buscaba excusas para no hacerlo muy seguido, y como era un buen chico se la aguantaba o yo lo arreglaba con una paja o una chupada ¡ja!
Vivía pensando en Fran, él era todo lo que me excitaba, como hombre, su edad, la forma de tratarme, lo prohibido, que sea casi un familiar ¡¡todo!!
Pasaron muchos días hasta que volvió a invitarme a su departamentito, otra vez había preparado algo para comer, un vino y masas finas, cenamos, y otra vez hablamos mucho, me hacía sentir cómoda porque yo todavía estaba como nerviosa y algo tímida. Me dijo que no había vuelto a llamar a su "amiga", que la última mujer que cogió fui yo, que a la tía Cata no la tocó, me preguntó por mi noviecito y le conté que no tenía ganas de coger con él. Me preguntó si pensé en nuestro encuentro y le dije que sí que mucho. Sonriendo me dijo sos una linda y buena putita y se me aflojó todo ¡¡¡jajaj!! Esa forma de hablarme me ponía loquita, esta vez fui yo la que lo avancé, lo besé y lo abracé fuerte para sentirlo. Me levantó en brazos y me llevó a la habitación, me tiró sobre la cama y me dijo que me desnudara que quería culiarme "vas a darme el culo para que yo sea tu macho" me dijo, "desde ahora solo me lo das a mi, al noviecito ese no se lo das más" así me lo dijo.
Me acomodó en cuatro sobre la cama y me empezó a chupar el culo y la concha, su lengua iba y venía, era infernal como me hacía sentir, era la primera vez que me chupaban así, buscó un frasquito con un liquido y me empezó a masajear el agujerito y después metió su dedo profundo mojado con el aceite varias veces, también se mojó la pija y me dijo "ahora vas a sentir lo que es culiar con tu macho" y me la empezó a meter, fue muy suave y lento, entraba y salía, yo suspiraba para relajarme porque la tenía gorda y me costaba aguantarla, pero no quería que saliera de mí, volaba de la calentura, y así me la fue dando, no sé si toda, no lo sé, en un momento empezó a darme chirlos en la cola y a decirme guarradas y sentí que se acababa dentro mío "tomá mi leche putita", "te estoy rompiendo el culo nena" acabé también de una forma que nunca había sentido, parecía que el polvo me venía del alma y quedé tirada sin fuerza aplastada por el cuerpo de él.
Así fue como le di el culo y desde entonces como él me dijo fui su putita y él mi macho.

1 comentários - El Tío Fran (3)

La obsesión que despierta alguien que sabe hacer las cosas. El cuerpo no olvida.