La madre de Pedro y el bully 35

Pedro no dio importancia al olor que estaba en su cuarto; el echo de tener a su bully en su casa era suficiente para distraer su atención de cualquier otra cosa así que simplemente abrió la ventana.
-Como estas Pedro?
-Bien Juan, gracias pero porque lo pides?
-Nomas estaba pensando en lo que me dijiste sobre tu madre y Marcelo, esa cosa de su redención.
-Que de eso?
-Nomas quería recomendar que vigiles a tu mamá, talvez Marcelo podría intentar…ya sabes, hacer lo que hace siempre Marcelo.
-Oh, no te preocupes por eso, mi madre se sabe defender de ese tipo de “atenciones”. De echo, ahora está en la cocina con él.
-Enserio?
-Enserio. No quiero estar en el mismo cuarto donde esta él así que me encerré en el mío.
-Que mierda Pedro, enserio. Prisionero en tu misma casa, se que se siente feo.
-Tu sabes que se siente? Como?
-Nono, no se como se siente pero imagino que tiene que ser…feo, no?
-Bueno si, es una mierda. Pero no creo que tendré que soportarlo por mucho tiempo. Se que ese bastardo se dejara ver por cómo es realmente y mamá lo botara afuera de la casa.
En el piso de abajo, en la cocina, Teresa nuevamente estaba entre las piernas del bully dándole una última mamada primero que se vaya. La lengua y las manos de la mujer trabajaban en perfecta sincronía dándole al chico la mejor mamada de su vida. Teresa estaba mucho más energética y excitada de lo normal y ella sabía perfectamente el porqué. Sabía que era equivocado, era malo y perverso pero también era emocionante y tremendamente excitante saber que su hijo estaba al piso de arriba inconsciente que su madre estaba gozando de la verga de su bully en su boca.
La madre de Pedro y el bully 35
El resto de la semana fue lo mismo: Pedro iba a la escuela, Marcelo se cogía a Teresa en la casa, Pedro regresaba a casa y se encerraba en su cuarto. La paciencia del chico pero, cada día se hacía menos ya que se quejaba con su Madre porque no quería tener a su bully en su casa todos los días. Ella primero trató de convencer a su hijo que lo que hacia era una cosa buena y trataba de convencerlo en aceptarlo pero no funcionó. La insistencia de Pedro sobre el argumento irritó a su madre la cual ahora defendía al bully abiertamente, denotando sus cualidades y imponiendo su autoridad como madre sobre su hijo.
-Como puedes decir eso? Después de todo lo que me hizo!
-Yo se de lo que hablo Pedro! Marcelo no es tan malo como piensas, él quiere cambiar y me lo está demostrando cada día.
-Que? Él? Cambiar? Tipos como él no cambian mamá. Solo le gusta lastimarme, eso es la única razón por la que esta aquí.
-No tienes idea de cuanto te equivocas hijo, además no te olvides como tu padre y yo te crecimos.
-…
-Te enseñamos a perdonar, no a odiar, tu sabes muy bien de cuanto sea importante creer en la bondad de la gente y…
-No! No él. No Marcelo.
-Pedro, hijo mío, escúchame, si solo le dieras una posibilidad estoy segura que cambiarías idea, podrían ser asta amigos…
-…AMIGOS? Con, con…Marcelo? Imposible, nunca. Estas loca mamá, estas loca si piensas que…
-PEDRO! No te atrevas a hablarme así niño! Soy tu madre y me tienes que respetar.
-Yo…Tu no entiendes. No puedo estar con él aquí, en mi casa. No era suficiente tenerlo en la escuela ahora lo llevas también aquí.
-Eres tu él que no entiendes Pedro. Te dije que Marcelo vendrá en MI CASA si yo lo deseo, es un buen chico, con muchas buenas cualidades y…
-BASTA! No quiero que hables así de él. Ese, ese…bastardo de mierda me arruinó la vida y tu lo sabes muy bien. Es un criminal, un bruto sin consciencia o pudor! Lo odio! Quiero que ese animal se vaya al infierno!
PAFF
Un bofetón se estrelló en la cara de Pedro dejándolo sin palabras, asustado, traumatizado y sobretodo herido, no él cuerpo pero en el alma. Teresa reaccionó de instinto en defensa de su amante al escuchar a su proprio hijo insultar a su macho. Inmediatamente ella se arrepintió de su gesto. Nunca en todo su vida había alzado un dedo sobre su hijo y ahora delante de ella estaba su amado Pedrito con una mano sobre su mejilla roja, sus ojos lúcidos a pocos instantes de dejar caer lágrimas y una mirada que la veía como si no la reconociera…en realidad ella tampoco reconoció a sí misma en ese momento.
Quería pedir perdón, quería abrazarlo, prometer que nunca más lo haría pero en vez hizo lo contrario.
-Vete a tu cuarto. Inmediatamente.
Si bien estuviese arrepentida de sus acciones siguió recitando la parte de la madre enojada, como si estuviese convencida de tener razón. Pedro le obedeció y subió las escaleras callado con paso de zombi mientas Teresa lo observaba con los brazos cruzados esforzándose de mantener una cara enojada en caso su hijo se volteé. Ni ella sabía porque se comportaba así.
Apenas escuchó la puerta de su cuarto cerrarse, Teresa se sentó en el sofá del salón y puso sus manos sobre su cara esforzándose de no llorar. “No puedo mandarle fotos a Marcelo con los ojos hinchados” pensaba Teresa. Trató de explicarse mil veces su reacción tratando de encontrar una justificación a su acto, algo que la hubiese echo sentir mejor pero no lo lograba. Teresa comenzó a tener miedo. Temía en lo que se estaba transformando, temía de no poder parar y sobretodo temía en lo que su hijo podía decir a su papá. Como explicaría eso a su marido? Teresa y Felipe había crecido a sus hijos eliminando completamente el uso de violencia sobre ellos, nunca les tiraron de la oreja, nunca les tocaron con un dedo y sobretodo nunca se soñaron de darles un sopapo a sus hijos. Ellos los habían crecido con una educación basada en el amor, paciencia, comprensión y razón.
PEDRO
El chico no podía creer todavía que su misma madre lo hubiera golpeado y no fue un sopapo ligero, fue un sopapo fuerte, con rabia y fuerza, todavía le dolía la mejilla y la sentía caliente. Más que todo pero se sentía herido y traicionado. No lograba capacitarse que su madre lo haya pegado por primera vez en su vida en defensa del bully, el solo pensarlo le daba ganas de morir.
TOCK, TOCK
Teresa toca la puerta.
-A…Adelante.
Dice el chico con algo de esitacion sin saber como comportarse.
-Pedro, hijo…te calmaste?
-Que?
-Estas calmo ahora? Quiero hablar contigo.
Pedro creía que ella vendría a pedirle disculpas no a acusarlo.
-Yo? Tu estas calma?
-Basta Pedrito. No quiero discutir mas. Lo que pasó primero no quiero que se vuelva a repetir. Supongo que tu estés de acuerdo.
-Bueno si, pero tu…
-Yo no quiero que mi hijo se atreva a faltar me de resto en ese modo. No te crecí así, como un maleducado irrespetuoso.
-Lo siento mamá…pero tu…
-No trates de cambiar la conversación hijo. Tu te equivocaste y si no quieres que le diga a tu papá como te comportarte entonces me tienes que prometerme de no volver a hacerlo más.
-Yo…lo prometo mamá.
Pedro había pasado de ser la víctima al ser el culpable en pocos segundos.
-Y prométeme también de no cuestionarme en ni uno modo sobre Marcelo. Ok?
-Mamá, él…yo…lo prometo.
Después de haber negociado su inocencia en todo eso, Teresa abraza a su hijo y él como si fuera un niño la abraza también perdonando y olvidando la bofetada que le dio sin haber escuchada ni una disculpa.
-Muy bien Pedrito. Dime, quieres que te cocine algo especial para la cena?
Fue fácil para Teresa ganar el silencio de su hijo, unas cuantas palabras para retorcer la verdad, el sentido de culpa y una oferta de comida le garantizaron su silencio.
PEDRO
Esa noche la cena pasó como si nada pero justo primero de irse a dormir escuchó a sus padres discutir nuevamente sobre el mismo tema. No prestó mucha atención a lo que se decían, seguramente sería lo mismo de las otras veces y como las otras veces su madre terminaría ganando haciendo callar a su padre. Las mañanas, primero de ir a la escuela, lo veía cada vez más de mal humor. No que estuviese enojado con él o su hermano pero estaba seguramente triste y cansado de como las cosas estaban con mamá. Ellos no discutían tanto pero ahora parecía que fuera cosa de cada día y eso no le gustaba para nada a Pedro. Le recordaba lo que sus compañeros de escuela decían sobre sus propios padres, que de repente peleaban de cualquier cosa, que era casi cada día y que asta cuando no peleaban parecía lo mismo que hubieran peleado. Ellos decían todos la misma cosa, ósea que al final todo eso terminaba en divorcio. Le venían a la mente como sus compañeros se ponían a confrontar a quien de ellos le fue peor durante los divorcios, como si fuese una competencia.
“Eso no pasará. No a mis padres. Ellos no. Además ellos ni creen en el divorcio” se consolaba sólo.
Si bien lo intentara no paraba de pensar en las historias de divorcios que escuchó de sus compañeros, especialmente sobre los amantes.
La mayoría decían que al final se descubría que uno de ellos o los dos tenían otra pareja en secreto. Algunas veces era la joven secretaria, otras veces el entrenador de pilates o asta un familiar de la esposa o esposo. Pará Pedro siempre fue una cosa de otro mundo, un peligro lejos de él pero ahora le parecía asta demasiado real.
-Pedro, me escuchaste?
-Mmm? Que?
-Te pregunte si quieres probar a correr esta vez.
-Oh, no Juan. La última vez que lo intentamos nos fue peor recuerdas?
-Si, tienes razón. Bueno entonces nos vemos a la salida.
TERESA
Desnuda en su cama, Teresa estaba echada de estómago mamando con dedición el miembro de su macho mientras este último la filmaba con su celular.
puta
madre
-No lo mandaras a nadie verdad?
-Claro que no.
Respondió el bully con un tono casi sarcástico pero la madre de Pedro no objetó nada, como si no tuviera importancia.
-Quieres hacerlo mas interesante?
-Mmm…Como interesante?
PEDRO
-Hola mamá? Que pasó?
-MmHola Pedrito, nada…todo bien.
-Si, mamá pero porque me llamas en horario de escuela?
-Estas demasiado ocupado para hablar con tu mamá?
-No, claro que no mamá, de echo recién se terminó el recreo.
-MmmSi, GLACK, entiendo.
-Madre, no te escucho bien. Talvez hay una interferencia.
-Bueno, entonces mmmcuidate ok?
Pedro escuchó algo. No era claro pero parecía que alguien estaba ahí con ella.
-Mamá? Acaso Marcelo esta ahí contigo otra vez?
-No, no, porque tendría que estar aquí?
-Pensaba que sería como los otros días. Además hoy no lo vi en la escuela así que creia…
-Estoy aquí sola. Comiendo un plátano. Pero dime hijo, te divertiste en el recreo?
-No, bueno…pasé todo el tiempo buscando a Juan pero no lo encuentro de ni una parte.
-OOHJJ Pobre…pobrecito!
-Mamá? Que pasó?
TERESA
-Si, si mmmm, todo bieen.
Teresa había pasado de mamar la verga del bully de su hijo e dejársela meter en el culo. Todo esto sin protestar.
mama
Marcelo seguía filmando mientras su verga se enterraba centímetros después de centímetro adentro de ella volviéndole más difícil contener los gemidos.
-Tengo que ir Pedro. Estoy…mmmocupadaa.
-Ok. Entonces a más tar…
Su hijo no pudo terminar la frase porque ella le cortó la llamada justo primero de dejar salir un fuerte gemido.
esposa
El bully comenzó a martillarle con su verga mientras la cama crujía como si se estuviera para romper.
PEDRO
El chico estaba esperando en la puerta a su amigo Juan pero nada. Ya casi se vacío su colegio y todavía no salía su fiel amigo. “Que extraño” pensó Pedro pero no podía esperar más así que le mandó un mensaje y se encaminó para su casa. Ese día, extrañamente no había ni uno de la banda de Marcelo que lo esperaba como siempre. “Talvez se cansaron de esperarme” hoy para Pedro parecía ser un buen día después de todo.
Apenas abrió la puerta de su casa un olor muy fuerte asaltó su olfato. No sabía de donde viniera pero abrió las ventanas rápido para dejarlo salir.
-Mamá?
Nadie respondió. No había comida como normalmente sabía haber cuando regresaba a casa, los platos y las ollas sucias del almuerzo estaban todavía ahí sin haber sido lavada pero más importante no había su mamá. Subió las escaleras y fue en dirección del cuarto de su madre y cuando abrió la puerta ese mismo olor de primero se escuchó de nuevo, esta vez más fuerte y más pesado pero lo que le sorprendió más fue ver que su madre estaba echada en el medio de la cama, estómago abajo, cubierta por una fina frazada blanca.
casada
Ella estaba durmiendo…desnuda, la frazada le cubría solo en parte sus nalgas mientras el resto estaba libre. Si bien su madre estuviese en ese estado no pudo no darse cuenta de cómo fuese tan bella aunque con sus cabellos despeinados y su boca abierta en una sonrisa.
Pedro se sintió incómodo en esa situación. Quería saludar a su madre pero no sabia que decir después de despertarla así que cerró con cuidado la puerta para después golpearla dos veces.
KNOCK, KNOCK
-Mamá, esta ahí?
-Mmm…Que? Ah, Pedro, hijo no entres!
-Esta bien.
-Ahora salgo Pedrito, me estaba cambiando. Tu ve a tu cuarto que te preparo la comida.
-Como quieras mamá.
Poco más de media hora después su mamá golpeó a la puerta de su cuarto y entro con una sonrisa nerviosa.
-Como estas hijo mío?
-Bien mamá, tu?
-Muy bien hijo, muy bien. Perdona que me demoré tanto pero me había dormido y…
-No te preocupes mamá, no es que tenía tanta hambre.
Pedro al ver la actitud nerviosa de ella, le recordó cuando su hermano hacía algo de malo y trataba de fingir que todo estaba bien para que nadie se de cuenta. “Pero que de malo mamá podrá haber echo?”
-Como te fue en la escuela Pedrito?
-De echo hoy me fue muy bien, fue un día…tranquilo.
-Que bien, que bien. Y nadie te dio problemas?
A Pedro le parecía extraño que ella hiciera esa pregunta, especialmente ese día.
-No, nadie. Porque?
-Nomas así. De todos modos cuando salgas quiero que te regreses inmediatamente a casa ok?
-Como inmediatamente?
-Me escuchaste Pedrito, es para tu bien.
-Pero porque me dices esto? Así de la nada.
-Es que…vi recientemente unas noticias de pandilleros que atacaban los chicos de las escuelas y me preocupe.
-Pandilleros? Enserio?
-Si, hazle caso a tu madre y regresa a casa apenas puedes, no te pares a hablar con nadie ok?
-Esta bien mamá.
Al siguiente día Pedro fue a la escuela teniendo bien en la mente las palabras de su madre pero lo que más le daba de pensar era la falta de su amigo Juan. El chico no le había respondido a sus mensajes desde el día primero y ahora no estaba en la escuela. Pedro comenzó a preocuparse. Fue a buscarlo primero de entrar a sus clases, durante el recreo y a la salida. Si bien no estaba haciendo lo que su mamá le había dicho sentía que esa era la cosa justa que hacer. Pedro comenzaba a temer que algo le hubiera pasado a su amigo pero a parte llamar no podía hacer nada así que tuvo que ir hacia casa.
TERESA POCO ANTES…
-ESTAS LOCO? Como puedes decir algo así?
-No veo el problema puta. Los dos sabemos que no ves la hora de liberarte de esta pantomima de la esposa-madre modelo.
-Te equivocas. Yo…no es así. No es como piensas.
-Sabes que conmigo no tienes que mentir linda.
-NO! Eso no! Nunca. Es demasiado…imposible, es una locura, es…
-Excitante. Es excitante, eso es lo que querías decir.
Hace Marcelo para besarla pero Teresa se le opone de mala manera como tratando de ponerle un freno con su mano sobre su pecho.
-Hablo enserio. Eso…eso es demasiado.
Ella pudo ver claramente en los ojos de su amo que meter en duda su autoridad fue una mala idea.
-Como quieras perra! Me aburriste. Esta será la última vez que me ves así no tendrás que preocuparte de mis “locuras”.
-Que?
El bully la gira boca abajo con violencia y con su mano le agarra fuerte del cabello apretándole la cara sobre la almohada.
-Que estas haciendo? Espera…
Logra decir Teresa primero que Marcelo le hundiera con un golpe seco toda su verga en sí culo provocándole sacar un grito.
infiel
Marcelo comenzó a martillarla con fuerza, mucha fuerza ahí en su cama. Teresa sentía la rabia del chico en cada afonde que le daba. Era tan fuerte, tan violente y rudo que asta comenzó a tener miedo. Parecía que quería demolerla con su verga pero asta eso también le hacia gozar.
interracial
Afonde tras afonde, orgasmo tras orgasmo, Teresa se perdía en placer asta que perdió conocimiento y se levantó solo cuando escuchó su hijo tocar la puerta de su cuarto.
PEDRO PRESENTE…
No sabia porque pero tenía miedo de lo que diría su padre. Nunca lo temió pero ahora teme su reacción en el momento que lo viera. Talvez se sentía avergonzado por ser tan miserable o talvez simplemente no quería turbarlo haciéndolo preocupar por él. Pedro eso pensaba mientras estaba sentado en el sillón del salón esperando que Felipe entrará de la puerta principal. Ya era tarde noche. Otra vez su padre había trabajado duramente para darle a él y a su madre una buena vida y ahora estaba para entrar en su hogar para ser recibido por una esposa preocupada y un hijo miserable con moretones en su cara.
-Buenas noch…
Felipe interrumpió su saludo al ver la cara pegada de su hijo. Pedro estaba demasiado agitado para explicar así que fue su madre a hacerlo en su lugar. Ella explicó muy bien a su marido lo que él le había contado. Fue más fácil para Pedro hablar con su madre sobre lo que pasó por el simple echo que ella no se alarmó tanto como Felipe cuando vio su cara pegada…casi como si para ella no fuera una sorpresa.
-ESTO ES EL COLMO! PASARON EL LIMITE!
-Felipe, tesoro, cálmate.
-Como me puedes decir de calmarme? Acaso no viste como lo dejaron?
-Lo se, lo se pero reaccionar así no resuelve nada. Tenemos que ser civiles y discretos en nuestras acciones.
-Civiles? Discretos? De qué diablos hablas mujer? Mañana mismo iré a la policía y denunciaré a ese criminal!
-No Felipe!
-Por que no!?
-Porque…ni sabemos si fue Marcelo.
-Oh claro, si no fue él quien entonces?
De echo Pedro sabía que Marcelo no estaba entre sus agresores. Hubiera reconocido su golpes. El problema era que no sabía con precisión quién fue el agresor. Como él mismo dijo: todo ocurrió tan rápido, los golpes le hicieron cerrar los ojos y no identificó con precisión las caras de los presentes. Inicialmente Pedro estaba más seguro de la identidad de alguno de ellos pero después de hablar con su madre, apenas llegó a casa, fue cada ves menos seguro. Sus palabras y sus preguntas le hicieron dudar de sus propios ojos, de su propia percepción de los echos. Él quería gritar:
-SI MAMÁ! FUERON ELLOS! LOS AMIGOS DE MARCELO! SEGURAMENTE ASTA LES DIO ÉL LA ORDEN.
Pero nada de eso salió de su boca porque su misma madre metía en cuestión su testimonio.
-Estas seguro que fueron ellos hijo? Dijiste primero que todo fue muy rápido y que no entendías nada.
-Ssi, estoy seguro…creo.
-Estas seguro o no? Porque no te tomas tu tiempo y recuerdas las caras de esas personas. Tenían tatuajes, cicatrices algún signo particular?
-No…no se. No preste atención a eso.
-No prestaste atención?
-Es que…estaban todos encima de mi. No es que me figura bien en sus caras…
-Al menos viste como estaban vestidos, de que color eran sus pantalones, poleras o zapatos?
-Yo…no. No me recuerdo.
-Ósea que no recuerdas sus caras, no sabes como estaban vestidos o que aspecto tenían pero dices que estas seguro que fueron los amigos de Marcelo?
-Porque, porque me haces estas preguntas? Me crees o no?
-Claro que te creo Pedrito. Se que tu nunca me mentiste…lo se que crees que viste a esos sujetos pero trato de ayudarte a quitarte todas las dudas que podrías tener.
Y así imaginación y recuerdos se mezclaron en la cabeza de Pedro. Confiaba tanto en su madre que asta daba más confianza a sus razonamientos que a sus mismos ojos.
Al día siguiente después de dejar a Jonás a su escuela fueron los tres a la policía. En el viaje el chico sentía la necesidad de alguien que lo ayudara, alguien a quien contar sus penas como su amigo Juan. Donde estaba Juan? “Acaso también a él le pasó lo mismo? Por eso no respondía a mensajes y llamadas? Por eso no estaba en la escuela?”
Primero entraron los tres juntos, se sentaron y hablaron con la policía, más que todo Felipe. Él estaba muy agitado y enojado, se veía de como hablaba como un desesperado y eso al viejo policía no le agradaba por alguna razón. Teresa por su parte se limitaba a confirmar de ves en cuando lo que decía su marido mientras tenían una mano sobre la espalda de Pedro. La cosa curiosa era que el chico la sentía presionarlo más fuerte cada vez que intentaba decir algo, como si no deseara que hablara pero seguramente no era así. Seguramente trataba de sostenerlo y darle coraje con esos apretones. Eso se decía Pedro.
Llegó el momento de que ellos salieran dejando al pollito solo fuera del nido. El policía dijo que era necesario hablar solo con la víctima así que Teresa y Felipe, de mala voluntad, salieron.
Continua…
netorare

2 comentários - La madre de Pedro y el bully 35

impresionante, es una historia que da gusto leerla, y se espera que no termine nunca... Puede aparecer una hermana de Teresa, otra madre del colegio, etc.
Kaos566 +2
Para mi se extendió mucho un relato que como máximo podía sacarle 12 partes ya se ha vuelto aburrido y muy monótono y pasa siempre lo mismo