Voy a intentar ser breve, poco a poco todo el mundo comenzó a enterarse de que a mí me gustaban los hombres de verdad, de hecho, comenzaban a darse cuenta de que yo no me consideraba un hombre de verdad sino hombre con pene, hombre beta o incluso mujer para muchos. Este camino, en mi caso no fue tan dudoso como les pasa a otros y yo casi de inmediato comencé a frecuentar lugares homosexuales y ejercer la profesión que hasta el día de la fecha amo.
Ese día habíamos decidido con mis amigas salir a bailar y ver si lográbamos alguna que otra conquista, todas éramos bastante lindas por lo que siempre volvíamos con algo y ese día no iba a ser la excepción, ya al entrar los hombres de verdad que venían de pesca siempre comenzaron a intentar seducirnos y cuando bailábamos en la pista, con alcohol encima la intensidad iba en aumento. Creo que no paso ni una hora que ya todas estabamos bailando con algunos hombres, alguna alfa y otras betas haciéndose los alfas. Yo ya había tomado bastante y por eso creí que había visto mal cuando en una mesa cercana a la pista lo había visto a Rubén, el mejor amigo de mi padre no podía ser porque el era casado y tenía hijos incluso, Rubén me conoce desde pequeña y fue uno de los primeros que se enteró de mis nuevas elecciones, pero jamás dijo nada de el mismo.
Seguimos bailando, yo estaba el medio de un círculo que formaban todas mis amigas porque ya se habían puesto especialmente intensos los hombres conmigo, pero cada tanto alguno que otro entraba al círculo a bailar conmigo o compartirme un trago.
Cuando entro al círculo, me tomo de la cintura y me convido de su trato comprobé que en verdad era Rubén, sin ningun tipo de pudor, supongo que creía que me había agarrado con las manos en la masa y le seguí el juego. Intento besarme una, dos, tres veces tomándome de la cintura, estableciendo un tímido contacto con mi piel, pero sin éxito, en un momento me tomo de la cara y metió su dedo gordo en mi boca, no sé porque tuve el impulso de chuparlo porque medio segundo después de ese acto Rubén ya estaba besándome como si no hubiera un mañana y yo ya no me resistí mas, besaba super rico.
Yo entendi que iba a pasar, me tomo de la mano y me llevo con el hasta el baño, entramos en uno de los habitáculos y me agarro de los pelos con fuerza, supongo que el alcohol y mi propio deseo me impedían reaccionar, pero me agache en frente de el, baje sus pantalones y comencé a chupársela intentando succionar cada gota de sus fluidos, creo que incluso hizo pis en mi boca, pero nada importaba.
Lamer el tronco, jugar con mi lengua en su cabeza, meterlo en mi boca, garganta profunda, lamerlo todo de la punta a la base de lo huevos y luego quedarme en los mismos huevos un rato mas, la receta no fallaba nunca. Luego de eso no hubo mas que hacer, me levanto del suelo, me apoyo de con fuerza contra la pared y rompió mi calza antes de cogerme con fuerza, era un depredador, entro a pelo sin ningun tipo de aviso, pausa o calma, me lo hizo como a una muñeca inflable. Me gustaba la fuerza que aplicaba, como me tomaba de la cintura mientras me besaba el cuello, acabo una vez y me lo dejo adentro cuando yo pensaba que habíamos terminado y yo sonreía con mi mejor cara de puta cuando me llevo el rostro a su verga para volver a meterla en mi boca y luego de unos empujones y unas cuantas arcadas de mi parte acabo una vez mas adentro mío para finalmente decir: "Te la tragas a toda hija puta, no dejas nada", yo obediente siempre ante un alfa de verdad.
Ese día nos fuimos juntos del boliche y literalmente desde ese día soy su puta, cuando el quiere me tiene, aun con la idea en la cabeza de que tiene en sus manos el poder de un secreto que no quiero que se sepa.
Ese día habíamos decidido con mis amigas salir a bailar y ver si lográbamos alguna que otra conquista, todas éramos bastante lindas por lo que siempre volvíamos con algo y ese día no iba a ser la excepción, ya al entrar los hombres de verdad que venían de pesca siempre comenzaron a intentar seducirnos y cuando bailábamos en la pista, con alcohol encima la intensidad iba en aumento. Creo que no paso ni una hora que ya todas estabamos bailando con algunos hombres, alguna alfa y otras betas haciéndose los alfas. Yo ya había tomado bastante y por eso creí que había visto mal cuando en una mesa cercana a la pista lo había visto a Rubén, el mejor amigo de mi padre no podía ser porque el era casado y tenía hijos incluso, Rubén me conoce desde pequeña y fue uno de los primeros que se enteró de mis nuevas elecciones, pero jamás dijo nada de el mismo.
Seguimos bailando, yo estaba el medio de un círculo que formaban todas mis amigas porque ya se habían puesto especialmente intensos los hombres conmigo, pero cada tanto alguno que otro entraba al círculo a bailar conmigo o compartirme un trago.
Cuando entro al círculo, me tomo de la cintura y me convido de su trato comprobé que en verdad era Rubén, sin ningun tipo de pudor, supongo que creía que me había agarrado con las manos en la masa y le seguí el juego. Intento besarme una, dos, tres veces tomándome de la cintura, estableciendo un tímido contacto con mi piel, pero sin éxito, en un momento me tomo de la cara y metió su dedo gordo en mi boca, no sé porque tuve el impulso de chuparlo porque medio segundo después de ese acto Rubén ya estaba besándome como si no hubiera un mañana y yo ya no me resistí mas, besaba super rico.
Yo entendi que iba a pasar, me tomo de la mano y me llevo con el hasta el baño, entramos en uno de los habitáculos y me agarro de los pelos con fuerza, supongo que el alcohol y mi propio deseo me impedían reaccionar, pero me agache en frente de el, baje sus pantalones y comencé a chupársela intentando succionar cada gota de sus fluidos, creo que incluso hizo pis en mi boca, pero nada importaba.
Lamer el tronco, jugar con mi lengua en su cabeza, meterlo en mi boca, garganta profunda, lamerlo todo de la punta a la base de lo huevos y luego quedarme en los mismos huevos un rato mas, la receta no fallaba nunca. Luego de eso no hubo mas que hacer, me levanto del suelo, me apoyo de con fuerza contra la pared y rompió mi calza antes de cogerme con fuerza, era un depredador, entro a pelo sin ningun tipo de aviso, pausa o calma, me lo hizo como a una muñeca inflable. Me gustaba la fuerza que aplicaba, como me tomaba de la cintura mientras me besaba el cuello, acabo una vez y me lo dejo adentro cuando yo pensaba que habíamos terminado y yo sonreía con mi mejor cara de puta cuando me llevo el rostro a su verga para volver a meterla en mi boca y luego de unos empujones y unas cuantas arcadas de mi parte acabo una vez mas adentro mío para finalmente decir: "Te la tragas a toda hija puta, no dejas nada", yo obediente siempre ante un alfa de verdad.
Ese día nos fuimos juntos del boliche y literalmente desde ese día soy su puta, cuando el quiere me tiene, aun con la idea en la cabeza de que tiene en sus manos el poder de un secreto que no quiero que se sepa.
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