What would you do?

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Como siempre, podes escribirnos a dulces.placeres@live.com, te leemos

Gracias por los puntos y comentarios


USTEDES QUE HARIAN?

En verdad nunca supe bien que es lo que ella me vio, no soy un tipo pintón, por el contrario, soy petiso, algo excedido en peso y con una incipiente calvicie para mis casi cuarenta años, tampoco soy el hombre de buen carácter, soy un tanto ermitaño, y suelo enojarme con facilidad, no soy el tipo amable, dulce y acogedor con el que las mujeres sueñan, menos el que regala flores, o el que está en todos los detalles, eso no está en mi sangre.

Tampoco tengo una fortuna, ni mucho menos, los pesos que me da la librería me alcanzan con lo justo para vivir modestamente y alquilar un pequeño departamento de dos ambientes, sin muchos lujos, es más, sin nada de lujos.



Por eso, cuando mi situación con Noelia fue cosa seria, mucha gente no salía de su asombro, mis amigos decían que nuestra relación era la prueba fehaciente ‘de que el amor es ciego’, y siempre me decían que me había llevado con ella el premio mayor, que con ella me había sacado la lotería.

Sin dudas, Noelia es demasiado bonita, un diamante en bruto que cualquiera quisiera tener, alguien a quien el destino había cruzado en mi camino y yo había sabido conquistar.

Pero en algún punto de nuestra relación las cosas se fueron desgastando, un poco por mi forma de ser, un poco por la rutina, un poco por el desgano, como sea, todo influyó para llegar a este presente.



Todo había empezado tiempo atrás, yo recién cumplía treinta y uno, y como cada día era esclavo de mi negocio, una modesta librería de ramos generales, donde pasaba las horas para sacar unos míseros pesos.

En ese momento odiaba a las mujeres, estaba terminando los trámites de divorcio con Karla, la que había sido mi esposa y parecía empeñada en dejarme en la ruina.

Era temprano, recién había abierto, aún acomodaba algunas cosas cuando ella entró por unas fotocopias, era preciosa, con un rubio teñido en enrulados cabellos que llegaban a su cintura, unas gafas enormes oscuras que me impedían ver sus ojos, reposando sobre su pequeña naricita, una boca prominente, de labios carnosos, llamativamente perfectos, noté que era tan alta como yo. Lucía un vestido de algodón adherido a su cuerpo, en línea continuas y alternadas entre blanco y negro, sin mangas, largo hasta los tobillos, le quedaba muy bonito, como dibujando sus curvas y contra curvas, como decirlo, le quedaba sexi, discreto y llamativo, todo en uno, imaginen, bonitos pechos, escueta cintura y un generoso y delicioso trasero.



Tomé sus papeleríos y empecé a fotocopiar, su documento, observé el número y calculé unos veinte años, no más, y luego muchos papeles de un juzgado, era todo parte de un divorcio, estaba pasando por lo mismo que yo pasaba con mi ex, así que sabía del tema.

Mientras seguía en la rutina le observé de reojo un par de veces, ella permanecía parada en silencio y cada tanto secaba disimuladamente alguna lágrima que escurría bajo esos lentes oscuros.

Comprendí que estábamos en la misma situación, y que ella estaba herida, así que de la nada crucé algunas palabras, su matrimonio no había durado ni dos meses, el bastardo la había dejado, compartimos penurias, dolores, se animó a hablar un poco hasta que una señora mayor entró por unas cartulinas en colores.

Y el destino quiso que ella volviera a pasar por el local, una vez, otra, nos enredamos… y nos casamos.



Todo fue arcoíris al principio, me había llevado a la cama una perra hermosa, con un culo envidiable, unos pechos duros como piedra, una mocosa a la que le encantaba la verga y me llevaba al límite, habitualmente era yo quien tenía que decir ‘basta’ a nuestros encuentros, fueron mis mejores años…

Pero esa lujuria del principio no duraría mucho, como dije, un poco por descuido, un poco por rutina, las diferencias del día repercutieron en los encuentros de la noche y aunque lo negara sabía que poco a poco empezaba a perderla.



Noelia sugirió en algún momento que tomáramos terapia de pareja, era un salva vidas a nuestra relación de pareja, pero como siempre, mi carácter negativo me hizo descartar la propuesta, que diablos teníamos que ir a contar nuestros problemas a un tercero? Me sonaba a situaciones de chismes y reclamos, así que me negué rotundamente.

Ella me dijo algo como



Ok, lo respeto… si no me quieres acompañar, iré sola…


Solo me encogí de hombros como respondiendo gestualmente



Por mí, haz lo que quieras…


Y fue cuando mi querida empezó a asistir a terapias semanales de la doctora Rubinstein, una sexagenaria liberal que mi modo de ver solo le pudrió la cabeza a mi hermosa Noelia.

Ella empezó a cambiar, bajó algunos kilos de más que tenía, cambió un tanto su carácter, pasó de ser una mujer introvertida a sentirse segura de sí misma y de su cuerpo, por primera vez la vi seducirme con lencería sexi, me llamó la atención que para tomar sol dejara de lado sus tradicionales bikinis para pasas a pequeñas colaless que me hacían para la pija con solo verla.

Parecía que la vieja había dado en la tecla, mi esposa había vuelto a ser un huracán en la cama, pero había algo más que yo ignoraba…



Noelia empezó a hablarme de las cosas que la doctora le metía en la cabeza, ideas liberales como que, en una pareja, el amor no tiene que ver con el sexo, y que se puede y se debe mantener sexo sin amor, que abrirse a nuevas experiencias por fuera del matrimonio, solo logran fortalecer los vínculos, que el ser humano es un animal, y que como casi todos los animales no estamos diseñados para vivir en monogamia, que esto solo trae represión a deseos ocultos, y no sé cuántas cosas más…

En resumen, Noelia deseaba hacer realidad una de sus más recurrentes fantasías, estar con varios hombres… y no quiere engañarme, hasta quiere que yo sea parte, ya sea participando activamente o solo mirando, yo le digo que está loca, ella dice que yo puedo ejecutar por mi parte, mi fantasía, que ella no se opondrá, sea lo que sea…

Y se puso realmente cargosa con esto, como tema del día a día, por más que yo hablara siempre la vieja puta esa de la doctora Rubinstein sabía más que yo…



Tomé una decisión, si no podía ganar al menos no quería perder, junté varios pesos y fui al centro de la ciudad, a un sex shop, con una tonta idea que tal vez funcionara…

Busqué penes de juguete, macizos, realmente eran impresionantes, que similitud, al apretarlos parecía apretar mi propio pene, las formas, las venas, reí para adentro pensando en mi mujer…

Compré tres unidades, el vendedor me miraba sin comprender mucho, tal vez pensó que era gay, pero busque de unos veinte por cinco, bien generosos para que la perra no se quede con ganas, incluso uno negro, para matar de paso otra posible fantasía…



Busqué una estrategia, esa mañana, luego de desayunar fui a darle un beso a la cama codo cada mañana, solo que antes de irme dejé sobre la mesa los tres ‘amigos’ envueltos con papel de regalo.

A mi regreso esperé su reacción, pero no dijo nada, yo tampoco lo hice, jugamos un rico juego de ‘yo lo sé, tú lo sabes, pero nadie lo dice’, y sin mencionarlo ambos esperamos el momento de la cama, luego de la cena.



Había llegado ese momento, yo ya estaba en la cama esperando a Noelia, perdiendo el tiempo con mi celular, ella estaba en el baño, tardaba más de lo normal, hasta que apareció para sorprenderme, con un sugerente disfraz de enfermera que evidentemente había comprado, toda en impecable blanco, sobre unos zapatos blancos de finísimos tacos con medias de red que llegaban bien arriba en sus perfectos muslos, un guardapolvo apenas abrochado por el frente, sus turgentes pechos amenazaban por escapar del escote, tan sensuales como de costumbre, tan corto que apenas llegaba a la mitad de sus caderas dejando al desnudo sus enormes nalgas, y hasta su pubis apenas protegido por una tanga transparente por donde adivinaba una sensual depilación, su cabello recogido prolijamente con ese adminículo característico en su cabeza con la cruz roja.

Su piel cobriza por el bronceado de verano resaltaba con el blando de su vestimenta.



Puso música sensual y bailó con cadencia para mí, como una puta de cabaret, se me erizó la piel, ella era mía, solo mía y si algo estaba seguro era que no quería perderla, con la verga dura intenté agarrarla para cogerla, pero ella me evitaba, me provocaba demasiado cerca, pero nunca se ponía a mi alcance, se tocaba, se acariciaba, se encorvaba, sensual, hasta que al fin logré asirla por la mano y la traje sobre mí, a la fuerza…

Ella empezó de inmediato a acariciar mi verga por sobre el slip, adoraba que hiciera esto, me hacía desear tanto que hiciera más, pero no lo hacía, nos besamos con pasión, apretó sus labios contra los míos hasta hacerme doler, en esos besos que se demuestra la embriaguez de sexo, tan rico, tan profundo…

Subí el pequeño guardapolvo hasta la cintura y mis manos se prendieron como tenazas en sus cachetes, hice a un lado la tanga y enterré un par de dedos en su mar, estaba inundada, quise besar sus pechos, pero estaban ocultos, tiré con fuerza el frente, rodaron por el piso los tres botones y sus tetas quedaron a mi merced, sus pezones estaban duros, tomó mi cabeza y los hundió entre ellos, me obligó a lamerlos, a morderlos, tan dulcemente para que naufragara en placer.



Todo era loco, rápido, improvisado, haciendo una cosa tras otra, sin pensar, animal, salvaje, tomé su cabeza y la empuje hacia abajo, quería que me la chupara, como lo deseaba, entonces fue cuando ella se apartó de golpe, como un resorte saltó de la cama, se incorporó y me dijo



No, no, no… no se puede, el doctor me dejó las indicaciones y usted está muy débil… venga para acá…


Le seguí el juego, me hizo sentar en un pequeño silloncito que tenemos al costado de la habitación y me dejó completamente desnudo, me miró y continuó



Pero que tenemos acá! Pobrecito! Eso inflamación debe doler…


Yo reí por sus palabras, mientras me llenaba los ojos con su perfección, entonces sacó su tanga, la acercó y me puso en la boca, volvió a hablar



Tome, beba, beba estos jugos que lo harán mejorar…


Sentí en mi boca el sabor se sus tibios jugos, todo esto me causaba una situación un tanto risueña, me indicó que me quedara sentado, solo observando…



Fue entonces cuando fue por mis regalos, tomó dos de los juguetes dejando el negro a un lado, se tiró sobre la cama y dijo



Quiero que seas parte de mis fantasías, quiero que veas lo que deseo, quiero que te calientes viendo a tu puta…


Se puso de lado sobre él colchón, dándome el frente, en primer plano, tomó las vergas de juguete y empezó a lamerlas, con delicadeza, pasando su lengua por el glande de cada una, una a una, las dos juntas, recorriéndolas desde la base, lentamente, o metiéndola en lo profundo de su boca, tan profundo como podía, con gestos de excitación evidente, largando interminables ‘mmmm’, llenándolas de saliva.

El cuadro se me hizo excitante, demasiado, tenía la pija dura como roca, y creo que ambos nos calentábamos mutuamente, tenía ganas de masturbarme, pero eso hubiera sido dar el brazo a torcer…



Noelia abrió sus piernas, dejando su enorme concha perfectamente depilada ante mis ojos, su flujo había chorreado, solo siguió lamiendo una verga, la otra la llevo a su sexo, se acarició el clítoris una y otra vez, también me miraba cuando podía, alternando su placer con el mío, tanteando mi reacción, hizo centro y lentamente se introdujo esa verga hasta la mitad, dejando un suspiro de satisfacción, empezó a jugar como perra, metiendo y sacando, a gemir, perdía la coordinación, a medida que jugaba poco a poco le verga se metía más y más adentro, tan profundo hasta comérsela toda, pasaban los segundos y ella no podía con todo, se dejó caer de espaldas, trababa de chupar una y cogerse a sí misma con la otra, era demasiado…



Pronto no pudo seguir lamiendo, dejo la verga a un lado, y mientras metía la otra profunda en su concha con la mano libre masturbó su clítoris, era demasiado para mí, sabía que me acabaría en cualquier momento, estaba al límite y los gemidos de Noelia llenaban mis oídos



Ahhhh!!! ahhh!!! ahhh!!! ahhh!!! ahhh!!! ahhh!!! ahhh!!! ahhh!!! ahhh!!!


Ella empezó a contraerse con violencia, con esos espasmos típicos cuando llegas los orgasmos femeninos, fue mutuo, el semen saltó con violencia rociando mi pierna izquierda, casi hasta la rodilla, parte fue derecho al piso, parte quedó en mí mano…


What would you do?Noelia looked where I was sitting, she was agitated, trying to catch her breath, only observing what had happened with me then said with a sinful smile...

I thought the idea didn't please you, maybe I was wrong... and you know? This isn't all I would do, want to see?

I didn't say anything, what could I say, she just took the two toys and now added the black one, in fact she told me...

The mulatto left it as dessert...

She went down on the floor, always making sure I could observe everything with luxury of detail, calculated the distances, attached one of the cocks to the wall by the suction cup at its base, then the black one, the same thing, above the previous one, as close as possible, both hung there, one over the other, and she put the third on the floor, knew what she was going to do, clear that she knew...

She went to the lamp table, took intimate lubricant and rubbed herself like she used to with me, then completed by rubbing the black cock, cleaned her hands with the sheets in a hurry...

Then she got down on all fours, backed up slowly, pointed one at her pussy, the other greased up in her ass, tried her luck a couple of times, supposed they were too thick and maybe it would hurt a bit, but slowly everything gave way and everything was happening, one cock went into each hole, and pushed until she had almost eaten them all...

When she had everything under control, she started moving back and forth, soon raising the temperature again and going back to the game. She completed the scene by eating the cock left on the floor with her mouth, almost choking, between prostitute's sighs...

I was already with a new erection between my legs and Noelia lost herself in endless orgasms full of pleasure, but didn't lose the opportunity to fill my ears with siren songs...

Mmmm... te gust... ayyy!!! ayyy!!! te imaginas que... ayyy!!! that this be... mmm!!! mmm!!! be with real men... mmm!!!

Devils, it was... Everything very crazy, Noelia was moving with so much violence that it felt like a strong 'paf! paf! paf!' as she kept smashing her glutes against the wall, seemed like she was going to break the cement, eating both toys until the bottom and I... again I was already masturbating without restraint, didn't say anything to her but admit that I was totally crazy when I fantasized about them taking her like a slut, my wife, and I enjoyed it so much that I felt coming, went over her, took her by the hair and filled her face with semen, like a slut, she deserved it...

She laughed, laughing out loud, as if she had achieved what she wanted...

I reclined on the bed, just observing her, she got up from where she was, throwing herself onto the floor exhausted, the cock of her pussy stuck to the wall, but the black one remained stuck in her ass, surely her sphincter put more resistance...

That's how we ended that night before sleeping, my wife lying on the floor, with one hand inserting and removing the toy from her ass, showing me her enormous crater, with the other hand playing with the semen on her face, taking it to her mouth, and again to her face, with saliva, and again to put her fingers in her tongue... just to provoke me...

My idea, far from discouraging her, was counterproductive, without imagining I wanted to put out the fire with gasoline, and now if I feel like I'm in trouble, Noelia has almost become inflexible with this idea of opening up our sexuality, I'm not convinced, I don't know how I'll react when I see her in the arms of other men, maybe I'll get excited, maybe I won't be able to bear it, but for sure I don't want to lose her.

She says she won't do anything behind my back because our love is above all, but I've seen her flirting with men, how she's changed, how she gesticulates, I see it in her gaze...

I feel like she's decided on everything, already dispensing with Dr. Rubinstein, she's acting on her own now, like a monster that threatens to devour everything.

And keeps taking steps forward, I think nothing will stop her... She'll stop it, she started taking some pretty bold photos not long ago, the worst part is that she sends them to me, asks me to share them with men who are willing to satisfy her, I haven't done so yet, I still keep all of them for myself...

I barely allow myself to share one with those who read me, and I leave the question without an answer, in my place, what would you do?

If you liked the story and are over 18, you can write to me with the title 'WHAT WOULD YOU DO?' at dulces.placeres@live.com

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