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NIÑA DE QUINCE AÑOS
Estuve muchísimo tiempo distanciada de Euge, mi mejor amiga, esa amiga confidente, hermana de la vida, al punto de no dirigirnos la palabra. Yo no lo quise ver en ese momento, le había pedido su opinión sobre un tema en particular y su respuesta no fue la que me hubiera gustado escuchar, esperaba una piadosa mentira a una cruda realidad.
En ese momento no pude digerirlo, solo me decía lo que yo ya sabía, pero Euge era mi amiga! se suponía que no debía juzgarme como sentí que me estaba juzgando. Ahora ya hicimos las paces, le pedí perdón como correspondía, pero tuve que tragar mucha saliva antes de hacerlo.
Estábamos en un bar, después de escucharme atentamente ella disparó
'Pero vos sos o te haces? ya no sos una niña de quince años, de verdad te creíste todo ese jueguito de la nenita? no me vengas con temas de la inocencia, o el amor, o cosas por el estilo. Sos una boluda, te portaste como una puta, conoces a los hombres, que esperabas?'
Me lastimó en ese momento, pero era cierto, había pasado los treinta y estaba grande para príncipes y princesas...
Estaba saliendo de una relación de pareja tortuosa, con demasiadas dificultades, me sentía vulnerable, en esos tiempos que aun duele el corazón y una empieza a replantearse muchas cosas, era ese momento en que una mujer se pone nuevamente en vidriera, en exposición, cuando sale de la zona de confort que le da una relación estable. Estaba en esos días en que una se mira al espejo como nunca antes se había mirado, cuando se cambia el corte de cabellos, el color, cuando empieza a tomar sol, cuando cambia su forma de vestir y se interna en el gimnasio más próximo. Y eran tiempos de empezar a conocer nuevamente todos los boliches y pubs de moda, de intentar que te presenten cada muchacho lindo que se cruce en tu camino. Quería dejar mi pasado atrás, quería blindarme contra el dolor, superarme y justamente dar la imagen de mujer superada.
Y entre tantos cambios tomé caminos equivocados, dejé de lado a mis verdaderas amistades, entre ellas a Euge, solo porque no daban en mi nuevo target, ese que pretendía mostrar, o al que pretendía pertenecer. Entre tantos cambios me asocié a un club demasiado costoso para mi bolsillo, pero necesitaba subirme a las burbujas del champagne, y ahí nació mi nuevo y falso círculo de amigas.
Era un club sobre la margen de la laguna que rodea mi pueblo, para gente con muchísimo dinero, yo trataba de sobresalir haciéndome la superada, con trajes de baños por demás de osados, teniendo treinta quería competir con la frescura de las de veinte y con el nivel de las de cuarenta, pero solo era una estúpida tratando de impresionar.
Reynaldo era uno de los tantos solterones acaudalados, ese tipo de plata al que muchas tontas como yo querían atrapar, aparentaba cuarenta, pisaba los cincuenta, empresario acaudalado, con uno de los yates más grandes y lujosos de los que había amarrados en el embarcadero, tenía su cuerpo muy trabajado y muy cuidado, prolijo, bronceado, siempre con gafas de sol, y sus cabellos con rubios artificiales sueltos al viento. Era un bohemio, un lobo solitario, un par de veces me insinué a sus ojos, pero yo no estaba en su radar, ni siquiera me registraba, ni mis curvas pulposas en un diminuto traje de baño fueron un anzuelo para semejante Poseidón
Pero me las arreglé para meterme en su mundo, tal vez por mi manía de pensar que las cosas siempre serían a mi manera y empecinarme en forzarlas.
Entre idas y vueltas, una mañana de verano, 'Rey', como lo llamaría, acortando su nombre original y dándole un motivo más para que creciera su ego, me invitaría a pasear en su majestuoso yate, solo él, solo yo.
Navegamos por toda la laguna de punta a punta, de un lado a otro, una vez, otra vez, fue muy rico, hasta romántico y bebimos champagne cuando caía el sol por el horizonte.
Hicimos el amor, desde mi punto de vista, y me había pegado una buena cogida desde el suyo.
Cuando el cielo estaba embebido en un negro profundo, con miles de puntos brillantes titilando por sobre nuestras cabezas, amarramos en la ladera del club, todo había terminado, pero solo se cerraba el primero de muchos capítulos.
Tendí mis redes, intenté atraparlo, le di todo para conseguirlo, demasiado. Reynaldo era contador y abogado, trabajaba en la Bolsa de Comercio y ganaba más billetes de lo que podía gastar, era un solterón que había tenido todas las mujeres que había querido tener y no quise ver que no habría un solo motivo por el cual él quisiera entablar una relación seria conmigo.
Sin embargo, estábamos juntos mucho tiempo, y solían vernos casi en pareja, me metí en medio de amistades y a todos él le decía que yo era su novia, era una mentira, él era así, solo se quería a sí mismo y lo peor de la historia, fue que yo misma me creí su mentira, preferí ese tonto juego de palabras a vivir la cruda realidad.
Poco después de las primeras salidas la relación pareció enfriarse, en el entorno de amistades todo eran sonrisas, pero en la cama ya le había dado todo lo que una mujer le podía dar, así que empecé a jugar con distintos disfraces y el de 'la nenita' fue el que mejor se me daba, a él le gustaba y me pedía que me disfrazara de nenita, que me hiciera dos colas en mis negros cabellos, que me hiciera la tontita, la inocente, y volvió a funcionar por un tiempo, él me tomaba fotos y yo hacía todas las poses que él me pidiera que hiciese.
Las cosas empezarían a torcerse poco después, cuando ese día subimos tres al yate, no me parecieron del todo normales, pero sabía que Marcelo era uno de sus tantos amigos y no supuse inconveniente alguno.
Después de navegar un rato, ellos estaban muy en cosas de hombres, hablando de negocios, de historias pasadas y de cosas en las cuales no me sentía partícipe, fui entonces a tomar un poco de sol sobre la cubierta del yate, casi desnuda, me gustaba mostrarme como pavo real y fingí ignorarlos.
Ellos tomaban algunas cervezas, y todo parecía ir bastante normal
En un punto perdido del lago Rey detuvo la marcha y largó ancla, el sol estaba muy arriba y era hora de comer algo, los vi escabullirse a ambos hacia el camarote inferior, suponiendo que prepararían el almuerzo.
Poco después sentí la vos de mi novio llamándome, bajé la escalerilla y al llegar al dormitorio donde ellos estaban, no pensé encontrarme con lo que me encontraría
Rey estaba sentado a un lado, bebiendo una cerveza en lata, sonriente, expectante, Marcelo, desnudo sobre la cama miraba con ansias todas las fotos que Rey me había tomado, con la verga dura, no entendí
Rey me dijo entonces que él compartía todo con sus amigos y que así era la situación, Marcelo siempre le decía que quería cogerme estaba enloquecido con mis fotos de nenita, y esta era la oportunidad.
Como una puta paga solo sonreí mientras me quitaba el traje de baño, ante la atenta mirada de ambos, Rey bebía un trago de cerveza, Marcelo me esperaba sobre la cama sobándose su rica verga.
Fui por él, nos besamos, apasionados, lo hacía sin perder el cuadro visual con mi amor, porque todo lo hacía para y por él
Rey me pidió que se la chupara, entonces me escabullí hacia abajo, entre sus piernas, su pija estaba dura, con una marcada curvatura hacia arriba y un glande rosado y circunciso.
Empecé a lamerla con cadencia, para que uno y otro me miraran como lo hacía, tratando de engullir su miembro, acariciando y besado sus bolas, era muy rico, sentí mojarme con la situación, mi Rey me quemaba con la mirada y se notaba en él una profunda erección
Fui por más, fui a cabalgar a Marcelo, pero dándole la espalda, con todo mi frente y mi concha abierta a los ojos de mi amor. Tomé esa pija entre mis dedos y me la metí profundo, acariciándome el clítoris mientras mi amante de turno llenaba sus manos con mis pechos, sentí morirme en hermosos orgasmos
Marcelo tomo la iniciativa y me tiró sobre el colchón boca abajo, siempre de manera de que mi rostro apuntara directo a Rey, se acomodó sobre mis nalgas y el muy bastardo me la metió por el culo, me mordí los labios, dolió un poco, pero entró sin mayores problemas, y gozaba con toda la situación, uno me rompía el trasero, el otro observaba y yo era la reina privilegiada del lugar
Me sodomizó por unos buenos minutos, el placer me embriagaba, me hacía gemir y me costaba poder mirar a mi amor, es que era demasiado rico y solo me dejaba llevar, Rey, a un metro de donde estábamos se había desnudado y se masturbaba muy rico y solo hacía que deseara su verga.
Marcelo salió de repente, aun yo estaba en cuatro, el vino por mi espalda, me tomó los cabellos con una mano y me obligó a girar la cabeza, como apuntando el techo, muy cerca mío, estaba su verga dura y el terminaba de masturbarse con su mano libe, a escasos centímetros de mi rostro.
Abrí la boca para recibirlo, su líquido blanco y pegajoso empezó a chorrear por efecto de la gravedad, recibí una buena cantidad en mi boca, en mis labios, pero también regó mis pómulos, mi nariz, mis cabellos, y parte fua sobre las sábanas.
Rey dejó su postura pasiva, vino a mi lado, me recostó boca arriba y enterró su verga entre mis tetas, usé mis manos para cerrar mis pechos, envolviendo su miembro duro, empezó a moverse, mirándome fijo, noté que lo excitaba demasiado mi rostro embebido en semen, cada vez que avanzaba estiraba mi boca para lamerle el glande.
Estaba tan caliente por todo lo visto que no tardó en venirse, fue como un tornado de leche, ensuciado mis pechos, mi cuello, mi rostro, mis labios, al punto de no poder evitar tentarme de risa, es que solo me ametrallaba una y otra vez
Luego, después de todo lo rico, vendrían las alarmas de la situación que me negaba a asumir, ellos, volvieron a cubierta, desentendidos, hablando de cualquier cosa menos de lo que habíamos vivido, y me quedé sola limpiándome, me sentí como un preservativo usado que ya no era útil.
Pero eso no sería todo, por la tarde, Marcelo, con la complicidad de Rey, me volvería a coger en dos veces diferentes, a su entero placer, solo que, en esas dos oportunidades, mi Rey se desentendió de todo el asunto, como si nada le importara de lo que hiciera su amigo conmigo.
Cuando tocamos tierra preferí acomodar las cosas en mi cabeza a mi conveniencia, tal vez así fuera el amor de mi Rey, tal vez...
Las cosas iban cambiando más rápido de lo que podía digerir, la historia secreta de ese día no fue tan secreta, Rey y Marcelo se encargaron de divulgarla en todo su entorno de amistades, con lujo de detalles, y pronto vieron en mi la putita que era fácil llevarse a la cama, y yo no hacía nada por cambiar el curso de la historia, por el contrario, me seguía mostrando puta, me vestía como puta, me insinuaba como puta, y si yo no era la primera en respetarme no podía exigir que terceros me respeten.
Little later we would attend a party, it was a nighttime party, with music, drinks and of course, sex. That was very normal in Reynaldo's environment, Marcelo and their other friends, I had already been there a few times before, but not enough to understand the format, although I never ended up in bed, as it was normal for that to happen.
That night I looked very beautiful, very attractive, with a red dress very tightly fitted, with the upper part armed in such a way that emphasized my bust, on the back I had hundreds of crossed straps that made it almost impossible for me to adjust, but it was very erotic, underneath it clung to my hips ending at the birth of my glutes, just where my legs started, which with summer bronzing seemed to be showing off without stockings, only a tiny thong, bright black shoes in the style of boots and a red bow adorning my hair.
I gave an image that was both sensual, provocative and slutty at the same time.
Already at the location, I tried not to detach myself from Rey's arm, I knew things weren't going well and I feared losing him, we were talking with some and others, and every time a man looked at me, Marcelo would appear in my mind.
It was around 4 am, in those complicit words, between cups and veiled seductions, Marco and Gustavo had joined us, two rich friends of Rey's who were obviously aware of everything.
My boyfriend would be permissive, and I even noticed he was taking me away from his side, told me to go out for a bit with the guys, normal things at a party he said.
I pretended to be innocent, but in minutes we were three in a room, Gustavo, Marco and I, I didn't know how I had gotten there, but I knew how I would get out.
They talked about the details of what happened on the ship that afternoon, they knew everything about Marcelo, about Rey and the worst, about me.
They kissed me deeply, one, another, and I let myself be kissed, I enjoyed it
Me excited
They reclined on the bed, naturally my dress lifted so that my vagina, barely covered by the thong, was exposed, Marco went between them, he pushed me and started sucking me richly, very sweet, very slow, sipping my juices that were all soaking, Gustavo surprised me on the other side, inserting his cock into my mouth, deep, very deep, and I melted between oral sex received and given, I felt orgasms, I felt pleasure by double part.
Gustavo then finished undressing, reclined beside me, and waited for me to ride him, so I did, only lifting my dress to the waist and making the thong aside, I ate all his yummy cock, what devils, I couldn't help it!
Marco came from behind, saying something about how slutty I was, about Marcelo, about Reynaldo, and told me he would stick it up my ass
I stayed quiet, let myself be penetrated, and their hot sex invaded me from behind, one on each side, very tasty, I moaned like a slut, surrendered, trapped by both sides.
Suddenly I reacted, they didn't have condoms, and I couldn't leave the room all drippy with cum, so I asked them to do it in my mouth.
One on each side jacked off, while I, kneeling on the floor, waited for the end
Marco came first, wrapped my lips around his glans, and I felt a torrent of semen flowing down my throat, then it was Gustavo's turn, they have a different flavor, but no less potent.
I got up, we laughed, I really laughed outside, but inside I already felt humiliated and used, and all that cum finishing in my mouth started to repulse me
I adjusted the thong, adjusted the dress, makeup, and hair, and began the beginning of the end
As I went downstairs, I still felt the bitter taste of my mouth, in my esophagus, and couldn't get rid of it no matter how much I swallowed saliva. Rey was oblivious to me, ignoring me, with a glass in one hand, and a blonde taken by the waist with his other hand, I wanted to die, I was beautiful, she was beautiful, I was tall, she was very tall, the perfection of my dress made me look good, the perfection of her curves made her dress look good.
I swallowed saliva, swallowed my pride, swallowed my anger.
And little by little I felt more and more relegated, the sparkle of the first days quickly faded away, and that day things would reach a point of no return.
When we arrived at the dock to leave for sailing, he was not alone, it was a surprise, but he was accompanied by three maids, among them, the blonde from the night of the party, who had bothered me so much, and I remained perplexed when I saw her in an orange fluo bathing suit that seemed perfect to me, everything was joy, everything was celebration, and I assumed that in Rey's head I was just one more, one of many, a replacement.
With a face like few friends, I boarded the yacht and Rey set course for nothing at all, they put on music and as we moved away from the coast, they turned up the volume.
The show would turn out to be exactly as I had imagined, in the middle of the lagoon, far from the world, the three whores danced very close together, very dirty, touching, laughing, kissing each other, sharing drinks, all a show for Reynaldo.
The blonde at one point, dropped the top part of her bathing suit, her tits were enviable perfection, and they were natural, she had a bottle of vodka and let it flow onto them, so the other two could suck on them to the left and right.
It was obvious that none of the three were lesbians, they were just whores playing the game that Rey liked them to play.
Rey noticed my distance and that I wasn't part of it, he came over to me, I refused, but he insisted and took me with the girls, I didn't want to, but couldn't resist and in minutes I found myself sucking on one pussy and then another, especially the blonde who I hated so much, her fat full-of-vodka pussy.
I would end up drunk, lost, rolling around in the cabin with Rey and the three girls, I don't know, I have recollections very vague, since the alcohol had made me lose control, we were hooking up for a long time, at some point we would suck each other's cock between three and the fourth would kiss us, at some point it was just games among girls, at some point I'd lick a bum and suck their cock at the same time, at some point I'd give the blonde a rim job and wait for my turn to suck her, at some point they filmed me with a cell phone, and at some point it was my turn to film all that porn.
I had enjoyed it, yes, but that wasn't me or what I wanted to be.
Before landing, at some point already sober, the blonde approached me, by the way, she called herself Nataly, although I doubt that was her real name, and asked if I was the new one, since that was Rey's life: all girls, all whores, all girlfriends.
And yes, for him they were all his girlfriends and things would never change. We discussed it later, I went back to being myself, abandoned the character of a woman overwhelmed, and my weak and hurt side came out, we ended in the worst way, I was crying like a little girl, he laughed with sarcasm, it was my fault for believing a fairy tale that never existed.
I closed that stage of my life and went back to being myself, the silly, stupid one. I grabbed my old agenda, which I had left abandoned somewhere, and started reading randomly through my contacts, stumbled upon my best friend's number, my sister in spirit, Eugenia, sighed, I had to call her, apologize to her, I had so much to tell her...
If you liked the story, you can write me with title FIFTEEN-YEAR-OLD GIRL at dulces.placeres@live.com
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NIÑA DE QUINCE AÑOS
Estuve muchísimo tiempo distanciada de Euge, mi mejor amiga, esa amiga confidente, hermana de la vida, al punto de no dirigirnos la palabra. Yo no lo quise ver en ese momento, le había pedido su opinión sobre un tema en particular y su respuesta no fue la que me hubiera gustado escuchar, esperaba una piadosa mentira a una cruda realidad.
En ese momento no pude digerirlo, solo me decía lo que yo ya sabía, pero Euge era mi amiga! se suponía que no debía juzgarme como sentí que me estaba juzgando. Ahora ya hicimos las paces, le pedí perdón como correspondía, pero tuve que tragar mucha saliva antes de hacerlo.
Estábamos en un bar, después de escucharme atentamente ella disparó
'Pero vos sos o te haces? ya no sos una niña de quince años, de verdad te creíste todo ese jueguito de la nenita? no me vengas con temas de la inocencia, o el amor, o cosas por el estilo. Sos una boluda, te portaste como una puta, conoces a los hombres, que esperabas?'
Me lastimó en ese momento, pero era cierto, había pasado los treinta y estaba grande para príncipes y princesas...
Estaba saliendo de una relación de pareja tortuosa, con demasiadas dificultades, me sentía vulnerable, en esos tiempos que aun duele el corazón y una empieza a replantearse muchas cosas, era ese momento en que una mujer se pone nuevamente en vidriera, en exposición, cuando sale de la zona de confort que le da una relación estable. Estaba en esos días en que una se mira al espejo como nunca antes se había mirado, cuando se cambia el corte de cabellos, el color, cuando empieza a tomar sol, cuando cambia su forma de vestir y se interna en el gimnasio más próximo. Y eran tiempos de empezar a conocer nuevamente todos los boliches y pubs de moda, de intentar que te presenten cada muchacho lindo que se cruce en tu camino. Quería dejar mi pasado atrás, quería blindarme contra el dolor, superarme y justamente dar la imagen de mujer superada.
Y entre tantos cambios tomé caminos equivocados, dejé de lado a mis verdaderas amistades, entre ellas a Euge, solo porque no daban en mi nuevo target, ese que pretendía mostrar, o al que pretendía pertenecer. Entre tantos cambios me asocié a un club demasiado costoso para mi bolsillo, pero necesitaba subirme a las burbujas del champagne, y ahí nació mi nuevo y falso círculo de amigas.
Era un club sobre la margen de la laguna que rodea mi pueblo, para gente con muchísimo dinero, yo trataba de sobresalir haciéndome la superada, con trajes de baños por demás de osados, teniendo treinta quería competir con la frescura de las de veinte y con el nivel de las de cuarenta, pero solo era una estúpida tratando de impresionar.
Reynaldo era uno de los tantos solterones acaudalados, ese tipo de plata al que muchas tontas como yo querían atrapar, aparentaba cuarenta, pisaba los cincuenta, empresario acaudalado, con uno de los yates más grandes y lujosos de los que había amarrados en el embarcadero, tenía su cuerpo muy trabajado y muy cuidado, prolijo, bronceado, siempre con gafas de sol, y sus cabellos con rubios artificiales sueltos al viento. Era un bohemio, un lobo solitario, un par de veces me insinué a sus ojos, pero yo no estaba en su radar, ni siquiera me registraba, ni mis curvas pulposas en un diminuto traje de baño fueron un anzuelo para semejante Poseidón
Pero me las arreglé para meterme en su mundo, tal vez por mi manía de pensar que las cosas siempre serían a mi manera y empecinarme en forzarlas.
Entre idas y vueltas, una mañana de verano, 'Rey', como lo llamaría, acortando su nombre original y dándole un motivo más para que creciera su ego, me invitaría a pasear en su majestuoso yate, solo él, solo yo.
Navegamos por toda la laguna de punta a punta, de un lado a otro, una vez, otra vez, fue muy rico, hasta romántico y bebimos champagne cuando caía el sol por el horizonte.
Hicimos el amor, desde mi punto de vista, y me había pegado una buena cogida desde el suyo.
Cuando el cielo estaba embebido en un negro profundo, con miles de puntos brillantes titilando por sobre nuestras cabezas, amarramos en la ladera del club, todo había terminado, pero solo se cerraba el primero de muchos capítulos.
Tendí mis redes, intenté atraparlo, le di todo para conseguirlo, demasiado. Reynaldo era contador y abogado, trabajaba en la Bolsa de Comercio y ganaba más billetes de lo que podía gastar, era un solterón que había tenido todas las mujeres que había querido tener y no quise ver que no habría un solo motivo por el cual él quisiera entablar una relación seria conmigo.
Sin embargo, estábamos juntos mucho tiempo, y solían vernos casi en pareja, me metí en medio de amistades y a todos él le decía que yo era su novia, era una mentira, él era así, solo se quería a sí mismo y lo peor de la historia, fue que yo misma me creí su mentira, preferí ese tonto juego de palabras a vivir la cruda realidad.
Poco después de las primeras salidas la relación pareció enfriarse, en el entorno de amistades todo eran sonrisas, pero en la cama ya le había dado todo lo que una mujer le podía dar, así que empecé a jugar con distintos disfraces y el de 'la nenita' fue el que mejor se me daba, a él le gustaba y me pedía que me disfrazara de nenita, que me hiciera dos colas en mis negros cabellos, que me hiciera la tontita, la inocente, y volvió a funcionar por un tiempo, él me tomaba fotos y yo hacía todas las poses que él me pidiera que hiciese.
Las cosas empezarían a torcerse poco después, cuando ese día subimos tres al yate, no me parecieron del todo normales, pero sabía que Marcelo era uno de sus tantos amigos y no supuse inconveniente alguno.
Después de navegar un rato, ellos estaban muy en cosas de hombres, hablando de negocios, de historias pasadas y de cosas en las cuales no me sentía partícipe, fui entonces a tomar un poco de sol sobre la cubierta del yate, casi desnuda, me gustaba mostrarme como pavo real y fingí ignorarlos.
Ellos tomaban algunas cervezas, y todo parecía ir bastante normal
En un punto perdido del lago Rey detuvo la marcha y largó ancla, el sol estaba muy arriba y era hora de comer algo, los vi escabullirse a ambos hacia el camarote inferior, suponiendo que prepararían el almuerzo.
Poco después sentí la vos de mi novio llamándome, bajé la escalerilla y al llegar al dormitorio donde ellos estaban, no pensé encontrarme con lo que me encontraría
Rey estaba sentado a un lado, bebiendo una cerveza en lata, sonriente, expectante, Marcelo, desnudo sobre la cama miraba con ansias todas las fotos que Rey me había tomado, con la verga dura, no entendí
Rey me dijo entonces que él compartía todo con sus amigos y que así era la situación, Marcelo siempre le decía que quería cogerme estaba enloquecido con mis fotos de nenita, y esta era la oportunidad.
Como una puta paga solo sonreí mientras me quitaba el traje de baño, ante la atenta mirada de ambos, Rey bebía un trago de cerveza, Marcelo me esperaba sobre la cama sobándose su rica verga.
Fui por él, nos besamos, apasionados, lo hacía sin perder el cuadro visual con mi amor, porque todo lo hacía para y por él
Rey me pidió que se la chupara, entonces me escabullí hacia abajo, entre sus piernas, su pija estaba dura, con una marcada curvatura hacia arriba y un glande rosado y circunciso.
Empecé a lamerla con cadencia, para que uno y otro me miraran como lo hacía, tratando de engullir su miembro, acariciando y besado sus bolas, era muy rico, sentí mojarme con la situación, mi Rey me quemaba con la mirada y se notaba en él una profunda erección
Fui por más, fui a cabalgar a Marcelo, pero dándole la espalda, con todo mi frente y mi concha abierta a los ojos de mi amor. Tomé esa pija entre mis dedos y me la metí profundo, acariciándome el clítoris mientras mi amante de turno llenaba sus manos con mis pechos, sentí morirme en hermosos orgasmos
Marcelo tomo la iniciativa y me tiró sobre el colchón boca abajo, siempre de manera de que mi rostro apuntara directo a Rey, se acomodó sobre mis nalgas y el muy bastardo me la metió por el culo, me mordí los labios, dolió un poco, pero entró sin mayores problemas, y gozaba con toda la situación, uno me rompía el trasero, el otro observaba y yo era la reina privilegiada del lugar
Me sodomizó por unos buenos minutos, el placer me embriagaba, me hacía gemir y me costaba poder mirar a mi amor, es que era demasiado rico y solo me dejaba llevar, Rey, a un metro de donde estábamos se había desnudado y se masturbaba muy rico y solo hacía que deseara su verga.
Marcelo salió de repente, aun yo estaba en cuatro, el vino por mi espalda, me tomó los cabellos con una mano y me obligó a girar la cabeza, como apuntando el techo, muy cerca mío, estaba su verga dura y el terminaba de masturbarse con su mano libe, a escasos centímetros de mi rostro.
Abrí la boca para recibirlo, su líquido blanco y pegajoso empezó a chorrear por efecto de la gravedad, recibí una buena cantidad en mi boca, en mis labios, pero también regó mis pómulos, mi nariz, mis cabellos, y parte fua sobre las sábanas.
Rey dejó su postura pasiva, vino a mi lado, me recostó boca arriba y enterró su verga entre mis tetas, usé mis manos para cerrar mis pechos, envolviendo su miembro duro, empezó a moverse, mirándome fijo, noté que lo excitaba demasiado mi rostro embebido en semen, cada vez que avanzaba estiraba mi boca para lamerle el glande.
Estaba tan caliente por todo lo visto que no tardó en venirse, fue como un tornado de leche, ensuciado mis pechos, mi cuello, mi rostro, mis labios, al punto de no poder evitar tentarme de risa, es que solo me ametrallaba una y otra vez
Luego, después de todo lo rico, vendrían las alarmas de la situación que me negaba a asumir, ellos, volvieron a cubierta, desentendidos, hablando de cualquier cosa menos de lo que habíamos vivido, y me quedé sola limpiándome, me sentí como un preservativo usado que ya no era útil.
Pero eso no sería todo, por la tarde, Marcelo, con la complicidad de Rey, me volvería a coger en dos veces diferentes, a su entero placer, solo que, en esas dos oportunidades, mi Rey se desentendió de todo el asunto, como si nada le importara de lo que hiciera su amigo conmigo.
Cuando tocamos tierra preferí acomodar las cosas en mi cabeza a mi conveniencia, tal vez así fuera el amor de mi Rey, tal vez...
Las cosas iban cambiando más rápido de lo que podía digerir, la historia secreta de ese día no fue tan secreta, Rey y Marcelo se encargaron de divulgarla en todo su entorno de amistades, con lujo de detalles, y pronto vieron en mi la putita que era fácil llevarse a la cama, y yo no hacía nada por cambiar el curso de la historia, por el contrario, me seguía mostrando puta, me vestía como puta, me insinuaba como puta, y si yo no era la primera en respetarme no podía exigir que terceros me respeten.
Little later we would attend a party, it was a nighttime party, with music, drinks and of course, sex. That was very normal in Reynaldo's environment, Marcelo and their other friends, I had already been there a few times before, but not enough to understand the format, although I never ended up in bed, as it was normal for that to happen.
That night I looked very beautiful, very attractive, with a red dress very tightly fitted, with the upper part armed in such a way that emphasized my bust, on the back I had hundreds of crossed straps that made it almost impossible for me to adjust, but it was very erotic, underneath it clung to my hips ending at the birth of my glutes, just where my legs started, which with summer bronzing seemed to be showing off without stockings, only a tiny thong, bright black shoes in the style of boots and a red bow adorning my hair.
I gave an image that was both sensual, provocative and slutty at the same time.
Already at the location, I tried not to detach myself from Rey's arm, I knew things weren't going well and I feared losing him, we were talking with some and others, and every time a man looked at me, Marcelo would appear in my mind.
It was around 4 am, in those complicit words, between cups and veiled seductions, Marco and Gustavo had joined us, two rich friends of Rey's who were obviously aware of everything.
My boyfriend would be permissive, and I even noticed he was taking me away from his side, told me to go out for a bit with the guys, normal things at a party he said.
I pretended to be innocent, but in minutes we were three in a room, Gustavo, Marco and I, I didn't know how I had gotten there, but I knew how I would get out.
They talked about the details of what happened on the ship that afternoon, they knew everything about Marcelo, about Rey and the worst, about me.
They kissed me deeply, one, another, and I let myself be kissed, I enjoyed it
Me excited
They reclined on the bed, naturally my dress lifted so that my vagina, barely covered by the thong, was exposed, Marco went between them, he pushed me and started sucking me richly, very sweet, very slow, sipping my juices that were all soaking, Gustavo surprised me on the other side, inserting his cock into my mouth, deep, very deep, and I melted between oral sex received and given, I felt orgasms, I felt pleasure by double part.
Gustavo then finished undressing, reclined beside me, and waited for me to ride him, so I did, only lifting my dress to the waist and making the thong aside, I ate all his yummy cock, what devils, I couldn't help it!
Marco came from behind, saying something about how slutty I was, about Marcelo, about Reynaldo, and told me he would stick it up my ass
I stayed quiet, let myself be penetrated, and their hot sex invaded me from behind, one on each side, very tasty, I moaned like a slut, surrendered, trapped by both sides.
Suddenly I reacted, they didn't have condoms, and I couldn't leave the room all drippy with cum, so I asked them to do it in my mouth.
One on each side jacked off, while I, kneeling on the floor, waited for the end
Marco came first, wrapped my lips around his glans, and I felt a torrent of semen flowing down my throat, then it was Gustavo's turn, they have a different flavor, but no less potent.
I got up, we laughed, I really laughed outside, but inside I already felt humiliated and used, and all that cum finishing in my mouth started to repulse me
I adjusted the thong, adjusted the dress, makeup, and hair, and began the beginning of the end
As I went downstairs, I still felt the bitter taste of my mouth, in my esophagus, and couldn't get rid of it no matter how much I swallowed saliva. Rey was oblivious to me, ignoring me, with a glass in one hand, and a blonde taken by the waist with his other hand, I wanted to die, I was beautiful, she was beautiful, I was tall, she was very tall, the perfection of my dress made me look good, the perfection of her curves made her dress look good.
I swallowed saliva, swallowed my pride, swallowed my anger.
And little by little I felt more and more relegated, the sparkle of the first days quickly faded away, and that day things would reach a point of no return.
When we arrived at the dock to leave for sailing, he was not alone, it was a surprise, but he was accompanied by three maids, among them, the blonde from the night of the party, who had bothered me so much, and I remained perplexed when I saw her in an orange fluo bathing suit that seemed perfect to me, everything was joy, everything was celebration, and I assumed that in Rey's head I was just one more, one of many, a replacement.
With a face like few friends, I boarded the yacht and Rey set course for nothing at all, they put on music and as we moved away from the coast, they turned up the volume.
The show would turn out to be exactly as I had imagined, in the middle of the lagoon, far from the world, the three whores danced very close together, very dirty, touching, laughing, kissing each other, sharing drinks, all a show for Reynaldo.
The blonde at one point, dropped the top part of her bathing suit, her tits were enviable perfection, and they were natural, she had a bottle of vodka and let it flow onto them, so the other two could suck on them to the left and right.
It was obvious that none of the three were lesbians, they were just whores playing the game that Rey liked them to play.
Rey noticed my distance and that I wasn't part of it, he came over to me, I refused, but he insisted and took me with the girls, I didn't want to, but couldn't resist and in minutes I found myself sucking on one pussy and then another, especially the blonde who I hated so much, her fat full-of-vodka pussy.
I would end up drunk, lost, rolling around in the cabin with Rey and the three girls, I don't know, I have recollections very vague, since the alcohol had made me lose control, we were hooking up for a long time, at some point we would suck each other's cock between three and the fourth would kiss us, at some point it was just games among girls, at some point I'd lick a bum and suck their cock at the same time, at some point I'd give the blonde a rim job and wait for my turn to suck her, at some point they filmed me with a cell phone, and at some point it was my turn to film all that porn.
I had enjoyed it, yes, but that wasn't me or what I wanted to be.
Before landing, at some point already sober, the blonde approached me, by the way, she called herself Nataly, although I doubt that was her real name, and asked if I was the new one, since that was Rey's life: all girls, all whores, all girlfriends.
And yes, for him they were all his girlfriends and things would never change. We discussed it later, I went back to being myself, abandoned the character of a woman overwhelmed, and my weak and hurt side came out, we ended in the worst way, I was crying like a little girl, he laughed with sarcasm, it was my fault for believing a fairy tale that never existed.
I closed that stage of my life and went back to being myself, the silly, stupid one. I grabbed my old agenda, which I had left abandoned somewhere, and started reading randomly through my contacts, stumbled upon my best friend's number, my sister in spirit, Eugenia, sighed, I had to call her, apologize to her, I had so much to tell her...
If you liked the story, you can write me with title FIFTEEN-YEAR-OLD GIRL at dulces.placeres@live.com
1 comentários - Niña de quince años