La noche que rompí el culo a Susana

La noche que rompí el culo a Susana


amateur




Meses acostándome con un mujerón, y no es hasta que la pillo en horas bajas cuando puedo dar cuenta de su culazoArray
En mis años más mozos estuve liado con una profesora de baile de salsa. Yo tenía 23, ella tenía 32, y tenía el mejor culo que había visto hasta la fecha. Carolina era bajita, de mandíbula marcada, labios gordos, ojos grandes y melena rojiza. No era muy guapa, pero tenía un culo pato redondo y duro exagerado. Acompañado de unas piernas grandes y fuertes que cada vez que se ponía un vestido corto y unos tacones, sentía un hormigueo por la entrepierna.
No exagero si digo que aquel culo era brutal. Una absoluta maravilla pese a no ser grande. Por mucho que me gusten los culos grandes, aquello era una obra de arte. Cuando la veías de lado podías ver una semicircunferencia perfecta, y cuando se tumbaba en la cama desnuda no podía parar de admirar y sobar aquella perfección.
Me tenía loco.
Carol era muy cariñosa, pero muy intensa. Al borde de lo insoportable. Le gustaba más el drama que a un tonto un lápiz, y tenía una costumbre por la cuál la deseché desde primer día, a veces masticaba con la boca abierta, como una cabra.
Yo veía aquel culo, aquellas piernas, y cómo le quedaban los vestidos con los tacones y me plantee seriamente proponerle una relación seria, cosa que sé que hubiera aceptado de buen grado, pero no soportaba lo de masticar con la boca abierta, y que no me dejase darle por detrás.
Desde que la conociese de fiesta, y la abordase, nos habíamos estado encamando juntos. Era una fantasía, le encantaba lo mismo que a mí.Le encantaba que le tirase del pelo, que la llamase zorra, que le escupiese, que le pegase bien fuerte en el culo, que le diese alguna bofetada, tragarse toda la leche… Pero no había cojones a metérsela por el culo. Decía que no, que el culo no se lo daba a cualquiera, que estaba harta de que todos se la quisieran clavar por detrás.
Joder, normal, pensé. Con ese culo es lo que te pide el cuerpo.
Había tenido solo dos relaciones largas, una que terminó cuando ella tenía 27, y aquel mozo nunca le insistió en ese tema.“Maricón”, fue la primera palabra que me vino. Cuando tienes una hembra así le comes hasta los pies, que también le gustaba. Y le enchufas el miembro en absolutamente cualquier agujero.
El segundo novio que tuvo fue un cabrón, manipulador y adicto al sexo que sí que dio buena cuenta de aquel culo. Quizás demasiado. Hablamos de un salido que tenía que hacerlo todos los días, incluso quería varias veces, y que todas las semanas exigía su cuota de nalga. Alguien que, además, terminó engañándola y alegando que "ella no le daba lo que él necesitaba".
En fin, lo que necesitaba aquel zagal era terapia.
Por otro lado, qué cabrón, que envidia. Cuando la veía desfilar en tanga por su apartamento, o en la piscina no podía evitar agarrarme mis partes y fantasear con llenarle el culo de leche.Pasaron meses, di buena cuenta de ella, pero no hubo manera de darle por el culo. Carolina llegó a un punto que me dijo que no podía seguir follando conmigo. Que sentía cosas por mí, pero sabía que no era recíproco y que no le hacía ningún bien seguir con aquello.
Tenía mis vídeos grabados a escondidas de muchos polvos que le eché.Cuando le tiré bien del pelo, cuando le pegué tan duro en el culo que le dejé las nalgas rojas, del día que le di una bofetada, la agarré del cuello y le hice mamar. Ese día la muy cerda chilló tanto con sus orgasmos que su vecina golpeó la pared y todo.
Pero me faltaba el culo, y me daba rabia que aquel festín de sexo hubiera llegado a su fin.
Mantuve la relación con ella, pero siempre ponía un poco de tierra de por medio cuando yo me ponía “tontorrón”. Ella misma me lo decía.+ Lucas, no seas cabrón… Sabes que he estado enganchada a cómo me lo haces y no ayudas.- No pasa nada porque de vez en cuando me pase por tu casa. Ambos sabemos que nadie te lo ha hecho como yo.+ No… Nadie. Y no insistas, por favor. Ya es bastante duro y me cuesta muchísimo rechazarte.
La hija de puta resistía.
Un día iba a salir de fiesta con unos amigos, y supe que Carol se iba al cumpleaños de una amiga suya de Barcelona que era un auténtico putón verbenero. Hablamos de una chica que se zumbaba a desconocidos que conocía de fiesta.Lo mismo un mes eran 2 que 4. Y tenía un palmarés que había superado el medio centenar hacía tiempo.
Se fue a Barcelona porque Tudela se le había quedado pequeña. Aquí ya tenía fama de ser la bici del pueblo, todo dios la había montado.Su excusa era que la gente hablaba y que en Barcelona podía pasar desapercibida. Vamos, que quería seguir zorreando porque le jodía que cuando un chico le gustaba, este siempre la rechazaba, y casi siempre por la misma razón, se la ha follado todo el mundo.
Pues llegó la querida Anaís de Barcelona con un par de amigos con ganas de celebrar que iba a cumplir 28. Como a la chica, además de los rabos, le iban las drogas, había traído un buen surtido que consistía en cocaína, speed, cristal y hierba. Yo no entendía que hacía Carol ahí. Sabía que la tal Anaís había sido alumna suya, pero a Carolina no le iban las drogas, y esos ambientes, en general, le repateaban bastante.
Cuando terminé de estar con los amigos, a eso de las 4 de la noche, me volví a casa por una ruta que yo sabía que podía coincidir con Carol. Esa noche tenía bastantes ganas de meter en caliente, y una Carolina borracha tendría más problemas en rechazarme en persona. Pensar en ella desnuda hizo que mi cimbrel reaccionase y aprobase aquel pequeño paseo.
De camino hacia el bar donde sabía que podrían estar, vi a lo lejos un culo impresionan y una melena roja en un vestido azul. Era ella. Aceleré el paso hasta que me puso a la par con ellos, y los saludé. Anaís me saludó con mucha alegría, se me quería calzar desde hacía años, y no perdía ocasión cada vez que estaba soltero. Y yo reparé en Carolina que, pese a parecer ir borracha, no lo iba, e iba agarrada de la cintura con un fulano alto, desgarbado, feo y que parecía un perroflauta.+ Lucaaaaaas.
Carolina soltó a aquel escombro humano y se abalanzó para abrazarme. Pude ver la cara de Anaís y su expresión de “mierda…”.- Carol, ¿estás bien? Normalmente no eres así borracha.+ Síiiiii, no sé… Me siento raraa… Como, no séeee.- Oye, Ana, ¿qué le pasa?
Anaís me contó que había montado dos poncheras con licor en la fiesta. Una llevaba cristal, y la otra no. Pues por lo visto a Carol le habían dado un par de cubatas de la que sí llevaba. Suponía que aquel hijo puta bicho palo había intentado drogarla para ver si tenía suerte. Que se joda, que la suerte me había tocado a mí.
Carolina no me soltaba, y no dejaba de acariciarme el brazo y la cabeza.+ Qué bueno estáaaa, ¿a qué sí, Ana? Y qué guapoo… Pof, y si lo vieras desnudoooo. 
Y le hizo un gesto de que la tenía grande.+ Pues no me importaría, Carol, jeje.
Sentí repulsión. Poca gente me daba tanto asco como Anaís cuando pensaba en ella como alguien a quien profanar. Quizás pasearle el rabo por delante me excitara, pero la idea de comerle la boca me provocaba una repulsa salvaje.
Volví a Carol, no estaba en condiciones de seguir con esa gente.El perroflauta le dijo que si se venía, que ellos iban a seguir la fiesta.- Creo que ya ha tenido bastante fiesta, la voy a acompañar a casa.+ Síi, llévame a caaaasa.
Su mano se deslizo hasta mi entrepierna, que respondió inmediatamente. Carol me miraba con cara de bobalicona medio borracha.+ Tanto beber me haa dado hambre…
Anaís alucinaba viendo a Carolina sobándome la entrepierna.+ Bueno, pareja, nosotros seguimos. Cuídame a Carol, ¿eh?- Descuida.
Le iba a meter una follada que no iba a parar hasta que saliese el sol. Era el último polvo, y hoy se la iba a meter por el culo.
Paré un taxi, nos metimos y le di la dirección de casa de Carol.+ Qué cabróoon… Cómo te sabes mi dirección, ¿eh? - Es normal, después de tanto tiempo.
Nos bajamos del taxi y entramos en el portal de Carolina. Abrí con sus llaves.+ Nooo… Si subes vamos a follar…- Tranquila, te voy a meter en la cama, y yo contigo. No te tocaré.+ Noooo, sabes que no puedo tenerte cerca sin ropaaaa.- Pues en ese caso te voy a tener que follar hasta que salga el sol.
Carolina me miraba ilusionada y con cara de salida.
+ Te quieres aprovechar de mi ahora que voy drogada.- Quiero hacerte de todo hasta que te duermas de tantos orgasmos.+ Pffffffff… Qué hijo de puta eres…
La veía tan desvalida, y le quedaba tan bien el vestido. Apenas habíamos salido del ascensor yo ya tenía una erección bastante elegante. Carolina se percató.+ Vaya pollón…
Echó la mano.+ Ten cuidado, ¿eh? Que la tienes muy grande, y yo ahora estoy un poco…- Sí, sí. Te la voy a meter hasta el esternón, pero con mucho cuidado.+ Uffff, sí…
Nos comimos la boca mientras le agarraba el culo y su mano buscaba impacientemente mi rabo.Se puso de rodillas y empezó a mamármela en el rellano.- Carol, aquí no. En tu casa.+ Tengo haaaambre ahora.
Le dejé mamar un poco, pero poco, lo hacía demasiado bien y no me quería correr todavía.Su mano no soltaba mi rabo mientras yo me esforzaba en abrir la puerta de su casa. Entramos y se quitó el vestido rápidamente, quedándose en tanga y tacones y se fue al baño.Qué buena estaba…
Llevaba un poquito de speed que me había dado Antonio para que se lo guardase porque su madre le registraba la ropa siempre que volvía de fiesta.Como mi idea era darle mambo hasta que saliese el sol, me tomé un poco de aquello lamiéndolo. Estaba asqueroso, pero no quería dormirme. Aproveché rápidamente para poner el móvil en una zona estratégicamente de la habitación, y dejar encendida la luz del rellano para que se viese bien lo que se grababa.
Mi rabo, enfurecido, exigía su tributo de coño y culo que le había prometido en mis adentros.Carolina salió únicamente con los tacones y vino hacia la habitación. Me abalancé sobre ella y la llevé a pulso a la cama. Mi duro rabo penetró en su encharcada vagina sin problemas.Carol gemía bastante más de lo normal, estaba excitadísima. La agarré con fuerza y le tapé la boca para que gritara a gusto mientras la embestía con furia.- Grita, puta. Pide ayuda mientras te violo.
Carolina gritaba mientras me clavaba las uñas en la espalda, y en menos de 20 segundos tuvo un orgasmo exagerado. Apretó sus piernas con fuerza a mi cuerpo. Le solté la boca y gimió.+ Aaaaah, qué me haceeeees…- Tratarte como la zorra que eres.
Carolina tenía un punto de feminista loca que me enervaba. Le encantaba que abusase de ella, que la insultase, pegase, escupiese… Pero hacía tiempo el había entrado la tontería esta de que tenía que “deconstruir” sus gustos porque eran muy machistas.Supuse que estas gilipolleces venían de la fresca de Anaís.
+ Noooo, está maaaaal…- ¿Si está tan mal por qué te da tanto placer?
Le di la vuelta, se la clave, y le agarré del pelo.- ¿Eres mi puta?+ Sí…- Así me gusta, dímelo.+ Soy tu puta… - Eres mi puta barata, no mereces ni que te folle con miramientos.
La agarré de la cintura y empecé a embestir otra vez con furia. Mi rabo estaba durísimo, encabronado. Era como si me hubiera tomado una viagra. La agarré del pelo de nuevo, bajé el ritmo y embestí con fuerza.+ Aaaaaaa, aaaaaah, aaaaaaaah, aaaaaaah
Cómo sonaba su culo contra mi pelvis. Pura melodía.Empecé a azotarla.- Qué guarra eres, qué guarra, ¡joder!+ Aaaaaaah, aaaaah, aaaaaah.
Cada vez que la insultaba y embestía, gemía más fuerte. Le sobrevino otro orgasmo, aunque esta vez hundió la cabeza en la almohada para gritar a gusto mientras yo seguía embistiendo.
Saqué mi rabo, empapado, y lo froté por fuera de su ano.
+ Lucaaaas…- Calla, tengo que secármelo, me lo has puestos perdido.
Le pedí que agarrase el lubricante y el vibrador que tenía en su mesita. No era muy grande, pero serviría para dilatar.Mientras seguía dándole, unté el vibrador y dejé caer bien de lubricante por su culo.- Qué zorra eres, te voy a dar lo que te mereces.
Apunté con el vibrador a su ano y lo introduje lentamente.+ Noooooh.- ¡Sssssh! En el taxi me has pedido que por el culo (era mentira, pero no iba a tener otra ocasión).+ Aaah…
Bombeaba lentamente mientras iba introduciéndole lentamente el vibrador.Su mano frotaba ahora el clítoris y su cadera se movía haciendo fuerza para que le entrase bien el vibrador.- Qué guarra eres, ¿eh?
Le azoté el culo con fuerza, y me lo contestó con un gemido.
Le saqué el vibrador, me unté bien el rabo y empecé a metérsela por el culo.+ Nooooo, paraaaa. Es solo para mi nooovioo.- Si no te le puedo meter por el culo, ¿cómo vas a ser mi novia?
Se calló, y me dejó hacer. Le había mentido, pero no iba a volver a tener una ocasión así y valía la pena manipular por aquel canto de cisne.
Su culo estaba bien prieto, me abrazaba el rabo a medida que se la iba metiendo lentamente. Carolina protestaba, pero seguía frotando el clítoris. Por fin, ¡POR FIN! No dejaba de mirar cómo mi rabo desaparecía en ese culo tan perfectamente redondo.Eché más lubricante y empecé a bombear lentamente.- Ufffffffffff, qué culito tienes, mi amor.+ Aaaaaah… ¿Te gusta?- No tienes ni idea. Te lo voy a romper a base de bien.
No dijo nada y se limitó a gemir. Seguí aumentando mis embestidas mientras veía mi rabo salir y entrar de aquel ojete.Carolina empezó a gemir y apretó el esfínter mientras se masturbaba.
La sensación fue extremadamente placentera, su culo me apretaba el rabo y tuve que respirar bien hondo para no correrme todavía. Era pronto.Carolina movía la cadera atrás y adelante y yo también. Lento, pero sin pausa disfrutaba viendo cómo se la clavaba a base de bien.Sentí cómo mi aguante iba menguando, pero me quería ir a lo grande.
Empecé a bombear cada vez más rápido y más fuerte. Con absoluto desprecio.Los gemidos de Carol aumentaron con cada embestida, ahora ya a un ritmo y fuerza bastante salvaje.+ Aaaah, aah, me duele, aaaaaah, aaaaah, paraaa, aaaaaah.
La ignoré, seguí un poco más y cuando sentí que me corría se la clavé bien al fondo, la agarré del pelo y tiré.Chorros y chorros de leche fueron al fondo del culo mientras yo jadeaba de gusto y no paraba de sonreír ante la tremenda victoria que había conseguido.
Se la saqué del culo, ella cayó de medio lado, y un pedo siguió aquello. Yo me reí, seguía alegre. Tenía el rabo manchado de semen y un poco de mierda, pero me daba igual.Fui al baño y me lo limpié bien. Carolina entró después sin decir nada y se sentó en la taza del váter, supongo que a expulsar la leche.- Tienes un culo que es una delicia.+ Ahora por tu culpaa tengo que cagar tu semeeen.- No he podido parar, me vuelves loco.
Le di un beso largo en la boca, volví al cuarto y guardé aquel glorioso vídeo que tanto me ha animado con el paso del tiempo.No podía dormir por el speed, así que me quedé mirando el techo, y luego el vídeo. Carolina estaba tardando, y ver ese vídeo me la estaba volviendo a poner dura.
Para cuando vino, la tenía dura de nuevo.+ Eres muuuuy guarro, ¿eeeh?- Es que me la pones muy dura.+ Necesito descansaaar.- Bueno, va, te dejo.
Dejé que durmiese 30 minutos, pasados los cuales me abalancé sobre ella y empecé a comerle el coño antes de clavarle el mango con ira.
Hizo esto dos veces más antes de abordarla a las 8 de la mañana por última vez, y decidí volver a ir al culo.Me unté bien el rabo y lentamente se lo empecé a clavar.Carolina estaba absolutamente derrengada y me dejó hacer hasta que esta entró bien.+ Luuuuu, porfaa. Déjameeeeee…- La última, cariño, la última.
Se colocó con el culo en pompa y bombeé lentamente, disfrutando de la visión de mi rabo desapareciendo en esa obra de arte. Carolina se dejaba hacer y jadeaba ligeramente. Yo bombeaba y bombeada lentamente, disfrutando, sintiendo como su apretado culito me la estrujaba. Las dos anteriores veces no me había corrido, pero había hecho que ella lo consiguiese unas 5 veces en cada a salto.
Abusaba de ella para provocarle orgasmos, y me encantaba.
Ahí estaba yo, acariciando sus nalgas, azotándolas.- Tu culo me vuelve loco.
Las tenía rojas de todos los azotes que le había dado antes, podía ver las marcas de mis dedos.Bombeaba a un ritmo tranquilo, sabedor de que mi aguante era limitado y que metérsela en el culo me ponía muchísimo.Cuál fue mi sorpresa, cuando estaba bombeando a un ritmo calmado, pero constante, que le sobrevino uno orgasmo.
No se había tocado, no había hecho nada.- ¿Te has corrido por tenerla en el culo?+ Síii… No puedo evitarlo.
Aquello me puso como una moto, no me pude controlar. Empecé a aumentar el ritmo buscando correrme de nuevo, no me esperaba que el gustase tanto tenerla en el culo.Aumentaron sus jadeos y sus gemidos, y yo, con la mirada perdida, volví a rellenarle el culo de leche mientras no paraba de bombear y apretaba los dientes.- Joder, joder, joder.
Le agarré fuerte las nalgas mientras se me abría la boca y se me iban vaciando los testículos.Empecé a frenar lentamente, Carol jadeaba compasadamente.Me separé, caí sentado, admirando cómo su culo en pompa empezaba ahora a brotar toda mi leche.+ Tráeme papeeeel…
Sonriente, y con el rabo en la mano, fui a por más papel higiénico. Me miré al espejo y me hice el signo de la victoria con el brazo.
Después de aquel polvo no volví a encamarme con ella. Me reprochó que me hubiera aprovechado de ella en esas condiciones, se enfadó bastante y no me volvió a hablar.A estas alturas a mí ya me daba igual, como amiga no me interesaba, y como amante ya había dado todo lo que podía ofrecerme.
Yo me quedaba con unos vídeos increíbles que han saciado horas de soledad. Ella por su parte se echó novio unos meses más tarde, y tuvo una hija.La idea de pensar que su novio podía romperle el culo cuando quisiera me daba envidia, un pandero así no se encuentras más que una vez en la vida.

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