Ya les conté lo que pasó esa noche. Dormí como profundamente.
A la mañana me tenía desayuno y se notaba muy alegre. Me contó cómo descubrió su sexualidad y le sacó provecho.
Ya eran horas de la tarde cuando me dijo que le ayudara con unas cosas en el computador, en su habitación. Yo, con mucho gusto, me dispuse.
Su habitación era amplia, con una cama grande, estantes de libros y el computador. Me dictaba mientras yo digitaba. De pronto acabó y empezó a sobarme el cuello y a bajar sus manos por mi pecho. En ese momento yo ya le tenía dura y me la agarró por encima del pantalón.
Giró la silla hacia él y le ayudé abriendo los botones. Me levanté un poco para bajarme el pantalón con su cara cerca a mi cintura, entonces mi verga, ya tensa y dura, saltó apuntando hacia él. No me terminó de bajar la ropa cuando empezó a sobarme las piernas y a chuparme las bolas.

Me pasaba la lengua por todo el frente y yo ansioso a que se metiera la verga en la boca. Con algo más de confianza lo agarré del pelo y lo dirigí hacia la punta de mi verga, me sobaba la lengua en los bordes de la cabeza, todavía no la tenía pelada del todo por que no lo había hecho antes. Sentí cómo me dejaba baboso el pubis y la emprendió contra la telita qué aún tenía en la cabeza. Nuevamente me entumí de la cintura para abajo.
Entonces se detuvo, me miró y me dijo : "Me la metes". No recuerdo haberle respondido, pero ya me estaba levantando de la silla y quitandome el resto de la ropa.
Nos dirigimos a su cama y se quitó el pantalón, luego se puso en cuatro en el borde de la cama.
No era tan nalgón, pero cuando se acomodó y abrió las nalgas supe que era imposible dejar pasar la oportunidad.

Había visto en videos como ensalivarle el culo, entonces lo hice. A estas alturas mi verga no necesitaba más lubricante, solo se la empecé a sobar entre las nalgas. La tenía supertiesa y caliente, por donde se la pasaba quedaba liso. Empecé a buscar la entrada suavemente hasta que di con el punto que empujaba y algo se abría y me pelaba la cabeza, acerqué mis rodillas hacia él y empecé a empujar. Ya en posición la fuí hundiendo, era una combinación rica y de sorpresa. Sentía como una argollita suave y apretada a la vez que me pelaba la cabeza, me ardió un poco, pero yo quería ir más adentro. Ya no era solo una argollita sino todo un ducto carnoso el que me bordeaba la verga.
Le ayudé con mis manos a abrirle, aún más, las nalgas. Hasta que estuvo toda adentro. Lo escuchaba gemir con cada empuje, solo mi cremita fue suficiente para martenerlo lubricado. Al comienzo le daba suave, hasta que, entre gemidos, me dijo "dame duro". Entonces supe que su culo aguantaba lo que fuera.

En cada empinada le sonaban las nalgas, como en la películas, y eso me encantó, que también yo lo podía hacer. Entonces la cama empezó a sonar y de las manos se bajó a los codos, lo cual me apretó más la verga. Ahora el sonido se volvió aplausos y mis pelota golpeaba las suyas. No quería aflojar esas nalgas, pero se me empezó a acumular la leche. Me voy a venir, le dije. "Échamelo" me respondió y empezó a mover la cola, fue inevitable. Se me puso más tiesa y le di como para acabarle el culo hasta que me vacié dentro suyo. Me tuve que sostener de su espalda para tomar aire. Me palpitaba la verga por momentos saliendo un poco más de leche, no se la quería sacar, aún la tenía tiesa. Finalmente me volví a agarrar de sus nalgas y se la empecé a sacar. Nunca la había tenido tan lisa. Pude ver como le escurría leche desde el culo por las pelotas hasta la cama. Pude ver la argollita de su culo, con la que me bajó el virgo, parpitaba su culito mientras goteaba.
Luego se dejó caer de la en la cama y yo al lado. Me pasaba la mano por el pecho hasta la verga, luego me la agarró y observó la punta mientras la apretaba suavemente. Luego me dijo :"¿Te gustó? "
Y pueden imaginar como fueron los días siguientes. Creo que en una semanas ya tuve la verga completamente pelada
A la mañana me tenía desayuno y se notaba muy alegre. Me contó cómo descubrió su sexualidad y le sacó provecho.
Ya eran horas de la tarde cuando me dijo que le ayudara con unas cosas en el computador, en su habitación. Yo, con mucho gusto, me dispuse.
Su habitación era amplia, con una cama grande, estantes de libros y el computador. Me dictaba mientras yo digitaba. De pronto acabó y empezó a sobarme el cuello y a bajar sus manos por mi pecho. En ese momento yo ya le tenía dura y me la agarró por encima del pantalón.
Giró la silla hacia él y le ayudé abriendo los botones. Me levanté un poco para bajarme el pantalón con su cara cerca a mi cintura, entonces mi verga, ya tensa y dura, saltó apuntando hacia él. No me terminó de bajar la ropa cuando empezó a sobarme las piernas y a chuparme las bolas.

Me pasaba la lengua por todo el frente y yo ansioso a que se metiera la verga en la boca. Con algo más de confianza lo agarré del pelo y lo dirigí hacia la punta de mi verga, me sobaba la lengua en los bordes de la cabeza, todavía no la tenía pelada del todo por que no lo había hecho antes. Sentí cómo me dejaba baboso el pubis y la emprendió contra la telita qué aún tenía en la cabeza. Nuevamente me entumí de la cintura para abajo.
Entonces se detuvo, me miró y me dijo : "Me la metes". No recuerdo haberle respondido, pero ya me estaba levantando de la silla y quitandome el resto de la ropa.
Nos dirigimos a su cama y se quitó el pantalón, luego se puso en cuatro en el borde de la cama.
No era tan nalgón, pero cuando se acomodó y abrió las nalgas supe que era imposible dejar pasar la oportunidad.

Había visto en videos como ensalivarle el culo, entonces lo hice. A estas alturas mi verga no necesitaba más lubricante, solo se la empecé a sobar entre las nalgas. La tenía supertiesa y caliente, por donde se la pasaba quedaba liso. Empecé a buscar la entrada suavemente hasta que di con el punto que empujaba y algo se abría y me pelaba la cabeza, acerqué mis rodillas hacia él y empecé a empujar. Ya en posición la fuí hundiendo, era una combinación rica y de sorpresa. Sentía como una argollita suave y apretada a la vez que me pelaba la cabeza, me ardió un poco, pero yo quería ir más adentro. Ya no era solo una argollita sino todo un ducto carnoso el que me bordeaba la verga.
Le ayudé con mis manos a abrirle, aún más, las nalgas. Hasta que estuvo toda adentro. Lo escuchaba gemir con cada empuje, solo mi cremita fue suficiente para martenerlo lubricado. Al comienzo le daba suave, hasta que, entre gemidos, me dijo "dame duro". Entonces supe que su culo aguantaba lo que fuera.

En cada empinada le sonaban las nalgas, como en la películas, y eso me encantó, que también yo lo podía hacer. Entonces la cama empezó a sonar y de las manos se bajó a los codos, lo cual me apretó más la verga. Ahora el sonido se volvió aplausos y mis pelota golpeaba las suyas. No quería aflojar esas nalgas, pero se me empezó a acumular la leche. Me voy a venir, le dije. "Échamelo" me respondió y empezó a mover la cola, fue inevitable. Se me puso más tiesa y le di como para acabarle el culo hasta que me vacié dentro suyo. Me tuve que sostener de su espalda para tomar aire. Me palpitaba la verga por momentos saliendo un poco más de leche, no se la quería sacar, aún la tenía tiesa. Finalmente me volví a agarrar de sus nalgas y se la empecé a sacar. Nunca la había tenido tan lisa. Pude ver como le escurría leche desde el culo por las pelotas hasta la cama. Pude ver la argollita de su culo, con la que me bajó el virgo, parpitaba su culito mientras goteaba.
Luego se dejó caer de la en la cama y yo al lado. Me pasaba la mano por el pecho hasta la verga, luego me la agarró y observó la punta mientras la apretaba suavemente. Luego me dijo :"¿Te gustó? "
Y pueden imaginar como fueron los días siguientes. Creo que en una semanas ya tuve la verga completamente pelada
3 comentários - Mi primer culito