Para la fiesta, mi mujer  vestía un vestido largo con un generoso escote, realmente estaba para comérsela.
Después de la cena hubo baile, ella se fue a bailar y yo me quede en la mesa charlando con otros invitados.
Eran cerca de las dos de la madrugada cuando me puse a buscar a mi mujer para irnos a casa pues yo estaba cansado.
Como no la encontraba le pregunte a la anfitriona si había visto a mi esposa  me dijo que si, que la había visto con un grupo de invitados cerca de la piscina.
Al llegar allí vi que no había nadie e iba a marcharme cuando oí unas voces que venían de una parte del jardín muy tupida y oscura.
Me acerque sigilosamente, casi me desmayo de la impresión.
Allí estaba mi mujer con tres invitados, estaba siendo penetrada por todos sus agujeros, uno de los hombre estaba echado sobre la lona  mi mujer cabalgaba encima de su pija  mientras un segundo por detrás la enculaba vigorosamente y el tercero le metía y sacaba su pija por la boca 
Me tuve que apoyar en un árbol  cuando los cuatro acabaron por correrse ella les tomo una a una sus pijas  y les limpio hasta la última gota de semen, luego se vistieron y volvieron a la fiesta como si nada hubiera sucedido.
Cuándo me encontré con mi mujer le pregunte «¿Que tal lo has pasado?»
«Bien, muy bien» me respondió. Evidentemente no me dijo nada de lo sucedido ni yo le comente lo que había visto.
Al llegar a casa yo iba tan caliente, la escena que presencia me había puesto a mil, que nada más cerrar la puerta le arranqué el vestido la apoye en el sofá y sin darle tiempo a nada se la metí por el culo, se la estuve metiendo un buen rato y cuando estuve a punto de correrme la agarre por los pelos y acabe en  su cara. y nos fuimos a bañar  y a dormir