Mi esposo y yo decidimos, construir una biblioteca de estudio para nuestras hijos, una alberca y un cine en casa, por lo que el proyecto se llevo a cabo, bajo la supervisión del Arquitecto, el cual siempre nos ha entregado buenos trabajos, transcurrido un tiempo, llego el día del famoso colado, el Arquitecto y el maestro de obras contrataron, como es la costumbre varios albañiles. Aquel día comenzaron muy temprano a trabajar, y mi casa olía a cerveza, sudor, mezcla, cigarro e incluso un toque de hierba. El día del colado fue entre semana, un martes, por lo que mis hijos se fueron temprano a la escuela, mi esposo iría al trabajo y yo también me dirigía a laborar. Al ser el Arquitecto amigo de la familia, dejamos todo en sus manos, por lo tanto, no tendríamos preocupación por el trabajo y dejar sola nuestra casa.
Aquel martes, me bañe muy temprano, para salir a trabajar, me puse una mini faldita demasiado ajustada que se moldeaba a la figura de mi culito, color negra, que me llegaba arriba de la mitad de mis muslos, al inicio de donde comenzaban mis nalgas y al caminar y sentarme se me subía dejando ver mis deliciosos muslos, bueno más allá de ellosy si me agachaba de más, hasta mi paraíso se podía ver, de la parte superior tenía una blusa negra que le hacía un nudo para que me quedara de ombliguera, de ropa interior llevaba una tanguita de encaje y mi bra.

Mi intención fue salir antes de que comenzaran con el fin de evitar ensuciarme, mis hijos hicieron lo mismo, me despedí de mi esposo, toda la familia regresaríamos hasta la noche y justo cuando me disponía a salir, llegaron los albañiles, los cuales quedaron con la boca abierte al verme, caminar tan sexi, -buenos días señora- me dijeron mientras cautelosamente miraban mis piernas y cuerpo, su mirada de deseo no podían disimular, se veía que me cogían con la mirada y la verdad no me disgustaba nada, para eso me visto así para que los hombres me sabrosen-buenos días muchachos-
Al ser día de colado, llegaron varios albañiles nuevos, lógicamente a varios nunca los había visto, eran en su mayoría jóvenes, delgados y unos 3 albañiles físicamente marcados, aspecto que consiguieron gracias al tipo de trabajo que hacen, Me retire subí a la camioneta que me dio mi marido por aniversario, al subirme me dio molestias para arrancar debido a que la marcha necesitaba mantenimiento y el maestro de la obra, se acerco y me dijo desea que la ayude -me puse algo nerviosa- pero para mi fortuna arranco y me fui de mi casa. Llegando la tarde de aquel martes, mi jornada laboral terminó y me dirigí a mi casa, estaba sumamente exhausta y solamente quería llegar a descansar, acostarme en mi cama, y beber un buen café negro y caliente. Llegue a mi casa, a las 18:30pm aproximadamente y para mi sorpresa mi marido, no había ido a trabajar estaba tomando, con el arquitecto y el maestro de la obra, -le dije buenas tardes- y respondieron, decidí ingresar a la sala, y me dirigía a mi cuarto, cuando escuche que se despidieron, el Arquitecto, me llamó, Ale, aquí te dejo a tu marido, ya no puede mantenerse en pie, y le dije ok, bueno nosotros nos vamos, fui a cerrar la puerta, y mi marido quedó recargado en la escalera, como pude lo lleve a la recamara y quedo profundamente dormido.
Me disponía a desvestirme para colocarme mi bata y mi pijama, cuando tocaron el timbre, imagine que se le había olvidado algo al arquitecto, abrí y para mi sorpresa era uno de los musculosos albañiles, -buenas tardes señora, soy Santiago el chalan del maestro albañil, en la mañana colamos y se me olvidaron mis cosas, puedo pasar, le dije claro, un tanto cortante, pues me encontraba con cierto estrés, se dirigió a la obra, a sacar sus cosas, fue cuando deecidi ir a revisar la obra, pues no la había visto, me encontré a Santiago, acomodando sus cosas, le dije y estos bultos de cemento, cuando se lo llevaran a lo que respondió, no se decirle señora, son los que sobraron, eran unos ochos bultos divididos en dos filas, -le gustó como quedó, me pregunto y le respondí que si- me le quede viendo llevaba una camisa sin mangas y las venas de sus bíceps y tríceps parecían reventar, me pregunte que mas le reventaría, y sonreí, a lo que el me contesto con una sonrisa sin imaginar que estaba pensando.
El albañil, ya estaba alcoholizado, era de estatura media, fuerte, moreno, algo agraciado, olía mucho a sudor, lleno de mezcla, y un toque de hierba, fue cuando sentí despertar mi lujuria, -me dijo bueno me retiro señora, si ya no se le ofrece nada- me dijo sin quitar la vista de mis piernas que por mi mini falda se veían casi mis nalgas de lo corta que era. Le contesté: es todo gracias. Ya nos íbamos a dirigir a la puerta de salida íbamos. Cuando hizo como que revisaba sus cosas, y entendí la señal y le mencione creo si se me ofrece otra cosa- no supe en que momento mi boca traiciono a mi pensamiento- mi señor estaba dormido en casa, y mis hijos en unas horas llegarías, además los vecinos podrían percatarse, se acercó y con sus grandes brazos, me tomo de la cintura, señora desde que la vimos en la mañana nos gustó, estuvimos platicando de usted, el maestro ya nos había dichos que usted es hermosa y sabrosa, pero no la imaginábamos tanto, -le dije, y que platicaron de mi-. Uff chula, si te cuento, pero lo que mas platicamos, fue que quedaríamos por tenerte abierta de piernas, cogerte analmente y llenarte de leche, te vistes muy sensual, se ve que eres cachondisima.
Una vez terminado de decir esto, me beso y le correspondi el beso, al ponerme sus manos en mi falda, la ensució, ya no me importaba la situación, mi cuerpo pedía sexo. Es usted muy guapa y tiene un hermoso cuerpo… Una corriente eléctrica recorrió toda mi espalda al sentir su fuerte mano sobre mi muslo, poniéndome chinita y emitiendo un leve sonido aaa. después, dirigió su mano a mi vagina y levantando mi puti falda pasó sus dedos por mis labios vaginales que ya estaban húmedos por mi excitación acumulada, hizo a un lado mi pequeña tanga y metió dos dedos, estaba tan lubricada que entraron con facilidad, al tiempo que empezaba a mover su cuerpo restregando su pene totalmente duro en medio de mis nalgas y su lengua se metió en mi oreja en forma libidinosa, causándome un estremecimiento que recorrió todo mi cuerpo.

Me tienes bien caliente, te tengo tantas ganas que no me importa que tu esposo este en casa, eres preciosa y estás muy rica valdrá la pena…. tu vagina está húmeda, no me engañas, te está gustando, así que disfruta, empezó a mover los dedos dentro de mi vulva, di un respingo y un gemido salió de mi boca delatando el placer que sentí.
Un nuevo gemido fue mi respuesta, sus dedos entraban y salían de mí con rapidez, literalmente me estaba copulando con ellos, mis fluidos mojaban sus ágiles dedos apretaba los labios para no gemir, todo mi cuerpo temblaba, me dejé llevar, dejé de poner resistencia, estaba en sus manos, al notarlo buscó nuevamente mi boca, me dio un beso profundo, riquísimo, nuestras lenguas se entrelazaron, mordía mis labios, los succionaba, un beso tan apasionado que sentí que me derretía.
Su boca bajó a mis pechos, rozaba con sus dientes un pezón, me pellizcaba el otro, lo estiraba, los apretaba y masajeaba, los lamía y succionaba con pasión, la mini falda, parecía que no existía, sentí que perdí la razón, sus labios ardientes continuaron el recorrido, llegaron a mi ombligo, lamiendo y succionando cada centímetro de mi piel, siguió, pronto llegó a mi entrepierna.



Continúa....
Aquel martes, me bañe muy temprano, para salir a trabajar, me puse una mini faldita demasiado ajustada que se moldeaba a la figura de mi culito, color negra, que me llegaba arriba de la mitad de mis muslos, al inicio de donde comenzaban mis nalgas y al caminar y sentarme se me subía dejando ver mis deliciosos muslos, bueno más allá de ellosy si me agachaba de más, hasta mi paraíso se podía ver, de la parte superior tenía una blusa negra que le hacía un nudo para que me quedara de ombliguera, de ropa interior llevaba una tanguita de encaje y mi bra.

Mi intención fue salir antes de que comenzaran con el fin de evitar ensuciarme, mis hijos hicieron lo mismo, me despedí de mi esposo, toda la familia regresaríamos hasta la noche y justo cuando me disponía a salir, llegaron los albañiles, los cuales quedaron con la boca abierte al verme, caminar tan sexi, -buenos días señora- me dijeron mientras cautelosamente miraban mis piernas y cuerpo, su mirada de deseo no podían disimular, se veía que me cogían con la mirada y la verdad no me disgustaba nada, para eso me visto así para que los hombres me sabrosen-buenos días muchachos-
Al ser día de colado, llegaron varios albañiles nuevos, lógicamente a varios nunca los había visto, eran en su mayoría jóvenes, delgados y unos 3 albañiles físicamente marcados, aspecto que consiguieron gracias al tipo de trabajo que hacen, Me retire subí a la camioneta que me dio mi marido por aniversario, al subirme me dio molestias para arrancar debido a que la marcha necesitaba mantenimiento y el maestro de la obra, se acerco y me dijo desea que la ayude -me puse algo nerviosa- pero para mi fortuna arranco y me fui de mi casa. Llegando la tarde de aquel martes, mi jornada laboral terminó y me dirigí a mi casa, estaba sumamente exhausta y solamente quería llegar a descansar, acostarme en mi cama, y beber un buen café negro y caliente. Llegue a mi casa, a las 18:30pm aproximadamente y para mi sorpresa mi marido, no había ido a trabajar estaba tomando, con el arquitecto y el maestro de la obra, -le dije buenas tardes- y respondieron, decidí ingresar a la sala, y me dirigía a mi cuarto, cuando escuche que se despidieron, el Arquitecto, me llamó, Ale, aquí te dejo a tu marido, ya no puede mantenerse en pie, y le dije ok, bueno nosotros nos vamos, fui a cerrar la puerta, y mi marido quedó recargado en la escalera, como pude lo lleve a la recamara y quedo profundamente dormido.
Me disponía a desvestirme para colocarme mi bata y mi pijama, cuando tocaron el timbre, imagine que se le había olvidado algo al arquitecto, abrí y para mi sorpresa era uno de los musculosos albañiles, -buenas tardes señora, soy Santiago el chalan del maestro albañil, en la mañana colamos y se me olvidaron mis cosas, puedo pasar, le dije claro, un tanto cortante, pues me encontraba con cierto estrés, se dirigió a la obra, a sacar sus cosas, fue cuando deecidi ir a revisar la obra, pues no la había visto, me encontré a Santiago, acomodando sus cosas, le dije y estos bultos de cemento, cuando se lo llevaran a lo que respondió, no se decirle señora, son los que sobraron, eran unos ochos bultos divididos en dos filas, -le gustó como quedó, me pregunto y le respondí que si- me le quede viendo llevaba una camisa sin mangas y las venas de sus bíceps y tríceps parecían reventar, me pregunte que mas le reventaría, y sonreí, a lo que el me contesto con una sonrisa sin imaginar que estaba pensando.
El albañil, ya estaba alcoholizado, era de estatura media, fuerte, moreno, algo agraciado, olía mucho a sudor, lleno de mezcla, y un toque de hierba, fue cuando sentí despertar mi lujuria, -me dijo bueno me retiro señora, si ya no se le ofrece nada- me dijo sin quitar la vista de mis piernas que por mi mini falda se veían casi mis nalgas de lo corta que era. Le contesté: es todo gracias. Ya nos íbamos a dirigir a la puerta de salida íbamos. Cuando hizo como que revisaba sus cosas, y entendí la señal y le mencione creo si se me ofrece otra cosa- no supe en que momento mi boca traiciono a mi pensamiento- mi señor estaba dormido en casa, y mis hijos en unas horas llegarías, además los vecinos podrían percatarse, se acercó y con sus grandes brazos, me tomo de la cintura, señora desde que la vimos en la mañana nos gustó, estuvimos platicando de usted, el maestro ya nos había dichos que usted es hermosa y sabrosa, pero no la imaginábamos tanto, -le dije, y que platicaron de mi-. Uff chula, si te cuento, pero lo que mas platicamos, fue que quedaríamos por tenerte abierta de piernas, cogerte analmente y llenarte de leche, te vistes muy sensual, se ve que eres cachondisima.
Una vez terminado de decir esto, me beso y le correspondi el beso, al ponerme sus manos en mi falda, la ensució, ya no me importaba la situación, mi cuerpo pedía sexo. Es usted muy guapa y tiene un hermoso cuerpo… Una corriente eléctrica recorrió toda mi espalda al sentir su fuerte mano sobre mi muslo, poniéndome chinita y emitiendo un leve sonido aaa. después, dirigió su mano a mi vagina y levantando mi puti falda pasó sus dedos por mis labios vaginales que ya estaban húmedos por mi excitación acumulada, hizo a un lado mi pequeña tanga y metió dos dedos, estaba tan lubricada que entraron con facilidad, al tiempo que empezaba a mover su cuerpo restregando su pene totalmente duro en medio de mis nalgas y su lengua se metió en mi oreja en forma libidinosa, causándome un estremecimiento que recorrió todo mi cuerpo.

Me tienes bien caliente, te tengo tantas ganas que no me importa que tu esposo este en casa, eres preciosa y estás muy rica valdrá la pena…. tu vagina está húmeda, no me engañas, te está gustando, así que disfruta, empezó a mover los dedos dentro de mi vulva, di un respingo y un gemido salió de mi boca delatando el placer que sentí.
Un nuevo gemido fue mi respuesta, sus dedos entraban y salían de mí con rapidez, literalmente me estaba copulando con ellos, mis fluidos mojaban sus ágiles dedos apretaba los labios para no gemir, todo mi cuerpo temblaba, me dejé llevar, dejé de poner resistencia, estaba en sus manos, al notarlo buscó nuevamente mi boca, me dio un beso profundo, riquísimo, nuestras lenguas se entrelazaron, mordía mis labios, los succionaba, un beso tan apasionado que sentí que me derretía.
Su boca bajó a mis pechos, rozaba con sus dientes un pezón, me pellizcaba el otro, lo estiraba, los apretaba y masajeaba, los lamía y succionaba con pasión, la mini falda, parecía que no existía, sentí que perdí la razón, sus labios ardientes continuaron el recorrido, llegaron a mi ombligo, lamiendo y succionando cada centímetro de mi piel, siguió, pronto llegó a mi entrepierna.



Continúa....
1 comentários - El albañil me hace su puta