Orgasmo, doble penetración y sexo oral, detrás de la puerta
Con el padre de mi hija nos habíamos separados hace unos años ya, él tenía su pareja estable y yo parejas más inestables, pero en ese momento estaba en pareja. Habíamos vuelto a coger, lo conté en el relato http://www.poringa.net/posts/relatos/5775349/La-revelacion-sexual-de-una-joven-madre-recien-divorciada.html pero cada encuentro era una aventura. Era una explosión química
Un domingo, como tantos, él trajo a la niña en horas de la siesta a mi casa. Allí estaba parte de mi familia: mi hermana, cuñado, mi madre y otro hermano; era la hora de la sobremesa, la comida era en el quincho en el fondo de mi casa alejado del frente.
Sonó el timbre, fui hacia la puerta sabiendo que llegaba mi hija. Hacía calor en Corrientes -como casi siempre- yo vestía muy liviana: una remerita tipo musculosa roja, un pantaloncito corto bien holgado y ojotas,estaba de entre casa comiendo un asado en familia. Atravesando el jardín yendo hacia el portón, me di cuenta el impacto que generé en mi ex marido, se le notaba en la cara. Les abrí la puerta y él tenía que dejar la niña e irse, pero me dijo:
- Hola, estuve viendo el cuaderno de comunicaciones hay algo que tenemos que ver y charlarlo.
- Tiene que ser ahora -respondí-, es domingo. Está toda la familia haciendo la sobre mesa en el fondo.
- Y cuándo querés que sea -me dijo- no nos vemos en toda la semana. - tenía razón.
No me estaba engañando, ni yo soy una ingenua, pero me gusta el juego de calentar. Caminé delante de él, moviendo levemente la cadera, me agaché de frente a abrazar mi hija para que viera mis tetas. Le histeriqueé,como dice él: “sos una calienta pijas”.
Entramos, nos quedamos adelante. Mi familia no quería saber nada de él, la niña fué a saludar a la abuela y a los tíos. Me senté en el sillón del living, él al lado mío. Yo empecé a sentir el aroma de su piel, su respiración y el olor a tabaco - que antes odiaba, pero ahora me excitaba-.Tomamos el cuaderno, el trataba de explicarme algo que yo no entendía, mire hacia el fondo de la casa y observé por la ventana que todos estaban allí, nosotros estábamos sin prender las luces por lo tanto ellos no podían vernos, me di vuelta y tenía su cara junto a la mía y sus ojos clavados en los míos. Automáticamente nos besamos, beso caliente de lengua… apasionado.
Allí empezó la danza de las manos. Mis pezones estaban superduros y parados, él los empezó a acariciar suavemente por arriba de la tela con el dorso de la mano generándome escalofríos, para luego agarrarme los pechos y amasarlos con vigor. Yo fui con mi mano a su entre pierna y empecé a acariciarle el miembro por arriba del pantalón: iba de arriba abajo y llegaba ala punta y, con la yema de los dedos, hacía círculos sobre su cabeza y boquita del pene. Estábamos recaliente los dos.
Tuve un rapto de sensatez y le dije:
- esperá no podemos,… ahí está mí familia, mirá si vienen.
- vamos a sentarnos acá de frente a la ventana así los vemos.- Me dijo él que estaba totalmente excitado.
Nos movimos hacia el otro lado del sillón. Me senté a la izquierda de él. Nos besábamos, nos toqueteábamos, mirábamos hacia el fondo por la ventana. Placer y adrenalina. De pronto el bajó su mano hacia mi entrepierna. Les dije que mi pantaloncito corto era holgado, con facilidad coló su mano derecha en mi entre pierna y comenzó a acariciarme suavemente el clítoris por encima de mi bombacha, yo no me resistía abría las piernas y me puse alborde del sillón, para recibir mas placer. Dejé de tocarlo, me centré en besarlo, verlo a los ojos y mirar cómo me hacía la paja. El corrió mi bombacha hacia un costado y comenzó a tocarme con su mano, con tres dedos en círculo frotaba la vagina, que ya estaba lubricada, luego dio vuelta la mano comenzó a subir y bajar, mojando todos sus dedos. Se detuvo me miró a los ojos y se llevó los tres dedos a la boca y los chupó:
- mmmmm….que rico el gusto de tu concha, me encanta. -me dijo y bajó nuevamente su mano a mi entrepierna.
Yo estaba que reventaba. Él se dio cuenta y comenzó a masturbarme con un dedo, lo metió hasta la mitad y me empezó a acariciar el rugoso punto “G” y con el dedo gordo frotaba mi clítoris. Estaba en el éxtasis:sentada en el borde del sillón con las piernas abiertas, el pantaloncito y la bombacha corridas y en puntas de pie; recibiendo una super paja.
Sacó el dedo y metió dos, sentí el cambio, pero me gustó;entraba y salía a buen ritmo, pero no acelerado, luego de un ratito saco otra vez la mano y esta vez metió dos y con un tercero rozaba mi ano. Allí se estremeció mi cuerpo, lo tomé de la muñeca y le marqué el ritmo, hasta que no pude más…se estremeció mi cuerpo y comencé a acabar como loca. Abrí las piernas, me tiré un poco hacia adelante y corrí la tela de mi bombacha y pantaloncito para acabar como una catarata sobre el piso; mientras me tapaba la boca para acallar un grito de placer. Fue intenso, para mi el orgasmo fue eterno, frente a nosotros había un charco y las zapatillas de él estaban salpicadas.
Me tiré hacia atrás y suspirando fuerte le dije: “graciasss…”.Él se llevó su mano a la boca y chupó sus dedos y dijo “mmmm…me encanta”.
Me levanté, controlé que no haya mojado la ropa y fui a buscar un trapo de piso para limpiar, mientras miraba por la ventana como mi familia seguía de sobremesa. Volví, sequé el charco y regresé el trapo a su lugar. Cuando me di vuelta para volver estaba él detrás mío.
- ¿qué haces? -Le dije
- quedé recaliente - Me contestó mientras me mostraba su bulto debajo del pantalón.
- No, ya está, ahí está mi familia- le dije.
- recién no te importó mucho - me contestó. Esas respuestas certeras son demoledoras, me dan bronca, pero tenía razón.
Allí avanzó y me volvió a besar. Me empujó hacia una habitación de estudio y nos colocamos detrás de la puerta. Me tocaba todo el cuerpo, las tetas y la concha, estaba desesperado; de pronto la otra mano la metió debajo de mi pantalón comenzó a acariciarme el culo, después siguió por la rayita y bajo hasta miano.
Allí estaba yo entregada, contra la pared detrás de la puerta,con sus manos metidas debajo de mi pantaloncito y bombacha, una por detrás y otra por delante, recibiendo placer. Los dedos de su mano izquierda metidos en mi concha que estaba nuevamente empapada y la mano derecha por detrás hurgando mi culo. Super caliente. El destino era inevitable, me metió lentamente un dedo en el ano, me sorprendí:
- para, que hacés. – le dije
Y no paró. Abrí un poco las piernas, puse el culo en pompa y me dejé llevar. Mis dos agujeros estaban llenos con sus dedos, a un hermoso ritmo se llenaba uno y se vaciaba el otro, a veces se llenaban los dos a la vez. No tardé en acabar nuevamente, esta vez mojando toda mi bombacha y pantalón.
Abandoné mi pasividad, lo puse contra la pared, le bajé el pantalón hasta la rodilla y comencé a chuparle la pija como loca. Le chupé la cabeza,luego le pasé la lengua por el prepucio, bajé hasta los huevos se los agarré y me los metí en la boca, luego subí tomé aire y me dispuse a tragármelo todo; mi boca se estiró y lo sentí en la garganta. Comencé a lagrimear y lo saqué,estaba todo babeado. Miré hacia arriba y él estaba apoyado conta la pared, con las palmas de la mano cómo queriendo arañar la pared y la cabeza hacia atrás.
- Sos la mejor chupando pijas – me dijo y agregó–, nadie en la vida me chupó la pija como vos.
Sentí que se tensaban sus testículos, señal de que estaba por acabar. Seguí chupando esa pija que me encanta hasta el fondo y de pronto cuando la tenía todo adentro de la boca salió el primer chorro; como un acto reflejo intenté sacarla de la boca pero él me tomó de la cabeza y no lo permitió,no puse mucha resistencia, y me llenó la boca de leche y yo, por primera vez trague semen. Todo, trague todo.
Me levanté con ese gusto particular del semen en la boca. Ledi un beso y me fui rápidamente al baño a lavarme. En eso estaba cuando desde el fondo escucho que me llama mi hermana de un grito, no se cuanto tiempo había pasado. Apuré el enjuague, me fui a mi pieza me cambié el shortcito y la bombacha que estaban todos mojados y volví a sentir que me llamaban, ya era más cerca, mi hermana venía.
No sabía como estaba él, ni me había preocupado. Salgo de la pieza cuando ella entra al comedor. Mi ex estaba en la puerta parado como esperando para irse, se lo veía todo traspirado y medio agitado. Mi hermana lo saludó fríamente y le dije que lo acompañaba a la puerta, tratando de disimular le hablé de la escuela de la niña, el me dijo: “dejá nomás, hace mucho calor,voy solo hasta la puerta” y se fue.
Me di vuelta y tenía los ojos de mi hermana clavados:
- ¿ qué paso acá ? . – me pregunto
- nada -respondí – es un hincha pelotas con el tema de la escuela. – le dije.
- mmmm…y porque te cambiaste el pantaloncito. – me dijo.
- el otro se ensució con el carbón – respondí y agregué ofuscada–, que te pasa boluda, sos la policía.
Me fui al fondo, lo primero que hice fue tomar un baso de cerveza para refrescarme y tratar de quitarme el gusto a pija y semen de la boca, pero no pude, me acompañó todo el día. Me encantó, cada vez que lo sentía recordaba la locura, lo que había hecho en el sillón y detrás de la puerta.
Con el padre de mi hija nos habíamos separados hace unos años ya, él tenía su pareja estable y yo parejas más inestables, pero en ese momento estaba en pareja. Habíamos vuelto a coger, lo conté en el relato http://www.poringa.net/posts/relatos/5775349/La-revelacion-sexual-de-una-joven-madre-recien-divorciada.html pero cada encuentro era una aventura. Era una explosión química
Un domingo, como tantos, él trajo a la niña en horas de la siesta a mi casa. Allí estaba parte de mi familia: mi hermana, cuñado, mi madre y otro hermano; era la hora de la sobremesa, la comida era en el quincho en el fondo de mi casa alejado del frente.
Sonó el timbre, fui hacia la puerta sabiendo que llegaba mi hija. Hacía calor en Corrientes -como casi siempre- yo vestía muy liviana: una remerita tipo musculosa roja, un pantaloncito corto bien holgado y ojotas,estaba de entre casa comiendo un asado en familia. Atravesando el jardín yendo hacia el portón, me di cuenta el impacto que generé en mi ex marido, se le notaba en la cara. Les abrí la puerta y él tenía que dejar la niña e irse, pero me dijo:
- Hola, estuve viendo el cuaderno de comunicaciones hay algo que tenemos que ver y charlarlo.
- Tiene que ser ahora -respondí-, es domingo. Está toda la familia haciendo la sobre mesa en el fondo.
- Y cuándo querés que sea -me dijo- no nos vemos en toda la semana. - tenía razón.
No me estaba engañando, ni yo soy una ingenua, pero me gusta el juego de calentar. Caminé delante de él, moviendo levemente la cadera, me agaché de frente a abrazar mi hija para que viera mis tetas. Le histeriqueé,como dice él: “sos una calienta pijas”.
Entramos, nos quedamos adelante. Mi familia no quería saber nada de él, la niña fué a saludar a la abuela y a los tíos. Me senté en el sillón del living, él al lado mío. Yo empecé a sentir el aroma de su piel, su respiración y el olor a tabaco - que antes odiaba, pero ahora me excitaba-.Tomamos el cuaderno, el trataba de explicarme algo que yo no entendía, mire hacia el fondo de la casa y observé por la ventana que todos estaban allí, nosotros estábamos sin prender las luces por lo tanto ellos no podían vernos, me di vuelta y tenía su cara junto a la mía y sus ojos clavados en los míos. Automáticamente nos besamos, beso caliente de lengua… apasionado.
Allí empezó la danza de las manos. Mis pezones estaban superduros y parados, él los empezó a acariciar suavemente por arriba de la tela con el dorso de la mano generándome escalofríos, para luego agarrarme los pechos y amasarlos con vigor. Yo fui con mi mano a su entre pierna y empecé a acariciarle el miembro por arriba del pantalón: iba de arriba abajo y llegaba ala punta y, con la yema de los dedos, hacía círculos sobre su cabeza y boquita del pene. Estábamos recaliente los dos.
Tuve un rapto de sensatez y le dije:
- esperá no podemos,… ahí está mí familia, mirá si vienen.
- vamos a sentarnos acá de frente a la ventana así los vemos.- Me dijo él que estaba totalmente excitado.
Nos movimos hacia el otro lado del sillón. Me senté a la izquierda de él. Nos besábamos, nos toqueteábamos, mirábamos hacia el fondo por la ventana. Placer y adrenalina. De pronto el bajó su mano hacia mi entrepierna. Les dije que mi pantaloncito corto era holgado, con facilidad coló su mano derecha en mi entre pierna y comenzó a acariciarme suavemente el clítoris por encima de mi bombacha, yo no me resistía abría las piernas y me puse alborde del sillón, para recibir mas placer. Dejé de tocarlo, me centré en besarlo, verlo a los ojos y mirar cómo me hacía la paja. El corrió mi bombacha hacia un costado y comenzó a tocarme con su mano, con tres dedos en círculo frotaba la vagina, que ya estaba lubricada, luego dio vuelta la mano comenzó a subir y bajar, mojando todos sus dedos. Se detuvo me miró a los ojos y se llevó los tres dedos a la boca y los chupó:
- mmmmm….que rico el gusto de tu concha, me encanta. -me dijo y bajó nuevamente su mano a mi entrepierna.
Yo estaba que reventaba. Él se dio cuenta y comenzó a masturbarme con un dedo, lo metió hasta la mitad y me empezó a acariciar el rugoso punto “G” y con el dedo gordo frotaba mi clítoris. Estaba en el éxtasis:sentada en el borde del sillón con las piernas abiertas, el pantaloncito y la bombacha corridas y en puntas de pie; recibiendo una super paja.
Sacó el dedo y metió dos, sentí el cambio, pero me gustó;entraba y salía a buen ritmo, pero no acelerado, luego de un ratito saco otra vez la mano y esta vez metió dos y con un tercero rozaba mi ano. Allí se estremeció mi cuerpo, lo tomé de la muñeca y le marqué el ritmo, hasta que no pude más…se estremeció mi cuerpo y comencé a acabar como loca. Abrí las piernas, me tiré un poco hacia adelante y corrí la tela de mi bombacha y pantaloncito para acabar como una catarata sobre el piso; mientras me tapaba la boca para acallar un grito de placer. Fue intenso, para mi el orgasmo fue eterno, frente a nosotros había un charco y las zapatillas de él estaban salpicadas.
Me tiré hacia atrás y suspirando fuerte le dije: “graciasss…”.Él se llevó su mano a la boca y chupó sus dedos y dijo “mmmm…me encanta”.
Me levanté, controlé que no haya mojado la ropa y fui a buscar un trapo de piso para limpiar, mientras miraba por la ventana como mi familia seguía de sobremesa. Volví, sequé el charco y regresé el trapo a su lugar. Cuando me di vuelta para volver estaba él detrás mío.
- ¿qué haces? -Le dije
- quedé recaliente - Me contestó mientras me mostraba su bulto debajo del pantalón.
- No, ya está, ahí está mi familia- le dije.
- recién no te importó mucho - me contestó. Esas respuestas certeras son demoledoras, me dan bronca, pero tenía razón.
Allí avanzó y me volvió a besar. Me empujó hacia una habitación de estudio y nos colocamos detrás de la puerta. Me tocaba todo el cuerpo, las tetas y la concha, estaba desesperado; de pronto la otra mano la metió debajo de mi pantalón comenzó a acariciarme el culo, después siguió por la rayita y bajo hasta miano.
Allí estaba yo entregada, contra la pared detrás de la puerta,con sus manos metidas debajo de mi pantaloncito y bombacha, una por detrás y otra por delante, recibiendo placer. Los dedos de su mano izquierda metidos en mi concha que estaba nuevamente empapada y la mano derecha por detrás hurgando mi culo. Super caliente. El destino era inevitable, me metió lentamente un dedo en el ano, me sorprendí:
- para, que hacés. – le dije
Y no paró. Abrí un poco las piernas, puse el culo en pompa y me dejé llevar. Mis dos agujeros estaban llenos con sus dedos, a un hermoso ritmo se llenaba uno y se vaciaba el otro, a veces se llenaban los dos a la vez. No tardé en acabar nuevamente, esta vez mojando toda mi bombacha y pantalón.
Abandoné mi pasividad, lo puse contra la pared, le bajé el pantalón hasta la rodilla y comencé a chuparle la pija como loca. Le chupé la cabeza,luego le pasé la lengua por el prepucio, bajé hasta los huevos se los agarré y me los metí en la boca, luego subí tomé aire y me dispuse a tragármelo todo; mi boca se estiró y lo sentí en la garganta. Comencé a lagrimear y lo saqué,estaba todo babeado. Miré hacia arriba y él estaba apoyado conta la pared, con las palmas de la mano cómo queriendo arañar la pared y la cabeza hacia atrás.
- Sos la mejor chupando pijas – me dijo y agregó–, nadie en la vida me chupó la pija como vos.
Sentí que se tensaban sus testículos, señal de que estaba por acabar. Seguí chupando esa pija que me encanta hasta el fondo y de pronto cuando la tenía todo adentro de la boca salió el primer chorro; como un acto reflejo intenté sacarla de la boca pero él me tomó de la cabeza y no lo permitió,no puse mucha resistencia, y me llenó la boca de leche y yo, por primera vez trague semen. Todo, trague todo.
Me levanté con ese gusto particular del semen en la boca. Ledi un beso y me fui rápidamente al baño a lavarme. En eso estaba cuando desde el fondo escucho que me llama mi hermana de un grito, no se cuanto tiempo había pasado. Apuré el enjuague, me fui a mi pieza me cambié el shortcito y la bombacha que estaban todos mojados y volví a sentir que me llamaban, ya era más cerca, mi hermana venía.
No sabía como estaba él, ni me había preocupado. Salgo de la pieza cuando ella entra al comedor. Mi ex estaba en la puerta parado como esperando para irse, se lo veía todo traspirado y medio agitado. Mi hermana lo saludó fríamente y le dije que lo acompañaba a la puerta, tratando de disimular le hablé de la escuela de la niña, el me dijo: “dejá nomás, hace mucho calor,voy solo hasta la puerta” y se fue.
Me di vuelta y tenía los ojos de mi hermana clavados:
- ¿ qué paso acá ? . – me pregunto
- nada -respondí – es un hincha pelotas con el tema de la escuela. – le dije.
- mmmm…y porque te cambiaste el pantaloncito. – me dijo.
- el otro se ensució con el carbón – respondí y agregué ofuscada–, que te pasa boluda, sos la policía.
Me fui al fondo, lo primero que hice fue tomar un baso de cerveza para refrescarme y tratar de quitarme el gusto a pija y semen de la boca, pero no pude, me acompañó todo el día. Me encantó, cada vez que lo sentía recordaba la locura, lo que había hecho en el sillón y detrás de la puerta.
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