Normalmente nos reunimos a comer cada mes mis excompañeros de universidad, en esa ocasión nos vimos con un matrimonio, Rodrigo con su esposa Nelly, mi esposa y yo. Luego de comer nos pusimos a ver una película que tenía muchas escenas eróticas.
Terminando la película les propuse jugar a las cartas y así lo hicimos,y mi esposa sigirió que jugáramos de a prenda (que fue lo que la hizo hacer tal propuesta no lo se pero la idea fue mas que genial) y Nelly dijo, "bueno, pero no de a varias, de una por una".
Dijo Rodrigo: "yo creo que ya le paramos, no vaya a ser que pierda una de ellas y no se quiera quitar algo, son muy miedosas", a lo que mi esposa contestó: "yo por mí le seguimos para que veas quien tiene miedo: las mujeres o los hombres", a lo que contestó Nelly: "¿a poco si pierdes te quitarías el vestido?" Si - contestó mi esposa - de inmediato dije yo "pues vamos a seguirle".
Jugamos y perdió Nelly, volteó a ver a su esposo como pidiendo su aprobación para quitarse una prenda, su esposo arqueó los hombros y Nelly se quitó la blusa. Pude distinguir el tamaño de sus senos. Noté como se ponía un poco nerviosa al decirle a mi esposa: "si pierdes tu te vas a tener que quitar el vestido".
Continuamos jugando de tal suerte que al rato mi esposa, Rodrigo y Nelly solo traían la ropa interior, yo mi pantalón y mis boxers. Tenía prendas para todavía perder. En la siguiente jugada perdió mi esposa, todos nos quedamos callados, seguramente ellos como yo sintiendo un cosquilleo en todo el cuerpo, una sensación muy especial esperando que suceda algo que nunca hemos hecho, y que por dentro, tanto ellos como yo deseábamos.
Luego de unos segundos de silencio, que parecieron eternos, Nelly le dice: "Pues perdiste, ¿te vas a echar para atrás?", mi esposa voltea a verme y yo levemente asiento con la cabeza, y sucedió: ¡mi esposa se quitó el brasier! Ahí estaban sus pechos, a la vista de los otros tres, pero en especial de Rodrigo que los miró detenidamente, cosa que a mí me hizo que se me erectara mi pene de inmediato.
Continuamos jugando. Perdí yo y me quedé en puros boxers. Perdió Nelly y para sorpresa de todos, ni volteó a ver a su esposo, de inmediato se quitó el brasier, y he ahí otro par de senos a la vista de todos nosotros. Su respiración estaba levemente agitada.
¡Qué suerte traía Nelly! ¡volvió a perder! Dijo entonces: "yo no me voy a quitar los calzones", entonces mi esposa, que es muy vaciladora comenzó a corear "¡que se los quite! ¡que se los quite!," Nelly nuevamente volteó a ver a su marido quien no hizo ni mueca ni comentario, estaba con una sonrisa nerviosa, "esta bien –dijo Nelly- pero vamos a seguir jugando hasta que todos quedemos iguales" ¡y se quitó la tanga, quedando completamente desnuda! Para entonces ya todos teníamos una sonrisa nerviosa, pero, seguramente ellos como yo, sintiendo ese cosquilleo que empezaba a gustarnos.
Perdió Rodrigo el siguiente juego y ya sin inmutarse se quedó completamente desnudo. Al momento de quitarse los calzones, vi como mi esposa estaba atenta para verle su miembro, el cual estaba a media erección.
¡Ah que Nelly, que suerte se traía! ¡volvió a perder! Con una gran sonrisa nos dijo: "como ya me quedé sin ropa, pues ¿qué me quito?, vamos al siguiente juego", "No –dije de inmediato- ¡que chistosa!, algo tienes que hacer como castigo, déjame pensar, mmmmmm, propongo que vayas a la cocina así como estás y nos traigas otra copa". Mi esposa, dijo que sí, que era justo que hiciera algo y que si le tocaba a otro que estuviera desnudo también debería hacer algo.
Se fue a la cocina y trajo el refresco, por iniciativa suya nos sirvió en nuestro vaso, yendo al lugar de cada uno. Al estarme sirviendo pude percibir ese olor característico, emanado de su vagina, signo inequívoco de que estaba muy excitada y mojada.
El siguiente juego lo perdí yo. Para entonces ya tenía mi pene parado, pero al pensar que me quedaría desnudo noté como se me ponía más duro, los boxers estaban ya algo mojados con el líquido que desde hacía rato me había salido.
Me paré, y con toda intención me retiré un poco de la mesa, de tal forma que Nelly viera como me quitaba los boxers. Nelly estaba atenta, vería mi pene! lo vería erecto!. Me los quité y me erguí, la miré, por un momento se le quedó viendo a mi erecto pene, después sus ojos miraron a los míos... volví a sentarme.
Solamente quedaba mi esposa con una prenda. Pero volví a perder yo y al momento Nelly pidió ponerme el castigo (tal vez por venganza) "¿Qué voy a hacer?–le pregunté" y ella me ordenó: "ve con tu esposa y agárrale los pechos, acarícialos como haces cuando hacen el amor". Fui a donde mi esposa, me puse detrás de ella y comencé a acariciarle ambos pechos, teniendo cuidado de acariciarle en forma especial los pezones, que desde hacía rato los tenía bien erectos, tomándolos con dos dedos y haciendo como que la ordeñaba suavemente, mi esposa dijo que ya y fui a sentarme.
Para ese momento yo ya estaba sumamente excitado y quería que las cosas fueran mucho más lejos. Tuve suerte, perdió Rodrigo, mi esposa quería ponerle el castigo pero insistí en ser yo quien lo hiciera, la decisión la jugamos a una carta y gané; estuve a punto de no animarme a ponerle el castigo pero me dije "ahora o nunca" y le ordené: "para estar todos iguales, tu quítale la tanga a Laura" – que así se llama mi esposa -. Creo que mi esposa era la que estaba más caliente, porque no dijo nada, solo se paró y esperó a que Rodrigo se los quitara. Cuando se paró Rodrigo y fue hacia mi esposa, el espectáculo era tremendamente erótico, pues ahí estaba Laura, parada, con puros calzones y hacia ella iba un hombre, desnudo, con su pene bien erecto, acercándose para desnudarla. Se paró frente a ella, tomó los calzones por la parte de atrás y comenzó a bajárselos, pero no había agarrado los calzones en si, metió sus manos, tocando sus nalgas y así se los bajó, pasando su cara muy cerca del sexo de Laura. Después se sentaron.
Acto seguido les dije: "bueno, pues ya estamos todos igual, ¿le paramos?", tonto de mi, que pregunta tan estúpida. Afortunadamente Nelly reclamó: "no, a Laura no le ha tocado ningún castigo, vamos a seguirle, pero propongo que los castigos a la mujer los ponga la otra mujer e igual con los hombres", aceptamos y le seguimos.
Seguramente a Nelly le excitó mucho ver a su esposo desnudando a otra mujer, porque el siguiente juego lo perdió nuevamente mi esposa y le ordenó: "agárrale el pene a Rodrigo y ve si cabe en tus manos", mi esposa, que estaba más caliente que todos, le dijo a Nelly que no dijera pene, que acostumbramos llamarle verga y fue hacia Rodrigo y se la agarró con ambas manos y nos dijo que estaba mas o menos grande.
Perdió Nelly y Laura le ordenó que tuviera sexo oral con Rodrigo durante 5 segundos (cómo me hubiera gustado que le dijera que lo hiciera conmigo), ella fue hacia su esposo, tomo su pene y se lo chupó durante 5 segundos. Fue una escena tremenda, pero yo más que atento a lo que hacían estaba pendiente de la reacción de mi esposa, quien no quitaba la vista de la escena, estaba roja de la excitación, por un leve instante se tocó uno de sus pezones.
El siguiente juego lo perdí yo. Rodrigo me dijo que el castigo era que con su esposa hiciera la posición para hacer el amor que más me gustara. Le dije a Nelly: "¡agáchate un poco y pon tus manos en la pared!", así lo hizo, yo me puse detrás de ella e hice como que la estaba penetrando desde atrás, pero al momento de ponerme tras ella, bajé mi pene con la mano, de tal suerte que quedara entre sus piernas, le dije que la posición era un poquito más agachada, se agachó un poquito más y les dije que era la posición que me gustaba, pero al mismo tiempo, y debido a la posición de Nelly, puede tocar su vagina con mi pene y penetrarla poquito, muy poquito, ¡pero lo hice! Muy claro sentí su estremecimiento.
Nos fuimos a sentar a seguir jugando. Por un momento crucé una mirada con Nelly, sentí que le había gustado el leve contacto de mi pene con su vagina.
A esas alturas, seguramente ellos como yo sentíamos unas ganas tremendas de realizar el coito, no importaba con quien, aunque pareciera que todos queríamos un intercambio de pareja. Sin embargo, los momentos anteriores habían sido tremendamente eróticos, algo que nos estaba gustando mucho.
Sin más comentarios, Rodrigo barajó nuevamente las cartas. ¿qué seguía? Habíamos llegado ya muy lejos, ¿qué pudiéramos hacer que fuera más excitante que lo que ya habíamos hecho? Me preocupaba que el juego terminara de un momento a otro, pero me preguntaba: ¿cuál será el final? En verdad fue un final increíble, les contaré.
Rodrigo barajó las cartas, jugamos y perdí. Rodrigo tardó unos momentos en pensar, mientras tanto yo me preguntaba: "¿qué me ordenaría hacer que fuera más atrevido y excitante que lo que ya había hecho? ¿me propondría hacer algo con mi esposa?". Rodrigo me echó una mirada pícara y me dijo: "acaríciale el clítoris a tu esposa hasta que tenga un orgasmo", un tanto desilusionado fui hacia mi esposa, le abrí las piernas y comencé a acariciarle allí donde se me ordenó. Aproveché para besarle en los labios y chuparle ambos pechos, de reojo vi que Rodrigo y Nelly estaban juntos viéndonos, pero ella tenía el pene de él en sus manos masturbándolo lentamente; me dije que todo estaba a punto de acabar, ellos seguirían hasta hacer el amor, tuve la intención de montar a mi esposa, penetrarla y hacer el acto final. Pero afortunadamente mi esposa tuvo su orgasmo y de inmediato me paré para evitar que Rodrigo y Nelly se fueran a hacer el amor. Les dije: "vamos a seguirle". Estaba esperando mi oportunidad de ponerle el "castigo" a Rodrigo, lo pensaría muy bien, pues no quería que cada quien con su pareja hiciera el amor, ya estaba decidido a que terminara en un intercambio.
El siguiente juego lo perdió mi esposa. Parece que Nelly tenía en mente algo desde hacía un rato, tal vez por venganza, tal vez porque deseaba lo mismo que yo, pues de inmediato le dijo: "Siéntate arriba de Rodrigo, de frente a él, que te penetre y se queden así durante 5 segundos". Eso ya era mucho, era ir demasiado lejos, tan lejos como lo deseaba yo. Solo esperaba que mi esposa aceptara: y aceptó... ya iba hacia él, pero le dije que debíamos tener cuidado, que usara un condón. Seguramente ella ansiaba sentir la verga de Rodrigo, pues personalmente fue a la habitación a traer un paquete de condones, mientras regresaba, los tres estábamos callados, nos veíamos y teníamos todos una sonrisa nerviosa, pero sumamente excitados, pues lo que veríamos era algo muy fuera de lo común. Regresó Laura, ya había sacado un condón, Rodrigo extendió la mano para ponérselo, pero Laura le dijo que ella lo pondría; iba a ponérselo y vio que el pene de Rodrigo no estaba completamente erecto y se lo hizo notar diciéndole: "así no voy a poder ponerte el condón", de inmediato Rodrigo empezó a masturbarse para que se le erectara bien, pero mi esposa lo detuvo y le dijo: "así no, déjame ayudarte": ¡ah bárbara! : se llevó el pene a la boca y empezó a jugar con él, cuando sintió que ya estaba bien duro, ella misma le puso el condón, cruzó un pie, le agarró el pene y se lo acomodó, lentamente fue haciendo que la penetrara hasta quedar completamente sentada. Como Nelly estaba con los ojos bien abiertos y sin articular palabra les dije que yo contaría los segundos, tardándome deliberadamente en empezar: 1... 2.... 3... 4.... 5, cuando Laura se estaba levantando, Rodrigo la volvió a sentar y ella se volvió a parar, fue una sola embestida, le pellizcó un cachete y le dijo: "tramposo".
Se fue a sentar, y mientras yo barajaba las cartas, Rodrigo se estaba acariciando su pene, ya sin pena. Seguramente si yo perdía el juego me tocaría hacer algo con Nelly, pensando así hice trampa y perdí.
¡Y me resultó la treta! Rodrigo me ordenó que acostara sobre la mesa a Nelly y que la penetrara, ahora por 10 segundos ¡pero bombeándola! Ella me dijo que también me pondría un condón; como lo tenía completamente erecto, no me chupó el pene, solo lo acarició a todo lo largo, agarrándome los testículos y pesándolos, como queriendo ver que tan cargados estaban. Me puso el condón y ella misma se recostó en la mesa, Rodrigo y Laura se habían parado para ver todo con detalle. Cuando estaba a punto de penetrarla, de reojo vi que mientras nos veían, Laura estaba detrás de Rodrigo, tocando con sus pechos su espalda y con el pene de él en su mano derecha, masturbándolo lentamente, su otra mano le pellizcaba uno de sus pezones.
Miré a los ojos a Nelly, su mirada me pedía que ya se la metiera, que la bombeara, su respiración era agitada, el color de sus mejillas era de un rojo intenso, sus pezones completamente erectos y sus pechos se movían al compás de su agitada respiración. De pronto me encontré en una encrucijada: seguramente al penetrar a Nelly mi esposa y Rodrigo pasarían a mayores cosas, algo que yo deseaba que ocurriera, pero que también deseaba ver, también deseaba enormemente penetrar a Nelly, pero si lo hacía no vería la escena de Rodrigo con mi esposa. La solución fue simple: hice que Nelly diera un giro de 180 grados, le acaricié el clítoris, primero con mi mano y después con mi pene, aunque le estaba gustando ella quería sentirme dentro de ella, por eso me dijo: "¡ya métemela por favor!", esa expresión me puso, como dicen, a cien, se la metí poco a poco, mirándola fijamente a los ojos para ver su reacción, sus gestos, teniéndosela toda a dentro, empecé a bombearla, ella tenía los ojos cerrados, gozando las embestidas.
En esos breves momentos me olvidé de mi esposa y Rodrigo, los busqué con la mirada, seguían donde mismo, ahora ella estaba jugando con el líquido seminal que el tenía en la punta de su pene, cuando tuvo su dedo mojado se lo llevó a la boca, me miró y empezó a contar: 1... 2... 3... 4... 5... 6... 7... 8... 9... 10 y como habíamos acordado, intenté salirme de Nelly, pero ella me dijo: "no te salgas, ¡sigue por favor!", claro que Rodrigo y Laura escucharon, miré a mi esposa como preguntándole qué hacía, ella me sonrió y continué bombeando a Laura. Mientras, mi esposa y Rodrigo se fueron al sillón, el se sentó y ella se llevó su pene a la boca; cuando sentí que yo iba a terminar, me salí y le pedí que fuéramos también al sillón.
Cuando llegamos ya Laura estaba sentada sobre Rodrigo, con el pene de él dentro de ella, la sostenía de las nalgas, levantándola y dejándola caer, por unos momentos nos detuvimos a ver la escena: era increíble y excitante, claramente se veía como el pene de Rodrigo entraba y salía de la vagina de mi esposa. Tumbé a Laura sobre el sillón, a un lado de ellos y empecé besándole sus pechos, succionando sus pezones, lentamente fui bajando hasta besar sus bellos púbicos, seguí con su pierna izquierda, hasta la rodilla, luego regresé por el mismo camino, volví a besar su pubis, continué con su pierna derecha, iba bajando hacia su rodilla pero ella tomó mi cabeza y la llevó hacia su entrepierna, busque con mi lengua su clítoris y empecé a besarle, a mordisquear, al rato tuvo un orgasmo, me tomó de la cabeza y me besó en los labios diciéndome: "ahora métemela, quiero sentirla otra vez", se la metí en la posición del misionero, pero así me costaba trabajo ver lo que hacían Laura y Rodrigo, por lo que le pedí que hiciéramos la posición del perrito, de esa forma pude ver como Laura seguía encima de Rodrigo, ahora era ella la que subía y bajaba frenéticamente.
Estuvimos ambas parejas un rato así, después Laura se bajó de Rodrigo, se recostó en el sillón, le quitó el condón y le dijo que se sentara sobre ella, se puso un almohadón, de tal manera que pudo meterse el pene de Rodrigo a la boca, mientras con una mano lo masturbaba, me imaginé que se tragaría todo su semen, en esa posición podía ver su vagina roja y húmeda, pero no podía ver como lo masturbaba con la boca y la mano, por eso me salí de Nelly y la llevé frente a ellos, le pedí que con sus manos se recargara en el sillón y la penetré desde atrás, ambos podíamos verlos ahora.
Mi esposa estaba frenética, masturbándolo con boca y mano de forma muy rápida, Rodrigo hizo el gesto inequívoco de estar a punto de venirse y yo pensé: "¡se va a tragar su semen!", pero justo antes de que explotara se la sacó de la boca pero siguió masturbándolo con la mano y entonces ocurrió: el descargó todo su semen sobre la cara de ella con tal fuerza que le alcanzó a mojar el pelo y el sillón, fue increíble ver la cara de mi esposa llena de semen de otro, pero más increíble fue cuando ella lo volvió a tomar, se lo llevó a la boca y se lo limpió todo.
Ya no podía aguantar más, empecé con la sensación tan bonita previa a la eyaculación, pero Nelly se dio cuenta, hizo que me saliera, me quitó el condón y se hincó frente a mi, tomo mi pene con una mano y se lo llevó a la boca e hizo lo mismo que Laura: me estaba masturbando con boca y mano, estando a punto de estallar, se lo sacó de la boca, pero lo dejó apuntando ahí mismo, su mano trabajaba muy rápido, su boca estaba abierta, esperando recibir todo mi semen, y reventé, gran parte cayó dentro de su boca y otra parte a su cara, se tragó lo que tenía adentro y nuevamente se llevó el pene a la boca, lo chupó hasta dejarlo limpio y flácido.
Nos sentamos en el sillón, cada quien con su pareja, estuvimos así, desnudos, un rato, quedamente le pregunté a mi esposa que si le había gustado y me dijo que si, me abrazó y me besó.
Nos vestimos, platicamos un rato y se despidieron con una recomendación de Nelly: no vayan a perder la baraja, el próximo mes comemos en mi casa, se la llevan
Terminando la película les propuse jugar a las cartas y así lo hicimos,y mi esposa sigirió que jugáramos de a prenda (que fue lo que la hizo hacer tal propuesta no lo se pero la idea fue mas que genial) y Nelly dijo, "bueno, pero no de a varias, de una por una".
Dijo Rodrigo: "yo creo que ya le paramos, no vaya a ser que pierda una de ellas y no se quiera quitar algo, son muy miedosas", a lo que mi esposa contestó: "yo por mí le seguimos para que veas quien tiene miedo: las mujeres o los hombres", a lo que contestó Nelly: "¿a poco si pierdes te quitarías el vestido?" Si - contestó mi esposa - de inmediato dije yo "pues vamos a seguirle".
Jugamos y perdió Nelly, volteó a ver a su esposo como pidiendo su aprobación para quitarse una prenda, su esposo arqueó los hombros y Nelly se quitó la blusa. Pude distinguir el tamaño de sus senos. Noté como se ponía un poco nerviosa al decirle a mi esposa: "si pierdes tu te vas a tener que quitar el vestido".
Continuamos jugando de tal suerte que al rato mi esposa, Rodrigo y Nelly solo traían la ropa interior, yo mi pantalón y mis boxers. Tenía prendas para todavía perder. En la siguiente jugada perdió mi esposa, todos nos quedamos callados, seguramente ellos como yo sintiendo un cosquilleo en todo el cuerpo, una sensación muy especial esperando que suceda algo que nunca hemos hecho, y que por dentro, tanto ellos como yo deseábamos.
Luego de unos segundos de silencio, que parecieron eternos, Nelly le dice: "Pues perdiste, ¿te vas a echar para atrás?", mi esposa voltea a verme y yo levemente asiento con la cabeza, y sucedió: ¡mi esposa se quitó el brasier! Ahí estaban sus pechos, a la vista de los otros tres, pero en especial de Rodrigo que los miró detenidamente, cosa que a mí me hizo que se me erectara mi pene de inmediato.
Continuamos jugando. Perdí yo y me quedé en puros boxers. Perdió Nelly y para sorpresa de todos, ni volteó a ver a su esposo, de inmediato se quitó el brasier, y he ahí otro par de senos a la vista de todos nosotros. Su respiración estaba levemente agitada.
¡Qué suerte traía Nelly! ¡volvió a perder! Dijo entonces: "yo no me voy a quitar los calzones", entonces mi esposa, que es muy vaciladora comenzó a corear "¡que se los quite! ¡que se los quite!," Nelly nuevamente volteó a ver a su marido quien no hizo ni mueca ni comentario, estaba con una sonrisa nerviosa, "esta bien –dijo Nelly- pero vamos a seguir jugando hasta que todos quedemos iguales" ¡y se quitó la tanga, quedando completamente desnuda! Para entonces ya todos teníamos una sonrisa nerviosa, pero, seguramente ellos como yo, sintiendo ese cosquilleo que empezaba a gustarnos.
Perdió Rodrigo el siguiente juego y ya sin inmutarse se quedó completamente desnudo. Al momento de quitarse los calzones, vi como mi esposa estaba atenta para verle su miembro, el cual estaba a media erección.
¡Ah que Nelly, que suerte se traía! ¡volvió a perder! Con una gran sonrisa nos dijo: "como ya me quedé sin ropa, pues ¿qué me quito?, vamos al siguiente juego", "No –dije de inmediato- ¡que chistosa!, algo tienes que hacer como castigo, déjame pensar, mmmmmm, propongo que vayas a la cocina así como estás y nos traigas otra copa". Mi esposa, dijo que sí, que era justo que hiciera algo y que si le tocaba a otro que estuviera desnudo también debería hacer algo.
Se fue a la cocina y trajo el refresco, por iniciativa suya nos sirvió en nuestro vaso, yendo al lugar de cada uno. Al estarme sirviendo pude percibir ese olor característico, emanado de su vagina, signo inequívoco de que estaba muy excitada y mojada.
El siguiente juego lo perdí yo. Para entonces ya tenía mi pene parado, pero al pensar que me quedaría desnudo noté como se me ponía más duro, los boxers estaban ya algo mojados con el líquido que desde hacía rato me había salido.
Me paré, y con toda intención me retiré un poco de la mesa, de tal forma que Nelly viera como me quitaba los boxers. Nelly estaba atenta, vería mi pene! lo vería erecto!. Me los quité y me erguí, la miré, por un momento se le quedó viendo a mi erecto pene, después sus ojos miraron a los míos... volví a sentarme.
Solamente quedaba mi esposa con una prenda. Pero volví a perder yo y al momento Nelly pidió ponerme el castigo (tal vez por venganza) "¿Qué voy a hacer?–le pregunté" y ella me ordenó: "ve con tu esposa y agárrale los pechos, acarícialos como haces cuando hacen el amor". Fui a donde mi esposa, me puse detrás de ella y comencé a acariciarle ambos pechos, teniendo cuidado de acariciarle en forma especial los pezones, que desde hacía rato los tenía bien erectos, tomándolos con dos dedos y haciendo como que la ordeñaba suavemente, mi esposa dijo que ya y fui a sentarme.
Para ese momento yo ya estaba sumamente excitado y quería que las cosas fueran mucho más lejos. Tuve suerte, perdió Rodrigo, mi esposa quería ponerle el castigo pero insistí en ser yo quien lo hiciera, la decisión la jugamos a una carta y gané; estuve a punto de no animarme a ponerle el castigo pero me dije "ahora o nunca" y le ordené: "para estar todos iguales, tu quítale la tanga a Laura" – que así se llama mi esposa -. Creo que mi esposa era la que estaba más caliente, porque no dijo nada, solo se paró y esperó a que Rodrigo se los quitara. Cuando se paró Rodrigo y fue hacia mi esposa, el espectáculo era tremendamente erótico, pues ahí estaba Laura, parada, con puros calzones y hacia ella iba un hombre, desnudo, con su pene bien erecto, acercándose para desnudarla. Se paró frente a ella, tomó los calzones por la parte de atrás y comenzó a bajárselos, pero no había agarrado los calzones en si, metió sus manos, tocando sus nalgas y así se los bajó, pasando su cara muy cerca del sexo de Laura. Después se sentaron.
Acto seguido les dije: "bueno, pues ya estamos todos igual, ¿le paramos?", tonto de mi, que pregunta tan estúpida. Afortunadamente Nelly reclamó: "no, a Laura no le ha tocado ningún castigo, vamos a seguirle, pero propongo que los castigos a la mujer los ponga la otra mujer e igual con los hombres", aceptamos y le seguimos.
Seguramente a Nelly le excitó mucho ver a su esposo desnudando a otra mujer, porque el siguiente juego lo perdió nuevamente mi esposa y le ordenó: "agárrale el pene a Rodrigo y ve si cabe en tus manos", mi esposa, que estaba más caliente que todos, le dijo a Nelly que no dijera pene, que acostumbramos llamarle verga y fue hacia Rodrigo y se la agarró con ambas manos y nos dijo que estaba mas o menos grande.
Perdió Nelly y Laura le ordenó que tuviera sexo oral con Rodrigo durante 5 segundos (cómo me hubiera gustado que le dijera que lo hiciera conmigo), ella fue hacia su esposo, tomo su pene y se lo chupó durante 5 segundos. Fue una escena tremenda, pero yo más que atento a lo que hacían estaba pendiente de la reacción de mi esposa, quien no quitaba la vista de la escena, estaba roja de la excitación, por un leve instante se tocó uno de sus pezones.
El siguiente juego lo perdí yo. Rodrigo me dijo que el castigo era que con su esposa hiciera la posición para hacer el amor que más me gustara. Le dije a Nelly: "¡agáchate un poco y pon tus manos en la pared!", así lo hizo, yo me puse detrás de ella e hice como que la estaba penetrando desde atrás, pero al momento de ponerme tras ella, bajé mi pene con la mano, de tal suerte que quedara entre sus piernas, le dije que la posición era un poquito más agachada, se agachó un poquito más y les dije que era la posición que me gustaba, pero al mismo tiempo, y debido a la posición de Nelly, puede tocar su vagina con mi pene y penetrarla poquito, muy poquito, ¡pero lo hice! Muy claro sentí su estremecimiento.
Nos fuimos a sentar a seguir jugando. Por un momento crucé una mirada con Nelly, sentí que le había gustado el leve contacto de mi pene con su vagina.
A esas alturas, seguramente ellos como yo sentíamos unas ganas tremendas de realizar el coito, no importaba con quien, aunque pareciera que todos queríamos un intercambio de pareja. Sin embargo, los momentos anteriores habían sido tremendamente eróticos, algo que nos estaba gustando mucho.
Sin más comentarios, Rodrigo barajó nuevamente las cartas. ¿qué seguía? Habíamos llegado ya muy lejos, ¿qué pudiéramos hacer que fuera más excitante que lo que ya habíamos hecho? Me preocupaba que el juego terminara de un momento a otro, pero me preguntaba: ¿cuál será el final? En verdad fue un final increíble, les contaré.
Rodrigo barajó las cartas, jugamos y perdí. Rodrigo tardó unos momentos en pensar, mientras tanto yo me preguntaba: "¿qué me ordenaría hacer que fuera más atrevido y excitante que lo que ya había hecho? ¿me propondría hacer algo con mi esposa?". Rodrigo me echó una mirada pícara y me dijo: "acaríciale el clítoris a tu esposa hasta que tenga un orgasmo", un tanto desilusionado fui hacia mi esposa, le abrí las piernas y comencé a acariciarle allí donde se me ordenó. Aproveché para besarle en los labios y chuparle ambos pechos, de reojo vi que Rodrigo y Nelly estaban juntos viéndonos, pero ella tenía el pene de él en sus manos masturbándolo lentamente; me dije que todo estaba a punto de acabar, ellos seguirían hasta hacer el amor, tuve la intención de montar a mi esposa, penetrarla y hacer el acto final. Pero afortunadamente mi esposa tuvo su orgasmo y de inmediato me paré para evitar que Rodrigo y Nelly se fueran a hacer el amor. Les dije: "vamos a seguirle". Estaba esperando mi oportunidad de ponerle el "castigo" a Rodrigo, lo pensaría muy bien, pues no quería que cada quien con su pareja hiciera el amor, ya estaba decidido a que terminara en un intercambio.
El siguiente juego lo perdió mi esposa. Parece que Nelly tenía en mente algo desde hacía un rato, tal vez por venganza, tal vez porque deseaba lo mismo que yo, pues de inmediato le dijo: "Siéntate arriba de Rodrigo, de frente a él, que te penetre y se queden así durante 5 segundos". Eso ya era mucho, era ir demasiado lejos, tan lejos como lo deseaba yo. Solo esperaba que mi esposa aceptara: y aceptó... ya iba hacia él, pero le dije que debíamos tener cuidado, que usara un condón. Seguramente ella ansiaba sentir la verga de Rodrigo, pues personalmente fue a la habitación a traer un paquete de condones, mientras regresaba, los tres estábamos callados, nos veíamos y teníamos todos una sonrisa nerviosa, pero sumamente excitados, pues lo que veríamos era algo muy fuera de lo común. Regresó Laura, ya había sacado un condón, Rodrigo extendió la mano para ponérselo, pero Laura le dijo que ella lo pondría; iba a ponérselo y vio que el pene de Rodrigo no estaba completamente erecto y se lo hizo notar diciéndole: "así no voy a poder ponerte el condón", de inmediato Rodrigo empezó a masturbarse para que se le erectara bien, pero mi esposa lo detuvo y le dijo: "así no, déjame ayudarte": ¡ah bárbara! : se llevó el pene a la boca y empezó a jugar con él, cuando sintió que ya estaba bien duro, ella misma le puso el condón, cruzó un pie, le agarró el pene y se lo acomodó, lentamente fue haciendo que la penetrara hasta quedar completamente sentada. Como Nelly estaba con los ojos bien abiertos y sin articular palabra les dije que yo contaría los segundos, tardándome deliberadamente en empezar: 1... 2.... 3... 4.... 5, cuando Laura se estaba levantando, Rodrigo la volvió a sentar y ella se volvió a parar, fue una sola embestida, le pellizcó un cachete y le dijo: "tramposo".
Se fue a sentar, y mientras yo barajaba las cartas, Rodrigo se estaba acariciando su pene, ya sin pena. Seguramente si yo perdía el juego me tocaría hacer algo con Nelly, pensando así hice trampa y perdí.
¡Y me resultó la treta! Rodrigo me ordenó que acostara sobre la mesa a Nelly y que la penetrara, ahora por 10 segundos ¡pero bombeándola! Ella me dijo que también me pondría un condón; como lo tenía completamente erecto, no me chupó el pene, solo lo acarició a todo lo largo, agarrándome los testículos y pesándolos, como queriendo ver que tan cargados estaban. Me puso el condón y ella misma se recostó en la mesa, Rodrigo y Laura se habían parado para ver todo con detalle. Cuando estaba a punto de penetrarla, de reojo vi que mientras nos veían, Laura estaba detrás de Rodrigo, tocando con sus pechos su espalda y con el pene de él en su mano derecha, masturbándolo lentamente, su otra mano le pellizcaba uno de sus pezones.
Miré a los ojos a Nelly, su mirada me pedía que ya se la metiera, que la bombeara, su respiración era agitada, el color de sus mejillas era de un rojo intenso, sus pezones completamente erectos y sus pechos se movían al compás de su agitada respiración. De pronto me encontré en una encrucijada: seguramente al penetrar a Nelly mi esposa y Rodrigo pasarían a mayores cosas, algo que yo deseaba que ocurriera, pero que también deseaba ver, también deseaba enormemente penetrar a Nelly, pero si lo hacía no vería la escena de Rodrigo con mi esposa. La solución fue simple: hice que Nelly diera un giro de 180 grados, le acaricié el clítoris, primero con mi mano y después con mi pene, aunque le estaba gustando ella quería sentirme dentro de ella, por eso me dijo: "¡ya métemela por favor!", esa expresión me puso, como dicen, a cien, se la metí poco a poco, mirándola fijamente a los ojos para ver su reacción, sus gestos, teniéndosela toda a dentro, empecé a bombearla, ella tenía los ojos cerrados, gozando las embestidas.
En esos breves momentos me olvidé de mi esposa y Rodrigo, los busqué con la mirada, seguían donde mismo, ahora ella estaba jugando con el líquido seminal que el tenía en la punta de su pene, cuando tuvo su dedo mojado se lo llevó a la boca, me miró y empezó a contar: 1... 2... 3... 4... 5... 6... 7... 8... 9... 10 y como habíamos acordado, intenté salirme de Nelly, pero ella me dijo: "no te salgas, ¡sigue por favor!", claro que Rodrigo y Laura escucharon, miré a mi esposa como preguntándole qué hacía, ella me sonrió y continué bombeando a Laura. Mientras, mi esposa y Rodrigo se fueron al sillón, el se sentó y ella se llevó su pene a la boca; cuando sentí que yo iba a terminar, me salí y le pedí que fuéramos también al sillón.
Cuando llegamos ya Laura estaba sentada sobre Rodrigo, con el pene de él dentro de ella, la sostenía de las nalgas, levantándola y dejándola caer, por unos momentos nos detuvimos a ver la escena: era increíble y excitante, claramente se veía como el pene de Rodrigo entraba y salía de la vagina de mi esposa. Tumbé a Laura sobre el sillón, a un lado de ellos y empecé besándole sus pechos, succionando sus pezones, lentamente fui bajando hasta besar sus bellos púbicos, seguí con su pierna izquierda, hasta la rodilla, luego regresé por el mismo camino, volví a besar su pubis, continué con su pierna derecha, iba bajando hacia su rodilla pero ella tomó mi cabeza y la llevó hacia su entrepierna, busque con mi lengua su clítoris y empecé a besarle, a mordisquear, al rato tuvo un orgasmo, me tomó de la cabeza y me besó en los labios diciéndome: "ahora métemela, quiero sentirla otra vez", se la metí en la posición del misionero, pero así me costaba trabajo ver lo que hacían Laura y Rodrigo, por lo que le pedí que hiciéramos la posición del perrito, de esa forma pude ver como Laura seguía encima de Rodrigo, ahora era ella la que subía y bajaba frenéticamente.
Estuvimos ambas parejas un rato así, después Laura se bajó de Rodrigo, se recostó en el sillón, le quitó el condón y le dijo que se sentara sobre ella, se puso un almohadón, de tal manera que pudo meterse el pene de Rodrigo a la boca, mientras con una mano lo masturbaba, me imaginé que se tragaría todo su semen, en esa posición podía ver su vagina roja y húmeda, pero no podía ver como lo masturbaba con la boca y la mano, por eso me salí de Nelly y la llevé frente a ellos, le pedí que con sus manos se recargara en el sillón y la penetré desde atrás, ambos podíamos verlos ahora.
Mi esposa estaba frenética, masturbándolo con boca y mano de forma muy rápida, Rodrigo hizo el gesto inequívoco de estar a punto de venirse y yo pensé: "¡se va a tragar su semen!", pero justo antes de que explotara se la sacó de la boca pero siguió masturbándolo con la mano y entonces ocurrió: el descargó todo su semen sobre la cara de ella con tal fuerza que le alcanzó a mojar el pelo y el sillón, fue increíble ver la cara de mi esposa llena de semen de otro, pero más increíble fue cuando ella lo volvió a tomar, se lo llevó a la boca y se lo limpió todo.
Ya no podía aguantar más, empecé con la sensación tan bonita previa a la eyaculación, pero Nelly se dio cuenta, hizo que me saliera, me quitó el condón y se hincó frente a mi, tomo mi pene con una mano y se lo llevó a la boca e hizo lo mismo que Laura: me estaba masturbando con boca y mano, estando a punto de estallar, se lo sacó de la boca, pero lo dejó apuntando ahí mismo, su mano trabajaba muy rápido, su boca estaba abierta, esperando recibir todo mi semen, y reventé, gran parte cayó dentro de su boca y otra parte a su cara, se tragó lo que tenía adentro y nuevamente se llevó el pene a la boca, lo chupó hasta dejarlo limpio y flácido.
Nos sentamos en el sillón, cada quien con su pareja, estuvimos así, desnudos, un rato, quedamente le pregunté a mi esposa que si le había gustado y me dijo que si, me abrazó y me besó.
Nos vestimos, platicamos un rato y se despidieron con una recomendación de Nelly: no vayan a perder la baraja, el próximo mes comemos en mi casa, se la llevan
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