Aqui la continuacion de lo que le sucedio a Lupita en el bus.
-- Ayy muñequita rica, me tienes a punto de reventar… la nena no le contestaba, solo se encontraba mordiéndose los labios tratando de evitar gemir fuerte por aquella asquerosa mano que en su panocha la hacían sentir deliciosas sensaciones a su traicionero cuerpo. Aquello ya era desquiciante para Ramón y con la mano que le quedaba libre se abrió el cierre del pantalón sacándose el miembro que se encontraba incomodo en aquel apretado lugar, y tomando a Lupita de la cabeza la hizo agacharse en dirección a su verga, en ese momento Lupe recobro un poco de cordura pudiendo sentir el desagradable olor que emanaba del miembro de Don Ramón, y para su tortura estaba a unos centímetros de su bello rostro.
- Vamos -preciosa… chúpamela, cometela toda… es para ti… la nena no estaba dispuesto a cumplir con tal pedido, sentía ganas de vomitar de tan solo imaginarse dentro de su boca aquella apestosa verga… -- nooo!!! de-dejeme por favor… de-detengaseee… el ebrio y ruin sujeto no estaba dispuesto a quedarse sin las ganas de que la adolescente probara de su verga y con toda su fuerza la inclino más sintiendo como la punta de su miembro buscaba ingreso por entre los cerrados y carnosos labios. Tanto era su deseo que apretándole una buena porción de su sedoso cabello le hizo abrir la boca presa del dolor, fue allí que la nena sintió como la asquerosa y maloliente verga ingreso dentro de su fresca boca, el sabor que esta tenia era repugnante, ella trataba de sacarse o expulsar de su boca aquella intrusa verga haciendo delirar más a Don Ramón al sentir como esta se frotaba dentro de la cavidad bucal y como la lengua le hacía placenteros masajes en su vano intento por expulsarla… -- AYYY mamazota siiii... sigue así que lo haces bien ahhhh…
Lupe ya no podía más, el sabor era asqueroso y con mucho esfuerzo logro sacársela de la boca escupiendo al suelo completamente asqueada, Don Ramón la seguía teniendo del cabello dominantemente con un rostro de satisfacción… -- que rico la chupas… hazlo de nuevo… la nena lo miro al rostro con signos de asco pero con un rostro de desesperación al sentir que la gente que iba en el bus se paraban algunos para bajarse y otros subían para realizar su viaje… -- Por fa-favor señor ya noooo, aquí noooo por favor… aquella aclaración fue excitante para el Linyera quien entendía que aquella hermosa mujer estaría dispuesta a cumplirle sus deseos pero en un lugar más privado y con una cara de satisfacción la soltó del cabello… Tomándola de la cintura la sentó sobre sus piernas espaldas a él poniéndole la navaja en el cuello y con la otra mano arremetiendo con suaves caricias sobre su deliciosa panocha… -- muy bien putita… te vas a portar bien conmigo o te arrepentirás… niégate ahora mismo y te rebano el cuello en este instante entendiste… la nena llena de terror asentía con la cabeza ya sin esperanzas de salvarse de este ruin sujeto quien guardando la navaja se dedicó a magrearle las tetas desesperadamente mientras que le decía en la oreja que esta noche la haría suya que la iba a llenar de leche y que pasaría la noche más sabrosa de toda su vida. Don Ramón ya no aguantaba, tener entre sus manos a esa maravillosa y deliciosa colegiala dueña de un cuerpo de diosa era para morirse, sus manos nunca habían tocado una piel tan suave y mucho menos unos pechos juveniles que a pesar de su edad serian la envidia de cualquier mujer adulta y Lupita podía sentir como le llenaba de jugos los dedos del borracho ante tanta caricia, sus pezones estaban parados al máximo sintiendo sobre su cuello y oreja las sucias palabras o intenciones que Ramón le decía que haría.
-- Está bien… ya no aguanto zorrita, aquí mismo nos bajamos y nos vamos bajo un Puente acá cerca es oscuro y nadie va a molestarnos, te voy a culear hasta que amanezca mi amor… le dijo el asqueroso borracho acercando su repulsivo rostro y dándole un beso en los labios, dirigió su mano acariciándole la vagina y subiéndole el cierre de la campera le oculto los expuestos senos… -- ahora si muñeca, tranquilita nos bajaremos y cuidado con hacer algo estúpido porque te rebano el cuello… le dijo con un tono malévolo y despiadado. Lupita quien aún respiraba agitada presa del miedo y la excitación se paró junto a él y caminando hacia adelante se disponían a bajar del autobús, tenía sus lindas mejillas sonrojadas por los forzados estímulos recibidos, recién se daba cuenta lo que le pasaría, nuevamente a merced de un sucio abusivo y sin nadie que la ayudara, ya se imaginaba con terror en algún oscuro lugar, un puente sucio arrinconada contra sus paredes siendo culeada por aquel horrible hombre que si con ropa se le veía delgadamente enfermizo desnudo debería ser más horrible aun.
Sentía la punta de la navaja en su cintura cosa que no le daba valor para pedir ayuda, cuando el bus paro se dio cuenta que estaba a un paradero de su vecindario, Don Ramón de un ligero empujón la obligo a bajar y cuando eso ocurría un montón de laberintosos chiquillos arremetió en el bus desesperados por subir. Lupita ya fuera del bus pudo ver como aquella manada de chiquillos se llevaron para adentro a su desesperado acosador, rápidamente pensó que al fin la suerte que ya hace mucho la había abandonado se acordó de ella y comenzó a apurar el paso para escapar de su captor chocando con un robusto sujeto, al levantar su rostro pudo ver que se trataba de uno de los pocos policías que custodiaban aquellas calles – hey que te pasa chiquilla, ten cuidado por donde vas… la dulce Lupita preocupada por el Linyera volteo hacia atrás para ver si aún la seguía, viendo como este se volvió a subir al colectivo atemorizado al verla con un policía.
Don Ramón no podía creer como se le escapó de sus garras aquel monumento de chiquilla, aun en su borrachera con suma impotencia se lamentaba que aquella horda de escuincles le malograran la mejor noche de sexo que pudo haber tenido en toda su miserable vida… -- pendejos de mierda, pero algún día me la volveré a encontrar en este colectivo… pensaba muy mortificado volviendo a sentarse en los últimos asientos donde descaradamente se masturbo desparramando de su blanco y amarillento semen sobre los asientos. Después de que con sumo alivio vio el 152 alejarse de ella sintiéndose librada de aquel asqueroso sujeto y disculpándose con el policía Lupita procedió a caminar con destino a su vecindario, en aquella peligrosas calles la fauna masculina reconocían el sensual caminar del objeto más deseado del barrio, el sueño dorado de muchos, el amor platónico de algunos y la fantasía depravada de todos, cabizbaja iba meditando el suceso pasado en el cole, no entendía como a pesar de que era víctima de un depravado su cuerpo reaccionaba a los estímulos que le daban, ni siquiera prestaba atención a los silbidos y piropos de toda clase que le decían en su sensual trayecto.
CONTINUARA… EN LOS PROXIMOS CAPITULOS NUESTRA LUPITA SEGUIRA METIENDOSE EN PROBLEMAS DONDE CAERA EN MANOS DE LOS HOMBRES MAS DEPRAVADOS Y SADICOS DEL BARRIO.
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