Mi novia y su alumno 3

El morbo de saber qué haría Iker con mi novia y mi miedo a perderla me afectaron de una manera que no imaginaba. Estaba ansioso, de malas, desanimado... Todos mis círculos sociales me decían que estaba mal. Pero jamás iba a imaginar que mi amiga Dani iba a cambiar las cosas.

Dani era una compañera del trabajo, muy amable y reservada. No teníamos muchas cosas en común, pero a pesar de nuestras personalidades reservadas, podíamos tener una conversación por horas. Nuestra amistad se reforzó cuando terminó con su novio. Sin entrar en muchos detalles, ella lo engañó y terminaron. La apoyé por esos momentos difíciles, así que no debió sorprenderme que ella intentara ayudarme.

Fuimos a un parque para hablar a solas y le dije parte de la verdad, Ana me estaba engañando. En medio de esos detalles, Dani me detuvo y me dijo que la disculpara, pero parecía que lo disfrutaba. Y señaló mi erección.

El ambiente se puso muy raro y me dijo que fuera sincero. Que no le diría a nadie. Entonces lo admití, que a veces me dolía, a veces me gustaba y mucho. Ella sonrió y me abrazó, dijo que me entendía perfectamente. Pensé que estaba siendo empática, pero no.

Dani me contó la verdad de su ruptura. Sí engañó a su novio, pero le rogó que la perdonara y siguieran, él aceptó con la condición de abrir la relación. Al estar desesperada y vulnerable aceptó, de inmediato su novio comenzó a salir con otras mujeres. Dani no sabía con quiénes, ni siquiera con cuántas, pero aceptaba esas migajas que su novio le daba. 

Pronto ya no le bastó a su novio salir con otras, quería tener sexo con ellas enfrente de Dani. La primera vez lo maquillaron como un trío, pero ella solo los observó. Y se repitió, Dani acariciaba la espalda de su novio mientras él penetraba a la otra chica. Los vio besarse y a Dani se le partió el corazón, pero también se le mojó su coño como nunca. 

Continuaron con ese acto, pero ahora Dani solo era una observadora. Su novio se cogía a una chica nueva cada vez y ella lo disfrutaba por razones que no se explicaba. Esas mujeres lo montaban, recibían su semen, lo besaban enfrente de ella. Al principio él les decía que era una amiga, pero comenzó a decir que era su novia. Algunas no decían nada, otras se reían por lo absurda que era la situación.

Fue una chica particularmente sádica la que terminó por romper la voluntad de Dani. Su novio se vino adentro de la otra chica y ella se levantó, tomó a Dani del cabello e hizo que su rostro quedara cerca de su coño lleno de leche. Le ordenó "límpiame, cornuda" y la abofeteó, no muy fuerte, pero lo suficiente para que sonara. 

A Dani se le salieron unas lágrimas y no supo por qué, pero cerró los ojos y comenzó a lamer los labios de esa chica. Era una sensación extraña, el sabor familiar del semen de su novio y la experiencia completamente nueva que era darle sexo oral a una mujer. 

La imagen calentó tanto al novio que quitó a Dani y volvió a penetrar a la amante. Ahí cada quién tomó un nuevo papel que duró casi seis meses: Dani como la cornuda que solo podía probar la leche de su novio directo del coño de la amante y los protagonistas, los que gozaban con humillar a Dani. Y los tres eran felices, o eso creían, hasta que el novio se aburrió y terminó oficialmente con Dani.

No podía creer esa experiencia, pero Dani no tenía razón para mentirme. Ese secreto era humillante y le estaba muy agradecido por confiármelo. Nos quedamos callados y me dijo que si podíamos ir a mi casa algún día, quedamos al día siguiente.

Salimos del trabajo y hablamos poco, se notaba que ambos estábamos nerviosos. Apenas llegamos, me dijo que no perdiéramos tiempo y fuéramos a mi habitación con Ana. Me dijo que me recostara y me desnudara, aún sin saber qué íbamos a hacer, obedecí avergonzado.

"Él la tiene más grande que tú, ¿verdad?" me preguntó y admití derrotado. Ella tomó mi pene y comenzó a masturbarme, al tenerlo erecto del todo se sorprendió. 

"Creció bastante. Pero el de él sigue siendo más grande, ¿no?" dijo y yo asentí. "Entonces la debe tener enorme".

Yo resoplé y ella siguió tocándome, su mirada seria me decía que tenía experiencia en esto. 

"¿Sabes con quién te engaña?"

Le expliqué brevemente que era su alumno y lo que sabía que hicieron, ella sonrió ligeramente.

"Y todavía con un alguien mucho menor. ¿Te gusta que Ana te esté engañando con un alumno vergón?"

Exclamé con voz baja que sí, Dani aumentó la velocidad y empezó a hablarme con voz cachonda.

"De seguro ahora él se está corriendo en sus lentes, en su carita de profesora caliente y tú no tienes más opción que imaginarlo. Porque sabes que Ana necesita una buena verga".

Jadeé y sentí algo de líquido preseminal por una pierna, solo pude decir que sí.

"¿Cómo se llama?...Iker. Iker ahora debe tenerla sobre su escritorio. O ella está saltando sobre su gorda verga. ¿Cómo crees que la está cogiendo?"

No podía pensar mucho, solo imaginaba lo que Dani me decía y respondía con palabras cortas.

"Tal vez están en una plaza, compartiendo un helado y los demás piensan que hacen bonita pareja. No se imaginan que después la llevará a un motel y la hará gemir como la perrita que es".

"Y ella se viene una, dos, tres veces, pero él no se cansa. Y ella piensa en detenerlo, pero apenas puede pensar con semejante verga taladrándola".

"Dime qué quieres que ella haga. Admítelo".

Quiero que sea bien puta, dije con mucho trabajo, presa de mi excitación. 

"No, qué quieres que haga contigo".

Que me humille, respondí.

"Y qué más".

Y sabía la respuesta, pero aún no me animaba. Dani dejó de masturbarme y me dijo con voz firme al oído.

"Dime o ya no termino esto, cabrón. Qué quieres que te haga".

Cornudo, dije murmurando, no lo admitía del todo. Pero fue buen avance, Dani volvió a masturbarme.

"Dilo bien. No te escuché".

Cornudo, dije.

"Más alto".

¡Cornudo!

"¿Qué quieres?"

¡Quiero que me haga cornudo!

"Dilo bien, cornudito. Qué va a hacer Ana".

¡Me va a hacer cornudo con un mocoso vergón porque es una puta y yo un pito chico!

"¿Y le van a llenar su coñito de leche?" 

¡Sí!

"¿La van a hacer una puta enfrente de ti?"

¡SÍ!

"¿Y tú quieres que te humille ese mocoso de preparatoria?"

¡Sí, que se coja a la puta de mi novia y la haga su hembra enfrente de mí!

Ya no pude más, me corrí como pocas veces en mi vida, como cuando era adolescente. Dani fue al baño, se lavó las manos y me dio un poco de papel para que me limpiara. 

"Perdón. Me dejé llevar. ¿Fui muy lejos?"

En ese momento, mi cerebro estaba atontado por semejante orgasmo. Le dije que no, porque quería más. 

"Te entiendo perfectamente" me respondió y me besó en la mejilla.