São coisas que passam

Primero, todas las entregas de los mejores post


http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa---parte-1-de-3-.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4389002/Mi-amada-esposa---parte-2-de-3-.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4436535/Mi-amada-esposa---parte-3-de-3.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4802856/Mi-amada-esposa-parte-4.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4802863/Mi-amada-esposa---parte-5.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4868469/Mi-amada-esposa---parte-6.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4896522/Mi-amada-esposa---parte-7.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4905961/Mi-amada-esposa---parte-8.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4915721/Mi-amada-esposa---parte-9.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4956318/Mi-amada-esposa---parte-10.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4965835/Mi-amada-esposa---parte-11.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4974651/Mi-amada-esposa---parte-12.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4985411/Mi-amada-esposa---parte-13.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4991203/Mi-amada-esposa---parte-14.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5001091/Mi-amada-esposa---parte-15.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5030636/Mi-amada-esposa---parte-16.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5156341/Mi-amada-esposa---parte-17.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5160465/Mi-amada-esposa---parte-18.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5461886/Mi-amada-esposa---parte-19.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5473303/Mi-amada-esposa---parte-20.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5482180/Mi-amada-esposa---parte-21.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5498944/Mi-amada-esposa---parte-22.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5534988/Mi-amada-esposa---parte-23.htm

http://www.poringa.net/posts/imagenes/5543782/Mi-amada-esposa---parte-24.html

Como siempre, podes escribirnos a dulces.placeres@live.com, te leemos

Gracias por los puntos y comentarios


SON COSAS QUE PASAN


Martina era toda una mujer, mi amor, mi vida, mi mundo
Nos habíamos conocido por un amigo en común, en verdad era amiga de una amiga, que a su vez era amiga de un amigo mío, cosas de la vida, y solo se daría, se alinearían los planetas
Ella se me hacía muy bonita a mis ojos, del tipo de mujer que me atraen, cabellos rubios, ojos claros, piel blanca, un rostro muy bonito, estilizada, delgada, y en ese primer golpe de vista, un enfundado vestido rojo con zapatos al tono, me dejaron saber que ella cuidaba las puertas del mismo infierno
Era cierto, Martina era más una chica sacada de un burdel que de un convento, era terriblemente incansable en la cama y me daba más gustos de los que merecía
No es que me quejara, pero nuca quise saber de su pasado, porque seguramente me hubiera sorprendido y de saber algunas cosas que imaginaba tal vez no hubiera podido aceptarla, y mis prejuicios y celos, hubieran conspirado contra mi amor hacia ella
Pero no me enamoraría solo de una chica bonita, no, Martina era auto suficiente, empoderada, sabía lo que quería y sabía cómo conseguirlo, ambiciosa, le gustaba el dinero y el poder, tal vez demasiado, cierto, pero nadie es perfecto

Así que solo prefería poner el contador a cero al momento de esa primera vez, no me interesó averiguar a cuantos se la había chupado, porque, por cierto, yo no sería el primero, ni tampoco saber las cosas que podría haber hecho por ambición
Puedo decir, que formamos un lindo equipo, Martina y Brian, Brian y Martina, responsabilidad, amor, sinceridad, cincuenta y cincuenta, sin secretos, sin mentiras, situaciones que me sabían importantes a la hora de levantar nuestra familia, ladrillo por ladrillo, sobre sólidos cimientos
Llegaría Bruno, el primogénito, al poco tiempo Brisa, la pequeña y ya con el varoncito y la niña dimos por cubierta nuestra cuota de paternidad

Habíamos pasado los treinta, yo me acercaba a los cuarenta y ella llegando a los treinta y tres, todo era perfecto, nuestro mundo era perfecto, tenía todo lo que siempre había deseado tener, una esposa y compañera durante el día, una perra en la cama por las noches, me sentía realizado como esposo y como padre, tenía un empleo magnífico, ella también era feliz en suyo, aspirando a una prometida gerencia, y me llevaba de maravillas con toda la familia, la suya y la mía, nadie tenía ningún problema de salud que me quitara el sueño, habíamos cumplido el sueño de la casa propia, podíamos vacacionar dos, tres y hasta cuatro veces al año, su coche, mi coche, qué más podía pedir?
Algo podía fallar? nada podía fallar...

Y llegaría ese maldito viaje al sur...

Verán, el sur de Argentina, entre tantas cosas, típicamente es un sitio que está preparado para el turismo extranjero, y justamente, un sitio muy buscado por sus paisajes, y llegan personas adineradas de muchas partes del mundo. En general, todo se cotiza y se paga en moneda fuerte, por lo cual, para nosotros, los nativos es casi imposible pensar en esos destinos, puesto que nuestra depreciada moneda hace todo cuesta arriba
A pesar de todo, Martina quería conocer esos lugares, eran esos deseos a cumplir antes de morir y en verdad yo compartía su idea, aunque sabíamos que no podíamos costearla, a pesar de que ambos tuviéramos un buen empleo
Yo lo hacía por mero interés turístico, pero Martina, en el fondo, su ambición la llevaba a querer codearse con ese nivel de gente que estaba por arriba del nuestro, aunque ella no quisiera reconocerlo abiertamente, para ella, todo lo que tenía no parecía ser suficiente y parecía vivir infeliz rodeada por todo lo que tenía

La fortuna de una ruleta de casino alguna noche estuvo de nuestro lado, habíamos ganado unos cuantos pesos y supimos retirarnos a tiempo, no éramos jugadores compulsivos, pero cada tanto nos gustaba ir a 'tirar unas monedas'
Y con plata en mano sentimos que esos billetes caídos del cielo solo nos estaban dando esa oportunidad que ella tanto había soñado, al menos nos alcanzaba para los vuelos y parte de la estadía, sumamos unos ahorros que teníamos, pedí un corto crédito en mi banco de confianza y en un abrir y cerrar de ojos estábamos preparando las maletas
Dejamos a los peques con mis suegros, solo sería una semana, y nos despedimos con angustia en el embarque del aeropuerto, no es fácil dejar a los polluelos, aunque sea en la familia, aunque sea solo una semana

Cuando llegamos, notamos los paisajes espectaculares y nuestras pupilas nos dejaron saber porque el lugar era una mina de oro que atraía a los turistas extranjeros como un imán, y también notamos que nuestro nivel económico 'acomodado' en comparación con el resto de la población, no estaba a la altura en un sitio así, pero, sin embargo, era el círculo en el que mi mujer deseaba vivir
Pasaríamos el primer día sin muchos sobresaltos, excursiones a los cerros nevados, conocer, una cena romántica en el hotel y no mucho más, y el segundo día parecía ser un poco más de lo mismo
Esa noche, tuve la maldita idea de hacer una ronda por el casino del lugar, estaba a no más de dos cuadras del hotel y tal vez podríamos tentar a la suerte.
Nos vestimos muy formales, casi lo mejor de lo mejor dentro de nuestro equipaje y como casi de costumbre fuimos por un puñado de fichas a la ruleta

Dimos algunas vueltas y solo le dije que me esperara un poco, puesto que necesitaba pasar por el baño, dejé a Martina con las fichas en la mano, solo observando en una de las mesas aguardando por mi regreso.
Fui al baño, me entretuve en el camino con los detalles de los decorados y algunas cosas que llamaron mi atención, porque nunca había estado y posiblemente nunca volvería a estar en un sitio de tan alto nivel, donde se respiraba a dinero en cada rincón
A mi regreso, para mi sorpresa, Martina no prestaba atención al juego, no, ella estaba charlando muy plácidamente con una chica morena, como amigas de toda la vida, me fui acercando y en ese acercamiento noté que esa mujer jugaba en 'otras ligas' por su vestido, por su perfil

Nunca supe cómo había empezado el diálogo, solo me enteré que era española, estaba de turista, no era la primera vez que venía y no sería la última, era 'guapa', y se llamaba Concepción, aunque podía llamarla Concha, o Conchita, como todos la llamaban, y claro no pude evitar la risa disimulada y la maldad en su vocablo al saber lo que significa eso en este lado, en Argentina
Martina también hizo mofa de la situación y bueno, solo nos quedamos charlando un poco hasta que José, su esposo, con fuerte acento de la madre patria, se sumó a la charla
Sin querer nos habíamos acoplado a una pareja de nuestra edad, compartimos juego, palabras, y algunos tragos
Lo curioso, que llamaría mi atención, es que Martina y yo habíamos quebrado al poco tiempo de llegar, y a José no le importó poner un montón de dinero para disfrutar entre cuatro, hasta que solo no quedara nada, como todo tirado en horas por el inodoro
Casualmente paraban en el mismo hotel que nosotros, nos separamos en le recepción, ellos paraban un par de pisos por encima del nuestro, donde estaban las habitaciones mas costosas

Al día siguiente, ellas ya habían acordado en salir a conocer lugares los cuatro juntos, a mí me molestó un poco, por las decisiones unilaterales e inconsultas de mi mujer, pero ella era así y no lograría cambiarla, intuí que ella vio en esa pareja una luz al final del túnel para pertenecer a la elite que siempre había querido pertenecer
La pasamos bien, no voy a negarlo, y al tercer día juntos, ya parecíamos conocidos de toda la vida.
Cuando esa tarde Conchita nos invitó a una cena 'para gente de categoría' en verdad no interpretamos de que se trataba, solo que estábamos a las puertas de entrar a ese círculo del que nunca habíamos sido parte

No sería un viernes como todos, mi mujer estaba como poseída, en lugar de la salida programada a uno de los lagos más hermosos del mundo, fuimos a la zona comercial a comprar las mejores prendas que pudiéramos conseguir, de malas ganas invertí en un nuevo traje y ella después de deambular por miles de opciones se inclinó por un vestido ajustado y ceñido, de hombros descubiertos que la hacía ver muy tentadora
Llegamos puntuales, en la recepción tomaron nuestros abrigos y nos dieron unas copas de champagne, José y Conchita nos recibieron, fue raro que el la tomara a Martina por el brazo y Conchita hiciera lo propio conmigo, nos presentaron a personas de su nivel, hombres, mujeres, todos contemporáneos y que se veían impecables
La atmósfera era rara, o sea, intuía que algo no estaba bien, estaba un tanto incómodo y no sabía el motivo

Sin embargo, nos sentamos a una interminable mesa donde entre falsas risas escuchábamos las locas maneras en que la gente quema el dinero sin importar, haciéndonos sentir un tanto miserables en nuestra propia tierra
Llegó el postre, algunos fumaban habanos, otros tomaban el mejor whiskey, hasta que una de las mujeres, que oficiaba de anfitriona, hizo sonar una campanilla de mano para atraer la atención y dejó saber que había llegado 'la hora de jugar'
Martina y yo nos miramos sin entender mucho, pero el servicio de mesa pasó repartiendo uno a uno de los presentes algunos coquetos antifaces, muy femeninos y muy masculinos según el caso
Los comensales comenzaron a dispersarse, busqué a José con la mirada para que me explicara, pero no pude localizarlo, sin embargo, Conchita nos tomó por sorpresa y dijo en un español algo como

No temais!, vamos, hora de divertirnos!

Tomó a mi mujer por la cintura, y yo fui por detrás, subimos por unas escaleras y llegamos a un cuarto, ella nos hizo pasar y cerró la puerta tras sus pasos, nos dijo que lo único prohibido era quitarnos los antifaces.
Noté que no estábamos solos en ese lugar, ya había tres caballeros en silencio, a un lado
Conchita hizo que mi mujer se sentara en uno de los sillones individuales y ella vino conmigo a uno de mayores dimensiones, la situación de que hubiera una cama de fondo y que Conchita se pusiera demasiado íntima conmigo, incluso buscando colar su mano bajo mi camisa, me dio la real idea de cuál era el juego propuesto
Solo esperé la reacción de Martina, solo un gesto, solo una mirada, solo una palabra y hubiéramos salido corriendo de ese antro de prostitución, pero para mí triste sorpresa ella parecía no estar molesta por lo que estaba viviendo, y para ser honesto, había bebido tanto alcohol que no parecía estar en total control de la situación


São coisas que passamUm dos tipos casuais que estavam lá se aproximou à minha mulher, soltou os botões da sua camisa, em seguida desceu seus calções e uma envidável pene dura ficou nua, merda, sim que era grande, esperei que Martina me olhasse nos olhos, mas pareceu esquecer-se de minha presença, apenas se acomodou melhor e começou a chupá-la muito engolosinada, profunda, como se fosse o último que faria no mundo, compreendi que ela estava desfrutando, eu estava padecendo

pussy começou então a me beijar, disse-me que podia tomar o que eu quisesse tomar e que apenas devíamos nos divertir, que eu me relaxasse, que fluísse

A proposta jamais dita com palavras era clara, pussy e eu seríamos espectadores e nos aqueceríamos e teríamos sexo, vendo como esses três estranhos se pegavam à minha mulher, claro, se é que ela se juntava ao jogo, e foi óbvio que faria, já estava fazendo

Martina viu-se presa desses estranhos que começavam a rodeá-la, e os antifaces nos davam um toque de intimidade misturada com perversidade, outro dos tipos substituiu o primeiro, também deixou que ela se chupasse, enquanto o terceiro foi entre suas pernas, para colar as mãos sob o vestido e, com trabalho, tirar-lhe as meias de nylon negras e a roupa interior, para então naufragar na intimidade da minha mulher que se deixava possuir sem o menor pudor

pussy me falava ao ouvido, perguntava-me se eu me excitava com o que estava vendo, enquanto me acariciava meu cock duro ainda protegido por meu pantalão de vestir. Também me dizia que isso era como um jogo e que apenas se tratava de jogar

A mulher espanha tentava sem muito sucesso que eu desfrutasse do que estávamos vivendo, nos havíamos metido em uma orgia de ricos e para eles parecia normal, mas para mim era demais

No entanto, pussy pareceu obstinada em fazer seu trabalho, ela havia soltado a hebilla da minha cinta, havia soltado o pantalón de vestir e havia logrado despir 'minha pene', como ela lhe chamava, se inclinou para o lado e Havia começado a chupá-la Um dos estranhos sentou-se um pouco mais longe, sobre a cama, Martina foi sobre ele e começou a montar-lhe e se mostrava muito puta, o clitômeno fez o mesmo, sentou-se sobre mim e senti meu pau invadir sua intimidade, agora ela com seu corpo, interpunha-se em minha visão e perdia de meu alcance para minha mulher e tratava sem sucesso encontrar seu lugar A mulher com quem estava tendo sexo, gemeu no ouvido e me disse que ela recebia o mesmo que recebia Martina de um estranho, se isso me ponha. Me tirei daquela mulher e do clitômeno, notando que eu estava molesto, foi entre minhas pernas para continuar chupando-me, então voltaria a ver minha esposa e me levaria uma surpresa, não só se estavam cegos, um terceiro ao mesmo tempo se dava por trás em uma dupla penetração muito pornográfica Ela parecia perdida entre gemidos de prazer, em algum momento seu rosto girou para meu lado e pude fazer contato visual com ela através de nossos antifaces, e a puta apenas me deu um sorriso, justo no momento em que o amante que ainda estava livre metia seu pau na boca. Não conhecia Martina, como se não fosse suficiente ter todos seus buracos invadidos, ainda tinha resto para chupar seu pau para que eu visse, notei que não era sua intenção que ele gozasse, mas sim que eu o fizesse pela forma puta em que se fazia Só não podia e o clitômeno deu por terminado o jogo, cansou-se de querer meter-me no clima, mas não era meu estilo, só estava molesto, e ela me disse que era um 'gilipollas' e que havia arruinado a noite Martina, ao notar o que passava, também abortou seu jogo entre males e começamos a discutir, a levantar o tom e, finalmente, voltamos para o hotel como perdeu e puta e assim nos fomos dormir, cada um olhando para seu lado O novo amanhecer não seria diferente, não nos falávamos, não nos mirávamos, descemos a desjejunar juntos, mas separados, a tensão se respirava no ambiente e assim passou quase todo nosso último dia
Por a noite, nos cruzaríamos por última vez com José e pussy, não seria casualidade, José, quem não havia estado nessa sala, por palavras de sua mulher estava ao tanto de tudo o que havia ocorrido
A veadad, não estava a gosto nessa mesa, onde meu par espanhol com uma sonrisa nos lábios tratava de explicar-me 'o normal' de toda a situação, onde parecia que o errado era eu
Para pior, pussy, que estava à minha direita não deixava de tocar a minha perna por debaixo da mesa
Martina, a tudo isso, só escutava sem dizer palavra, sabendo que um lado e outro todos os dardos apontavam em contra de mim
Depois do postre, minha mulher se desculpou por alguns minutos, tinha que ir ao toucador, e pouco depois José saiu por uns temas de negócios resolver, seu celular havia soado duas vezes e ele o havia ignorado
Já na incômoda solidão em que me encontrava com a espanhola, ela foi direta e punzante, ao centro, sem rodeos, disse-me que a levasse para minha habitação, estávamos perdendo tempo
Eu não tinha intenções de reanudar o joguinho da noite anterior, mas ela estava quente comigo e vendo que novamente eu não parecia ser permeável aos seus pedidos disse que forma peyorativa
Mas tio, em verdade eres um gilipollas! Onde creias que estão tua mulher e meu marido nesse momento? De veras te has creído o cuento do toucador e dos negócios, mas tio! Deves ter uns guampas que te la pisas! Em verdade eres um gilipollas!
Ela me bombardeava com insultos, e em seu espanhol me fazia sentir um estúpido inocente
Onde penses que estão? A essa altura José deve estar refregando o pussy à tua querida mujercita! E deve estar lhe dando uma follada para que não se esqueça!
Me senti o mais estúpido dos mortais, e senti que havia estado casado com uma estranha
Le disse a pussy que me seguisse, subimos ao quarto, ela quis beijar-me, mas eu não queria beijos, é que eu tinha ódio
Me quitei a roupa com pressa, ela fez o '' Proprio, eu apanhei do braço e levei-a para cama, pus-a em quatro, ela protestou porque ia muito rápido, porque era muito brusco, mas dei-lhe um forte tapa no um dos seus bundas para que ficasse quieta, as marcas dos meus dedos e a palma da minha mão ficaram marcadas na pele branca do cu da puta, ela continuou protestando com o seu gracioso tom espanhol, mas eu fechei os ouvidos, comecei a foder-la com todas as minhas forças e ela começou a gemer, que diabos, em um par de minutos já havia feito, não me importava ela, nem o seu prazer, só queria descarregar minha frustração, segui fazendo-o, segui duro no seu interior, rebalsando leite em cada empurrão

Saí-lhe e apontei para o seu cu, ela protestou, disse-me algo como

O que você está fazendo, tio? Deus! Porra! A tomar por cu!

Ou algo assim, tentou-se jogar sobre a cama para sair do meu alcance, mas a retivei com forças e disse-lhe

Você aguenta, desde o primeiro dia que você me está tirando os cachorros para me pegar e agora se faz a puritana?

Entre forcejeos, meti-me por o cu e mantive-a com forças, seguiu pulando como uma potra, ainda protestando pelo que fazia, então recebeu outra tapa, agora do outro lado, com mais força, mas a disputa não duraria muito tempo, quando lhe encheu o cu de leite me dei por satisfeito, embora sentisse esse ódio interno por saber onde estava a puta da minha mulher

Sentei-me nu sobre a cama e pus a minha cabeça entre as minhas mãos, reflexivamente, ela ao lado começava a pôr-se as roupas que se havia quitado, e foi o momento em que me larguei um sermão que eu não havia pedido escutar, dizia-me que diabos me passava comigo, que era imaturo, que misturava o sexo com o amor e que ela e José faziam anos jogando esses jogos e que bem, se amavam mais do que nunca, e que eu me empenhava em tirar tudo pela borda, enquanto Martina era o exemplo a seguir

Esperei até ela terminar de mudar-se, já não ouvia suas repreensões, só me parei, abri a porta e convidei-a a se retirar Me duche e preparei minha mala para o retorno. Eram duas da madrugada e nem notícias de minha mulher, desci ao bar do hotel por algumas cervejas e ao regressar, ainda estava ausente. Ela chegou quando o sol já entrava pela janela, naturalmente disse que se havia adormecido, pediu desculpas, disse que não fora sua intenção, mas a galga havia regressado muito irritada comigo e se haviam posto a conversar, e palavra vai, palavra vem, pussy, José e ela haviam terminado enredados sob as sábanas. Não sabia por que ela me contava essas coisas, se pensava que poderia excitarme ou me molestar, ou apenas para ver minha reação e não mostrar indiferença. Fizemos uma trégua para o voo de retorno, para não fazer um escândalo público, mas evidentemente algo havia se rompido entre nós, ao regressar começariam as discussões diárias, por qualquer motivo, pelo mais insignificante, embora a causa estivesse no maldito viagem, no que havia acontecido. Na cama as coisas não foram melhores, ao contrário, cada vez que a beijava, não podia deixar de reviver em minha mente as putas que havia tido na boca e tudo me dava asco, não queria fazer sexo com ela, já não, e fazia qualquer coisa para evitá-la. Martina me tratou de pusilânime, de homem pouco, de um inmaduro e ciumento sem remédio, fui o culpável por ter deixado passar a oportunidade de pertencer a outro nível social. Por meu lado, disse que era uma tola inocente que se enfeitiçava pelo poder, e que se portar como uma puta e revolcar-se com qualquer pessoa não lhe abriria as portas do paraíso em que ela queria viver, não conhecíamos aquele tipo de gente, e sempre seríamos nós. Sem dúvidas, a magia havia desaparecido, nunca mais seria o mesmo e um dia 10 de outubro, Martina e eu iniciamos os trâmites de divórcio, que vamos fazer, são coisas que passam... Se você gostou desta história pode me escrever com título SON COSAS QUE PASSAM para dulces.placeres@live.com