Aclaración: para entender más de esto mejor lee el relato anterior. O mejor lee los otros relatos en mi perfil.
Relato anterior:
https://m.poringa.net/posts/relatos/4929009/San-Valentin-con-mi-hermano-hermanos-l.html
¿Pero que está pensando? Ya habían pasado meses desde que tuve mi desliz sexual con mi hermano. ¿Amor de hermanos? Eso fue pura calentura. Indecente e inmoral. No debería de ser permitido hacer algo así.
Sin embargo. Todos estos meses estuve siendo una real perrita, moviendo la cola para tratar de agradar al dueño. Literalmente hablando, intenté volver a seducirlo. Usé todo lo que sabía. Ropa provocativa, falta corta, vestidos que se levantaban, conversaciones picantes, indirectas de sexo. Incluso, la semana pasada, sabiendo que estábamos los dos solos en casa, bajé de mi habitación vestida solo con un tanga que me entraba hasta por la conciencia. Con mis hermosos pechos al aire. Me acerqué a él. Pero fui rechazada. sus palabras me lastimaron, pero lo que más me dolió fue ver que si siquiera logré una erección. Fue un golpe al ego. La gota que colmó el vaso. Lo odiaba, osea, ¿Me folla y luego ya no se interesa por mí? Hombres.
En fin, después de eso lo evité completamente. Ya había tocado fondo. Que se pudra. Sí, que se pudra.
Tenía otras cosas en la que pensar, como los papales de la universidad. Me dedique a eso todos estos días yendo y viniendo en oficinas para conseguir mis papeles. Hoy, en especial tendría que ir bien lejos a la ciudad para retirar mis documentos autenticados. Tardaría varias horas. Avisé de antemano en casa. También mi familia no iba a estar, mi hermano tendría clases en su facultad todo el día. Mi padre trabajaba. Mi madre saldría a hacer una visita a alguien.
Cuando salí ya todos ellos estaban fuera. Cerré la casa con llave y fui a la parada de bus. Solo para darme cuenta que el día para retirar mis papeles era el lunes. No hoy. Totalmente tonta me quise morir, especialmente por haber caminado inútilmente.
Regresé a casa bien bajoneada. Abrí el porton y cuando quise abrir la puerta noté que estaba abierta ¿Había olvidado cerrarla? Eso había acarreado un regaño por mis padres y también era peligroso. Antes de abrir miré arriba y vi una de las ventanas abiertas. ¿Había entrado alguien? Rápidamente fui al pasillo lateral que da a la parte de atrás. ¿Tenía que llamar a la policía? Pero en ese instante, mi hermano entra por el portón desde la calle.
Mis pensamientos pasaron muy rápido y me bloqueé. Del susto a la confusión ¿No estaba en la facultad? ¿Había pasado algo?
Desde donde estaba no podía verme. Tampoco pudo verme mi mamá, que en ese momento salía de la casa. Extraño. ¿Qué hacían ahí? Los dos ¿ambos habían cancelado sus planes? No pude pensar en nada más por lo que pasó a continuación.
Mi madre besó a mi hermano. En la boca.
No les narraré como, en piloto automático y controlada por el morbo me escabullí por la entrada trasera. Entré furtivamente al cuarto de mi hermano, mientras ellos iban al baño, para bañarse juntos y cómo decidí en cinco segundos esconderme, acurrucada, dentro del ropero que tenía mi hermano. Por suerte para mí su cuarto estaba tan oscuro y desordenado que fue fácil entreabrir una puerta y taparme con ropas dentro.
Los iba a espiar. Estaba asustada y caliente. No negaré que la parte de la sorpresa del tipo "tu familia es incestuosa" me la salté, sería hipócrita de mi parte pensar tan moralmente después de haber formicado con mi hermano. ¿Pero mi mamá? ¿Con ese estúpido? Adoro a mi madre, es una diosa. Espero que mis genes me lleven a ser como ella. Incluso la adoración rozaba la lujuria. Era hermosa. Pelirroja, baja estatura. Grandes pechos y unas nalgas realmente hermosas. Se mantenía en forma después de tres hijos, se hizo algunos retoques con cirugía pero gran mérito de su cuerpo lo tenía en el esfuerzo. Su piel blanca parecía leche fresca.
Pensaba todo eso y me calentaba a mí misma. El miedo me excitana aún más. ¿Vendrían aquí o irían al cuarto de mi madre? ¿Mi padre lo sabía? ¿Encenderían la luz y buscaría mi hermano ropa de su ropero? No tenía soluciones para todos esos problemas. Y por suerte tampoco hicieron falta.
Mi hermano y mi mamá entraron a la pieza. Desnudos ambos. Mi madre toda hermosa pajeando a su hijo con una mano y mi hermano tocandola en todas partes y besando las tetas de su madre. Estaban muy excitados y se movían frenéticamente. El pene de mi hermano se veía incluso más grande que como lo recordaba.
No tardaron nada en acostarse en la cama. Siguieron tocándose, gimiendo y comiéndose la boca y partes del cuerpo por un rato. Mi madre era bastante complaciente, mi hermano metía la mano entre sus piernas y ella las abría. Metía varios dedos en su vagina y ella ni protestaba. Se dejaba agarrar el cabello. Su hijo le mordía, apretaba y chupaba las tetas y ella no se quejaba para nada.
Así que de ahí saque lo putita.
Incluso se dejó dominar cuando mi hermano la tomó del cabello y la acostó boca arriba en la cama. Desgraciadamente estaba orientada de forma que solo veía su cabeza y sus piernas quedaron mirando a la dirección contraria de donde yo estaba. Me hubiera gustado poder ver mejor esos labios rosados que tenía en la vulva.
Entonces, mi hermano se sienta, prácticamente, sobre su cara. En un hermoso 69.
Otra clara muestra de sumisión. Las mujeres sabemos que tenemos las de perder estando abajo en esa posición. Pero a mi madre no le importó. Solo abrió la boca y el pene de mi hermano entró.
Lo siguiente lo describiré como "increíble". Ni en las mejores porno pude ver como una mujer puede aguantar tanto tiempo una pija en la boca. En realidad no sé cuánto exactamente tardaron, no sé si era iu 69 completo porque no pude ver si mi hermano hacía algo a mi mamá o no. A veces él se levantaba hasta estar prácticamente sentado sobre su rostro. Calculo que pasaron como treinta minutos en donde, en ningún segundo, mi mamá se quito la verga de la boca.
Era un experta.
Lo máximo que esa pija salió fue hasta la mitad. Mi madre no se inmutó ni cuando mi hermano se movía ferozmente como si estuviera follando la vagina de su ex novia. Se elevaba y bajaba rápidamente. Su verga entraba hasta, presumiblemente, la garganta de mamá sólo para salir y entrar de nuevo. Ni siquiera había mucha saliva, mi mami se lo tragaba todo.
Pude ver los testículos de mi hermano tapando el hermoso rostro de mi mamá cuando se la metía por completo. Se la dejaba ahí un rato. Se sentaba sobre ella y dejaba caer todo su peso. Era increíble como mi madre no se ahagoba.
El ritmo en esa media hora variaba. A veces mi hermano paraba y era mi madre quién subía y bajaba con su boca. Otras el movimiento era despacio. A veces solo lo dejaba ahí en el fondo de la garganta de mi mamá. Y la mayoría de la veces era una penetración violenta en toda regla. Escuchaba el "plof plof" del chapoteo que hacía la boca de mi mamá.
Cuando acabaron con ese espectáculo mi hermano pasó a acostarse en su cama, con sus pies colgando por el borde y mi madre saltó sobre él. Lo estaba montando. A su propio hijo.
No usaron protección. Capaz mi mamá tomase pastillas. No pensé en eso en ese momento hipnotizada por el perfecto culo de mi madre saltando sobre la verga bien erecta de mi hermano.
Lo que sí pensaba era en el detalle que tanto me estaba molestando todos esos días. Tenía una duda en mí. Duda que se evaporó cuando vi a la putita de mi mamá sacarse el pene de la vagina con sus manos, sujetarlo y sentarse sobre él, pero metiendoselo en esta ocasión por el ano.
Así sin juegos previos, sin preparación y sin aviso. Solo se sentó sobre él y lo hizo desaparecer en su culo.
¿Cómo yo podría competir contra eso? Era obvio que mi hermano no podía responder a mis provocaciones. Mi hermano tenía a su disposición a la mujer más hermosa del mundo, se follaba su boca sin oposición. Ella se lo montaba sin chistar y encima podía hacerle un anal, como si nada, sin siquiera pedírselo. ¿Cuantas veces lo habían hecho? Con razón ni siquiera reaccionó cuando me lo insinue tan directamente.
La montada no duró tanto como lo anterior. Mi mamá se sacaba la verga cada tanto y se lo metía en la vagina, luego en el culo y luego a la vagina nuevamente. Ella solita se penetraba con la pija de mi hermano. Tal intensidad no la resistiría ningún hombre, menos después de la media hora de mamada.
Mi hermano se levantó y mi mamá terminó arrodillada en el suelo. Estaban muy cerca mío, prácticamente en frente del ropero. Pude ver bien cómo él la sujeto del pelo muy fuerte y se masturbó frente a su cara mientras ella abría la boca. Eyaculó en toda su lengua. Uno, dos chorros de semen espeso. No pude ver más porque mi hermano la obligó a meter su verga en la boca.
Se quedaron ahí por un momento. Cuando él la soltó ella se apartó. No había rastro de semen alguno cuando ella habló. Se lo había tragado todo.
Le preguntó que tal se sentía. Si ya irían a bañarse y no sé que otra cosa más. Mi hermano le respondió algo así como "un rato más". Se sentó en la cama y nuevamente, estirando del pelo de mi mamá la atrajo hacía su entre pierna.
Si antes era una puta ahora fue mucho más zorrita de lo que pudo ser.
Mi hermano formó una cola de caballo con el pelo de nuesta mamá y la atrajo con ambos brazos. Obligandola a seguir sus movimientos. Entonces se dispuso a hacer pasar la cara de mi mamá desde la punta de su pene hasta su culo.
Le restregó toda la verga por la cara. Le puso las bolas en los ojos, lo apretó contra su nariz, hizo que se las lamiera y se las puso dentro de su boca. Mi madre, nuevamente se dejó hacer lo que él quisiera. Incluso le enterró la cara entre sus nalgas y la movía de arriba hacia abajo.
¡Hasta besos negros! Mi mamá estaba a otro nivel.
Pero por sobre todo se concentró en hacer que mi madre le comiera las bolas. Un lado y luego el otro. Una y otra vez. Ciertamente mi hermano se había ganado la lotería y estaba en el séptimo cielo. Para terminar la obligó a meterse la verga en la boca y movió muy rápido la cabeza de mi mamá. No estoy segura de que eyaculó por segunda vez, pero dió esa impresión y soltó el pelo de mi mamá. Ella siguió chupando por su cuenta hasta que quitó la verga, ya flácida, de su boca.
Entonces ambos volvieron a salir. Capaz con dirección al baño.
Aproveché el momento y salí con prisa. Escape de casa mientras ellos se volvían a bañar. Estuve caminando sin rumbo por un tiempo. ¿Qué demonios acababa de pasar? Mi corazón latía muy fuerte. Se abría tantas oportunidades con lo que acaba de pasar. Dios. Mi madre y mi hermano. Yo tenía que estar ahí. Aunque aún le tenía algo de odio a mi hermano. Tener a mi madre así. Yo quería eso para mí.
Sí. Se que esos pensamientos eran moralmente malos. Pero que diablos. Ya estaba metida en el saco. Con mi hermano y con mi tío. Quería el postre completo. Y no lo decía solo de boca para afuera. Las gotas que bajaban por mis piernas evidenciaban mis sentimientos.
Yo, definitivamente tenía que hacer algo.
Relato anterior:
https://m.poringa.net/posts/relatos/4929009/San-Valentin-con-mi-hermano-hermanos-l.html
¿Pero que está pensando? Ya habían pasado meses desde que tuve mi desliz sexual con mi hermano. ¿Amor de hermanos? Eso fue pura calentura. Indecente e inmoral. No debería de ser permitido hacer algo así.
Sin embargo. Todos estos meses estuve siendo una real perrita, moviendo la cola para tratar de agradar al dueño. Literalmente hablando, intenté volver a seducirlo. Usé todo lo que sabía. Ropa provocativa, falta corta, vestidos que se levantaban, conversaciones picantes, indirectas de sexo. Incluso, la semana pasada, sabiendo que estábamos los dos solos en casa, bajé de mi habitación vestida solo con un tanga que me entraba hasta por la conciencia. Con mis hermosos pechos al aire. Me acerqué a él. Pero fui rechazada.
En fin, después de eso lo evité completamente. Ya había tocado fondo. Que se pudra. Sí, que se pudra.
Tenía otras cosas en la que pensar, como los papales de la universidad. Me dedique a eso todos estos días yendo y viniendo en oficinas para conseguir mis papeles. Hoy, en especial tendría que ir bien lejos a la ciudad para retirar mis documentos autenticados. Tardaría varias horas. Avisé de antemano en casa. También mi familia no iba a estar, mi hermano tendría clases en su facultad todo el día. Mi padre trabajaba. Mi madre saldría a hacer una visita a alguien.
Cuando salí ya todos ellos estaban fuera. Cerré la casa con llave y fui a la parada de bus. Solo para darme cuenta que el día para retirar mis papeles era el lunes. No hoy. Totalmente tonta me quise morir, especialmente por haber caminado inútilmente.
Regresé a casa bien bajoneada. Abrí el porton y cuando quise abrir la puerta noté que estaba abierta ¿Había olvidado cerrarla? Eso había acarreado un regaño por mis padres y también era peligroso. Antes de abrir miré arriba y vi una de las ventanas abiertas. ¿Había entrado alguien? Rápidamente fui al pasillo lateral que da a la parte de atrás. ¿Tenía que llamar a la policía? Pero en ese instante, mi hermano entra por el portón desde la calle.
Mis pensamientos pasaron muy rápido y me bloqueé. Del susto a la confusión ¿No estaba en la facultad? ¿Había pasado algo?
Desde donde estaba no podía verme. Tampoco pudo verme mi mamá, que en ese momento salía de la casa. Extraño. ¿Qué hacían ahí? Los dos ¿ambos habían cancelado sus planes? No pude pensar en nada más por lo que pasó a continuación.
Mi madre besó a mi hermano. En la boca.
No les narraré como, en piloto automático y controlada por el morbo me escabullí por la entrada trasera. Entré furtivamente al cuarto de mi hermano, mientras ellos iban al baño, para bañarse juntos y cómo decidí en cinco segundos esconderme, acurrucada, dentro del ropero que tenía mi hermano. Por suerte para mí su cuarto estaba tan oscuro y desordenado que fue fácil entreabrir una puerta y taparme con ropas dentro.
Los iba a espiar. Estaba asustada y caliente. No negaré que la parte de la sorpresa del tipo "tu familia es incestuosa" me la salté, sería hipócrita de mi parte pensar tan moralmente después de haber formicado con mi hermano. ¿Pero mi mamá? ¿Con ese estúpido? Adoro a mi madre, es una diosa. Espero que mis genes me lleven a ser como ella. Incluso la adoración rozaba la lujuria. Era hermosa. Pelirroja, baja estatura. Grandes pechos y unas nalgas realmente hermosas. Se mantenía en forma después de tres hijos, se hizo algunos retoques con cirugía pero gran mérito de su cuerpo lo tenía en el esfuerzo. Su piel blanca parecía leche fresca.
Pensaba todo eso y me calentaba a mí misma. El miedo me excitana aún más. ¿Vendrían aquí o irían al cuarto de mi madre? ¿Mi padre lo sabía? ¿Encenderían la luz y buscaría mi hermano ropa de su ropero? No tenía soluciones para todos esos problemas. Y por suerte tampoco hicieron falta.
Mi hermano y mi mamá entraron a la pieza. Desnudos ambos. Mi madre toda hermosa pajeando a su hijo con una mano y mi hermano tocandola en todas partes y besando las tetas de su madre. Estaban muy excitados y se movían frenéticamente. El pene de mi hermano se veía incluso más grande que como lo recordaba.
No tardaron nada en acostarse en la cama. Siguieron tocándose, gimiendo y comiéndose la boca y partes del cuerpo por un rato. Mi madre era bastante complaciente, mi hermano metía la mano entre sus piernas y ella las abría. Metía varios dedos en su vagina y ella ni protestaba. Se dejaba agarrar el cabello. Su hijo le mordía, apretaba y chupaba las tetas y ella no se quejaba para nada.
Así que de ahí saque lo putita.
Incluso se dejó dominar cuando mi hermano la tomó del cabello y la acostó boca arriba en la cama. Desgraciadamente estaba orientada de forma que solo veía su cabeza y sus piernas quedaron mirando a la dirección contraria de donde yo estaba. Me hubiera gustado poder ver mejor esos labios rosados que tenía en la vulva.
Entonces, mi hermano se sienta, prácticamente, sobre su cara. En un hermoso 69.
Otra clara muestra de sumisión. Las mujeres sabemos que tenemos las de perder estando abajo en esa posición. Pero a mi madre no le importó. Solo abrió la boca y el pene de mi hermano entró.
Lo siguiente lo describiré como "increíble". Ni en las mejores porno pude ver como una mujer puede aguantar tanto tiempo una pija en la boca. En realidad no sé cuánto exactamente tardaron, no sé si era iu 69 completo porque no pude ver si mi hermano hacía algo a mi mamá o no. A veces él se levantaba hasta estar prácticamente sentado sobre su rostro. Calculo que pasaron como treinta minutos en donde, en ningún segundo, mi mamá se quito la verga de la boca.
Era un experta.
Lo máximo que esa pija salió fue hasta la mitad. Mi madre no se inmutó ni cuando mi hermano se movía ferozmente como si estuviera follando la vagina de su ex novia. Se elevaba y bajaba rápidamente. Su verga entraba hasta, presumiblemente, la garganta de mamá sólo para salir y entrar de nuevo. Ni siquiera había mucha saliva, mi mami se lo tragaba todo.
Pude ver los testículos de mi hermano tapando el hermoso rostro de mi mamá cuando se la metía por completo. Se la dejaba ahí un rato. Se sentaba sobre ella y dejaba caer todo su peso. Era increíble como mi madre no se ahagoba.
El ritmo en esa media hora variaba. A veces mi hermano paraba y era mi madre quién subía y bajaba con su boca. Otras el movimiento era despacio. A veces solo lo dejaba ahí en el fondo de la garganta de mi mamá. Y la mayoría de la veces era una penetración violenta en toda regla. Escuchaba el "plof plof" del chapoteo que hacía la boca de mi mamá.
Cuando acabaron con ese espectáculo mi hermano pasó a acostarse en su cama, con sus pies colgando por el borde y mi madre saltó sobre él. Lo estaba montando. A su propio hijo.
No usaron protección. Capaz mi mamá tomase pastillas. No pensé en eso en ese momento hipnotizada por el perfecto culo de mi madre saltando sobre la verga bien erecta de mi hermano.
Lo que sí pensaba era en el detalle que tanto me estaba molestando todos esos días. Tenía una duda en mí. Duda que se evaporó cuando vi a la putita de mi mamá sacarse el pene de la vagina con sus manos, sujetarlo y sentarse sobre él, pero metiendoselo en esta ocasión por el ano.
Así sin juegos previos, sin preparación y sin aviso. Solo se sentó sobre él y lo hizo desaparecer en su culo.
¿Cómo yo podría competir contra eso? Era obvio que mi hermano no podía responder a mis provocaciones. Mi hermano tenía a su disposición a la mujer más hermosa del mundo, se follaba su boca sin oposición. Ella se lo montaba sin chistar y encima podía hacerle un anal, como si nada, sin siquiera pedírselo. ¿Cuantas veces lo habían hecho? Con razón ni siquiera reaccionó cuando me lo insinue tan directamente.
La montada no duró tanto como lo anterior. Mi mamá se sacaba la verga cada tanto y se lo metía en la vagina, luego en el culo y luego a la vagina nuevamente. Ella solita se penetraba con la pija de mi hermano. Tal intensidad no la resistiría ningún hombre, menos después de la media hora de mamada.
Mi hermano se levantó y mi mamá terminó arrodillada en el suelo. Estaban muy cerca mío, prácticamente en frente del ropero. Pude ver bien cómo él la sujeto del pelo muy fuerte y se masturbó frente a su cara mientras ella abría la boca. Eyaculó en toda su lengua. Uno, dos chorros de semen espeso. No pude ver más porque mi hermano la obligó a meter su verga en la boca.
Se quedaron ahí por un momento. Cuando él la soltó ella se apartó. No había rastro de semen alguno cuando ella habló. Se lo había tragado todo.
Le preguntó que tal se sentía. Si ya irían a bañarse y no sé que otra cosa más. Mi hermano le respondió algo así como "un rato más". Se sentó en la cama y nuevamente, estirando del pelo de mi mamá la atrajo hacía su entre pierna.
Si antes era una puta ahora fue mucho más zorrita de lo que pudo ser.
Mi hermano formó una cola de caballo con el pelo de nuesta mamá y la atrajo con ambos brazos. Obligandola a seguir sus movimientos. Entonces se dispuso a hacer pasar la cara de mi mamá desde la punta de su pene hasta su culo.
Le restregó toda la verga por la cara. Le puso las bolas en los ojos, lo apretó contra su nariz, hizo que se las lamiera y se las puso dentro de su boca. Mi madre, nuevamente se dejó hacer lo que él quisiera. Incluso le enterró la cara entre sus nalgas y la movía de arriba hacia abajo.
¡Hasta besos negros! Mi mamá estaba a otro nivel.
Pero por sobre todo se concentró en hacer que mi madre le comiera las bolas. Un lado y luego el otro. Una y otra vez. Ciertamente mi hermano se había ganado la lotería y estaba en el séptimo cielo. Para terminar la obligó a meterse la verga en la boca y movió muy rápido la cabeza de mi mamá. No estoy segura de que eyaculó por segunda vez, pero dió esa impresión y soltó el pelo de mi mamá. Ella siguió chupando por su cuenta hasta que quitó la verga, ya flácida, de su boca.
Entonces ambos volvieron a salir. Capaz con dirección al baño.
Aproveché el momento y salí con prisa. Escape de casa mientras ellos se volvían a bañar. Estuve caminando sin rumbo por un tiempo. ¿Qué demonios acababa de pasar? Mi corazón latía muy fuerte. Se abría tantas oportunidades con lo que acaba de pasar. Dios. Mi madre y mi hermano. Yo tenía que estar ahí. Aunque aún le tenía algo de odio a mi hermano. Tener a mi madre así. Yo quería eso para mí.
Sí. Se que esos pensamientos eran moralmente malos. Pero que diablos. Ya estaba metida en el saco. Con mi hermano y con mi tío. Quería el postre completo. Y no lo decía solo de boca para afuera. Las gotas que bajaban por mis piernas evidenciaban mis sentimientos.
Yo, definitivamente tenía que hacer algo.
3 comentários - Mi madre y mi hermano lo hacen (hermanos ll)