"La Cuarentena, Mi Melliza y Yo" Último Capítulo, 2° parte

Y así llegamos al final, después de tanto esperar. Espero la disfruten y dejen muchos puntos. Pronto volveré con más historias,  tal vez hasta haya un spin off de esta misma, pero ya veremos...
(La historia es completamente ficticia, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)
Pueden leer el capítulo anterior en el siguiente link:

 Capítulo anterior: 
http://www.poringa.net/posts/relatos/4359752/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Final-Primera-Parte.html


Era la última noche del fin de semana, se presagiaba una tormenta en el horizonte pero no era algo que nos preocupara. Con Kari fuimos a dejar mi ropa nueva en la habitación, ninguno de los dos hablaba, nos entendíamos con miradas y sonrisas cómplices. En el camino hablamos sobre lo intenso que había sido el encuentro con Milena y nos preguntábamos que estarían haciendo Mimi y Matías, ya que no estaban en su habitación. Un mensaje a mi teléfono nos hizo saber que estaban en un restaurante a pocas cuadras junto con mis padres. Nos aconsejaba que no comiéramos mucho porque esa noche sería larga y agitada, seguido de muchos emoticones guiñando un ojo. Ya con Kari sabíamos lo que significaba, sería la primera noche estando los cuatro juntos. 
*
La cena fue divertida, como siempre entre anécdotas y risas. Mis padres comieron mucho, tanto que al momento de pedir un postre helado para nosotros y un café para ellos, los viejos ya estaban casi dormidos, costumbre que tienen siempre que tenemos un almuerzo o cena familiar. Terminado todo salimos, pedimos un taxi para mis padres, otro para nosotros y fuimos al hotel. En el camino uno de los taxistas, el que nos llevaba a nosotros, dijo que se estaba quedando sin combustible por lo que pasaría por una estación de servicio a cargar el tanque y luego seguiríamos el viaje. Dijimos que no había problemas de nuestra parte. Al llegar las chicas fueron al baño juntas y la playera que nos atendió no dejaba de mirarnos a mi hermano y a mí, le dijimos algunas cosas sugerentes y Maty, como entrador que es, terminó sacándole el número, le preguntó a qué hora saldría y prometió ir a buscarla. Preguntó si yo también iría a lo que él dijo que seguramente yo estaría ocupado. Me dijo que entonces aprovecharía para algo rápido. Mientras el tanque se cargaba y el taxista tomaba un café dentro de la tienda, la playera me llevó al baño y se agachó delante mío, tenía anteojo, pelo corto y unas tetas enormes, si bien tenía un pantalón suelto se adivinaba que tenía tremenda cola también. Sin perder el tiempo me bajó el pantalón y empezó a chupármela, se subió la remera dejando ver un corpiño deportivo en el que los pezones se marcaban exageradamente. Quería cojerla pero teníamos poco tiempo y siendo sincero estaba disfrutando mucho como la chupaba, si bien no se parecía a como mis hermanitas o Milena lo hacían, ella tenía su propio método para meterla entera, sacarla llena de saliva que caía sobre sus tetas y volver a tragarla. Mientras lamía mis bolas me pajeaba fuerte, apretando mi verga con la fuerza exacta para que no fuera molesto. Estaba más que claro que podría encargarse tranquilamente de dos o más hombres a la vez. Pude ver que en su remera tenía un gafete con su nombre, la playera se llamaba Patricia. 
- Patito te voy a llenar la boca de leche! - le dije soltando todo lo que la playera me hizo juntar en ese momento. 
Cuando terminó de salir todo Pato abrió la boca, me mostró toda la leche que tenía ahí y se la tragó, luego, sacó la lengua para mostrar que no había quedado nada. Esa mujer era una bomba.
Al salir del baño junto con ella mis hermanas me esperaban con los brazos en jarra y Maty me miraba sonriendo. El taxista, quien ya había vuelto a su lugar detrás del volante, también sonrió al verme y asintió como en un código que solo nosotros entendíamos. 
- Bueno, vamos? - dije como si no hubiera pasado nada. 
- Sí, vamos... - dijeron Mimi y Kari al unísono, se escuchaba un dejo de celos en sus voces.
Las dos chicas subieron adelante y con Maty fuimos atrás, teníamos unos 15 minutos hasta el hotel. 
- Cuando vieron que no estabas y la playera tampoco supieron que pasaba algo. Te quise cubrir pero no hubo caso. Dijeron que se iban a vengar de alguna forma... Y creo que ya sé cómo. - quien me hablaba por lo bajo era Maty, y con lo último se refería a lo que mis hermanas estaban haciendo en el asiento del acompañante.
 Las muy desgraciadas le estaban dando un show lésbico al taxista quien intentaba por todos los medios poner atención al camino y a lo que sucedía a su lado. Cuando intentó tocar a Kari, que era la que estaba más cerca, y al ver que no se negó, y nosotros tampoco, hundió sus dedos en la mojada y estrecha conchita de mi hermana menor. Ya se veían las luces del hotel así que le sugerimos que fuera directamente al estacionamiento subterráneo. El hombre hizo caso y, luego de encontrar un lugar alejado, las dos se dedicaron a chupársela. El tipo estaba en el cielo, pero para su desgracia, no pudo aguantar mucho. Acabó en la boca de Mimi y ella, como buena hermana, la compartió con Kari en un beso. 
Maty y yo bajamos y le agradecimos al taxista.
- Por favor, gracias a ustedes. Cuando tengan que viajar a algún lado, sea la hora que sea, me mandan un mensaje. Y no se preocupen por la plata, mientras todos los viajes sean así no me quejo. - Todos reímos, el hombre nos dejó su tarjeta y se fue. 
*
El camino hasta el ascensor fue en silencio, pero no incómodo, todos íbamos con la sonrisa de los niños que volvían de hacer una travesura. Fuimos a darle las buenas noches a nuestros padres y a avisarles que al otro día saldríamos luego del desayuno, pero justo antes de tocar la puerta escuchamos los gemidos de mi madre, ahí entendimos que siempre que decían que irían a dormir temprano después de cenar en realidad era una excusa para irse a cojer tranquilos. Nos quedamos un ratito más escuchando y pudimos oír como mi madre le pedía a mi viejo que le rompiera el culo. Eso nos sorprendió a todos, ya que mi madre tiene la imagen de esa madre recatada y tímida, por lo visto en la cama se transforma. Maty y yo no podíamos ocultar que se nos había parado y mis hermanas ya respiraban pesadamente, señal de que estaban tanto o más calientes que nosotros. Les hice una señal para que nos fuéramos a nuestra habitación y nos pusimos en marcha. 
*
Esta vez los cuatro entramos a la misma habitación, la que usaban Maty y Mimi, las dos se tiraron en la cama y empezaron a comerse la boca. Estaban con vestidos cortos y sin tanga, se arrodillaron en la cama y se los sacaron una a la otra. Con Maty las mirábamos, con las vergas en las manos, pajeándonos. Él se acercó primero, parado en la cama, puso su verga entre ambas y las dos empezaron a chupársela con ganas, con esa calentura que juntaron durante el día y que ahora podían soltar libremente. Sin perder el tiempo también me subí a la cama, le abrí las piernas a Mimi y empecé a chuparle la concha, estaba tan mojada y dulce como siempre. Extrañé su sabor estos días en los que casi no cojimos, y al parecer ella también me extrañó, porque no dejaba de hundir mi cara en su concha con las manos. Viendo que la posición le impedía chupársela a mi hermano mayor ella misma me pidió hacer un 69, me la chupaba con las ganas que la caracterizan, buscaba mis manos para que la tomara del pelo y le cojiera la boca como sabía que le encantaba. A mi lado Maty ya empezaba a cojerle la cola a Kari, la pendeja aguantaba mas que bien y pedía más. Hilos de flujo bajaban de su concha y sus gemidos llenaban la habitación. Mimi también gemía, llenando mi boca con sus flujos mientras se retorcía acabando. Mi gemela cambió de posición y me hizo comerle la boca, probando sus jugos también, le encantaba el sabor de su concha. Maty y Karina cambiaron de posición también, la pendeja le había puesto las piernas en los hombros de mi hermano mayor y éste la penetraba profundamente, desde mi ángulo podía ver muy bien como entraba su pija, era hipnótico ver eso. 
- Yo también quiero Chito - me dijo entre besos, ella también había estado mirando lo mismo que yo.
Se me montó encima y solita empezó a meterla entera, su orto se abría lentamente dándome paso. Ella se mordía el labio y aguantaba mientras entraba toda mi verga. Un poquito más y ya la tenía toda adentro, comenzó su vaivén lento, al contrario de mi hermano mayor y mi hermana menor que parecían estar aplaudiendo de lo fuerte que se oía el choque de sus cuerpos.
Kari acabó en un orgasmo ruidoso y explosivo que la dejó sobre la cama, con las piernas temblando y los ojos en blanco. Supusimos que estaría fuera de juego hasta que se recuperase. Y con la pija en la mano, Maty se acercaba a nosotros. Sin mediar palabra le puso la pija en la boca a Mimi y ella empezó a chupar como si se le fuera la vida en ello. Mi hermano la sujetaba de la cabeza para que no sacara la pija de su boca ni un momento. Su respiración era pesada y excitante. El sudor nos bañaba a los tres y eso hizo que Mimi fuera demasiado arriba, mi pija se había salido de su cola, pero había entrado en otro hueco tibio y húmedo: la boca de Kary. Saboreaba el sabor de la cola de su hermana mayor mientras se pajeaba y yo me comía las tetas de mi melliza. 
Con Maty cambiamos de pareja y ahora era yo quien la cojía a Kary, la pendeja de había recuperado y quería más, no la hice esperar y después de cojerle la boca un rato la di vuelta y aprovechando lo dilatada que tenía la cola se la metí sin apuro, pero sin pausa, quería que la sintiera de a poco... Aparte porque quería retrasar mi acabada lo más que pudiera, la pendeja era estrecha y la fricción hacía que con cada metida el momento del orgasmo estuviera más cerca. A mi lado mi gemela recibía lo suyo también y se veía a Maty suspirar como ya queriendo acabar. Yo pude resistir un poco más, gracias a Patito que me había ordeñado momentos antes. Mimi se acercó y le abrió la cola a su hermanita menor, yo saqué la verga y ella me la chupó unos segundos, luego volví a perderla en la retaguardia de Kary. Maty trajo su teléfono y empezó a grabar, nos hizo señas de que no habláramos, solo disfrutar y todos hicimos caso. A mí me dió un codazo leve en las costillas y me hizo señas con la cabeza de que le diera con fuerza, Mimi sonrió y también me alentó. La tomé de la cintura a Kary y con fuerza empecé a cojerle el orto. La pendeja gemía mucho y tuvo un orgasmo tan intenso que hasta hizo un squirt. Yo no pude aguantar más y al sacarla Mimi se encargó de tomarla toda. Maty terminó de grabar y ví que se lo había enviado a alguien pero no pude ver a quién. 
Luego de terminar una nueva sesión de sexo incestuoso e intenso, todos nos bañamos y nos fuimos a dormir. 

Al otro día, justo antes de irnos Maty tuvo la idea de un último paseo, los viejos contentos accedieron. Mi hermano mayor dijo que tenía que hablar conmigo después, el taxista de la noche anterior nos pasó a buscar, nos hizo un tour por todo el puerto y algunos otros lugares turísticos, pasamos por la estación de servicio pero no estaba Patricia. Aunque Maty me dijo que tenía una sorpresa, porque fue a ella a quien le mandó el video y dijo que esa noche pasáramos a buscarla. Él le dijo que sí, que el taxista iría a buscarla para llevarla a Buenos Aires y que sería para hablarle de una propuesta de trabajo que seguramente le gustaría y que Maty se encargaría de pagarle todos los gastos, pero que ella podía darle al taxista "algún extra si quería". Al volver al hotel a buscar las maletas y subirnos a la camioneta para volver a nuestro hogar ví que Maty hablaba con el taxista, le dió una tarjeta y algo de plata y volvió con nosotros.
- Listo, tenemos ya a nuestros primeros actores. Hoy a la noche, en tu departamento nos van a estar esperando Cristian, el taxista, y Patricia la playera. Mañana empieza a funcionar la empresa hermanito y pensé en un nombre para la productora: Quarantine Vaxxx
- Muy buen nombre, siempre fuiste bueno para eso.
"Cuarentena..." Pensé, y sí, si no fuera por ella nuestra vida no habría cambiado tanto. Ahora mi familia es más unida que nunca... Sobretodo mis hermanos y yo.

Epílogo

La cena familiar había sido abundante y riquísima, tal como nuestra madre acostumbraba. Después del vino y el café, mis hermanos y yo nos levantamos para irnos, Maty le dijo a mi viejo que le había dejado un regalo en la pieza, algo para los dos y que le dijera a mi madre que él lo había comprado. El viejo entendió y se rió. Le agradeció con una palmada en la espalda y los dos nos despidieron. Por casualidad se me dió por volver a mirar a la puerta antes de irnos y justo lo ví a mi viejo apretándole la enorme cola que tiene mi mamá. El viaje fue tranquilo, hablamos de mil cosas sin sentido y subimos al departamento de Maty para tomar algo, al abrir la puerta nos encontramos con Patricia montando con fuerza a Cristian el taxista mientras Milena, la chica de la tienda de ropa se masturbaba al lado del tipo, el cuál estaba firmemente agarrado de las nalgas de Patricia. Mis hermanas se sorprendieron al principio y luego sonrieron, de a poco comenzaron a desvestirse, lo mismo Maty y yo. Había que empezar a crear contenido para vender y qué mejor que una orgía. 

Fin.

2 comentários - "La Cuarentena, Mi Melliza y Yo" Último Capítulo, 2° parte

hombre la primera parte la eliminaron
http://www.poringa.net/posts/relatos/5053124/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-Final-1-parte.html aquí la tienes!
Excelente historia. Lablei completa de un solo tirón. Van +10 y a seguirte para esperar un spin off de esta historia