La china - 5 de 6 - resubido

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LA CHINA
CAPITULO 5
EL VIAJE


Los seiscientos kilómetros que recorrimos en auto no fue la mejor experiencia de mi vida, no solo por lo agotador de la travesía, sino por la incómoda situación en la que me vi envuelta, Claudio manejó todo el camino, Valeria a su lado y yo, en el asiento trasero, imaginen, un hombre, su esposa y su amante, una mierda, además era obvio que ella no me toleraba y todo estaba al borde del abismo, ella me ignoraba, apenas si podía meter bocado y creo que una mascota hubiera recibido mejor trato de su parte, es más, él nunca lo admitió, pero yo estaba segura que el único motivo por el cual ‘ella’ estaba ahí, era justamente porque ‘yo’ estaba ahí.

Y todo hacía suponer que, en esta oportunidad, Claudio, no tendría jueguitos de amantes, toda la atención se la llevaba ella y yo parecía ser parte del decorado, y no es que me quejara, sabía cuál era mi lugar, solo me sentía triste, y es cierto, cada vez que el podía escapar a la vigilancia de su mujer me regalaba una sonrisa, o un toque indiscreto en la cola, pero no mucho más.
Me dije a mi misma, ‘tan solo tienes que soportarla seis noches’, porque durante el día, Claudio y yo asistíamos a esas jornadas maravillosamente aburridas en las que yo entendía poco y nada, pero en las noches… cenar de a tres cuando solo hablaban dos, era humillante, y ni decir antes de dormir, mi cuarto era contiguo al suyo y cada madrugada lo hacían, Valeria gritaba demasiado, tal vez por placer, tal vez solo para que yo oyera… como fuera, era una mierda, por lo que me ponía a escuchar música con mis auriculares hasta quedarme dormida.

Mi jefe, como siempre parecía disfrutar de todo, de mi incomodidad, de mi deseo, del peligro de jugar a dos puntas, la esposa y la amante, me sentía tan puta en medio de todo esto, mas en los momentos de las reuniones laborales, en cada respiro el me seducía, jugaba bien ese juego, era un traje que le quedaba perfecto, el rol de ser marido perfecto por un lado y amante incógnito por otro era su especialidad, con suma facilidad, al sol del día era un romántico que se deshacía por mí, y pasaba al hielo de la noche, a ser su secretaria que apenas le largaba palabra.

Al fin había llegado el viernes, último día, después de la reunión quedaría una última cena y preparar el retorno para el sábado a primera hora.
Cada día, cada encuentro terminaba alrededor de las seis de la tarde, pero ese viernes hubo una excepción, tal vez por ser el último día, pero alrededor de las catorce cada uno levantó sus pertenencias y dio por terminada la jornada. Claudio hizo lo propio y yo seguí sus pasos, subimos a su coche y emprendimos el regreso al hotel, yo estaba callada, sin decir palabra, prefería mirar los paisajes de la ciudad a través de la ventanilla, él me dijo entonces

- Estás molesta?

Solo me encogí de hombros, esa pregunta se respondía por si misma, como no estarlo, me había sentido una tonta todos esos días, ignorada por él, despreciada por ella, y sus juegos eran excitantes, pero no por eso me iba a arrastrar a sus pies. Viendo que no respondía a su pregunta, siguió diciendo

- Bien, lo siento, no era mi idea que Valeria se colara en este viaje, me tomó por sorpresa y no tuve cintura para cambiar las cosas, y comprendo como te sentís, así que sabiendo que hoy tendríamos un para de horas libres, me tomé el atrevimiento de prepararte una sorpresa, un juego, se que te va a gustar…

Yo me negué, le dije que no estaba para juegos, no esa tarde, no después de haberme usado como a un trapo toda la semana, a mi me encantaba ser su puta, pero no quería ser su sobra…

Discutimos un poco, yo encerrada en mi enojo, el suplicando una oportunidad, y estábamos en un ‘tira y afloje’, solo había un pequeño detalle, quien conducía el auto era el...
Así terminamos en uno de los más grandes casinos de la ciudad, hicimos una rápida recorrida por el paseo de compras anexo, de donde salí con algunas bolsas con ropas finas y nuevos zapatos, él le estaba poniendo precio a su puta, y bueno, para que negarlo…
Luego fuimos a la sala de juegos, había mucha gente, me llamó la atención la cantidad de personas que juegan su destino en juegos de azar, Claudio se quedó hablando a un costado y después de unos minutos fuimos a una sala vip, donde apenas había una mesa de ruleta y tipos adinerados que despilfarraban fortunas…
El empezó a apostar unas fichas, incluso me hacía elegir a mí los números, me sentí rara, era la única mujer, era la única acompañante, ese sitio parecía exclusivo para hombres…

Luego de un rato, tuve deseos de ir a orinar, el frío extremo del aire acondicionado hacía su trabajo y empezaba a aburrirme un tanto de todo, lo mío no era el juego…
Al volver noté que algo había cambiado, mi instinto femenino me lo decía, esos tipos me miraban de forma extraña, como lobos que quieren comerse a caperucita, de pronto me prestaban más atención mí que al juego, y por algún motivo intuí que Claudio tenía que ver en todo lo que pasaba.
Pero a pesar de todo, yo seguía molesta con él, los bolsos con ropas no habían sido suficientes para mi ego herido y yo sabía que el daría la estocada final en cualquier momento…

El me miró con esos ojos hipnóticos, y su sonrisa perversa se marcó en sus labios, yo ya conocía esa mirada, su lenguaje corporal, se dirigió a mi encuentro, me tomó de la mano y volvió a decirme que sentía todo lo que había sucedido, que solo lo dejara compensarme, que solo me dejara llevar…
Me condujo a la mesa de juego, donde estaban esparcidas varias fichas, la ruleta aun giraba pero ya nadie le prestaba atención, me sentí observada por todos, y el silencio era sepulcral, el me llevó al borde de la meda y me ayudó a sentarme sobre ella, al borde, mis piernas quedaron colgando, Claudio se detuvo unos segundos en mis muslos, dado que lógicamente mi pollera se había subido un poco, en forma un tanto indiscreta, sacó su pañuelo púrpura de su bolsillo, lo plegó convenientemente, me pidió que cerrara los ojos y lo anudó con delicadeza por detrás de mi cabeza, asegurándose que yo ya no pudiera ver nada…

La sensación de estar privada de mi vista, ante extraños, sin saber que sucedería hizo que se enloqueciera mi corazón, que se transpiraran mis manos y que cada poro de mi piel estuviera atento ante el menor estímulo, agudicé mis oídos, empecé a respirar con cadencia, mezcla de excitación e incertidumbre, el miedo ante lo desconocido…
Alguien vino a mi frente, lo sentí, sus manos acariciaron mis piernas, suavemente y poco a poco buscaron mi intimidad, más y más cerca de mi sexo, y lo que empezó como una férrea resistencia de mi parte, con mis músculos tiesos y mis piernas fuertemente cerradas fueron cediendo con el correr de los minutos, me relajé y ese resorte imaginario que me hacía cerrar fuertemente mis piernas, ahora parecía que me obligaba a abrirlas…


La china - 5 de 6 - resubidoI didn't have an idea who the guy was that was fondling me, I was just dedicated to his desires, his fingers reached my innerwear and opened up in search of treasure, he settled me well at the edge of the table, and yes, a unknown cock invaded my pussy which by then was soaked with desire, started taking me like a slut, and honestly I loved feeling that way, that guy gave way to another and then another, they took turns one after the other to take me and the sole idea of being penetrated and not knowing who it was fascinating, I only felt perverted men putting their sex in mine, satisfying their lowest instincts, and I, I being the object of desire.

Claudio without a doubt planned each of his games, I don't know how he did it, but he managed to bring out that slut hidden in me, that one we all carry, that one who never surfaces...

When they got tired of giving me cock, when my pussy was fed up, when I had had countless orgasms, only made me get off the table, and I went down on my knees to the floor, a cock then entered my mouth, I felt it masturbating in it, and in a few seconds a thick syrup invaded my lips, I felt several continuous cum shots, one after another, and I dedicated myself to swallowing everything properly, very obediently, even though that wasn't over when another, who I guessed was on my right, repeated the game, his taste was more bitter, and also more liquid, and then another, and another... I counted seven types that filled my mouth with semen, one after another, and I dedicated myself to savoring it, I felt it exquisite...

I was still with a handkerchief over my eyes, I couldn't take it off yet, those were the rules of the game, but I felt the guys retreating, finally Claudio came to my side and freed my blindness, in the room only he was left, only I was left, it was rare, the experience had been rare, they had taken me, I felt my stomach full of cum and didn't know who they were, nor would I ever...

He looked at me and said

My china, my china... what a slut you are...

I'm your slut... - I said. making note that I was playing that game only because he wanted to play it -

Claudio looked at the time, it was late, and told me it would be convenient to return already so as not to raise suspicions. On the way back to the hotel, with my mind coldly tying up loose ends, he had programmed everything, no one will catch anyone in those places, and the guys weren't there by chance, then I started to pressure my boss, who eventually told me the other part of the story...

Claudio was an old fox, it had all been a bet with old friends, the place, the scene, the situation, money was at stake, he assured them that in that spot, in that VIP casino area, they would pick up a good slut without complaints, without small talk, even he had bribed those who watched over the place and those who ran the security cameras, damn security cameras, I never crossed that small detail off my mind, and although I enjoyed it all, I didn't like my role in the bet...

I wanted to hit him and applaud him at the same time... what an unpredictable man.

We were still going over the details when we arrived at the hotel, time for a shower and rest before tomorrow's trip.

I got out of my room for dinner, trying to avoid them with some lame excuse, I didn't like being in the middle of their marriage, but that last night they came after me, and came straight to my table, Valeria was wearing sparkling garters that accentuated her ass, she always made sure that detail wasn't overlooked, she sat down in front of me, Claudio was informal, it was rare to see him without a suit, he searched for the side seat, his wife on one side and I on the other.

And I tried to make that evening as comfortable as possible, but my falseness was notorious, Claudio enjoyed putting me in uncomfortable positions, but what a man...

He was playing a dangerous game, a complicit dialectic that made me remember what had happened just hours before, and our entire clandestine relationship, everything Valeria ignored, who laughed without knowing why. I laughed... I ate the dessert and got rid of them as fast as I could, went to my room, just stayed thinking and thinking, what was I doing with my life, what was I doing with Claudio, always would be his toy, the image of Jorge, my ex, crossed my mind, what would his life be like? it all seemed so far away... how had I changed in such a short time, what game was I playing... Claudio was an excellent player, always had the best cards, always everything under control, but even the best player loses some games, and definitely, his next move wouldn't go well, putting Valeria, his wife, into the mess would be the worst of his ideas... CONTINUARA If you're over 18, you can write me with title 'LA CHINA' at dulces.placeres@live.com

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