El Señor

Siempre soy participe de no hacer lo que el resto espera.
Tal vez sea una cualidad... a veces un problema.

Las reglas, me encantan romperlas.. y saber que lo estoy haciendo genera morbos, perversiones y toda clase de pensamientos, hace que quiera generarlos mas y mas.

Me encanta no dar explicaciones y me rió de ellas.

Por lo general no ando con gente mayor. No me llama la atención.

Pero su manera de escribir y su cabeza loca me atrapó

Te describiste como un hombre de pelos ingobernables , que vivias en cueros, jeans rotos, y pies descalzos, esa descripción basto para que mi cabeza funcione de manera extraña tratando de llamarle la atención.

A veces lo logro.. la mayoría de las veces dudo.

Existe algo en el que me gusta... siempre logra sacarme una sonrisa y eso a veces vale oro.

Nuestros encuentros fueron pocos, recuerdo el primero...

Llegaste a casa con dos vinos, blanco, dulce, como sabias que me gusta.

La comida que había elegido estaba lista. Esperando en la mesa
Velas, musica, vos y yo.. No faltaba nada mas...

Tocaste mi nariz con tu dedo indice y dijiste "gracias Bella por esto".

Me ruboricé, agache la mirada, me sonreí.

Tu mano levanto mi mentón y fue cuando nuestros ojos se posaron en el otro

Solo una palabra describe ese momento: FUEGO

Cenamos. Levanté los platos y los deje en la cocina.

Fue cuando te acercaste desde atrás me rodeaste y me ofreciste mas vino no sin antes apretarte junto a mi...

En mi estomago, nada mas que mariposas.

En mi cola, nada mas que sentir tu sexo.

Delicioso.

Tus besos en mi cuello hace que el vino sea un juego de niños.

La lujuria estuvo pronta en llegar...

Tus manos acariciando lo que tanto anhelabas.

Me hiciste hacia adelante, dejando que mi cola este mas expuesta hacia vos...

El vestido no tardó en levantarse y tus manos me acariciaban como tantas veces supiste describir. Recogiste mi pelo.. bajaste la tanguita.. y comenzaste a acariciarme con tu mano.

Mis jugos, humedecieron la zona.

Ese dedo supo darme el primer gemido.

Me quise incorporar pero tu mano en mi cabeza no dejaba hacerlo.

"Te quiero así, un ratito". - susurraste

Me desplome.. y solo me dedique a sentir

Escucho el cierre bajar, mi perturbación va incrementándose.


El primer contacto es exquisito. El recorrido de la lujuria en mi, hace aumentar las ganas de ser penetrada por vos. Me haces desear y eso incrementa aun mas mis jugos.

No vas a hacerlo, querés jugar y te estoy dejando...

No resisto mas, Te pido que me dejes y me soltás.

Me doy vuelta.

Recuerdo perfectamente que en cierto momento crucé mis brazos alrededor de tu cuello y te di un beso en la boca con toda la pasión y deseo que pude.

No hubo recodo que no explorara de ella, nuestras lenguas se entrecruzaban y se lamían mutuamente, te mordisqueaba los labios, vos los míos. Fue un beso largo y profundo, apasionado, un beso de entrega.

Decido agacharme. El estar entre el mueble de la cocina y vos, me hace prisionera. Me encanta.

Llevo a mi boca mi objeto de deseo, que a estas alturas ya esta enorme. Lamo. Recorro. Toco.
Su sabor hace que no quiera dejarlo ir.

Te miro y veo como disfrutas de mi labor. Juego un ratito mas.
Dichosos mis oídos de escucharte sentir.

Me levantas. Me alzas y haces que me siente en la mesada.
Sacas el vestido. Te dedicas a besar a las gemelas.

Mi cabeza va a explotar.

Sabes exactamente como hacerlo.

Tu mano recorre la parte que te desea.. juega. Acaricia. penetra y vuelve a acariciar.

Es tu turno de bajar. Lo haces con una mirada divina.. de esas que no puedo resistir y muerdo mi labio al verte hacerlo.

Cerras los ojos y te dedicas a comer el postre... Ese que tanto hablamos.

Arqueé mi cuerpo pegando mi pelvis a tu cara mientras sentía las delicias de tu lengua entrando y saliendo de mi, mientras tus manos apretaban mis muslos y las mías apretaban tu cabeza contra mí, como para que no dejaras de hacerlo.

Tu lengua es sabrosa. Mi cuerpo no puede aguantar mucho mas y es cuando te regalo el primer orgasmo de la noche. Mi temblar hace que te aferres mas. No puedo aguantar los gritos..

Adoro lo que me haces.

Me calmo, me llevas a la cama. Esa que supo imaginarte.

Allí recostada, abiertas mis piernas de par en par. Me hiciste alguna mención sobre lo excitado que te tornaba ver mis pechos, mis caderas y mis piernas. Era un encanto hecho mujer.
Para entonces los besos y mimos estuvieron la orden del día. Las miradas describían un paraíso que no quería dejar ir.

La seducción estaba a la altura de nuestra piel. Cada tacto, la erizaba. Las risas. Las cosquillas
eran moneda corriente en ese lecho.

Me penetraste y me arquee completamente. Sentirla dentro mío era un acto de fantasía convertido en realidad.

Tu movimiento se hizo devoción en mi carne. Te acompañe en cada embestida, en cada jadeo, en cada beso dado.

Cuando te recuperaste me diste un delicioso beso en la boca y recostaste sobre la cama, cubriéndome con una sábana, alojando tu pija todavía endurecida entre mis nalgas,y comenzaste a frotarme con ella brindándome un mayor placer, hasta que volviste a acabar.

Luego me llevaste al baño, me enjabonaste y permitiste que le diera el último chupón a mi lujuria que estaba nuevamente erguido. Nos secamos y cubriéndonos con una manta frente al hogar aguardamos el amanecer .

Ese recuerdo nunca se borrará porque me da vida. Por siempre será mi dulce amante , y yo quizás la suya. Hoy me acorde de vos y por eso rememoro aquel día, y sé que alguna vez te preguntaras que será de mi. Lo sé, porque te sentí esa vez.







Nota de la autora: donde quiera que estés... GRACIAS! 😀