Llevaba 20 minutos de calentamiento en mi clase cuando la vi entrar: Una mujer de unos 40 años (43 más exactamente como me enteraría después), de cabello negro azabache largo hasta la cintura (lo llevaba recogido en una coleta) ojos negros, piel bronceada, delgada, su figura estaba moldeada de tanto gym, buenos tetas y un culo para el deseo.
Nada más al ingresar se le acercó un tipo, un musculito de los que se creen galán de Hollywood y empezó a hablarle. Enseguida pude ver el fastidio de ella en su cara y me miró con un gesto que decía " por favor, ayúdame". De inmediato lo noté y me acerqué a rescatarla. La saludé como si nos conociéramos de hace tiempo.
Yo: Hola ¿cómo estás? (un beso en la mejilla). Creí que no vendrías hoy
Ella: Lo siento, me desperté un poco más tarde, pero ya estoy aquí. ¿Empezamos con la rutina?Yo: Claro, vamos.
Nos fuimos y la invite a mi clase de gimnasia
Ella: Uf, gracias. Que fastidio los tipos así.
Yo: No es nada, conozco a los de su clase y no los aguanto.
Ella: Me llamo Laura, es un gusto.
Yo: Soy fabiana y el gusto es mío. No te había visto antes aquí
: Me mudé hace poco al barrio y lo primero que hice fue ubicar un buen gymnasio, así que aquí estoy.
: Pues bienvenida. Podemos entrenar juntas si quieres.
: Gracias, me encanta la idea.
Seguimos charlando y me dijo su edad. También me enteré que estaba casada con un hombre de negocios de buena posición social sin ser millonario, lo cual le permitía trabajar a medio tiempo en su consulta de psicología a la cual iba 4 veces a la semana en la tarde. Me dijo que tenía un hijo que estudiaba así que estaba sola la mayor parte del día y aprovechaba para ir al gimnasio en la mañana antes de empezar sus quehaceres diarios.
Era casi imposible no mirarla mientras se ejercitaba, su espléndida figura estaba cubierta por un short negro de licra y un top deportivo azul. Un conjunto dejaba a la vista su torneado abdomen y sus esbeltas piernas. El sudor que corría por su cuerpo la hacía ver muy sensual y creo que ella era consciente de eso. Me miraba y sonreía y yo a ella sin dejar de observar ni un detalle de su figura. También me di cuenta un par de ocasiones que ella miraba mi cuerpo con cierto interés y me gustó eso. Luego de 2 horas, terminamos de ejercitarnos.
Gracias por tu compañía, ha sido muy agradable.
Nos despedimos con la promesa de su llamada. Cuando la besé en la mejilla sentí su perfume mezclado con su olor corporal y me fascinó. Llegué a casa, salté de una a la ducha y no pude evitar masturbarme mientras pensaba en ella y su fabuloso cuerpo. Acaricié mis tetas y mi concha bajo el agua de la ducha mientras imaginaba que era ella quien me tocaba. Tuve un orgasmo muy fuerte, que casi me hace caer de rodillas. Salí de la ducha plenamente satisfecha y me fui a preparar el almuerzo
Pasó un día y medio y recibí su llamada estando en mi trabajo. Me confirmó su cambio de horario y que nos veríamos en el gym. Llegó la hora y empezamos nuestra rutina de ejercicios. Así empezamos a hacernos más y más amigas, durante el entrenamiento charlábamos de trivialidades al principio, luego fuimos tomando más y más confianza y hablamos de nuestra vida personal claro que yo tambien le conte que tenia un ahija y estaba casada , aunque tambien le dije que mi marido esta poco en casa y estamos ahi
en un momento me dice . Oye, mi marido se fue hoy en la mañana de viaje a una convención de trabajo hasta el martes. ¿Te gustaría pasar el fin de semana conmigo? Así nos hacemos compañía, podemos empezar por cenar hoy. Mañana sábado venimos al gym, vamos a cine. En fin, lo que quieras.
A: Me encanta la idea. Déjame ir a casa (vivíamos muy cerca del gym y una de la otra) a ducharme y a cambiarme y voy a tu casa.
Llegamos a su casa, : Puedes ducharte en mi habitación, la ducha es mucho más amplia que en el cuarto de invitados. Cuando acabes, puedes buscar una bata en el closet. Tengo varias que seguro te sirven, escoge la que gustes y luego traes tu ropa para ponerla a lavar
: Vaya ¿y cómo me voy a casa? ¿Con tu bata y sin ropa interior? (me reí y la miré con picardía)
Bueno, pensaba que podías pasar la noche aquí y podríamos ver una peli o tomar algo y conversar.
Me fui a la ducha y decidí ducharme con agua muy fría (por lo general lo hago con agua caliente para relajar los músculos) para sentirme con más energía. Apenas el agua tocó mi cuerpo mis pezones se pusieron muy duros y no pude evitar tocarlos, lo cual ocasionó que me empezara a excitar. Tuve que hacer un esfuerzo para no tocarme allí mismo pues me daba temor que Laura me viera, se molestara y me corriera de su casa. Terminé de ducharme, me sequé (solo el cuerpo, me gusta dejar mi cabello mojado para sentirme fresca) y busqué la bata. Laura tenía varios, todos de seda, del mismo estilo pero de diversos colores y me decidí por un rojo. Al ponérmelo me di cuenta que me quedaba escasamente un poco más arriba del muslo, así que al sentarme si me movía con descuido mi concha podía quedar expuesta. La idea no me molestó para nada y me dirigí , donde Laura me esperaba. Al verme con el cabello mojado y la bata pude ver cierto brillo en sus ojos.
Subió a su habitación y me quedé esperando la cena. Sin embargo, cuando escuché que corría el agua de la ducha no pude evitar asomarme a la habitación. La puerta estaba entreabierta pero se podía ver el baño con la puerta completamente abierta y por supuesto la ducha con su puerta de cristal totalmente transparente. Me acomodé de manera que no me viera (o eso creía yo), y para mi fortuna, Laura también había decidido ducharse con agua fría así que podía ver su cuerpo desnudo y mojado en todo su esplendor. Vi como mojaba su largo cabello negro, como pasaba el jabón por su cuerpo, abrí mi bata y empecé a tocarme las tetas y la cuca mientras la veía. Estaba tan caliente con la visión de Laura que en menos de dos minutos ya estaba al borde del orgasmo, pero me interrumpió el timbre de la puerta anunciando la llegada del domicilio. Rápidamente cerré la bata y fui a recibir la cena. La puse en la mesa y esperé a Laura y también llevaba puesta una bata de su colección, pero de color blanco. Cenamos, ordenamos la cocina y nos sentamos muy cerca una de la otra en el gran sofá de la sala a beber una copa de vino. Comenzamos a hablar de su trabajo, del mío, de la familia, hasta que llegamos a nuestra vida sexual y se calló por un momento.
¿Estás bien?
: Tú te has convertido en mi mejor amiga y tengo que contarte algo que me está sucediendo.
: ¿Es algo grave?
No pero es algo que me preocupa, te cuento. Hace tiempo que estoy ¿cómo decirte? aburrida y mi marido ya no me presta tanta atención como antes. Ya casi no tenemos sexo y no sé qué hacer.
: ¿Ya has probado con lencería erótica, algún afrodisiaco, te le has insinuado?
Sí, he probado de todo y nada cambia. Por eso he comenzado a tener fantasías y a ver porno para masturbarme.
: Eso no tiene nada de malo. Yo también fantaseo y veo porno.
: Pero es que son fantasías con mujeres y veo porno lésbico.
Tampoco es nada raro, muchas mujeres casadas lo hacen y eso no significa que seas lesbiana, ni siquiera bisexual.
Pero últimamente siento muchos deseos de que ya no sean solo fantasías. Mientras decía eso me miró fijamente.
: ¿Por qué me miras así? ¿Crees que te puedo ayudar con eso?
Estoy segura que sí, me di cuenta que me espiabas mientras estaba en la ducha.
. Eres hermosa y tienes un cuerpo muy bello. Desde que te vi el primer día me gustaste. Y con el paso de los días me gustaste aún más luego de conocerte bien.
Sin decir nada me levanté, me senté en sus piernas y la besé con mucha pasión. Sus labios se abrieron para recibir mi lengua y empecé a jugar con la suya. Fue un beso muy ardiente y lento a la vez que duró varios minutos. Disfrutamos de cada cm de nuestras bocas hasta que empezamos a notar la humedad de nuestras conchas y la rigidez de los pezones.
Nos tomamos de la mano y fuimos a la habitación. Al pasar la puerta su bata y la mía desaparecieron de nuestros cuerpos casi sin darnos cuenta. Me acosté y le pedí que se acostara sobre mí para sentir todo su cuerpo caliente. Empezamos a besarnos de nuevo y comencé a recorrer su espalda sintiendo su cálida y suave piel. Llegué hasta su culo y lo acaricié en toda su extensión; tenía un culo duro y firme por el ejercicio y me encantó poder sentirlo con mis dos manos. Su boca era una auténtica delicia pero me moría por probar el resto de su cuerpo. Dejé de besarla de repente y la miré fijamente
Se acostó junto a mí y empecé mi labor. Primero besé su cuello mientras acariciaba sus hermosas y grandes tetas que se ponían duras. Laura empezó a respirar con rapidez, señal de que su calentura iba en aumento.
: Ohh que rico, no pares
: No voy a parar, apenas estoy empezando. Pasé a sus tetas
Oh siii, chúpalas, bésalas. Son todas tuyas
: Uff son tan deliciosas como lo imaginé, me encantan.
Mientras se las chupaba fui bajando mi mano hasta su concha , el cual estaba muy mojada
: Ahhhhhh siii, siiii, méteme los dedos. Damee, dammeee
: Te voy a dar lo que quieras, hermosa
Tuvo un orgasmo violento que por poco la saca de la cama. Mis dedos quedaron totalmente mojados.
L: Uy, hacía mucho no tenía un orgasmo así. Es más, creo que jamás había tenido uno así. ¿Hay algo mejor que esto? me decia laura
: Como te dije antes, apenas estamos empezando.
Nos besamos de nuevo y cuando ya estaba caliente otra vez, bajé poco a poco por su cuerpo hasta sus muslos. Los besé muy despacio mientras pasaba mi mano suavemente por su cuca, solo un leve roce de mis dedos.
: No seas mala, chúpame la cuca y no me hagas sufrir más.
: Tus deseos son órdenes.
Llevé mi lengua a su exquisita concha , era tan suave como todo su cuerpo. Su clítoris se puso muy duro, lo chupé, lo besé, lo lamí hasta la saciedad mientras mis dedos entraban y salían de su empapada cuca. Laura me agarró la cabeza para impedirme que dejara de chupar su sexo y tuvo otro salvaje orgasmo (esta vez en mi boca) que me empapó casi hasta el cuello. Subí hasta su boca y la besé con pasión para que probara sus propios jugos.

La besé y nos dormimos abrazadas casi al instante.
Nada más al ingresar se le acercó un tipo, un musculito de los que se creen galán de Hollywood y empezó a hablarle. Enseguida pude ver el fastidio de ella en su cara y me miró con un gesto que decía " por favor, ayúdame". De inmediato lo noté y me acerqué a rescatarla. La saludé como si nos conociéramos de hace tiempo.
Yo: Hola ¿cómo estás? (un beso en la mejilla). Creí que no vendrías hoy
Ella: Lo siento, me desperté un poco más tarde, pero ya estoy aquí. ¿Empezamos con la rutina?Yo: Claro, vamos.
Nos fuimos y la invite a mi clase de gimnasia
Ella: Uf, gracias. Que fastidio los tipos así.
Yo: No es nada, conozco a los de su clase y no los aguanto.
Ella: Me llamo Laura, es un gusto.
Yo: Soy fabiana y el gusto es mío. No te había visto antes aquí
: Me mudé hace poco al barrio y lo primero que hice fue ubicar un buen gymnasio, así que aquí estoy.
: Pues bienvenida. Podemos entrenar juntas si quieres.
: Gracias, me encanta la idea.
Seguimos charlando y me dijo su edad. También me enteré que estaba casada con un hombre de negocios de buena posición social sin ser millonario, lo cual le permitía trabajar a medio tiempo en su consulta de psicología a la cual iba 4 veces a la semana en la tarde. Me dijo que tenía un hijo que estudiaba así que estaba sola la mayor parte del día y aprovechaba para ir al gimnasio en la mañana antes de empezar sus quehaceres diarios.
Era casi imposible no mirarla mientras se ejercitaba, su espléndida figura estaba cubierta por un short negro de licra y un top deportivo azul. Un conjunto dejaba a la vista su torneado abdomen y sus esbeltas piernas. El sudor que corría por su cuerpo la hacía ver muy sensual y creo que ella era consciente de eso. Me miraba y sonreía y yo a ella sin dejar de observar ni un detalle de su figura. También me di cuenta un par de ocasiones que ella miraba mi cuerpo con cierto interés y me gustó eso. Luego de 2 horas, terminamos de ejercitarnos.
Gracias por tu compañía, ha sido muy agradable.
Nos despedimos con la promesa de su llamada. Cuando la besé en la mejilla sentí su perfume mezclado con su olor corporal y me fascinó. Llegué a casa, salté de una a la ducha y no pude evitar masturbarme mientras pensaba en ella y su fabuloso cuerpo. Acaricié mis tetas y mi concha bajo el agua de la ducha mientras imaginaba que era ella quien me tocaba. Tuve un orgasmo muy fuerte, que casi me hace caer de rodillas. Salí de la ducha plenamente satisfecha y me fui a preparar el almuerzo
Pasó un día y medio y recibí su llamada estando en mi trabajo. Me confirmó su cambio de horario y que nos veríamos en el gym. Llegó la hora y empezamos nuestra rutina de ejercicios. Así empezamos a hacernos más y más amigas, durante el entrenamiento charlábamos de trivialidades al principio, luego fuimos tomando más y más confianza y hablamos de nuestra vida personal claro que yo tambien le conte que tenia un ahija y estaba casada , aunque tambien le dije que mi marido esta poco en casa y estamos ahi
en un momento me dice . Oye, mi marido se fue hoy en la mañana de viaje a una convención de trabajo hasta el martes. ¿Te gustaría pasar el fin de semana conmigo? Así nos hacemos compañía, podemos empezar por cenar hoy. Mañana sábado venimos al gym, vamos a cine. En fin, lo que quieras.
A: Me encanta la idea. Déjame ir a casa (vivíamos muy cerca del gym y una de la otra) a ducharme y a cambiarme y voy a tu casa.
Llegamos a su casa, : Puedes ducharte en mi habitación, la ducha es mucho más amplia que en el cuarto de invitados. Cuando acabes, puedes buscar una bata en el closet. Tengo varias que seguro te sirven, escoge la que gustes y luego traes tu ropa para ponerla a lavar
: Vaya ¿y cómo me voy a casa? ¿Con tu bata y sin ropa interior? (me reí y la miré con picardía)
Bueno, pensaba que podías pasar la noche aquí y podríamos ver una peli o tomar algo y conversar.
Me fui a la ducha y decidí ducharme con agua muy fría (por lo general lo hago con agua caliente para relajar los músculos) para sentirme con más energía. Apenas el agua tocó mi cuerpo mis pezones se pusieron muy duros y no pude evitar tocarlos, lo cual ocasionó que me empezara a excitar. Tuve que hacer un esfuerzo para no tocarme allí mismo pues me daba temor que Laura me viera, se molestara y me corriera de su casa. Terminé de ducharme, me sequé (solo el cuerpo, me gusta dejar mi cabello mojado para sentirme fresca) y busqué la bata. Laura tenía varios, todos de seda, del mismo estilo pero de diversos colores y me decidí por un rojo. Al ponérmelo me di cuenta que me quedaba escasamente un poco más arriba del muslo, así que al sentarme si me movía con descuido mi concha podía quedar expuesta. La idea no me molestó para nada y me dirigí , donde Laura me esperaba. Al verme con el cabello mojado y la bata pude ver cierto brillo en sus ojos.
Subió a su habitación y me quedé esperando la cena. Sin embargo, cuando escuché que corría el agua de la ducha no pude evitar asomarme a la habitación. La puerta estaba entreabierta pero se podía ver el baño con la puerta completamente abierta y por supuesto la ducha con su puerta de cristal totalmente transparente. Me acomodé de manera que no me viera (o eso creía yo), y para mi fortuna, Laura también había decidido ducharse con agua fría así que podía ver su cuerpo desnudo y mojado en todo su esplendor. Vi como mojaba su largo cabello negro, como pasaba el jabón por su cuerpo, abrí mi bata y empecé a tocarme las tetas y la cuca mientras la veía. Estaba tan caliente con la visión de Laura que en menos de dos minutos ya estaba al borde del orgasmo, pero me interrumpió el timbre de la puerta anunciando la llegada del domicilio. Rápidamente cerré la bata y fui a recibir la cena. La puse en la mesa y esperé a Laura y también llevaba puesta una bata de su colección, pero de color blanco. Cenamos, ordenamos la cocina y nos sentamos muy cerca una de la otra en el gran sofá de la sala a beber una copa de vino. Comenzamos a hablar de su trabajo, del mío, de la familia, hasta que llegamos a nuestra vida sexual y se calló por un momento.
¿Estás bien?
: Tú te has convertido en mi mejor amiga y tengo que contarte algo que me está sucediendo.
: ¿Es algo grave?
No pero es algo que me preocupa, te cuento. Hace tiempo que estoy ¿cómo decirte? aburrida y mi marido ya no me presta tanta atención como antes. Ya casi no tenemos sexo y no sé qué hacer.
: ¿Ya has probado con lencería erótica, algún afrodisiaco, te le has insinuado?
Sí, he probado de todo y nada cambia. Por eso he comenzado a tener fantasías y a ver porno para masturbarme.
: Eso no tiene nada de malo. Yo también fantaseo y veo porno.
: Pero es que son fantasías con mujeres y veo porno lésbico.
Tampoco es nada raro, muchas mujeres casadas lo hacen y eso no significa que seas lesbiana, ni siquiera bisexual.
Pero últimamente siento muchos deseos de que ya no sean solo fantasías. Mientras decía eso me miró fijamente.
: ¿Por qué me miras así? ¿Crees que te puedo ayudar con eso?
Estoy segura que sí, me di cuenta que me espiabas mientras estaba en la ducha.
. Eres hermosa y tienes un cuerpo muy bello. Desde que te vi el primer día me gustaste. Y con el paso de los días me gustaste aún más luego de conocerte bien.
Sin decir nada me levanté, me senté en sus piernas y la besé con mucha pasión. Sus labios se abrieron para recibir mi lengua y empecé a jugar con la suya. Fue un beso muy ardiente y lento a la vez que duró varios minutos. Disfrutamos de cada cm de nuestras bocas hasta que empezamos a notar la humedad de nuestras conchas y la rigidez de los pezones.
Nos tomamos de la mano y fuimos a la habitación. Al pasar la puerta su bata y la mía desaparecieron de nuestros cuerpos casi sin darnos cuenta. Me acosté y le pedí que se acostara sobre mí para sentir todo su cuerpo caliente. Empezamos a besarnos de nuevo y comencé a recorrer su espalda sintiendo su cálida y suave piel. Llegué hasta su culo y lo acaricié en toda su extensión; tenía un culo duro y firme por el ejercicio y me encantó poder sentirlo con mis dos manos. Su boca era una auténtica delicia pero me moría por probar el resto de su cuerpo. Dejé de besarla de repente y la miré fijamente
Se acostó junto a mí y empecé mi labor. Primero besé su cuello mientras acariciaba sus hermosas y grandes tetas que se ponían duras. Laura empezó a respirar con rapidez, señal de que su calentura iba en aumento.
: Ohh que rico, no pares
: No voy a parar, apenas estoy empezando. Pasé a sus tetas
Oh siii, chúpalas, bésalas. Son todas tuyas
: Uff son tan deliciosas como lo imaginé, me encantan.
Mientras se las chupaba fui bajando mi mano hasta su concha , el cual estaba muy mojada
: Ahhhhhh siii, siiii, méteme los dedos. Damee, dammeee
: Te voy a dar lo que quieras, hermosa
Tuvo un orgasmo violento que por poco la saca de la cama. Mis dedos quedaron totalmente mojados.
L: Uy, hacía mucho no tenía un orgasmo así. Es más, creo que jamás había tenido uno así. ¿Hay algo mejor que esto? me decia laura
: Como te dije antes, apenas estamos empezando.
Nos besamos de nuevo y cuando ya estaba caliente otra vez, bajé poco a poco por su cuerpo hasta sus muslos. Los besé muy despacio mientras pasaba mi mano suavemente por su cuca, solo un leve roce de mis dedos.
: No seas mala, chúpame la cuca y no me hagas sufrir más.
: Tus deseos son órdenes.
Llevé mi lengua a su exquisita concha , era tan suave como todo su cuerpo. Su clítoris se puso muy duro, lo chupé, lo besé, lo lamí hasta la saciedad mientras mis dedos entraban y salían de su empapada cuca. Laura me agarró la cabeza para impedirme que dejara de chupar su sexo y tuvo otro salvaje orgasmo (esta vez en mi boca) que me empapó casi hasta el cuello. Subí hasta su boca y la besé con pasión para que probara sus propios jugos.

La besé y nos dormimos abrazadas casi al instante.
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