El verano era cada vez más caluroso y quería mostrar mi piel bien bronceada. Así que fui al centro comercial y compré un nuevo bikini. Aquel traje de baño sexy consistía en un muy pequeño pedazo de tela, de un bonito color amarillo lima fluorescente. La tanga apenas podía cubrir mi pubis afeitado y la parte superior dejaba prácticamente todo desnudo excepto mis oscuros pezones.
El sábado siguiente salí a tomar el sol acostada en una tumbona, quería empezar a broncearme lo antes posible. Estaba sola en casa, porque mi esposo se había ido y volvería tarde, a la hora de la cena.
Mientras estaba tumbada al sol, cerré los ojos y soñé que un hermoso y musculoso joven venía a follarme. Mi coño pronto comenzó a mojarse de deseo y me encontré tocando los hinchados labios de mi coño a través del fino tejido de mi flamante tanga. Mientras me frotaba el clítoris bajo el bikini, oí unos pasos de alguien que se acercaba. Así que abrí los ojos y vi a Tommy, nuestro joven vecino.
Hacía tiempo que le había dejado follarme por el culo, justo delante de mi marido que había disfrutado viéndome meterme una bonita y dura polla por mi diminuto ano. El chico me saludó mientras pasaba sus lujuriosos ojos por todo mi cuerpo apenas cubierto. Me di cuenta de que quería follarme y que sabía que estaba sola en casa y muy cachonda. Pero decidí que me aprovecharía de aquel pobre joven por un tiempo largo, antes de dejarle disfrutar de mis cosas.
Dijo que había venido a nadar a nuestra piscina porque el día era caluroso. Me miró de nuevo e hizo un comentario acerca de mi nuevo diminuto bikini. Estaba segura de que podía notar la forma de los labios de mi coño mojado. El pobre chico dijo que me veía estupenda y muy caliente.
De repente saltó a la piscina, mojándome en el proceso. Me di la vuelta y agarré la toalla para secarme, lo que hice muy lentamente, dándole todo un espectáculo sólo para él. Me miró fijamente, mientras nadaba a la zona menos profunda de la piscina. Entonces pude notar que su traje de baño tenía un enorme bulto en la entrepierna y se estaba haciendo más grande a cada segundo. Salió de la piscina y se envolvió con su toalla, tratando de ocultar su creciente erección.
Me volví después de tirar del fondo del bikini hacia arriba, dejando el tejido pegado en la raja de mi trasero. Tommy no podía dejar de mirar y cuando de repente dejó caer la toalla, pude ver que se había corrido en el bañador porque su entrepierna estaba cubierta por una mancha y su enorme erección había disminuido.
El chico parecía avergonzado mientras yo le miraba la entrepierna con una ligera sonrisa en los labios. Regresó a su casa para limpiarse y regresó con un ajustado traje de baño de tejido elástico y pude ver que había recuperado su enorme tamaño de bulto.
Tommy me invitó a ir la piscina con él y cómo todavía estaba caliente, me subí al trampolín y salté. Nadé acercándome a él, pero se alejó nadando. Pude ver bajo el agua que había vuelto a explotar dentro de su ajustado bañador.
Quería comerme la mayor cantidad posible de su blanco y pegajoso semen, que flotaba en la superficie. Así que nadé a través del esperma, tratando de recoger tanto como fuera posible con la boca. Le sonreí y le dije que esperara.
Fui a mi habitación y me di una ducha caliente. Luego me puse un tanga de cordón muy pequeño y mis jeans cortados, para completar mi insinuante atuendo, elegí un top que me apretaba las tetas, sin tirante y sin sostén.
Salí de nuevo y me encontré a mi joven vecino recostado en una de las tumbonas. Se había bajado el bañador hasta las rodillas y se estaba masturbando. Sonreí, diciendo que era un chico malo, porque había empezado sin mí. Me senté a su lado y envolví su dura vara con mis largos dedos. Tommy gimió, mientras sentía mi mano subir y bajar por su bonita polla erecta
Le pregunté qué quería que hiciera con él y me suplicó que le chupara la polla. Gimió con más fuerza al sentir mis labios envolviendo la cabeza de su pene. Una vez que se le puso dura, me levanté y me bajé los vaqueros. Aparte el delgado hilo de mi tanga a un lado y me puse a horcajadas en su regazo, empujando mi apretado agujero del culo directamente sobre su dura y gruesa polla. Gemí fuertemente mientras me sentía empalar por aquella maravillosa y enorme polla dura como una roca.
Tommy me agarró de las caderas y me hizo mecer de un lado a otro. No podía durar mucho tiempo y en pocos segundos, sentí su urgente y ardiente semen explotando dentro de mi culo ahora completamente estirado . Pero necesitaba más, el tonto había llegado demasiado rápido en mis intestinos, antes de que pudiera tener mi propio orgasmo.
Así que lo desmonté y me senté en la hierba, con los muslos bien abiertos. Le dije que quería que me metiera los dedos en el coño para terminar el trabajo. Y aquel joven, entonces me hizo la más maravillosa follada de dedos en el coño. Vine gritando como una loca y Tommy sonrió, diciendo que ahora estábamos igualados. Él se fue a su casa y yo me fui de nuevo a tomar otra ducha caliente y relajante.
Por la noche mi esposo me llamó y le dije que todo estaba bien en casa, le añadí que Tommy había compartido la piscina conmigo. Él se rió por teléfono, preguntando si todavía me dolía el trasero.
El sábado siguiente salí a tomar el sol acostada en una tumbona, quería empezar a broncearme lo antes posible. Estaba sola en casa, porque mi esposo se había ido y volvería tarde, a la hora de la cena.
Mientras estaba tumbada al sol, cerré los ojos y soñé que un hermoso y musculoso joven venía a follarme. Mi coño pronto comenzó a mojarse de deseo y me encontré tocando los hinchados labios de mi coño a través del fino tejido de mi flamante tanga. Mientras me frotaba el clítoris bajo el bikini, oí unos pasos de alguien que se acercaba. Así que abrí los ojos y vi a Tommy, nuestro joven vecino.
Hacía tiempo que le había dejado follarme por el culo, justo delante de mi marido que había disfrutado viéndome meterme una bonita y dura polla por mi diminuto ano. El chico me saludó mientras pasaba sus lujuriosos ojos por todo mi cuerpo apenas cubierto. Me di cuenta de que quería follarme y que sabía que estaba sola en casa y muy cachonda. Pero decidí que me aprovecharía de aquel pobre joven por un tiempo largo, antes de dejarle disfrutar de mis cosas.
Dijo que había venido a nadar a nuestra piscina porque el día era caluroso. Me miró de nuevo e hizo un comentario acerca de mi nuevo diminuto bikini. Estaba segura de que podía notar la forma de los labios de mi coño mojado. El pobre chico dijo que me veía estupenda y muy caliente.
De repente saltó a la piscina, mojándome en el proceso. Me di la vuelta y agarré la toalla para secarme, lo que hice muy lentamente, dándole todo un espectáculo sólo para él. Me miró fijamente, mientras nadaba a la zona menos profunda de la piscina. Entonces pude notar que su traje de baño tenía un enorme bulto en la entrepierna y se estaba haciendo más grande a cada segundo. Salió de la piscina y se envolvió con su toalla, tratando de ocultar su creciente erección.
Me volví después de tirar del fondo del bikini hacia arriba, dejando el tejido pegado en la raja de mi trasero. Tommy no podía dejar de mirar y cuando de repente dejó caer la toalla, pude ver que se había corrido en el bañador porque su entrepierna estaba cubierta por una mancha y su enorme erección había disminuido.
El chico parecía avergonzado mientras yo le miraba la entrepierna con una ligera sonrisa en los labios. Regresó a su casa para limpiarse y regresó con un ajustado traje de baño de tejido elástico y pude ver que había recuperado su enorme tamaño de bulto.
Tommy me invitó a ir la piscina con él y cómo todavía estaba caliente, me subí al trampolín y salté. Nadé acercándome a él, pero se alejó nadando. Pude ver bajo el agua que había vuelto a explotar dentro de su ajustado bañador.
Quería comerme la mayor cantidad posible de su blanco y pegajoso semen, que flotaba en la superficie. Así que nadé a través del esperma, tratando de recoger tanto como fuera posible con la boca. Le sonreí y le dije que esperara.
Fui a mi habitación y me di una ducha caliente. Luego me puse un tanga de cordón muy pequeño y mis jeans cortados, para completar mi insinuante atuendo, elegí un top que me apretaba las tetas, sin tirante y sin sostén.
Salí de nuevo y me encontré a mi joven vecino recostado en una de las tumbonas. Se había bajado el bañador hasta las rodillas y se estaba masturbando. Sonreí, diciendo que era un chico malo, porque había empezado sin mí. Me senté a su lado y envolví su dura vara con mis largos dedos. Tommy gimió, mientras sentía mi mano subir y bajar por su bonita polla erecta
Le pregunté qué quería que hiciera con él y me suplicó que le chupara la polla. Gimió con más fuerza al sentir mis labios envolviendo la cabeza de su pene. Una vez que se le puso dura, me levanté y me bajé los vaqueros. Aparte el delgado hilo de mi tanga a un lado y me puse a horcajadas en su regazo, empujando mi apretado agujero del culo directamente sobre su dura y gruesa polla. Gemí fuertemente mientras me sentía empalar por aquella maravillosa y enorme polla dura como una roca.
Tommy me agarró de las caderas y me hizo mecer de un lado a otro. No podía durar mucho tiempo y en pocos segundos, sentí su urgente y ardiente semen explotando dentro de mi culo ahora completamente estirado . Pero necesitaba más, el tonto había llegado demasiado rápido en mis intestinos, antes de que pudiera tener mi propio orgasmo.
Así que lo desmonté y me senté en la hierba, con los muslos bien abiertos. Le dije que quería que me metiera los dedos en el coño para terminar el trabajo. Y aquel joven, entonces me hizo la más maravillosa follada de dedos en el coño. Vine gritando como una loca y Tommy sonrió, diciendo que ahora estábamos igualados. Él se fue a su casa y yo me fui de nuevo a tomar otra ducha caliente y relajante.
Por la noche mi esposo me llamó y le dije que todo estaba bien en casa, le añadí que Tommy había compartido la piscina conmigo. Él se rió por teléfono, preguntando si todavía me dolía el trasero.
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