El jefe negro de papa nos cogio a mi y a mi mama🍒🍑 Part 3

Mi madre pegó casi todo su rostro del escroto del negro para lamerlo y chuparlo con un gusto que pocas veces le vi reflejado en su cara. Yo entre tanto, no dejé de moverme por ningún motivo, y cada vez que por cansancio mi ritmo disminuía, Julián me recordaba mi deber con una buena y sonora nalgada que me espoleaba para recuperar el ímpetu con el que meneaba mis caderas para su verga erecta.
El jefe negro de papa nos cogio a mi y a mi mama🍒🍑 Part 3

Unos minutos más tarde, el negro me tomó por la cintura para alzarme y sacar su verga de mi culo, lo que de nuevo me produjo una horrible sensación de vacío en las entrañas. Me dejó caer con suavidad sobre su cuerpo, recostándome yo boca arriba de su pecho una vez más, quedando su deliciosa verga entre mis piernas, la cual agarró con su mano derecha para pajearla con fuerza, corriéndose a los pocos segundos, con toda su leche yendo a parar a mi abdomen y entrepierna, con un potente chorro llegando a cruzar mi teta derecha. La respiración de ambos era bastante agitada, yo me sentía molida, aunque aún muy excitada, a pesar de haber tenido una buena cantidad de orgasmos en esa noche que debían ser suficientes como para saciarme toda una vida.
En eso, mi madre se irguió dejando de mamar las bolas de Julián, para acto seguido, lamer la entrada de mi sexo, que estaba cubierto por buena parte de la corrida del negro. Debió darme repelús, porque coño, se trataba de mi propia madre la que me estaba limpiando con su lengua mi propia cuca. Pero la verdad era que a pesar de que tenía sentimientos encontrados con respecto a esto, reaccioné gimiendo y retorciéndome del placer que sentía. Mi madre siguió lamiendo a conciencia, deteniéndose unos segundos en mi vulva, metiendo su lengua en mi rajita encharcada, bebiendo mis jugos vaginales, para luego recorrer mi agujero anal que se hallaba aun bastante dilatado y palpitante, llegando incluso a meter también su lengua allí. Luego prosiguió su camino hacia arriba, volviendo a pasar por mi bollo y continuando por mi vientre, recogiendo toda la leche que podía, hasta llegar a mi abdomen, donde se tardó un poco ya que allí se hallaba la mayor cantidad de esperma.
mama
puta

Mientras ella devoraba con hambre y gozo todo el semen de Julián, este último se quitó de debajo de mí, dejándome acostada en la cama con mi madre. Él entonces agarró de una mesa el celular de ella, el cuál desbloqueó con la contraseña, y cuidando de no perder mucho detalle de lo que sucedía en la cama entre nosotras las incestuosas, lo manipuló, tal parece que le mandaba un mensaje a alguien.
Para cuando dejó de usar el teléfono y devolverlo a la mesa donde estaba, mi madre ya me estaba terminando de limpiar mi abdomen. -Es hora de que me devuelvas el favor, hija. -Me dijo.
           -¿Que...que favor? -Le pregunté expectante.
            -El que te hice cuando naciste...te amamanté...ahora tu teta será la que me alimente esta noche. -Dijo señalando mi teta derecha, con el semen escurrido a lo largo y ancho de ella…
IV Acto
No supe que responder, de hecho, no me dio tiempo de hacerlo, ya que ella se abalanzó sobre mi pecho con una mirada de deseo para comenzar a mamarlo con pasión inusitada. Yo seguía sin poder creer que estaba metida en semejante situación, y menos aún podía creer el hecho de que esto me estaba gustando, la mamada de teta que me hacía mi propia mamá me estaba dando un placer demasiado rico, que me hacía retorcerme de gusto, al punto que, por acto reflejo, llevé mis manos a su cabeza para acariciar su cabello al tiempo que la apretaba más contra mi propia teta. -Pero que linda escena...mami e hija dándose cariño...que putas....-Dijo Julián viéndonos desde un lado de la cama. -No te detengas, dale placer a tu hija... quizás te perdone el hecho de que seas una perra y le pongas los cuernos a tu marido.
Mi madre siguió mamando mi teta derecha, mordiendo el pezón y jugando con su lengua en el pico a sus anchas, lo que me arrancaba deliciosos espasmos en mi cuerpo que no quería dejar de sentir, al punto de nublar por completo mi mente, acallando aquella débil voz de la poca cordura que me quedaba y que me decía que todo esto estaba MAL, así en mayúsculas.
tetonas
culona
cogidas
chichona

Mi madre llevó su mano derecha a mi entrepierna, frotando con una gran habilidad mi clítoris, que seguía afuera de su escondite rogando por más atención. -Aaaahh ahhhhhhhhhhhaaaaahhh siiiiiiii..asii...asiih...-Le gemía yo a los pocos segundos de ese trato, mientras ella, con su mano libre, me agarraba ambas muñecas y me apartaba las manos para liberar su cabeza, haciéndome subirlas por encima de la mía, donde me las agarró Julián para atarlas y sujetarlas con firmeza con sus manos y tenerme indefensa. Mi madre aprovechó esto para morderme el pezón derecho y luego darle una rápida chupada. -Que ricas tienes las tetas hija...-Me dijo al tiempo que volvía a bajar de nuevo a mi cuca. -Pero tu bollito sucio sin duda me encanta más...-Me terminó de decir para enterrar su cara en mi sexo encharcado, haciéndome una profunda mamada, durante la cual logró meter mi lengua todavía más hondo de lo que lo había hecho hacía unos instantes mientras limpiaba la leche del negro de mi sexo.
Yo no pude reaccionar de otra manera más que retorcerme producto del placer que azotaba todo mi cuerpo, además claro de la mezcla confusa de sentimientos encontrados por toda esta situación y que venía sufriendo desde hacía ya bastante rato. Estaba ahí para desenmascarar a la puta infiel de mi madre, pero resulta que ahora no solo yo había sido conquistada por su amante a punta de güebo, sino que además había sido domada enfrente de mi propia progenitora, con quién ahora me estaba metiendo en un acto incestuoso, algo que además, estaba disfrutando a montón a pesar de parecerme una de las aberraciones más desviadamente enfermas de la naturaleza humana: no solo lo estaba haciéndolo con una mujer por primera vez (me había considerado una mujer heterosexual toda mi vida, si bien respetaba a las lesbianas, jamás me había parecido atractivo siquiera besar a otra persona de mí mismo género), sino que encima, esa mujer con quién lo hacía era la misma que me había traído a este mundo.
Eso sin contar claro el hecho de que yo misma estaba siendo una puta infiel en ese momento, comparando a mi pobre novio legal con esta bestia negra que estaba considerando ahora como un ser supremo en mi vida, y en una experiencia sexual (un trío) que puede ser considerada también un tabú a pesar de que era una práctica bastante más común y más aceptada por la sociedad.
negro
pendeja culona
tetas grandes
¿Pero que podía hacer? Esos sentimientos de culpa y reproche eran opacados por un placer sin fin. Mi cuerpo no le hacía caso a esa parte racional de mi mente, una parte que era muy pequeña en comparación a la otra que solo pensaba en disfrutar de todo esto, en gozarlo sin importar el hecho de que estuviera mal.
           -Bueno pequeña puta...has tenido bastantes orgasmos esta noche...-Dijo el negro mientras pasaba de sostener mis manos atadas por encima de mi cabeza, a pisarlas con una de sus rodillas para tener sus propias manos libres. -También me has dados los míos...¿Pero sabes quién falta por correrse? La perra que te parió. Ven puta, trae tu viejo culo sucio aquí.-Le ordenó a mi madre, a quién al parecer no le importaba que el negro la insultara de esa vil manera. De hecho, eso por alguna razón que jamás comprenderé no hacía más que aumentar mi calentura.
Mi madre procedió a ponerse de pie en la cama con mi cuerpo entre sus piernas para acercarse al negro, quién con ambas manos la hizo darse media vuelta para darle la espalda a él. Yo tenía sus partes íntimas justo sobre mi rostro. Podía ver que tenía el vibrador aun metido en su cuca, de hecho, unas gotitas de flujo vaginal cayeron en mi cara, escurridas por la antena que sobresalía de su sexo. Además de esto, pude apreciar un detalle que no había podido notar hasta ahora: en su culo tenía algo metido. De su agujero anal sobresalía una especie de joya circular, que parecía una piedra preciosa de color azul brillante.
Julián tomó ese artilugio con los dedos de su mano derecha, al mismo tiempo que mi madre con su mano izquierda separaba una de sus nalgas para que el negro pudiera apreciar mejor todo, mientras con su derecha se frotaba el clítoris con suavidad. Sus piernas temblaban de gusto, mientras que contoneaba sus caderas sensualmente. Entonces el negro sacó el juguete, era un plug anal plateado, no muy grande, que acto seguido llevó a mi boca. -Un chupón para la niña...aunque distinto al que te daban de bebé. -Dijo. Yo, instintivamente, sin un solo ápice de vacilación ni de asco, abrí mi boca para aceptarlo, y lo chupé como una bebé que mama su chuponcito. (Ndr: aquí en Venezuela le decimos chupón a la "tetina" o chupete de goma que se le da a los bebés)
madre puta
El jefe negro de papa nos cogio a mi y a mi mama🍒🍑 Part 3
mama
Mamé durante unos segundos ese artilugio de sabores extraños que en absoluto dudé en degustar con pasión. Era el deseo de mi dios de ébano y lo cumplía con amor y ganas, mientras veía como él sacaba de la cuca de mi madre el vibrador, todo pringoso del flujo vaginal de ella, que goteó en mayor medida sobre mi indefenso rostro. Lo sacudió un poco para que el exceso de ese jugo cayera en mi cara, y luego se lo dio a mi madre, para acto seguido sacarme el plug anal de la boca y echarlo a un lado de la cama.
Fue entonces cuando puso ambas manos en las caderas de ella y la hizo agacharse, guiándola para que se sentara sobre mi cara. Yo, dominada ya totalmente por esa mezcla de sensaciones de romper tabúes y de obediencia extrema a este hombre, recibí la jugosa cuca de mi madre con la boca abierta y la lengua afuera, como una asquerosa perra hambrienta, mientras mi nariz se clavaba en el agujero anal de ella. -AAAAAAHHHH MIEEEERDAAAAA QUE RICOOOOO -gritó mi madre al sentir mi cara en sus partes íntimas, revolviendo sus caderas para restregármelas en la cara mientras yo mamaba su cuca con gusto al tiempo que movía mi cabeza de un lado a otro para aumentar el estímulo tanto de mi boca como de mi nariz en su culo, respirando por esta última para olérselo sin asco alguno. Para mi sorpresa no olía mal, no sé si era resultado de mi propia calentura que aumentaba el morbo o qué, pero me agradaba el aroma de su culo sudado, sin mencionar el fuerte sabor de la cuca de la cual yo misma había salido hacía años atrás.
Mi madre, no sé si por iniciativa propia o guiada por el negro, se inclinó hacia mis partes nobles, para meterme el vibrador en mi encharcado bollito, el cual recibí con suaves y placenteros temblores en mis piernas. Una vez estuvo bien adentro de mi rota humanidad, el mismo fue activado y comenzó a vibrar con furia dentro de mí, haciendo que esos temblores corporales que yo sufría aumentaran en intensidad. Si bien es cierto que el vibrador no era tan grande como la negra hombría de mi ahora dueño, el maldito aparato este me estaba dando una buena dosis de placer que aumentaba todo lo que ya venía sintiendo.
puta
tetonas
culona
cogidas

Yo sentía que de lo más profundo de mí, me salían gemidos de satisfacción sexual, sin embargo estos eran ahogados por la cuca de mi madre, quién acentuaba cada vez más los movimientos de sus caderas, restregándome con más agresividad su sexo en mi cara, mientras el negro mantenía mis manos atadas pisadas por su rodilla con firmeza. La verdad habría deseado tenerlas libres en ese momento, pero no para defenderme ni nada, sino para amasar el par de ricas nalgas de mi madre.
Yo me hallaba perdida en ese intenso mar de sensaciones guarras. Ya de mi mente racional no quedaba nada. Esa voz que cada vez sonaba más lejana y que me decía que esto estaba mal, se había callado por completo. Ahora solo pensaba en lo rico que se sentía todo, y en proporcionarle todo el placer y satisfacción posible tanto al negrazo divino que me había hecho caer en esto, como a mi propia madre, quién justo en ese momento pasó a follarme con el furioso vibrador metiéndolo y sacándolo a su gusto, mientras me mamaba el clítoris con una pericia inusitada. Estoy segura que ni siquiera mi clítoris sabía que podía ser estimulado de semejante manera, esta mujer era toda una maestra, era la mejor mamada de clítoris que me habían propinado en mi vida. La muy perra no solo lo chupaba con gran habilidad, sino que lo lamía de una manera tan divina que me sentía en el cielo. Y todo esto sin dejar de restregarme el bollo en la cara, aunque con la posición ya su culo no estaba pegado a mi nariz, pudiendo yo apreciar las partes íntimas de mi madre en completo detalle.
chichona
negro
pendeja culona
tetas grandes

Yo me acercaba cada vez más a un nuevo y delicioso orgasmo. Mi cuerpo temblaba a gusto, haciéndome olvidar por momentos la tarea de mamar la cuca de mi madre, o al menos de estimularle el clítoris, ya que era la parte de su anatomía sexual a la que más fácil tenía yo acceso gracias a la posición. Fue entonces cuando el negro me agarró con su mano izquierda por el cabello, dirigiendo mi cabeza y mi rostro con brusquedad hacia el sexo de mi madre para restregarme contra ella, mientras con su mano izquierda le metía dos dedos en el culo, fallándola con ellos en un rápido mete y saca salvaje.
Mi madre, sin dejar de mamarme el clítoris y de cojerme con el vibrador, rápidamente igualó la intensidad de sus temblores a los míos por este trato, llevada también por esta inverosímil pero muy morbosa situación, hasta que por fin, entre gemidos ahogados y espasmos brutales, ambas nos vinimos al mismo tiempo, con mi madre dejando salir una buena cantidad de jugo vaginal qué no sólo bañó mi cara, sino que también le salpicó al negro, quien soltó mi cabeza justo en el momento en que mi madre dejó de estimular mi bollo sacándome el vibrador. Podía sentir como de mi interior manaba una buena cantidad de flujo vaginal, aunque en menor medida de lo que mi adorado dios negro me había logrado sacar con su verga.
Ambas quedamos ahí acostadas en ese 69 incestuoso, temblorosas, sin fuerzas, agotadas. Julián levantó la rodilla que aprisionaba mis manos, para sentarse al borde de la cama sin dejar de vernos. Entonces oí que un mensaje llegaba al teléfono de mi madre. El negro lo leyó, para ponerse de pie, ponerse una nueva bata de baño que sacó de su closet, y seguidamente tomarnos por el cabello a ambas, rompiendo el 69 incestuoso e inerte en el que nos encontrábamos mi madre y yo.
Nos hizo poner de pie, para liberar mis ataduras. Ambas estábamos sudadas, nuestro aspecto era muy deplorable, aunque morboso. Yo me hallaba destruida por el cansancio, temblaba aún por todo lo que mi cuerpo acaba de pasar. Me dolían horrores el culo, la cuca y las piernas, pero era un dolor gratificante, delicioso, que me gustaba sentir. Mi madre en cambio sí se lograba mantener más firme que yo, aun vestida con ese body de arneses de cuero.
madre puta
El jefe negro de papa nos cogio a mi y a mi mama🍒🍑 Part 3
mama
Sin mediar palabra, el negro nos volvió a tomar por el cabello y nos hizo poner a cuatro patas como las perras amaestradas que éramos y nos hizo caminar así, llevadas por el pelo, cada una a un lado de él. Nosotras simplemente nos dejamos dirigir, él en ese momento era nuestro amo, y nosotras sus mascotas obedientes.
Y yo esa noche descubrí que había heredado eso de ella. De tal palo, tal astilla.
puta
tetonas

0 comentários - El jefe negro de papa nos cogio a mi y a mi mama🍒🍑 Part 3