Continuación del relato Pato y los chicos del kiosco parte3, lo que paso y pasa con el profesor de padel.
Después de aquella noche en el kiosco, Pato volvió a sus clases de pádel con una actitud renovada y provocadora. Había en ella un aire de confianza luego de lo sucedido esa noche en el kiosco, y ella notar que era su profesor el cliente que había llegado al kiosco, todo esto no pasó desapercibido para su profesor,un hombre de unos 60 años, con una presencia que combinaba autoridad y un encanto maduro. Cada vez que entraba a la cancha, Pato sabía que su mirada se posaría sobre ella, y disfrutaba del poder que eso le otorgaba.
Durante las clases, Pato eligió ropa que revelaran aun massus pechos: una remera escotada, o un tanto apretada y siempre usaba calzas quele marcaban bien la tanga dejando poco ala imaginación.
(no encontre gifs de padel jajaja, de todos modos es imposible, cada vez mas dificil subir gifs a los post en porniga)
Su forma de moverse era deliberadamente sensual; cada golpe ala pelotita era acompañado por un giro de cadera o una sonrisa juguetona. El profesor, aunque intentaba mantener su profesionalismo, no podía evitar dejarse llevar por la atracción.
Él sabía que Pato había estado haciendo travesuras con los chicos del kiosco; había visto cómo entraba con una actitud sospechosa,especialmente porque su marido estaba afuera esperando, impaciente y nervioso.Esa imagen lo intrigaba aún más. Se preguntaba si tal vez ellos eran swingers o si había algún tipo de juego más profundo entre ellos. La idea lo excitaba.
En uno de esos descansos, él se acercó con un aire casual:
—Te vi el otro día cerca del kiosco… ¿todo bien?
Esa pregunta hizo que volcara el agua que tomaba, no se la esperaba.
Pato sonrió con picardía, dejando entrever más de lo que decía. Su respuesta fue un simple “Sí, todo perfecto”, pero el tono en su voz estaba cargado de insinuaciones. Esa sonrisa misteriosa lo desconcertó y lo hizo mirarla con mas curiosidad y morbo.
Con cada clase, la tensión entre ellos se intensificaba.Pato disfrutaba del juego; cada vez que sus manos se rozaban brevemente o cuando él se inclinaba para corregir su postura, ella aprovechaba para acercarse un poco más, dejando que su culo lo rozara,o tratar de que el note sus tetas. Inclusive una vez fue sin corpiño y una remera roja que resaltaba los pezones.
Ese día, después de una sesión particularmente intensa, el profesor le pidió que se quedara unos minutos más para ajustar su técnica.Ambos sabían que esa propuesta iba más allá del pádel. Pato aceptó sin dudarlo,mirándolo con de una forma dejaba claro que disfrutaba de este juego.
Mientras ambos se acercaban a la salida, el profesor hizo una pausa y miró a Pato con una expresión que mezclaba curiosidad y deseo.
—¿Te gustaría ver la oficina del club? Hay algunas cosas interesantes que te quiero mostrar… —dijo él, dejando entrever que su interés iba más allá del pádel.
Pato sintió un escalofrío recorrer su espalda; sabía que esa invitación era más que una simple visita. Con una sonrisa pícara, asintió y lo siguió.
Una vez dentro de la oficina del club, el ambiente se volvió íntimo. Las paredes estaban adornadas con fotos de torneos pasados y trofeos brillantes, pero lo que realmente capturó la atención de Pato fue la cercanía del profesor. Él cerró la puerta tras ellos, creando una atmósfera cargada de electricidad.
—Aquí podemos hablar sin distracciones —dijo él, acercándose un poco más mientras la miraba ya con mas ojos de viejo verde.
Pato sonrió mientras miraba a su alrededor, pero sabía quesu atención estaba completamente centrada en él. El profesor se movió hacia ella, manteniendo un aire casual pero con una intensidad palpable en su mirada.
Mientras conversaban sobre los logros del club y las próximas competencias y otras pelotudeces que el tipo decía para lograr encontrar el momento oportuno, el comenzó a acercarse más.
—Siempre he pensado que tienes un gran potencial… —comenzó a decir él, mientras no dejaba de mirar los labios de Pato. Y si, el tipo es mayor y un caballero. Aunque mas de una vez la vista se fijaba en los pezones marcados en la remera de mi mujer.
Ella sintió cómo su concha comenzaba a mojarse y la calentura aumentaba mas y mas; sabía que el momento estaba cerca. Con un gesto sutil, Pato se inclinó hacia él, dejando que sus cuerpos se acercaran aún más.
—Tal vez podríamos explorar ese potencial… —sugirió ella con un tono seductor.
El profesor tragó saliva; esa insinuación era todo lo que necesitaba para dar el siguiente paso. Se acercó un poco más, a menos de 10 cm su rostro con el suyo mientras decía:
—Me encantaría conocer ese lado tuyo.
Sin poder resistir más la calentura que tenía, Pato tomó la iniciativa y lo besó suavemente. Fue un beso lento al principio, para desbocarse en un caliente y pasional beso.
El profesor respondió con fervor;sus manos encontraron su cintura mientras la atraía hacia él y empezó a manosearle el culo sobre la calza.
El beso se intensificó rápidamente; las lenguas se encontraron dentro de la boca de pato, beso húmedo muy mojado. Pato podía sentir cómo la calentura era cada vez mayor.
El aprovecho y metio sus manos dentro de esa calza apretada y manoseaba sus culo sin pausa.
Pato decidió llevar las cosas más lejos. Se se paró ligeramente para mirarlo a los ojos y sonrió con complicidad.
—¿Sabes? Me encanta jugar… —dijo mientras comenzaba a sobarse las tetas y esos pezones que a esta atura sobresalían de la remera deportiva.
El profesor no podía apartar la mirada; cada movimiento de Pato era hipnótico. Ella sabía exactamente cómo calentar a este madurito. Con un gesto seductor, se acercó a él nuevamente, dejando que sus manos se apoyenen su erecta y dura pija.
En ese instante cargado de deseo y provocación, Pato decidió dar un paso audaz hacia adelante. Con un leve empujon lo dejo sentado en la silla del escritorio, le abrió las piernas al profesor mientras este miraba incrédulo pero lleno de ganas de sentir esos labios en su pija.
—¿Listo para explorar este lado mío? —preguntó Pato mientras se posicionaba frente a él.
El profesor no pudo resistir; asintió lentamente mientras ella comenzaba a sacarle la pija y a hacerle una paja.
La pija era venosa ygorda, bien cabezona que daban mas ganas de sentarse arriba que de pajearlo. Ambos sabían que estaban en un punto de no retorno que cambiaría para siempre esas“clases de padel”.
Le chupó la pija, como si no hubiese un mañana el tipo no daba mas de calentura.
Esa noche, cuando Pato regresó a casa después de ese encuentro con su profesor,ella sabía que tenía mucho que contarme. Se sentó junto a mi en el sofá, sintiendo cómo la calentura aún corría por sus venas.
—¿Sabés? Creo que he tenido un día muy interesante —dijo Pato con una sonrisa traviesa mientras acariciaba suavemente su brazo.
La miro con curiosidad; sabía que algo especial había ocurrido. “¿Qué pasó?” preguntó ansioso por escuchar cada detalle.
Pato tomó aire y comenzó a relatarle todo lo sucedido: desde las miradas cargadas de deseo hasta el momento culminante donde ambos habían cruzado esa línea prohibida en la oficina del club.
Pero aclaro, que solo le chupa la pija, el solo chupo y le toco las tetas, y bueno…
también prácticamente la desnudo y manoseó entera.
Pero que no cogieron, porque no me había dicho que lo iba a hacer.
Me suena raro, solos los dos, sabiendo cómo se pone pato cuando está caliente, pero bueno, “elijo creer”.
Cada palabra era como una chispa encendida en el interior de su marido; podía sentir cómo la excitación crecía entre ellos al escuchar sobre las travesuras compartidas con el profesor.
"Lo unico que te voy a pedir es que me beses" me dijo, y me comió la boca, tenia un gusto amargo. Para luego decirme que el profe quedo satisfecho con su boquita.
Mientras hablaba sobre cada detalle íntimo y provocador ambos sabían que esta historia apenas comenzaba a desplegarse. La idea de ser un cornudo consciente solo aumentaba el deseo entre ellos; cada paso que daba Pato hacia esa seducción era como una invitación a explorar nuevos horizontes juntos.
En un próximo relato, les comento que es lo que paso el viernes siguiente, que se fue todo a la chota, y Pato volvió a sentir esa emoción tan grande de excitación, cada vez que me mete los cuernos, sin consultarme antes.
Para los que piden les mando un par de fotos de Pato. Porfa, si quieren que siga y que suba mas fotos, les pido que comenten, nos calienta mucho leer sus comentarios.
saludos amigos
Después de aquella noche en el kiosco, Pato volvió a sus clases de pádel con una actitud renovada y provocadora. Había en ella un aire de confianza luego de lo sucedido esa noche en el kiosco, y ella notar que era su profesor el cliente que había llegado al kiosco, todo esto no pasó desapercibido para su profesor,un hombre de unos 60 años, con una presencia que combinaba autoridad y un encanto maduro. Cada vez que entraba a la cancha, Pato sabía que su mirada se posaría sobre ella, y disfrutaba del poder que eso le otorgaba.
Durante las clases, Pato eligió ropa que revelaran aun massus pechos: una remera escotada, o un tanto apretada y siempre usaba calzas quele marcaban bien la tanga dejando poco ala imaginación.
(no encontre gifs de padel jajaja, de todos modos es imposible, cada vez mas dificil subir gifs a los post en porniga)
Su forma de moverse era deliberadamente sensual; cada golpe ala pelotita era acompañado por un giro de cadera o una sonrisa juguetona. El profesor, aunque intentaba mantener su profesionalismo, no podía evitar dejarse llevar por la atracción.
Él sabía que Pato había estado haciendo travesuras con los chicos del kiosco; había visto cómo entraba con una actitud sospechosa,especialmente porque su marido estaba afuera esperando, impaciente y nervioso.Esa imagen lo intrigaba aún más. Se preguntaba si tal vez ellos eran swingers o si había algún tipo de juego más profundo entre ellos. La idea lo excitaba.
En uno de esos descansos, él se acercó con un aire casual:
—Te vi el otro día cerca del kiosco… ¿todo bien?
Esa pregunta hizo que volcara el agua que tomaba, no se la esperaba.
Pato sonrió con picardía, dejando entrever más de lo que decía. Su respuesta fue un simple “Sí, todo perfecto”, pero el tono en su voz estaba cargado de insinuaciones. Esa sonrisa misteriosa lo desconcertó y lo hizo mirarla con mas curiosidad y morbo.
Con cada clase, la tensión entre ellos se intensificaba.Pato disfrutaba del juego; cada vez que sus manos se rozaban brevemente o cuando él se inclinaba para corregir su postura, ella aprovechaba para acercarse un poco más, dejando que su culo lo rozara,o tratar de que el note sus tetas. Inclusive una vez fue sin corpiño y una remera roja que resaltaba los pezones.
Ese día, después de una sesión particularmente intensa, el profesor le pidió que se quedara unos minutos más para ajustar su técnica.Ambos sabían que esa propuesta iba más allá del pádel. Pato aceptó sin dudarlo,mirándolo con de una forma dejaba claro que disfrutaba de este juego.
Mientras ambos se acercaban a la salida, el profesor hizo una pausa y miró a Pato con una expresión que mezclaba curiosidad y deseo.
—¿Te gustaría ver la oficina del club? Hay algunas cosas interesantes que te quiero mostrar… —dijo él, dejando entrever que su interés iba más allá del pádel.
Pato sintió un escalofrío recorrer su espalda; sabía que esa invitación era más que una simple visita. Con una sonrisa pícara, asintió y lo siguió.
Una vez dentro de la oficina del club, el ambiente se volvió íntimo. Las paredes estaban adornadas con fotos de torneos pasados y trofeos brillantes, pero lo que realmente capturó la atención de Pato fue la cercanía del profesor. Él cerró la puerta tras ellos, creando una atmósfera cargada de electricidad.
—Aquí podemos hablar sin distracciones —dijo él, acercándose un poco más mientras la miraba ya con mas ojos de viejo verde.
Pato sonrió mientras miraba a su alrededor, pero sabía quesu atención estaba completamente centrada en él. El profesor se movió hacia ella, manteniendo un aire casual pero con una intensidad palpable en su mirada.
Mientras conversaban sobre los logros del club y las próximas competencias y otras pelotudeces que el tipo decía para lograr encontrar el momento oportuno, el comenzó a acercarse más.
—Siempre he pensado que tienes un gran potencial… —comenzó a decir él, mientras no dejaba de mirar los labios de Pato. Y si, el tipo es mayor y un caballero. Aunque mas de una vez la vista se fijaba en los pezones marcados en la remera de mi mujer.
Ella sintió cómo su concha comenzaba a mojarse y la calentura aumentaba mas y mas; sabía que el momento estaba cerca. Con un gesto sutil, Pato se inclinó hacia él, dejando que sus cuerpos se acercaran aún más.
—Tal vez podríamos explorar ese potencial… —sugirió ella con un tono seductor.
El profesor tragó saliva; esa insinuación era todo lo que necesitaba para dar el siguiente paso. Se acercó un poco más, a menos de 10 cm su rostro con el suyo mientras decía:
—Me encantaría conocer ese lado tuyo.
Sin poder resistir más la calentura que tenía, Pato tomó la iniciativa y lo besó suavemente. Fue un beso lento al principio, para desbocarse en un caliente y pasional beso.
El profesor respondió con fervor;sus manos encontraron su cintura mientras la atraía hacia él y empezó a manosearle el culo sobre la calza.
El beso se intensificó rápidamente; las lenguas se encontraron dentro de la boca de pato, beso húmedo muy mojado. Pato podía sentir cómo la calentura era cada vez mayor.
El aprovecho y metio sus manos dentro de esa calza apretada y manoseaba sus culo sin pausa.
Pato decidió llevar las cosas más lejos. Se se paró ligeramente para mirarlo a los ojos y sonrió con complicidad.
—¿Sabes? Me encanta jugar… —dijo mientras comenzaba a sobarse las tetas y esos pezones que a esta atura sobresalían de la remera deportiva.
El profesor no podía apartar la mirada; cada movimiento de Pato era hipnótico. Ella sabía exactamente cómo calentar a este madurito. Con un gesto seductor, se acercó a él nuevamente, dejando que sus manos se apoyenen su erecta y dura pija.
En ese instante cargado de deseo y provocación, Pato decidió dar un paso audaz hacia adelante. Con un leve empujon lo dejo sentado en la silla del escritorio, le abrió las piernas al profesor mientras este miraba incrédulo pero lleno de ganas de sentir esos labios en su pija.
—¿Listo para explorar este lado mío? —preguntó Pato mientras se posicionaba frente a él.
El profesor no pudo resistir; asintió lentamente mientras ella comenzaba a sacarle la pija y a hacerle una paja.
La pija era venosa ygorda, bien cabezona que daban mas ganas de sentarse arriba que de pajearlo. Ambos sabían que estaban en un punto de no retorno que cambiaría para siempre esas“clases de padel”.
Le chupó la pija, como si no hubiese un mañana el tipo no daba mas de calentura.
Esa noche, cuando Pato regresó a casa después de ese encuentro con su profesor,ella sabía que tenía mucho que contarme. Se sentó junto a mi en el sofá, sintiendo cómo la calentura aún corría por sus venas.
—¿Sabés? Creo que he tenido un día muy interesante —dijo Pato con una sonrisa traviesa mientras acariciaba suavemente su brazo.
La miro con curiosidad; sabía que algo especial había ocurrido. “¿Qué pasó?” preguntó ansioso por escuchar cada detalle.
Pato tomó aire y comenzó a relatarle todo lo sucedido: desde las miradas cargadas de deseo hasta el momento culminante donde ambos habían cruzado esa línea prohibida en la oficina del club.
Pero aclaro, que solo le chupa la pija, el solo chupo y le toco las tetas, y bueno…
también prácticamente la desnudo y manoseó entera.
Pero que no cogieron, porque no me había dicho que lo iba a hacer.
Me suena raro, solos los dos, sabiendo cómo se pone pato cuando está caliente, pero bueno, “elijo creer”.
Cada palabra era como una chispa encendida en el interior de su marido; podía sentir cómo la excitación crecía entre ellos al escuchar sobre las travesuras compartidas con el profesor.
"Lo unico que te voy a pedir es que me beses" me dijo, y me comió la boca, tenia un gusto amargo. Para luego decirme que el profe quedo satisfecho con su boquita.
Mientras hablaba sobre cada detalle íntimo y provocador ambos sabían que esta historia apenas comenzaba a desplegarse. La idea de ser un cornudo consciente solo aumentaba el deseo entre ellos; cada paso que daba Pato hacia esa seducción era como una invitación a explorar nuevos horizontes juntos.
En un próximo relato, les comento que es lo que paso el viernes siguiente, que se fue todo a la chota, y Pato volvió a sentir esa emoción tan grande de excitación, cada vez que me mete los cuernos, sin consultarme antes.
Para los que piden les mando un par de fotos de Pato. Porfa, si quieren que siga y que suba mas fotos, les pido que comenten, nos calienta mucho leer sus comentarios.
saludos amigos
6 comentários - PAto y el profe de padel. Cont del kiosco. part4
Excelente relato