Usando ropa de nena por primera vez. Relato trans.

Soy Pauly y este es mi secreto. 


Sintiéndome perra por primera vez.
 
Aún iba al colegio y como les he contado en otros relatos, era un adolescente bastante común, ni popular, ni deportista, ni bueno con las chicas, sin embargo, mi hermana mayor con quién íbamos al mismo colegio, si era popular y su circulo de amigas lo era igual.

Mi hermana era animadora o bastonera como se lo conoce en mi país, solo las adolescentes con mejor cuerpo logran serlo ya que el uniforme que visten suele ser bastante sexy y provocativo, faldas cortas, botas altas y un top que destacaban sus atributos mientras marchaban al ritmo de la banda de guerra, hacía que ese selecto grupo no solo se lleven los aplausos en los desfiles, sino que las convertía en las mujeres más populares y deseadas por todos.

Usando ropa de nena por primera vez. Relato trans.

Entre este grupo destacaba Isabel, la mejor amiga de mi hermana. Quién pese a ser una adolescente aún, ya tenía su experiencia sexual y todos los hombres habríamos dado un brazo por tenerla dentro de nuestra cama, sin embargo, al ser mayor que yo y por su amistad con mi hermana, ella me veía como a su hermanito menor, poniéndose fuera mi alcance por completo.

Pese a esto cuando nos visitaba disfrutaba mucho su compañía y disfrutaba de por lo menos poder apreciar su cuerpo muy de cerca y el sentir su cuerpo cuando me abrazaba con cariño como a su hermanito menor, pero yo lo disfrutaba igual. Llegado cierto momento se encerraban con mi hermana en su habitación y se contaban sus secretos, así supe como ella jugaba con los hombres que morían por ella, pues siempre les pedía que hicieran sus tareas o que carguen sus libros.

Un día tenían una presentación que sería en la tarde, Isabel por comodidad llevó su uniforme de bastonera para cambiarse de ropa en mi casa junto a mi hermana y salieron pues harían un último repaso antes del programa y dejó una maleta con su ropa. En un inicio no le hice mayor caso hasta que me pregunté si habrá dejado su ropa interior en esa maleta.

Ya que me encontraba solo en casa y disponía de tiempo, me decidí a rebuscar sus cosas. Entré a la habitación de mi hermana y vi que Isabel había dejado sus zapatos de colegio junto a su mochila, los hice a un lado y me senté en la cama para revisar aquella mochila, esperando encontrar su ropa interior aún sin saber bien qué haría si lo encontrara.

Abrí el cierre y pude comprobar que Isabel se había cambiado por completo de ropa, me odié por no haberla espiado mientras lo hacía pues en algún momento debió haber estado completamente desnuda. Retomé mi concentración en aquella mochila y lo primero que encontré fue su pantalón de mezclilla descaderado y acampanado, lo cual estaba de moda en ese entonces, una blusa blanca escolar pero entallada la cual marcaba muy bien su cuerpo, sus calcetines y por fin ese tesoro que fui a buscar. Un sujetador y una tanga blancos a juego.


Erala primera vez que tenía una tanga entre mis manos, pero esa no era cualquiera, sino la tanga de la chica más popular y deseada de todo el colegio. Casi instintivamente la dirigí hacia mi nariz e inspiré profundamente. No sé cómo describir aquel momento, pero todo eso me excito al límite. Imaginar que ella había estado desnuda en esa habitación, que su espectacular trasero había rozado las sabanas sobre las que me encontraba sentado y que esa tanga que tenía entre mis manos hace no más de diez minutos acariciaban su vagina la cual imaginé depilada y rosadita.

Liberé mi pene de mi pantalón y mi bóxer pues no podía más con ella, necesitaba masturbarme y primero pensé en correrme sobre aquella tanga, sin embargo, de inmediato reaccioné en que obviamente sería descubierto si hacía algo así. Pero no quería que esa sea una paja más, debía ser memorable.

Ya que Isabel estaba por completo fuera de mi alcance, esa tanga y toda su ropa sería el puente entre su cuerpo, sus genitales y los míos. Entonces decidí desnudarme por completo y comencé a acariciar mi verga con esa tanga, tomé su sujetador que aún conservaba su perfume y comencé a deleitarme con ese aroma. Sin embargo, mi lujuria me pedía más. “Ponte su ropa” dijo mi mente. La simple idea hizo que comience a salivar, pues quise pararme frente al espejo y fantasear que soy yo quién la desnuda y le hace el amor. Y así fue.

Tomé toda su ropa y fui hacia la habitación de mis padres que tenía un espejo de cuerpo entero. Primero me puse sus calcetines, su sujetador y su blusa. La imagen en el espejo era indescriptible, llegó el momento de ponerme su tanga, pero quise disfrutar esa experiencia al máximo así que lo hice muy despacio, comencé a imaginar que era ella y que me vestía para provocar hombres, subí su tanga por mis piernas disfrutando de cada segundo, llegué a mis genitales y la tanga se metió entre mis glúteos acariciando mis testículos y mi ano.


erotico

Erala primera vez que sentía la calidez de la ropa interior femenina y era tanta mi excitación que mi pene comenzó a expulsar liquido pre seminal, pero no quería detenerme ahí, tomé su pantalón y comencé a ponérmelo una pierna a la vez, logré subirlo y al mirarme al espejo medité en que Isabel y yo éramos al parecer de la misma talla, sin embargo, al mirarme al espejo sentí que algo faltaba. Exacto, los zapatos, corrí a buscarlos y me los puse, aunque me quedaron un poco apretados celebré el hecho de que toda su ropa me quedase.

adolescente

Fui al espejo y me encantó lo que vi, era yo pero su ropa me hizo sentirme que era ella, toda su seguridad y su autoestima, sentí lo perra que ella se sentía y el poder que esa ropa apretada generaba. Cerré mis ojos y comencé a imaginar a cuantos hombres habrá besado usando esa ropa, a cuantos logró seducir y doblegar ante sus encantos. Abrí los ojos y mi reflejo en el espejo ya no era el mismo, me había transformado en ella, hasta la postura de mi cuerpo había cambiado, erguí mis hombros hacia atrás viendo como su sujetador me daba unos senos falsos, recogía mi abdomen y mi cadera se empujaba para atrás mostrando un trasero casi tan fantástico como el de ella.

primera vez

Caminé un poco por la casa sintiéndome como toda una perra, me asomé a la ventana y aunque mi calle era poco transitada fantaseaba que alguien de pasada veía a una hermosa adolescente, muy sexy y empoderada. Con esa fantasía en mi mente comencé a masturbarme, pero definitivamente esa vez era memorable, sentía como su ropa acariciaba mi cuerpo, aunque he de admitir que la mejor sensación era el rose de su tanga entre mis nalgas.

Cerré los ojos y me dejé llevar, no me estaba masturbando, sino que tenía sexo conmigo mismo, aceleré el ritmo y eyaculé como nunca sobre el piso de la sala, no me importó nada en ese instante, simplemente lo disfrutaba al máximo. Con un último lechazo y un gemido abrí mis ojos y me quedé paralizado por unos minutos, siempre tras masturbarme limpiaba todo enseguida y mi erección disminuía automáticamente, pero esa vez fue diferente.

Disfruté de todas esas sensaciones durante unos minutos más, pues había llegado el momento de volver a la realidad, volví al espejo y lentamente me quitaba aquella mágica ropa, dejé todo en su lugar como si nada hubiese pasado, me puse mi ropa y salí de casa.

Aunque pasaron muchos años para que vuelva a utilizar ropa femenina, aquella fue mi primera vez y ustedes son los primeros a quienes se los confieso. 

Espero sus comentarios y no se olviden de dejar sus puntos pues me motivan a seguir creando contenido. 

Les dejo un link a uno de mis posts:
http://www.poringa.net/posts/trans/5696508/Sissy-para-amantes-de-los-pies.html
crossdresser

3 comentários - Usando ropa de nena por primera vez. Relato trans.

Que rico relato +10
Gracias amor, espero lo hayas disfrutado.
bebota qué lindo sería verte ahora como porrista y con una tanguita bien chiquita...van 10