Me convertí en la putita de mi amigo

Hace unos días mi amigo me escribió para encontrarnos y hacernos una rica paja, ya que hace rato no nos veíamos.

Quedamos de vernos en la tarde en mi casa, así que me bañé, me puse una tanga negra y unos ligueros del mismo color, y una peluca rosada para recibir a mi amigo, ya que a él le gusta verme así.

Mi amigo llego y al verme no pudo reprimir una sonrisa, yo me veía tan femenino y quería pasarla bien; El se acercó lentamente y empezó a acariciar todo mi cuerpo mientras me decía lo mucho que le gustaba verme así.

Yo me dejaba llevar por él, nos sentamos en el sofá y fui quitándole la ropa, menos el bóxer, el cual ya tenia marcada la erección palpitante de su lindo pene.

Empecé a acariciar su pene por encima de la tela del bóxer y el gemía y me decía, así, mi putita, así me gusta.

Yo estaba tan excitado que no me di cuenta en qué momento empecé a pasar mi lengua por encima de la tela del bóxer, acariciando la cabecita de su pene, nos miramos un momento y él me decía que no parara, que le gustaba lo que yo hacía.

Lo cogí de la mano y lo llevé a la habitación, cerré la puerta, lo acosté en la cama y despacio me acerqué a él y empecé a darle besitos en el cuello, en su pecho y estómago, mientras lo acariciaba, el mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar.
Fui bajando despacio y le quité el bóxer muy lentamente, dejando su pene erecto y libre, ¡estaba tan hermoso! No aguante mas y con mi lengua empecé a acariciar su cabecita, yo estaba muy excitado y la verdad hacia rato quería saber que siente y fue tan espectacular.

En el momento en que mi lengua empezó a acariciar la cabecita de su pene algo dentro de mi estallo y sentí tantas cosas que nunca había imaginado; con mi boca no deje de chupar la cabecita de su hermoso y duro pene, que sensación tan deliciosa, para mi sabia muy delicioso, su cabecita estaba palpitante, húmeda y muy, muy, muy rica.

Así estuve un buen rato, jugando con su cabecita en mi boca, mientras el me gemía como nunca lo había hecho y me decía: Eres mi putita, solo mía, no pares, por favor no pares.
Después de eso el me quito la tanga y empezó a pajearme lentamente, sus manos acariciaban mi erecto pene, mientras mis gemidos aparecían e iban en aumento.

Me acosté y abrí mis piernas para que él se hiciera encima mío, frotamos nuestros penes mientras nos acariciábamos y gemíamos.

Hicimos varias poses, sin penetración, jugando a tener sexo, disfrutando de nuestros cuerpos.

Tomamos aire un momento y la verdad no pude resistir, nuevamente mi boca se dirigió a su pene, pero esta vez por completo, que rica sensación, empecé a lamer su pene lentamente, mi lengua lo lamio por completo, después lo metí lentamente en mi boca y empecé a a hacerle una rica mamada, sus gemidos daban fe de ello; Me sentía como toda una putita, y la verdad sabia tan delicioso, nunca me imaginé que hacerle sexo oral a un hombre fuera tan placentero.

Después de eso mi amigo me puso en cuatro y con su lengua empezó a lamer mi ano, primero lentamente y después aumentando la velocidad, obviamente mis gemidos no se hicieron esperar, la verdad tuve que morder la almohada ya que estaba gozando de una manera inimaginable.

Su lengua no dejaba ningún rincón de mi ano sin lamer, yo solo le pedía que no parara, y gemía como una putita; Mientras tanto el me iba haciendo la paja y un momento después sentí que iba a resistir mas y termine eyaculando, mientras mi amigo no dejaba de lamer mi ano que estaba en las contracciones de la corrida, y eso me hizo sentir más fuerte el orgasmo.

Yo estaba demasiado excitado, así que me voltee, y empecé a chupar nuevamente su erecto pene , yo lo sentía palpitando en mi boca y sabia que no iba a demorar su eyaculación, así que acelere la mamada que le estaba haciendo y deje que eyaculara en mi cara, cerré los ojos y la boca y sentía los chorros de semen cayendo uno tras otro en mi cara, empapándola al igual que la peluca; Que delicia sentir su caliente esperma en mi cara, era la primera vez que se corrían en mi cara, y fue una sensación muy placentera.

Abrí los ojos y ahí estaba el pene de mi amigo, con una ultima gotita de semen asomando en su cabecita, así que no lo dude y con mi lengua la quite de allí, sabia rico, entre dulce y amargo; Termine de limpiar su cabecita con mi lengua, mientras la dureza de su pene iba bajando.

Mi amigo limpio mi cara con una toalla y después se acostó a mi lado, acariciándome lentamente mientras tomábamos aire.

Así me convertí en la putita de mi amigo.