Clandestine love

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Como siempre, podes escribirnos a dulces.placeres@live.com, te leemos

Gracias por los puntos y comentarios


AMOR CLANDESTINO

Viajo de regreso a mi ciudad natal, dejo atrás la gran ciudad, y es mi deseo también dejar atrás historias de corazón, el ómnibus avanza raudamente por la carretera, mi cabeza pegada a la ventanilla, mis ojos miran sin ver, solo el paisaje agreste que apenas es cortado de vez en cuando por algún que otro automóvil que circula en sentido contrario.

Y no me duele ni me ataca la conciencia mi infidelidad, lo que me angustia es no haberme sentido lo suficientemente mujer, o que no se me tuviera en cuenta como tal, sea cual fuere el motivo lo cierto es que hoy soy una joven de veintidós años viajando con el corazón roto y los sueños de triunfo hechos añicos…

Cuando le dije a Romeo que lo nuestro había terminado, el, sorprendido me respondió que no lo esperaba y que solo era una muestra de lo puta de mujer que era, para mí, sin embargo fue una prueba de que no podía ver más allá de sus ojos, y que nunca advirtió los signos que mi ser le daba… vamos a lo sucedido



Luego de mis quince años y con el consentimiento de mis padres me había mudado a la capital, a la gran ciudad, a la casa de mi tía, la hermana de mi madre que hacía años que ya se había establecido en el lugar. Estudiaba en la facultad y trabajaba medio día para ayudar con el sustento familiar.

Desde esa edad hasta el momento de escribir, siempre luché con conflictos internos, es que soy pelirroja, uso el cabello cortito, tengo cara redonda y grandes ojos celestes, con pecas que pueblan mi rostro, lo que me hace tener una cara de niña por lo que siempre me dan varios años menos de lo que tengo, me dicen ‘bb’ y odio que me traten como una niña cuando soy una mujer. La forma que tengo de contrarrestar esto es usando mi cuerpo, tengo grandes caderas y cola paradita, de gruesos muslos y escueta cintura, por lo que preferentemente siempre estoy con calzas de licra ajustada para que mis curvas mostraran que no era una ‘bb’, incluso me había sometido a una corrección quirúrgica con implantes mamarios para que mi frente estuviera acorde a mi retaguardia.



Cuando esa noche me presentaron a Romeo pensé que había encontrado al hombre de mi vida, el tenía dieciocho, yo veinte, pero le dejé creer que era menor a él.

Todo pareció ir bien al principio de nuestra relación, pero descubriría en él un chico inmaduro y caprichoso, yo me sentía enamorada y aposté todo a sacar la relación adelante.

Romeo practica fútbol, juega en las divisiones inferiores de un prestigioso club y sueña con ser estrella algún día, es del interior como yo, así que vive en una pensión del club.

Cuando podía, frecuentaba sus prácticas, como se imaginarán al poco tiempo conocí a todos sus compañeros y entré al círculo de su vida, siempre dándole espacio, respetando su libertad, sin atosigarlo.

Bien, Facundo era su amigo y compartían la habitación, Facu es un tipo musculoso, de cabello crespo, ojos miel y quijada cuadrada, muy simpático y entrador.



Mis ojos siempre estaban en mi amado Romeo, pero lo cierto es que por más que se lo reprochaba, el jamás me daba la suficiente atención, la pelota parecía ser todo lo que le importaba y lo cierto es que el lugar que iba dejando vacío, lentamente lo iba ocupando su amigo, miradas que se cruzaban casi por casualidad, sonrisas cómplices, charlas pícaras casi sin tiempo, mas de una vez lo sorprendía con sus ojos clavados en mis curvas y lo cierto es que el empezaba a ser el centro de atención para mi vida, casi sin darme cuenta el deseo de pecar me había abordado, tal vez por despecho hacia Romeo, tal vez porque solo me atraía como hombre, lo cierto es que fuese por lo que fuese estaba cayendo en una encrucijada difícil de salir.



La barrera que no debimos pasar la pasamos una noche de primavera, Romeo y yo habíamos ido a bailar, se había escapado de la concentración, cosa que tenía totalmente prohibida, pero era una buena oportunidad para reacomodar nuestras fichas, al ritmo de la música el bebió y bebió sin parar, copa tras copa hasta estar bastante ebrio, como pudimos volvimos a la pensión, el ya había hablado con su amigo para que nos dejara el cuarto para tener intimidad, así que ya estaba excitada esperando el momento.

Al llegar, el se recostó sobre la cama, mientras yo me desnudé para él, dejando mis enormes senos al descubierto, solo con una cola less hilo dental que había comprado para la ocasión, pero al ir a su lado lo sorprendería profundamente dormido, boca abajo, roncando.

Por más que lo sacudí no reaccionó, solo me recosté a su lado, tapándome con la sábana hasta el cuello.



Media hora después las primeras gotas de la luz del amanecer entraban por la ventana, yo no podía dormir y las lágrimas mezcla de bronca, impotencia y resignación brotaban por mi rostro.

En eso sentí la llave en la cerradura de la puerta, sutilmente, casi sin hacer ruido, adiviné que Facundo estaba llegando, dando por hecho que nosotros habíamos terminado con lo nuestro, casi en un instinto animal tiré las sábanas hacia abajo, hasta mis rodillas, quedando de lado hacia donde el entraría, apuntando mi culo y mi espalda desnuda hacia ese lado.



El efecto fue el esperado, mas cuando giré mi rostro hacia él y vio mis pecas enjuagadas en lágrimas, se desnudó rápidamente y sigilosamente se coló a mis espaldas, su piel se pegó a la mía al punto de correr un escalofrío por mi cuerpo, olía bien, besó mi cuello, su verga estaba dura y yo refregaba mi trasero en ella, me sentía húmeda y los ronquidos de Romeo me impulsaban a no parar.

Sus besos llenaban mi nuca, y me susurraba cosas hermosas al oído, su brazo derecho había pasado bajo mío y lo sentía acariciar mis pechos, cerré los ojos solo para sentirlo, estaba lista para él, solo que el demoraba el momento…

Mi propia mano ya estaba acariciando mi clítoris mientras él seguía jugando en la puerta de mi concha, solo la tela de mi tanga impedía la penetración y esto me estaba poniendo loca.



Al fin su mano libre se deslizó por mi trasero, entre mis nalgas, hasta que dos dedos ingresaron a mi hueco, casi exploto, el jugó solo unos segundos hasta que el fin sentí su hermosa carne penetrándome, fue muy loco, el casi no tenía lugar para moverse por lo que fui yo quien arqueaba sus caderas hacia atrás y hacia adelante, no podía evitar gemir, por lo que el llevo ahora su mano a mi boca, apretándola con firmeza, obligándome respirar con fuerza por la nariz, exhalando e inhalando como una bestia, su otra mano apretaba mi pezón izquierdo y mis orgasmos me sacudían, mas cuando en un profundo empuje hacia atrás lo sentí hincharse y explotar dentro de mi concha, me moví acentuando la penetración mientras descargaba todo sus semen en mi interior y su boca descargaba todo su placer contenido en mi oído…


Amor clandestino




Fue un caballero, me dio un último beso y como vino se fue, para no comprometerme, pero me advirtió que esto era solo el comienzo.

Cerca del medio día los besos de Romeo en la nariz me despertaban, ahora él quería cogerme, pero yo lo aparté enojada de mi lado para ir la baño casi corriendo, la leche de Facundo había mojado toda mi tanga y chorreado por mis entrepiernas, tuve que lavarme para disimular.

Todo terminó en una discusión, pero él jamás sospechó que esa noche había nacido una relación clandestina…

Día a día nuestro secreto se hacía más y más excitante, cuando Romeo me cogía en mi mente lo tenía presente a Facu y se repetía una y otra vez esa noche de placer.

Quince días después tuvieron un partido amistoso, en las tribunas había bastante gente, parientes, amigos, hinchas, faltando veinte minutos Facundo vio la tarjeta roja dejando antes de tiempo la cancha.



Sin que nadie lo notara, me escabullí lentamente hasta colarme al vestuario, me dio vergüenza, pero no lo pude resistir y ahí estaba yo, enfundada en mi top y calza negras, observando en silencio el torso desnudo de Facu, sus músculos, sus pectorales, su ancha espalda, mojándome al ver el agua jabonosa correr por su cuerpo, lo deseaba.

El me descubrió y se alegró de verme, me dijo que estaba loca, que me iban a descubrir, pero mi atención fue a su bulto, al notar que su pija comenzaba a erguirse con solo mirarme, se mi hizo agua la boca, no pude resistirlo, lo tomé de la mano y lo hice sentar sobre una banqueta, mojado como estaba y me arrodillé a sus pies.

Tomé su miembro entre mis manos y comencé a besarlo, no podía resistirlo, su hermosa verga entre mis manos, caliente, dura, la pelé por completo dejando su cabeza expuesta, apoyé mi lengua sobre la parte inferior y la hice deslizar hacia adentro, asegurándome el contacto permanente entre ambas partes, una vez, otra y otra más, el solo repetía ‘bb estás loca…’. Seguía en mi juego, sin piedad, comiéndola toda, acariciando sus testículos…


Clandestine loveI noticed that his gaze was lost in the birth of my large globes so I took out my top, leaving them uncovered, and his hands landed on them before he inserted his wet penis into me.

He started playing and I squeezed my breasts, making him disappear in the middle of them, it was a beautiful sensation until he finally pulled out with violence, and shot me from afar, several streams of semen ending up on my chest, I was laughing satisfied, soon my sweet nipples were caramelized by the white liquid.

I stretched them to my mouth, he looked ecstatic as my own tongue played in my nipples filled with his warm cum.

Facundo noticed that time had passed and couldn't expose me to a scandal, took his towel and cleaned my chest and face which was already all dirty, gave me a big tongue kiss like thanking me and pushed me away to leave...

It was already being talked about what was between us despite both of us being very reserved, only the stupid Romeo seemed to live on another planet alien to everything.

Our third and last encounter would take place later, at a dinner in the club, many people, much noise, special for traps.

While everything was a party, the looks between Facu and I said more than what anyone could see, I had decided to end the situation, couldn't be the object of a fight between two friends, this clandestinity with Facundo had to end, but also I would cut off with the useless Romeo, no longer enjoyed when he caught me.

That night it seemed like the right moment, we discreetly separated from the crowd, each one on their own side to meet in the distance, in a dark camping sector where nobody was.

I tried to speak, but Facu didn't let me, sealed his lips with mine at the same time as his restless hands pressed gently on the fabric covering my chest, my nipples immediately stiffened, and I noticed I couldn't deny myself, only whispered in his ear: Stop! Facundo, stop! I'm leaving my days... I have a tampon... we can't do anything...

But he kept fondling me and putting his hands everywhere and the truth is that I couldn't or didn't want to resist...

He turned me around and made me sit on a deformed branch of a tree, positioning me so that my booty was next to him. He lifted my skirt, lowered my underwear, and waited, intrigued by the slapping sounds of his spanks on my cheeks, which excited me, the small pain produced by his palms on my buttocks awakened my feminine flames, I desired it but my entrance was closed.

Then he held me and my bum felt a moist finger caressing it, followed by an attempt to force it. I contracted instinctively and scolded him:

- Hey! Where are you going?
-Shhhh!!!! Relax...

Don't ask why I let him continue, but the first finger was followed by the second, and when I wanted to remember myself, he was already standing behind me, forcing my sphincter with his hard member. At first it hurt, giving me time to relax and get used to it. It was rare, the pain was pleasurable. At twenty-one years old, I was being sodomized and losing my anal virginity, the fear passed quickly and I felt a rare pleasure, a rare excitement that wasn't enough to reach an orgasm but it was as if my pussy was stimulated from outside, my little ring still hurt a bit, but I tried to contract it over his member which didn't stop forcing...

When he gave me enough wine on the other side, with his hard cock, burying it deep in my mouth, as far in as possible, my pleasure was his pleasure. I felt her swell suddenly and explode so deep that I almost didn't feel the taste, only a viscous liquid flowing down my throat to my stomach, and another drop, and another... The lack of air made me cough and forced me to remove it from my mouth...

He kissed me gently, telling me that my mouth tasted like him. That delighted me. He helped me settle in, I was somewhat disoriented, agitated, with my makeup smudged and my ass... pain, that night I would understand that I couldn't leave him. Days later I broke up with Romeo, already had the ticket and suitcases prepared, never told my family the true reason for my return, and here I am on the road, wondering what will weigh on Facundo's head when he finds out through third parties that our secrets are now things of the past... If you're over 18, I'd like to know your opinion about this story, write me with title 'CLANDESTINO LOVE' at dulces.placeres@live.com

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