Las feas

Los post que no podes dejar de ver!

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa---parte-1-de-3-.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4389002/Mi-amada-esposa---parte-2-de-3-.html

http://www.poringa.net/posts/imagenes/4436535/Mi-amada-esposa---parte-3-de-3.html



LAS FEAS


Terminamos de cenar, estamos un poco entonadas por las dos botellas de vino que tomamos, un poco risueñas, llamamos la atención del resto de los casuales comensales que esa noche se encuentran en el restaurante, algunos curiosos nos miran a la distancia por nuestro estado efusivo, nos reímos a carcajadas, Laura se molesta un poco y nos reprende, claro, es lógico, ella es hermana en la congregación de Jesús y la imagen pública que está dando no es la adecuada, saco mi celular y les muestro las fotos que tanto quería mostrarles, el preámbulo de lo que tengo para contarles, la gorda María se queda petrificada, parece no respirar, incluso el enorme helado de postre que engullía como desesperada queda en pausa, Sandrita se ríe socarronamente, con esa inocencia de una persona con un coeficiente mental por debajo del mínimo, ella ve en esas fotos y su lívido contenido explota, me da pena, seguro aun es virgen, y Laura, bueno, Laura nunca cambiará, se persigna una y otra vez ante la imagen del pecado, pero a decir verdad ella no saca sus ojos pícaros de la pantalla de mi móvil.



Pasar la adolescencia no fue tarea fácil, se puede ser muy cruel a cierta edad y no se tiene noción de como lastiman muchas palabras que se dicen en forma de broma.
A pesar de que los chicos nunca me miraban, o tenían demasiados apodos para mí, ciertamente fueron las chicas quienes más daño me hicieron, porque los hombres, bueno, son hombres, pero las chicas? se supone que deberíamos ser cómplices y compinches.

No tardaron en ponerme en el corral de las feas, y naturalmente mis amigas fueron esas chicas que no encajaban en el modelo perfecto que se requiere para triunfar hoy en día, y así, un poco por empatía me hice confidente de Sandrita, la chica que había tenido una extraña enfermedad de pequeña y por decirlo de alguna manera era un poquito tontita, un tanto retardada, todo le costaba el doble y todo había que explicarle, no entendía mucho de chicos y un beso le sonaba a locura, Laura era otra, una eterna reprimida acomplejada que se la pasaba comiéndose las uñas y casi siempre estaba llorando, con una nariz prominente, demasiado, por lo cual se había ganado el apodo de bruja, y no podía faltar la gorda, llegar a cien kilos para una chica adolescente es toda una proeza, y la carilinda de María solo tenía tiempo para devorar todo lo que se cruzara en su camino. Yo era quien cerraba el famoso cuarteto de la muerte, como nos llamaban en forma burlona

Y tal vez me podrían haber apartado por mis infumables lentes de aumento, porque era casi ciega, o tal vez por mi adicción a los libros, ser demasiado inteligente al punto de ser la continua niña estrella del curso no era bien visto. Pero no, fueron por otro lado, y ciertamente el que más me dolía.
Simplemente me llamaban 'medusa', mote que me persigue en la actualidad, es que yo era muy petisa, muy delgada, y cuando todas las chicas se desarrollaron en tetitas y culitos, yo seguía siendo una flaca escuálida, sin tetas, sin culo y como una medusa, pues no tenía forma de nada.
Dolía, como dolía, nunca pude superarlo, aun hoy me duele recordar esos días, y agradezco haber tenido a Sandrita, Laura y a María para apoyarnos unas a otras y hacer frente común ante las bonitas del curso.

Pasaron los años, con poquito más de veinte años ya tenía una doble carrera terminada como diseñadora gráfica y licenciada en marketing, hablaba inglés a la perfección y estudiaba chino mandarín, también tenía intenciones de hacer algún post grado, alguna maestría y comencé a hacer dinero con mi profesión, lo que me faltaba de físico me sobraba de intelecto
Cuando tenía veintiséis algunas cosas habían cambiado, mis cabellos oscuros se veían en un rubio más que llamativo y gracias a un par de operaciones laser en la vista pude prescindir de mis molestos lentes de aumento, hasta me había retocado la nariz y un poco los pómulos.
Sin embargo, había cosas que nunca cambiarían, tenía un fuerte complejo en verme al espejo, nunca mediría más de un metro y medio, nunca pesaría más de cuarenta y cinco kilos, nunca tendría tetas, nunca tendría culo y siempre sería una miserable amedusa. Mis bracitos y mis piernitas estaban casi raquíticos, siempre se me marcaban las costillas y me costaba asumirme como era

Jamas me sirvieron las interminables horas de terapia que pagué para cambiar la percepción de mi realidad, mis complejos, no me gustaba verme expuesta, amaba las playas, el sol y la arena, pero siempre vacacionaba en lugares montañosos, o de extremo frío, solo por la necesidad de sentirme aislada y tener que usar demasiada ropa de abrigo, odiaba verme al espejo en traje de baño, y ese sentimiento de odio se expandía potencialmente en una playa pública, donde todos mis defectos físicos percibidos quedaban expuestos.
Además, estar en una playa junto al mar y ver en la orilla alguna que otra medusa moribunda, o que los chicos inocentes gritaran 'cuidado! un agua viva', solo se me hacía personal y solo no podía dejar de angustiarme. A veces, cuando estaba con mis pensamientos perdidos y de repente alguien decía algo sobre 'aguas vivas', mi primera reacción era pensar que se burlaban de mi.

Con los chicos no me iba mejor, como suele suceder, me gustaban los que no gustaban de mí, y bueno, casi nadie gustaba de mí, y confieso con un dejo de vergüenza que pagué para que me hicieran el amor, el chico de mis sueños, el que nunca se fijaría en una medusa como yo.
Y si pagué por uno, pagué por otro, y otro más, y fue mi manera de gastar dinero.
Cerca de los treinta me enamoré del hombre incorrecto, yo le ofrecí mi corazón, él de mi dinero. Fue un error, un nuevo escollo en mi vida, como asumir que estaba a mi lado por interés? como cerrar mis ojos a sus continuos engaños? como sentirme feliz tratando de ignorar que era una cornuda consciente?

Así me encontré a medio camino de mi vida con un futuro laboral brillante y una vida sentimental desastrosa, amaba mi inteligencia, odiaba a mi físico.
Con las chicas nos escribíamos cada tanto, nos reuníamos cada tanto, nunca perdimos el contacto, Sandrita seguía soltera, bajo el cuidado de sus padres y de su hermano mayor, algo previsible puesto que la pobre siempre tendría ese pequeño retardo mental, Laura se había metido a monja, también previsible, una chica con demasiados complejos y que no se animaba a mirar a un chico a los ojos, y la gorda María había sorprendido a todas, se había casado con un muchachito petiso, delgado y pelado, que usaba unos marcados bigotes y no habían perdido el tiempo, ya tenían seis hijos, cuatro niñas y dos varones.
Y a pesar de la distancia nuestro grupo de WhatsApp y nuestros estados en Instagram estaban más vivos que nunca, cada dos o tres meses nos reuníamos las cuatro a cenar, a hablar de nosotras, de nuestras vidas, pasado, presente y futuro.

Todo se daría por casualidad, ocupaba una jefatura importante en una compañía reconocida de marketing, hacíamos campañas publicitarias para varias empresas y yo era quien llevaba adelante los proyectos, las ideas, las innovaciones y quien repartía los trabajos con mi personal a cargo. Ganaba mucho dinero, más del que podía gastar y ese sitio tal vez era el único en el que no me sentía una insignificante medusa, donde me sentía respetada, y donde podía tener todo bajo control

Nos habían contratado desde una empresa automotriz muy famosa a nivel mundial, en el mundillo de los coches, era un secreto a voces un nuevo deportivo que estaban por lanzar al mercado, una pura sangre como decían, sería una edición limitada de sesenta unidades, treinta en color blanco, treinta en color negro, una manera de festejar los sesenta años de la marca en el país.
La propuesta cayó por sí misma, creo que la reunión no duró más de diez minutos, era fácil, imponer la idea de un producto joven, potente, viril, musculoso, los autos tienen que ver mucho con los hombres y decidimos hacer un paralelismo, autos negros, hombres blancos, autos blancos, hombres negros, la estrategia no podía fallar.

Se citaron a muchos chicos musculosos y viriles, que dieran la talla de lo buscado, se hicieron pre selecciones, y luego nuevas selecciones, como era costumbre, yo supervisaba todo desde lejos, en segundo plano, a media distancia, ni muy cerca para que sientan mi presión, ni demasiado lejos como para que sientan total libertad.
Las cosas se complicaron un tanto, como manejábamos varios proyectos a la vez nos fuimos atrasando de la fecha pactada, además, recibimos un comunicado de la firma que deseaban adelantar el lanzamiento al mercado, y al menos necesitaban tener listas las propagandas. Fue un caos y decidí tomar el tema en manos propias, le dejé al equipo la selección final de los chicos de piel blanca mientras yo me decanté por los morenos.
Los cité a la oficina a última hora, mi agenda estaba demasiado cargada, recuerdo que era cerca de las ocho de la noche, ya había oscurecido y como todos habían cumplido su jornada laboral me quedé a solas con tres morenos enormes, solo el personal de vigilancia de la entrada del edificio podría habernos interrumpido en ese momento, y por cierto les advertí que 'nada de interrupciones', ellos me conocían molesta y ese lado mío era mejor no despertarlo

Tomé la posición dominante, de jefa, los hice pasar al estudio de filmaciones y fotografías, repasé rápidamente la información que tenía sobre ellos, les conté más detalles de la idea que teníamos desarrollada y escuché sus preguntas.
Encendí las luces del estudio y yo me senté en la posición de director, era algo habitual, los muchachos a mi derecha, sentados, esperando su turno. Le dije a uno que pasara a posar, tenía que ver que tan bueno eran.

El empezó a hacerlo, lucía demasiado atractivo, varonil, sexi, tenía un jean degastado azul oscuro, zapatillas negras y una camisa del mismo color, lo suficientemente ajustada como para marcar todas las intrincada curvas de su torso, tenía un rostro duro, de mirada profunda, con unos bigotes y una barba rala de apenas unos días, un corte muy actual de nuca rapada y solo no pude verlo como profesional, lo estaba viendo como mujer y en esas poses de modelo sentí una excitación muy íntima, muy secreta, al punto que tuve que cruzar mis piernas y apretar muy fuerte mi sexo.
Le pedí que se sacara su camisa, y que siguiera con lo que estaba haciendo, el moreno tenía un torso de película, dibujado a mano por el pincel de un artista del erotismo, poblado con innumerables tatuajes, solo era una obra de arte y solo comencé a perder la compostura.

Le indiqué entonces que se quedara en ropa interior, tenía que ver eso, y no solo él, los otros dos que esperaban a un lado notaron que las cosas se estaban saliendo de lo estrictamente profesional. Tenía un slip negro y su bulto se marcaba enorme, y solo no podía dejar de mirárselo con profundo deseo, tenía los labios secos y me pasaba la lengua para humedecerlos una y otra vez, la atmósfera se puso caliente, y solo cambiaba mi pierna de un lado a otro, es que me sentía toda mojada, ya no sabía cómo desconectar mi clítoris y mis pezones, me latían las sienes y mi loca cabecita se ahogaba con pensamientos morbosos.
Miré a los otros muchachos y les pedí que se unieran de la misma manera, tenía que comparar.
Que decir, la fantasía de un gangbang, la fantasía de los negros, la fantasía de ser única, la fantasía de la perfección masculina, era demasiado.
Fui directa al grano, solo le dije que si me complacían bien no solo tendrían el puesto, sino un bono extra de gratificación.
Me incorporé, dejé caer mis prendas una a una, solo me quedé sobre mis tacos altos y a pesar de eso, apenas le llegaba a la altura de sus tetillas, me puse al medio de ellos, me sentía un pigmeo, saqué mi celular y tomé algunas fotos, porque las chicas seguro no me creerían lo que estaba a punto de comerme.

La sensación era tan rara como caliente, yo, una personita insignificante, diminuta, un microbio, rodeada por tres enormes especímenes machos raza negra, se veían diferentes, lucían diferentes, olían diferentes, eran grandes, todo grandes, empecé a sobarle la verga a uno por sobre el slip y si, temerosamente grande, ya no podía con esas fotos que tomaba una tras otra sin parar, dejé el celular de lado, me estiré en puntas de pies y tuve que esperar a que se agachara un poco para llegar a esos gruesos labios africanos, fue un beso tan dulce como rudo, gire un poco para besar en la boca al que tenía a mi espalda mientras ya sentía seis manos perversas recorriendo mi piel, fui por el tercero, el que más me atraía, el tatuado, también fui por sus labios pero el animal me levantó en el aire como si fuera una hoja de papel, sus enormes manos eran más grandes que mis nalgas y las usó como apoyo para mantenerme sentada sobre ellas, entonces lamió mi cuello, y llegó a mis tetitas, mis diminutos pechos cupieron por completo en su enorme bocota, y se sentía demasiado rico, me las comía, mis pezones estaban afiebrados mientras los otros me apretujaban por detrás.


Las feasPedí um minuto, disse que eu descesse, queria ir para o andarilho, tinha muitos desejos de cumprir loucas fantasias, e por sorte minha imaginação não falharia, seus cocks eram tão grandes como eles, era algo de outro mundo, e eram só para mim, comecei a chupá-los um, e masturbar os outros dois, e roteava, me sentia tão puta, tão suja, que não podia evitar que meus fluxos femininos jorrassem em forma incrível pelas minhas pernas, como nunca.

Como narrar a sensação, se eram tão grossas que não podia rodeá-las com minhas mãozinhas, se eram tão longas que até meu antebraço parecia um brinquedo ao seu lado, se eram tão escuras como meus pensamentos perversos, se eram tão deliciosas como os melhores dos manjares.

Um me levantou de onde eu estava, me levantou novamente entre seus braços para carregá-lo até a cadeira na qual eu havia estado sentada anteriormente, não disse nada, como um animal me espalhou sobre a mesma, se jogou no chão, abriu minhas pernas e começou a me dar sexo oral, muito sabroso, muito irresistível, comecei a gemir, a perder-me, os outros males me flanquearam, um a cada lado, para que se seguisse chupando.

A agarrei pela base, uma a cada lado, e enquanto morria com a chupada de pussy que me batia o bandido, comecei a refregear os peitos com esses glandes duros e negros, me senti vindo, não podia mais e já só queria que me pegassem...

Eles mudaram, eles decidiam o que fazer e eu era apenas uma pobre marionete, um dos morochos se sentou na minha cadeira e eu fui montá-lo, isso foi uma bênção para mim, porque pude regular a penetração, e metade do cock já sentia que estava completa. Eles tentavam forçar-me a comer mais ainda, mas não podia, o maldito me ia desgarrar o útero se seguia empurrando, não era gracioso, mas era placentero, eu movimentava entrando e saindo com o que podia, com o cinquenta por cento da anaconda negra era mais que suficiente para mim, me acariciava a pussy, gostava, e ainda tinha dois mais para probar. O tatuado faria uma má jogada, veio atrás procurar uma dupla penetração, e juro que eu teria adorado, é mais, amava o sexo anal, mas isso era demais, estavam me rompendo a bunda e com isso era mais que suficiente, meu bumbum nessa ocasião não teria suportado. Preferi chupá-los um pouco mais, gostava mais que a penetração, é que bem, nem tenho uso da palavra: bunda sem fundo, e quando estive satisfeita confessaram meu segredo mais fetiche... Fui para um lado, pus novamente o sutiã e a blusa, abotoei os botões um a um, também a calcinha e a saia ajustada violeta que eu trazia, sempre em tacos altos, outra vez estava vestida como a chefe do turno, me acomodei novamente sobre a cadeira, subi um pouco a saia para me permitir abrir as pernas sobre os braços e só corri a calcinha para o lado deixando no meu primeiro plano meu sexo aberto e disponível, veio um se acomodou e me meteu profundamente, tive que usar um dos meus braços para que topara em seu ventre e evitar que buscasse meter-me mais adentro do que podia suportar, mas foi delicioso, foi doce sentir o sexo enorme dele acariciar a intimidade do meu e nos segundos intermináveis senti os orgasmos mais profundos da minha existência, senti-o vir e tal como havia imaginado seus líquidos quentes invadiram toda minha caverna de amor, me encheu e se sentiu exquisito, arrancando sensações indescritíveis para narrar. Depois veio o segundo, que também veio por mim, e seu sexo duro resbalava no meu com a mistura dos meus fluxos e do sêmen do primeiro moreno, crei morrer nesse jogo e também se veio dentro de mim. Estava com a respiração entrecortada, ao bordo do desmaio e com pressa cheguei o meu postre, o rapaz tatuado, me pegava e eu apertava o clitoris com força, já não podia... O contrário dos demais, antes de chegar a sacou-se do meu buraco, ainda me masturbava enquanto olhava seu sexo enorme embardunado em sêmen dos outros, disse-me too tasty, and even tastier as I supported the tip of his glans on my little button, to pour liters of sticky juices all over my pubis. I felt so excited, I just ran the fabric of my underwear and stayed satisfied, with a whole disgusting crucible of semen between my legs that I couldn't contain since it was overflowing in all directions, and much to my regret I had to go to the bathroom to clean up a bit, although it was to be able to return home. Before saying goodbye, I told them they had earned their keep, the photographic shoots would start the next day and the short films in a week's time, and also assured them that there would be three envelopes with cash at reception for the promised plus, everything hurt, but damn it was worth it. We said our goodbyes, cordially, from now on I would only have a professional, distant and cold treatment of them. I went back home, left the car in the garage, filled the bathtub with warm water and served myself a glass of champagne, went to the water leaving my clothes behind, all I needed were three things within reach at that moment, the glass, the bottle and my mobile. I got in and submerged myself completely, pulled my head out from under the water and took some deep breaths, closed my eyes, relived the story, slowly, took out the cell phone and only started looking at one by one the photos I had taken, felt desires and still seemed to feel all my vagina glued with semen, sat on the edge of the bathtub, took a hand shower and let the thin streams of water run over my skin, my breasts, my nipples, and went between my legs, it was so hot, so soft, so delicate that I ended up finishing again without touching myself, just with the gentle caresses of the water on my sex. Two months after the campaign ended, when the cars were already out on the street, when everything was a success, and this story came to enrich the curriculum of the company, I contacted Danilo again, the dark-haired one with tattoos, it was nice, I kept him with my dinheiro em meu círculo para que me pegasse quando eu quisesse pegar, e não me arrependo da experiência, até que chegou o momento de fechar essa história e seguir nossos caminhos. A gorda Maria está tão concentrada no meu relato que o sorvete terminou por derreter-se em sua enorme taça, Sandrita me olha com cara de não chegar a compreender, entre suas realidades e fantasias, e Laura, Laura sempre será uma louca de remate, sei que seus hábitos são apenas uma fachada e por mais que se persiga ante minhas palavras, é evidente que é ela quem inveja minha posição, olho-a diretamente nos olhos, tomo suas mãos, e sou direta, ante a atenta mirada das outras duas garotas pergunto-lhe se ela se masturba, me intriga muito sua vida secreta, suas eternas brigas com santos e demônios, seus pecados ocultos, ela nega com seus gestos, mas sua mirada a delata, olho para o relógio, é tarde, será para outra oportunidade, peço a conta, essa vez pago eu, e além disso, tenho que levar Sandrita para casa. Se gostaste dessa história pode escrever-me com título AS FEAS a dulces.placeres@live.com