No dejes de pasar por mi mejor post
http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa.html
No te vas a arrepentir
COSTA RICA
Estaba cómodo en mi empleo, un cargo de jefatura de rango medio en una empresa internacional de insumos para la industria automotriz, un equilibrio justo entre responsabilidades e ingresos, porque honestamente, los que estaban por encima de mí, en los puestos gerenciales, se llevaban muy buena plata, pero vivían enloquecidos con reuniones, tomar decisiones, con tener que dar respuestas, con presentaciones y un nivel de estrés que no quería vivir en absoluto, y los que estaban por debajo, obreros rasos, ellos solo obedecían ordenes, pero sus salarios eran miserables y eran los primeros en ser dejados cesantes en épocas de vacas flacas.
Con casi cincuenta tenía un equilibrio casi perfecto entre empleo y familia, mi esposa, mis hijos, mi hogar, jugar un poco de tenis con los amigos, alguna que otra salida y de vez en cuando unos días de licencia
Todo iba sobre rieles, trabajar en una multinacional da bastante respaldos y beneficios, en una vida tranquila y sin sobresaltos, pero en cada historia hay un 'pero', y la mía no sería la excepción a la regla.
La empresa que mencioné, en la cual tenía una antigüedad y respetabilidad considerable, era un monstruo a nivel mundial, líder en el rubro y proveedora a casi todas las marcas de coches conocidas actualmente, originaria de Alemania, tenía filiales por todas partes del mundo, y era tan grande que nuestra competencia no eran las otras empresas, sino las mismas filiales emplazadas en Brasil, Colombia, Chile donde se peleaba día a día por mostrar mejor competitividad.
Ese era nuestro desafío, si es que no queríamos terminar como la filiar de Uruguay, que, por su bajo volumen de producción y un problema político con el gobierno de turno, terminó siendo absorbida por nosotros, la par de Argentina.
Solo había un punto débil en la empresa, la imposibilidad de entrar en el gran país del norte, después de treinta años habían fallado una y otra vez, y esa era la mancha negra, EEUU era la puerta de entrada y salida para jugar en las grandes ligas, pero EEUU contaba con un par de empresas locales a las cuales no era posible competirles.
Y surgiría una nueva posibilidad, un joint venture con una pequeña empresa local de Costa Rica, quienes ya tenían algunos puntos acceso estratégicos y años de trayectoria en el en suelo yanqui, pero era demasiado pequeña para hacerle cosquillas a nadie. Así fue, que, insuflando una gran cantidad de euros, se llevaría la historia a otro nivel, una crecería en tamaño, otra conseguiría su objetivo, era solo ganar y ganar.
Cuando me llamaron a la gerencia de planta, todo el tema ya estaba resuelto, era un secreto a voces, comentarios de pasillos, pero de los detalles, esos íntimos de los cuales yo era parte sin saberlo, me enteraría solo en esa reunión.
Con honestidad, solo pensé que me llamaban para ponerme al tanto en forma oficial, pero el tema iba más lejos.
A solas con mi jefe, y el jefe de mi jefe, me anoticiaron que estaban instalando en Costa Rica una nueva línea de producción, de alta velocidad y tecnología de punta, muy similar a la que nosotros teníamos funcionando en nuestra planta de Argentina.
Mi trabajo? era simple, tenía que escoger un grupo de colaboradores de todas las áreas, viajar a Costa Rica por un mes y encargarme en persona de la puesta en marcha y capacitación del personal, para que en treinta días la línea estuviera funcionando en óptimas condiciones, y que pudiéramos volver tranquilos a nuestro país
Fue un momento difícil, esas propuestas, si bien son cordiales, se sabe que en verdad son ordenes con sonrisas a las cuales no se les puede decir que no, lo que equivaldría a quedar cesante en poco tiempo.
Lo peor fue convencer a mi esposa, con sus preguntas lógicas, por qué vos?, no había otro?, cuantos días son? que haré yo sola? y es que nuestra única hija ya se había casado, y a Cecilia, mi mujer, no le gustaba la soledad, nosotros éramos una pareja muy unida y esto sería un verdadero problema.
Salté los problemas, me puse manos a la obra, armé el que sería mi equipo de confianza, con el tacto suficiente para elegir en lo posible a aquellos que no tuvieran compromisos como el mío, no era grato hacer vivir a otros lo que yo estaba viviendo y necesitaba tener a la tropa con la moral bien arriba. También empezamos con los temas de documentación, reservas de hoteles y ubicación de la planta, en las afueras de San José.
Y lo más importante para mí, aprender donde iría, porque tenía un vago recuerdo de los países de américa central, ver en Google un poco, al norte Nicaragua, al sur Panamá, al este el Caribe y al oeste el Pacífico, me di cuenta que poco sabía y cuanto tenía por aprender.
Me despedí de mis afectos con mucho amor, no quería dejar mi hogar, pero no estaba en posición de elegir, el remisse pasó puntual y en poco más de media hora me reunía con mis compañeros de trabajo en el aeropuerto.
Entre bromas hicimos todos los papeles correspondientes, y recién pude distenderme cuando sentí que el avión tomaba vuelo empujado por el bramido feroz de sus motores.
El viaje fue un tanto cansador, parada en Brasil mediante, al fin aterrizamos en el internacional Juan Santamaría donde una comitiva nos esperaba para acercarnos al hotel.
Nos relajamos, era tarde, cenamos y nos fuimos a dormir, al día siguiente nos pasarían a buscar para nuestra primera visita a la empresa.
Ese primer encuentro sería un tanto risueño para nosotros, nos trataron con respeto y admiración, parecíamos los conquistadores que llegaban a américa, pero nosotros éramos simples mortales. Es cierto, la empresa se veía vieja y un tanto fuera de época, más a nuestros ojos acostumbrados la tecnología de punta de una empresa alemana, la nueva línea de producción estaba ya ensamblada y en los retoques finales, y era la niña bonita en medio de otras líneas de mediados de los sesenta, totalmente pasadas de moda.
Después de una rápida recorrida por la pequeña empresa, y mientras nos familiarizábamos con el acento y el castellano diferente que usaban 'los ticos', tendría mi primer encuentro a solas con Alejandro Vargas, mi par local con quien tenía que afinar detalles para llegar a buen puerto con el proyecto.
Fue una charla amena, me contó un poco su historia y yo la mía, y llegaría el instante en que cambiaría mi vida. En algún punto de la charla Alejandro llamó a su asistente personal, me dijo que por los días que yo estuviera en Costa Rica, ella sería mi mano derecha, para asistirme y facilitarme todo lo que necesitara.
Cuando Karolayn, o Karo como yo la llamaría, flanqueó la puerta de la sala por primera vez, y yo me quedé atontado por su belleza.
Estaba con un uniforme laboral discreto, pero sin embargo pude notar en ella una gordita preciosa, del tipo de mujer que a mí me gustaban, con llamativos pechos y una cola de película, con unos ojos negros que enamoraban a primera vista, cabellos largos para atraparte como si fueran redes, y unos labios perfectos que parecían delineados a mano.
Pero ella no era solo lo físico, me cautivó su acento, extraño a mis oídos, con una voz dulce y lenta, parecía muy sumisa, atenta y educada. Alejandro me dijo que estaba en un empleo temporal, haciendo carrera y estudiando al mismo tiempo, ella me regaló una sonrisa y noté sus dientes blancos brillando como perlas, me paré para saludarla, le extendí la mano, pero su impulso fue estirarse para besar mi mejilla, situación que nos trajo un poco de risas.
Creo que en ese momento las palabras de mi par quedaron en segundo plano, no sabía qué diablos pasaba en mi cabeza, puesto que ella en ese momento no era nadie, pero se había colado en mis pensamientos, una locura, tenía la edad de mi hija.
En lo que quedaría del día Karo se pegaría a mi lado en forma incondicional, al principio me daba cierta gracia porque me trataba de 'usted' a pesar de que leía en su mirada un grado de perversidad escondida.
Y del roce laboral cambiamos charlas de vidas, de su vida, de su país, de su gente, de su familia, de sus gustos, de la misma manera que yo le hice conocer por palabras mi historia en Argentina.
Dos noches después, día sábado, organizaron una cena en un restaurante, tradiciones naturales en estos casos, gente de un lado, gente del otro, todo pago por la empresa, y mientras algunos de mis compañeros planificaban ir de putas, a mí me intrigaba conocerla a ella fuera del ámbito laboral.
Karo no me defraudaría, por fuera de la empresa ella era aún más llamativa a mis ojos, enfundada en un discreto vestido negro a media pierna, con brillos en plateados, un escote profundo que dejaba notar demasiado el centro de sus turgentes pechos, con su juventud y su belleza natural, seria centro de miradas de propios y extraños.
Y charlamos hasta altas horas, demasiado tarde, sin darnos cuenta el tiempo se escurrió como arena entre los dedos y volví al hotel con la dulzura de su acento centroamericano aun jugando en mis oídos.
Ya en la soledad de mi habitación fui a higienizarme, oriné, me lavé los dientes, la cara, me miré al espejo y me fui a la cama pensando en ella, tomé mi celular, a repasar las últimas noticias del día que terminaba y fue cuando noté que me había olvidado de llamar a mi esposa, como hacía cada noche, miré la hora, seguro en Argentina serían cerca de las doce de la noche y me animé a llamarla, sabiendo que había hechos mal las cosas.
Me dijo que estaba en la cama esperando mi llamado, leyendo un libro, que era tarde y estaba preocupada por la ausencia de mi llamado, pero como sabía de mi trabajo, supuso que seguramente estaría ocupado.
Me sentí fatal, hablamos mucho, hasta que el sueño nos obligó a dejar la conversación con un beso y un te amo de despedida.
Llegaría el domingo, día libre, un poco más, un poco menos, todos tenían planes, excepto yo, me tildaron de amargado, de obsecuente, pero en verdad no tenía deseos de hacer nada especial.
Se acercaba el mediodía, estaba haciendo algunos trabajos con mi notebook, pensando ya en bajar al comedor del hotel por mi almuerzo, fue cuando sonó mi celular y ella estaba al otro lado, me dijo directamente si quería compartir el almuerzo y fue muy rico sentir su voz, es que no esperaba tamaña propuesta, y entre balbuceos le dije que viniera por mí al hotel, yo conocía poco y nada del lugar donde estaba.
Karo vino a mi encuentro, ella vivía sola, no tenía compromisos así que almorzamos en forma muy amena, éramos casuales compañeros de empleo, aunque a la distancia parecíamos padre e hija, o hasta los amantes típicos, el viejo y la joven, cambiando dinero por juventud.
Entre copas hablamos mucho, demasiado, como nunca habíamos hablado, le dije con mucho tacto sobre lo bonita que era, demasiado bonita para mí, a lo que ella respondía con sonrisas vergonzosas y ella hablaba de lo intelectual que me veía, un tipo maduro y aplomado, y que, por cierto, era demasiado atractivo para cualquier mujer, palabras que agrandaban mi ego.
Then we went for a walk, she offered to show me the best of San José, and as the hours passed, we were getting more entwined, and mutual interest seemed to be increasing perilously.
When the sun began to set on the horizon, she invited me to come over to her house and I knew that we were both getting into a path with no return, it was obvious that her interest in me went beyond a momentary company, none of us said it, but we wanted to devour each other.
We arrived, Karo parked her small car on the side, we climbed the stairs to the second floor, took a few moments while she prepared a couple of drinks with alcohol, I looked around and at her, she was dressed very normally in some way, just with a worn-out jean and a wide sweater.
She offered me the drink, we looked each other in the eyes and felt that connection between a man who wants to drink youth and a young woman who is excited by experience, I tried to kiss her but she took a few steps back opening up distance, told me to give her a minute, wanted to get comfortable for the occasion.
I left her go to her room with a yummy tingling between my legs, just waited for her to come back.
Karo returned minutes later, but it wasn't the innocent and shy girl I knew, the little rabbit had transformed into a she-wolf, with outlined eyes, an intimidating look, with bra, thong, and high stockings with garters, in combination of strong black and pink colors, transparent and embroidered, walking defiantly on sensual high-heeled shoes, making me die from desire just by looking at her, I went towards her to approach her but again she rejected me pushing me away from her side.
Come on, marica... - she said to my surprise -
I tried again, but then received a strong slap that knocked me off balance, I felt stunned, unable to understand.
I don't like plays! - I had already learned the meaning of this word during my days of stay in Costa yummy -
I came back at it this time with more care and more force, intercepting her arms with my hands, preventing new punches, made her retreat to one of the walls and pressing her arms tightly to immobilize them, put my tongue in her mouth and pressed my lips against hers, felt her jading and breathing very tasty, as if she liked the whole situation, pressed my chest against her tits and rubbed my hard cock on her lower belly, noticed the heat in the atmosphere and that tension of a violent love.
But Karo seemed like a wild sexy girl who needed to be tamed, in a moment of distraction gave me a knee to my lower parts that surprised me, causing an acute pain that forced me to twist over one of the armchairs in the room, she kept her haughty air and went on boasting.
It seems that all Argentines are weaklings...
Fed up with her games, she had achieved what she was looking for, that I leave my tender side and bring out the primitive beast, I got up as soon as I could, took off the belt holding up my pants and as if it were an animal entwined her neck with it, almost dragged her away and she couldn't do anything else because if she resisted the noose would tighten perilously around her throat.
I put her on all fours on the armchair, ran her thong and noticed in her depilated lips the sticky honey of her excitement, then passed my tongue making her shudder and again and again, savoring her pussy and anus at the same time as sensual gasps escaped from her lips.
I remembered the punches she had given me and went for revenge, stopped behind her and gave her a strong slap on her enormous and appetizing ass, she brayed and said Siii!!!! that's how I like it!
I hit her again with more force and she responded with more excitement, everything was very wild, only started to take her with strength, taking her by the waist and arching her back to facilitate deep and complete penetration, Karo would soon change... Moans for contained screams and little by little I tried to escape from my claws so it wouldn't get that deep, but then I had to give her a strong slap and bring her back against me to close the distances
Now you're going to see what a real man is! - I said menacingly -
But she raised the stakes and with her tasty accent provoked me by pulling
Son of a slut! Put it in her ass! I love a good anal!!!!
This Karo was far from the sweet personal secretary, I didn't make much effort, just with the vaginal lubrication she had, it was enough to moisten her sphincter and sodomize her, I started giving it to her again with force, all the way in, one after another while she brayed masturbating her clitoris, it was a sexual act with the force of a tornado and the fury of a volcano, I was leaving her whole ass open and seeing that situation excited me too much, she didn't stop provoking me with words and I felt coming, I told her I wanted to cum in her tits, they were beautiful, big and still hadn't been able to play with tremendous breasts, but Karo would surprise me again with her words
I also have a mouth... - she said defiantly -
We changed positions, she now sitting and masturbating me very close to her face, with her gaze lost in my cock, breathing with difficulty since I was adjusting the belt more and more around her neck, I couldn't anymore and suddenly finished like I hadn't finished in years, it burst out with great force, on her face, in her mouth, on her lips, Karo tried to swallow everything but I just kept shooting and the warm semen fell onto her perineum, onto her chest, reaching her tits and bra
I collapsed back, excited, breathing hard, sweating, while she, like a hot slut cat, cleaned her whole skin with her tongue, even provocatively undressing her breasts and caressing her nipples with her own tongue, still drunk in my juices
We kept going making it until it was very late, we had some improvised sandwiches for dinner and she took me back to the hotel
Monday at work wouldn't be just another Monday, in our free time everyone would share their weekend experiences, except for me, Karo was once again the timid girl that everyone knew, only a wide scarf around her neck stood out from the ordinary
On some escape, away from curious eyes, she showed me the violet marks that my belt had caused her, I swallowed saliva, closed my eyes, we hadn't been able to avoid it, enough of madness we said
But that same afternoon she would visit me at the hotel and get into my room
At the end of the story, the new production line was already in operation, in full production and maximum speed, our escapade had been a complete success and we were embarking on the return to Argentina never to return to Costa Rica again, at least that was the official story
Karo and I sealed our lips with a pact of silence, we lived each day as if it were the last, because we knew that there would really be a last day in our relationship and we passed from the paradise of work to the hell of intimacy, like crazy people, like fools, like bohemians
There were no words, no complaints, no impossible demands, just loving each other like primitive animals, like never before with any woman, like never again
I drank from her the sap of her youth, she stole the best of my lived years, I proposed staying in touch, she preferred to forget and keep the best of the moment
Today I don't know what happened to her life, sometimes Alejandro, my Costa Rican friend, would remind me that she had ended her days at the company, had received a prize and had let out her wings for a better future. I lost contact, time passed, I don't know what you think of me, but I'd like you to know that I remember her every night, the best of my days in Costa Rica
If you liked this story, you can write to me with TITLE COSTA yummy sweet.delights@live.com
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No te vas a arrepentir
COSTA RICA
Estaba cómodo en mi empleo, un cargo de jefatura de rango medio en una empresa internacional de insumos para la industria automotriz, un equilibrio justo entre responsabilidades e ingresos, porque honestamente, los que estaban por encima de mí, en los puestos gerenciales, se llevaban muy buena plata, pero vivían enloquecidos con reuniones, tomar decisiones, con tener que dar respuestas, con presentaciones y un nivel de estrés que no quería vivir en absoluto, y los que estaban por debajo, obreros rasos, ellos solo obedecían ordenes, pero sus salarios eran miserables y eran los primeros en ser dejados cesantes en épocas de vacas flacas.
Con casi cincuenta tenía un equilibrio casi perfecto entre empleo y familia, mi esposa, mis hijos, mi hogar, jugar un poco de tenis con los amigos, alguna que otra salida y de vez en cuando unos días de licencia
Todo iba sobre rieles, trabajar en una multinacional da bastante respaldos y beneficios, en una vida tranquila y sin sobresaltos, pero en cada historia hay un 'pero', y la mía no sería la excepción a la regla.
La empresa que mencioné, en la cual tenía una antigüedad y respetabilidad considerable, era un monstruo a nivel mundial, líder en el rubro y proveedora a casi todas las marcas de coches conocidas actualmente, originaria de Alemania, tenía filiales por todas partes del mundo, y era tan grande que nuestra competencia no eran las otras empresas, sino las mismas filiales emplazadas en Brasil, Colombia, Chile donde se peleaba día a día por mostrar mejor competitividad.
Ese era nuestro desafío, si es que no queríamos terminar como la filiar de Uruguay, que, por su bajo volumen de producción y un problema político con el gobierno de turno, terminó siendo absorbida por nosotros, la par de Argentina.
Solo había un punto débil en la empresa, la imposibilidad de entrar en el gran país del norte, después de treinta años habían fallado una y otra vez, y esa era la mancha negra, EEUU era la puerta de entrada y salida para jugar en las grandes ligas, pero EEUU contaba con un par de empresas locales a las cuales no era posible competirles.
Y surgiría una nueva posibilidad, un joint venture con una pequeña empresa local de Costa Rica, quienes ya tenían algunos puntos acceso estratégicos y años de trayectoria en el en suelo yanqui, pero era demasiado pequeña para hacerle cosquillas a nadie. Así fue, que, insuflando una gran cantidad de euros, se llevaría la historia a otro nivel, una crecería en tamaño, otra conseguiría su objetivo, era solo ganar y ganar.
Cuando me llamaron a la gerencia de planta, todo el tema ya estaba resuelto, era un secreto a voces, comentarios de pasillos, pero de los detalles, esos íntimos de los cuales yo era parte sin saberlo, me enteraría solo en esa reunión.
Con honestidad, solo pensé que me llamaban para ponerme al tanto en forma oficial, pero el tema iba más lejos.
A solas con mi jefe, y el jefe de mi jefe, me anoticiaron que estaban instalando en Costa Rica una nueva línea de producción, de alta velocidad y tecnología de punta, muy similar a la que nosotros teníamos funcionando en nuestra planta de Argentina.
Mi trabajo? era simple, tenía que escoger un grupo de colaboradores de todas las áreas, viajar a Costa Rica por un mes y encargarme en persona de la puesta en marcha y capacitación del personal, para que en treinta días la línea estuviera funcionando en óptimas condiciones, y que pudiéramos volver tranquilos a nuestro país
Fue un momento difícil, esas propuestas, si bien son cordiales, se sabe que en verdad son ordenes con sonrisas a las cuales no se les puede decir que no, lo que equivaldría a quedar cesante en poco tiempo.
Lo peor fue convencer a mi esposa, con sus preguntas lógicas, por qué vos?, no había otro?, cuantos días son? que haré yo sola? y es que nuestra única hija ya se había casado, y a Cecilia, mi mujer, no le gustaba la soledad, nosotros éramos una pareja muy unida y esto sería un verdadero problema.
Salté los problemas, me puse manos a la obra, armé el que sería mi equipo de confianza, con el tacto suficiente para elegir en lo posible a aquellos que no tuvieran compromisos como el mío, no era grato hacer vivir a otros lo que yo estaba viviendo y necesitaba tener a la tropa con la moral bien arriba. También empezamos con los temas de documentación, reservas de hoteles y ubicación de la planta, en las afueras de San José.
Y lo más importante para mí, aprender donde iría, porque tenía un vago recuerdo de los países de américa central, ver en Google un poco, al norte Nicaragua, al sur Panamá, al este el Caribe y al oeste el Pacífico, me di cuenta que poco sabía y cuanto tenía por aprender.
Me despedí de mis afectos con mucho amor, no quería dejar mi hogar, pero no estaba en posición de elegir, el remisse pasó puntual y en poco más de media hora me reunía con mis compañeros de trabajo en el aeropuerto.
Entre bromas hicimos todos los papeles correspondientes, y recién pude distenderme cuando sentí que el avión tomaba vuelo empujado por el bramido feroz de sus motores.
El viaje fue un tanto cansador, parada en Brasil mediante, al fin aterrizamos en el internacional Juan Santamaría donde una comitiva nos esperaba para acercarnos al hotel.
Nos relajamos, era tarde, cenamos y nos fuimos a dormir, al día siguiente nos pasarían a buscar para nuestra primera visita a la empresa.
Ese primer encuentro sería un tanto risueño para nosotros, nos trataron con respeto y admiración, parecíamos los conquistadores que llegaban a américa, pero nosotros éramos simples mortales. Es cierto, la empresa se veía vieja y un tanto fuera de época, más a nuestros ojos acostumbrados la tecnología de punta de una empresa alemana, la nueva línea de producción estaba ya ensamblada y en los retoques finales, y era la niña bonita en medio de otras líneas de mediados de los sesenta, totalmente pasadas de moda.
Después de una rápida recorrida por la pequeña empresa, y mientras nos familiarizábamos con el acento y el castellano diferente que usaban 'los ticos', tendría mi primer encuentro a solas con Alejandro Vargas, mi par local con quien tenía que afinar detalles para llegar a buen puerto con el proyecto.
Fue una charla amena, me contó un poco su historia y yo la mía, y llegaría el instante en que cambiaría mi vida. En algún punto de la charla Alejandro llamó a su asistente personal, me dijo que por los días que yo estuviera en Costa Rica, ella sería mi mano derecha, para asistirme y facilitarme todo lo que necesitara.
Cuando Karolayn, o Karo como yo la llamaría, flanqueó la puerta de la sala por primera vez, y yo me quedé atontado por su belleza.
Estaba con un uniforme laboral discreto, pero sin embargo pude notar en ella una gordita preciosa, del tipo de mujer que a mí me gustaban, con llamativos pechos y una cola de película, con unos ojos negros que enamoraban a primera vista, cabellos largos para atraparte como si fueran redes, y unos labios perfectos que parecían delineados a mano.
Pero ella no era solo lo físico, me cautivó su acento, extraño a mis oídos, con una voz dulce y lenta, parecía muy sumisa, atenta y educada. Alejandro me dijo que estaba en un empleo temporal, haciendo carrera y estudiando al mismo tiempo, ella me regaló una sonrisa y noté sus dientes blancos brillando como perlas, me paré para saludarla, le extendí la mano, pero su impulso fue estirarse para besar mi mejilla, situación que nos trajo un poco de risas.
Creo que en ese momento las palabras de mi par quedaron en segundo plano, no sabía qué diablos pasaba en mi cabeza, puesto que ella en ese momento no era nadie, pero se había colado en mis pensamientos, una locura, tenía la edad de mi hija.
En lo que quedaría del día Karo se pegaría a mi lado en forma incondicional, al principio me daba cierta gracia porque me trataba de 'usted' a pesar de que leía en su mirada un grado de perversidad escondida.
Y del roce laboral cambiamos charlas de vidas, de su vida, de su país, de su gente, de su familia, de sus gustos, de la misma manera que yo le hice conocer por palabras mi historia en Argentina.
Dos noches después, día sábado, organizaron una cena en un restaurante, tradiciones naturales en estos casos, gente de un lado, gente del otro, todo pago por la empresa, y mientras algunos de mis compañeros planificaban ir de putas, a mí me intrigaba conocerla a ella fuera del ámbito laboral.
Karo no me defraudaría, por fuera de la empresa ella era aún más llamativa a mis ojos, enfundada en un discreto vestido negro a media pierna, con brillos en plateados, un escote profundo que dejaba notar demasiado el centro de sus turgentes pechos, con su juventud y su belleza natural, seria centro de miradas de propios y extraños.
Y charlamos hasta altas horas, demasiado tarde, sin darnos cuenta el tiempo se escurrió como arena entre los dedos y volví al hotel con la dulzura de su acento centroamericano aun jugando en mis oídos.
Ya en la soledad de mi habitación fui a higienizarme, oriné, me lavé los dientes, la cara, me miré al espejo y me fui a la cama pensando en ella, tomé mi celular, a repasar las últimas noticias del día que terminaba y fue cuando noté que me había olvidado de llamar a mi esposa, como hacía cada noche, miré la hora, seguro en Argentina serían cerca de las doce de la noche y me animé a llamarla, sabiendo que había hechos mal las cosas.
Me dijo que estaba en la cama esperando mi llamado, leyendo un libro, que era tarde y estaba preocupada por la ausencia de mi llamado, pero como sabía de mi trabajo, supuso que seguramente estaría ocupado.
Me sentí fatal, hablamos mucho, hasta que el sueño nos obligó a dejar la conversación con un beso y un te amo de despedida.
Llegaría el domingo, día libre, un poco más, un poco menos, todos tenían planes, excepto yo, me tildaron de amargado, de obsecuente, pero en verdad no tenía deseos de hacer nada especial.
Se acercaba el mediodía, estaba haciendo algunos trabajos con mi notebook, pensando ya en bajar al comedor del hotel por mi almuerzo, fue cuando sonó mi celular y ella estaba al otro lado, me dijo directamente si quería compartir el almuerzo y fue muy rico sentir su voz, es que no esperaba tamaña propuesta, y entre balbuceos le dije que viniera por mí al hotel, yo conocía poco y nada del lugar donde estaba.
Karo vino a mi encuentro, ella vivía sola, no tenía compromisos así que almorzamos en forma muy amena, éramos casuales compañeros de empleo, aunque a la distancia parecíamos padre e hija, o hasta los amantes típicos, el viejo y la joven, cambiando dinero por juventud.
Entre copas hablamos mucho, demasiado, como nunca habíamos hablado, le dije con mucho tacto sobre lo bonita que era, demasiado bonita para mí, a lo que ella respondía con sonrisas vergonzosas y ella hablaba de lo intelectual que me veía, un tipo maduro y aplomado, y que, por cierto, era demasiado atractivo para cualquier mujer, palabras que agrandaban mi ego.
Then we went for a walk, she offered to show me the best of San José, and as the hours passed, we were getting more entwined, and mutual interest seemed to be increasing perilously.
When the sun began to set on the horizon, she invited me to come over to her house and I knew that we were both getting into a path with no return, it was obvious that her interest in me went beyond a momentary company, none of us said it, but we wanted to devour each other.
We arrived, Karo parked her small car on the side, we climbed the stairs to the second floor, took a few moments while she prepared a couple of drinks with alcohol, I looked around and at her, she was dressed very normally in some way, just with a worn-out jean and a wide sweater.
She offered me the drink, we looked each other in the eyes and felt that connection between a man who wants to drink youth and a young woman who is excited by experience, I tried to kiss her but she took a few steps back opening up distance, told me to give her a minute, wanted to get comfortable for the occasion.
I left her go to her room with a yummy tingling between my legs, just waited for her to come back.
Karo returned minutes later, but it wasn't the innocent and shy girl I knew, the little rabbit had transformed into a she-wolf, with outlined eyes, an intimidating look, with bra, thong, and high stockings with garters, in combination of strong black and pink colors, transparent and embroidered, walking defiantly on sensual high-heeled shoes, making me die from desire just by looking at her, I went towards her to approach her but again she rejected me pushing me away from her side.
Come on, marica... - she said to my surprise -
I tried again, but then received a strong slap that knocked me off balance, I felt stunned, unable to understand.
I don't like plays! - I had already learned the meaning of this word during my days of stay in Costa yummy -
I came back at it this time with more care and more force, intercepting her arms with my hands, preventing new punches, made her retreat to one of the walls and pressing her arms tightly to immobilize them, put my tongue in her mouth and pressed my lips against hers, felt her jading and breathing very tasty, as if she liked the whole situation, pressed my chest against her tits and rubbed my hard cock on her lower belly, noticed the heat in the atmosphere and that tension of a violent love.
But Karo seemed like a wild sexy girl who needed to be tamed, in a moment of distraction gave me a knee to my lower parts that surprised me, causing an acute pain that forced me to twist over one of the armchairs in the room, she kept her haughty air and went on boasting.
It seems that all Argentines are weaklings...
Fed up with her games, she had achieved what she was looking for, that I leave my tender side and bring out the primitive beast, I got up as soon as I could, took off the belt holding up my pants and as if it were an animal entwined her neck with it, almost dragged her away and she couldn't do anything else because if she resisted the noose would tighten perilously around her throat.
I put her on all fours on the armchair, ran her thong and noticed in her depilated lips the sticky honey of her excitement, then passed my tongue making her shudder and again and again, savoring her pussy and anus at the same time as sensual gasps escaped from her lips.
I remembered the punches she had given me and went for revenge, stopped behind her and gave her a strong slap on her enormous and appetizing ass, she brayed and said Siii!!!! that's how I like it!
I hit her again with more force and she responded with more excitement, everything was very wild, only started to take her with strength, taking her by the waist and arching her back to facilitate deep and complete penetration, Karo would soon change... Moans for contained screams and little by little I tried to escape from my claws so it wouldn't get that deep, but then I had to give her a strong slap and bring her back against me to close the distances
Now you're going to see what a real man is! - I said menacingly -
But she raised the stakes and with her tasty accent provoked me by pulling
Son of a slut! Put it in her ass! I love a good anal!!!!
This Karo was far from the sweet personal secretary, I didn't make much effort, just with the vaginal lubrication she had, it was enough to moisten her sphincter and sodomize her, I started giving it to her again with force, all the way in, one after another while she brayed masturbating her clitoris, it was a sexual act with the force of a tornado and the fury of a volcano, I was leaving her whole ass open and seeing that situation excited me too much, she didn't stop provoking me with words and I felt coming, I told her I wanted to cum in her tits, they were beautiful, big and still hadn't been able to play with tremendous breasts, but Karo would surprise me again with her words
I also have a mouth... - she said defiantly -
We changed positions, she now sitting and masturbating me very close to her face, with her gaze lost in my cock, breathing with difficulty since I was adjusting the belt more and more around her neck, I couldn't anymore and suddenly finished like I hadn't finished in years, it burst out with great force, on her face, in her mouth, on her lips, Karo tried to swallow everything but I just kept shooting and the warm semen fell onto her perineum, onto her chest, reaching her tits and bra
I collapsed back, excited, breathing hard, sweating, while she, like a hot slut cat, cleaned her whole skin with her tongue, even provocatively undressing her breasts and caressing her nipples with her own tongue, still drunk in my juices
We kept going making it until it was very late, we had some improvised sandwiches for dinner and she took me back to the hotel
Monday at work wouldn't be just another Monday, in our free time everyone would share their weekend experiences, except for me, Karo was once again the timid girl that everyone knew, only a wide scarf around her neck stood out from the ordinary
On some escape, away from curious eyes, she showed me the violet marks that my belt had caused her, I swallowed saliva, closed my eyes, we hadn't been able to avoid it, enough of madness we said
But that same afternoon she would visit me at the hotel and get into my room
At the end of the story, the new production line was already in operation, in full production and maximum speed, our escapade had been a complete success and we were embarking on the return to Argentina never to return to Costa Rica again, at least that was the official story
Karo and I sealed our lips with a pact of silence, we lived each day as if it were the last, because we knew that there would really be a last day in our relationship and we passed from the paradise of work to the hell of intimacy, like crazy people, like fools, like bohemians
There were no words, no complaints, no impossible demands, just loving each other like primitive animals, like never before with any woman, like never again
I drank from her the sap of her youth, she stole the best of my lived years, I proposed staying in touch, she preferred to forget and keep the best of the moment
Today I don't know what happened to her life, sometimes Alejandro, my Costa Rican friend, would remind me that she had ended her days at the company, had received a prize and had let out her wings for a better future. I lost contact, time passed, I don't know what you think of me, but I'd like you to know that I remember her every night, the best of my days in Costa Rica
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