No dejes de pasar por mi mejor post
http://www.poringa.net/posts/imagenes/4084661/Mi-amada-esposa.html
No te vas a arrepentir
BESAME CORNUDO
Siempre fui una chica de clase media alta, familia acomodada, mi familia tenía campos en el norte del país y si bien, rara vez fui por esos lados, todos esos negocios siempre nos dieron un excelente pasar económico.
Así fue que naturalmente siempre estuve rodeada de personalidades de 'bolsillos llenos'
Tuve novios, cortas convivencias, amores pasajeros, amores perdidos que dolieron, amores que yo preferí dejarlos de lado, pero nunca había encontrado al verdadero hombre de mi vida.
Eso pareció suceder cuando estaba llegando a mis treinta años, había asistido a una fiesta vip y en un cruce de miradas conocí al que en breve se transformaría en mi marido.
Joel Yanukovich era un chico carilindo y simpático, fue flechazo mutuo. Su familia andaba en el negocio de bienes raíces, su padre era parte de una sociedad que se dedicaba a comprar casas para demoler, aprovechaban el terreno y levantaban importantes edificios para luego vender los apartamentos, un negocio redondo.
Joel era parte un poco de todo ese mundo, pero él había diversificado en distintas inversiones, como buen judío podía oler el dinero, y con dinero en mano solo hacía más dinero.
Valoré mucho de él que convenciera a su familia, fue difícil para mí puesto que yo o pertenecía a la comunidad y no era bien vista, sus padres eran muy arraigados a las tradiciones, pero mi prometido les hizo entender que el mundo había cambiado.
A pesar de todo, hicimos doble ceremonia religiosa, una cristiana, una judía, así todos vivimos en paz.
No puedo negar que en esos primeros años fui feliz junto a mi marido, no podía quejarme, me daba todos los gustos que puedan imaginarse, ropas, viajes, placer y obvio, sexo.
Habíamos ido a vivir en uno de los más prestigiosos edificios que había construido su familia, un piso completo en las alturas, más grande de lo que puedan imaginar, más lujoso de lo que puedan pagar, incluso tenía un cuarto de juegos exclusivo. Los amplios ventanales envolvían en toda la redonda el lugar, así que podíamos disfrutar juntos de una hermosa salida del sol como así también verlo caer cada atardecer, era todo muy romántico.
En el subsuelo se encontraban las cocheras, donde nosotros guardábamos los coches, Joel tenía una camioneta y yo algo más modesto.
En la planta baja se encontraba el gym donde solía ir un rato a mantenerme en forma, y por fuera un interminable parquizado con el mejor césped de la ciudad.
En la azotea, había un enorme quincho para reuniones familiares y una preciosa piscina con reposeras y sombrillas, con un techo corredizo para cerrarla y climatizarla en días invernales.
Joel era un tanto diferente a la mayoría de los hombres que había conocido en mi vida, en general tipos celosos en mayor o menor medida, pero mi esposo era diferente, él siempre se excitaba luciéndome como su mayor conquista, con mi forma de vestir, de caminar, de insinuarme.
En algún punto me molestaba esa situación, él no me celaba ni un poco, no le molestaba que otros hombres vieran mis piernas, o mis tetas, o que se me insinuaran, o que me comieran con la mirada, no, el parecía a jugar el juego de decirles a los demás 'yo tengo lo que vos deseas'.
Y yo sabía que era una mujer llamativa, más que la media, de rostro bonito, delgada, alta, de proporciones justas, cierto, no era una perra, pero era consciente como más de uno volteaba a verme enredado en deseos.
Así fue como Alexandro Perez se cruzó en nuestras vidas. Alex, de ascendencia española era un chico carilindo, con entradas muy marcadas en su cabeza lo que anunciaba una futura calvicie, siempre vestía bien, siempre olía bien.
Un solterón un tanto mujeriego que vivía dos pisos debajo al nuestro, tipo de la noche, dueño de varios boliches de la ciudad y algunos más del entorno, tenía un sex appeal muy marcado, conversador, de carácter afable.
Solíamos cruzarnos en la azotea, en la piscina, él siempre estaba con gafas de sol oscuras, tomando algún trago, se notaba que cuidaba su cuerpo, siempre lucía un bronceado envidiable, y siempre me saludaba con una sonrisa muy peligrosa.
Yo notaba como me comía sin decirlo, y se lo hacía saber a mi esposo, pero él como siempre, le gustaba jugar con esa situación, casi que me obligaba a usar trajes de baños muy pequeños, me sentía casi desnuda, desprotegida, con mi conchita apenas tapada y mis nalgas brillando al sol.
Y sé que mi cuerpo fue el punto en común por el cual Joel y Alex comenzaron a platicar, a entablar una amistad. Joel levantaba edificaciones, Alex, necesitaba edificaciones para sus boliches de moda.
Se hizo común entonces que ellos estuvieran discutiendo negocios mientras yo nadaba de orilla a orilla, muchas veces solo veía como ellos me veían, mi cuerpo mojado, húmedo, casi desnudo, bajo el sol, me quedaba con las dudas si solo hablaban de negocios, si hablaban de mí, o si yo era parte de esos negocios.
La situación era excitante, pero yo era una mujer casada, y dejaba mis fantasías en el lugar que correspondían, solo fantasías.
A veces lo cruzaba en el gimnasio, donde Joel no iba, eso no era lo suyo, me gustaba ver sus músculos, lo hacía con disimulo, su remera transpirada, pero Alex siempre se portó como un caballero, jamás se me insinuó, y solo charlaba con esa sonrisa peligrosa.
Existía una atracción mutua, notaba como me miraba, pero era solo eso, Joel estaba de por medio en toda la historia y si bien él jugaba con este juego peligroso, los tres teníamos límites.
Las cosas se dieron para que mi esposo y nuestro amigo hicieran un negocio en común, una edificación nueva para 'Corsario', un boliche nocturno que en poco tiempo se pondría de moda.
Todo se fue armando, cosas de la vida, deseos contenidos, excitaciones perversas, palabras no dichas.
Fue en esos días, en una tarde de piscina cuando Alex nos trajo invitaciones para asistir a Corsario, algo normal y esperable, Joel le agradeció, pero declinó la idea, era pésimo para bailar y no le agradaban esas noches de fiesta, pero Axel insistió y no aceptó un 'no' como respuesta, aunque sea para conocer el lugar y tomar unos tragos, nos merecíamos eso.
Ese viernes no sería un viernes más, más por insistencia a divertirme que por convencimiento de mi marido, decidimos aprovechar el obsequio de nuestro vecino. Como solía hacer en estos casos, le di a mi esposo opciones de ropas a ponerme, sabía que a él lo excitaría que me viera provocativa. Joel escogió un conjunto de top y minifalda en un simil cuero brillante, solo elegí por mi cuenta usar unas botas de las que estaba enamorada, largas a la rodilla, con altos tacos, con un acordonado interminable por el frente.
Me acomodé mis cortos cabellos oscuros y un suave maquillaje dibujó mi rostro, me miré al espejo, me veía muy puta, la falda era demasiado corta y apenas disimulaba los ligueros que se ocultaban bajo la misma, mis pechos sin sostén se veían apenas contenidos por el top, pero qué diablos, los ojos de mi esposo brillaban al verme y yo me sentía bien si a él le gustaba lo que veía.
Llegamos pasada la una de la mañana, el lugar era impactante ciertamente, a los lados las barras de bebidas donde naturalmente fuimos con Joel, esa era su forma de divertirse y poco le importó mis deseos de bailar, es que odiaba esas cosas.
Pedimos unos tragos, pasamos un tiempo viendo el lugar, mi esposo me contaba detalles de la construcción, como habían armado una cosa y la otra, cuanto había salido, y de toda esa historia que poco me interesaba.
Fue cuando Alex llegó a nosotros
Chicos! me alegra verlos! al fin se decidieron! - dijo él mientras estrechaba la mano de mi esposo y besaba mi mejilla dejándome enredada en un exquisito perfume.
Pidió un trago, y solo empezamos a charlar como siempre lo hacíamos, en verdad hablaban entre ellos, de nuevos negocios, y yo solo lo miraba a él, con una camisa blanca, un saco sport con corbata en tonos oscuros que lo hacía ver tan varonil, diablos! me mordía los labios con deseos reprimidos.
En forma inconsciente mi cuerpo se movía al compás de la música, casi imperceptible, pero fue suficiente para que Alex lo notara
Me parece que tu mujer quiere divertirse - dijo palmeando a mi esposo
Noooo!!! soy malísimo para eso, que se olvide - respondió dándole un sorbo a su trago
Es taaaannnn aburrido - tercie yo en ese instante
Te molesta? - preguntó Alex a Joel dando a entender que me llevaría a bailar.
El dio el ok con un guiño de ojos, y ahí fuimos, a un par de metros de mi esposo, quien se quedó en la barra con un nuevo trago, empezamos a movernos al ritmo de la música, no muy lejos, no muy cerca, meneaba con discreción mis caderas y mis ojos buscaban los de Alex, pero los suyos estaban en otro sitio, su mirada desfachatada iba directo a mis pechos, adivinando que no tenía sostén, tratando de ver lo que mi top no le permitía ver, se me hacía muy erótico, y más sabiendo que mi esposo estaba ahí, observando todo lo que sucedía, a corta distancia, expectante.
Pasaron varios temas, miré discretamente las hermosas facciones de mi vecino, cuan antojable se me hacía, y me dejé comer por su mirada de hombre, me encantaba, hasta que bajaron las luces y llegó un tema lento, tranquilo, pensé en dejarlo ahí, pero él, sin importarle nada me aferró a su lado, con sus poderosas manos me tomó por la cintura y me llevó contra él, no me dejó opción a seguirle el juego.
Empezamos a movernos, y me amarró a su lado con más fuerza, sus manos descansaban en mi cintura, pero estaban peligrosamente cerca del nacimiento de mis glúteos
Alex, estás loco! - esbocé en protesta discreta - es que Joel...
Dejalo, dejalo a Joel, seguro lo está disfrutando... - respondió saliendo al cruce de mis palabras -
Mi respiración se hizo candente y pesada, el me asfixiaba en deseos contenidos, sentía su cuerpo pegado al mío y no solo eso, su sexo estaba muy duro y me lo hacía notar contra mi vientre
Joel es un tonto - disparó - si yo tuviera una mujer como vos...
Dejó esas palabras flotando en el aire, mi marido seguía disfrutando a corta distancia de verme en brazos de otro hombre y yo ya no podía más con todo este juego.
Por suerte la música volvió a ponerse movida y se vio obligado a soltarme, volvimos a la barra, mi esposo me invitó a un trago, tenía la boca tan seca como mi conchita mojada, ellos volvieron a sus pláticas, y así siguió la noche.
Cuando se hizo tarde, 'casualmente' volvimos al edificio, lo lógico era que ahí nos despidiéramos, pero había en ellos una complicidad tan peligrosa como excitante, con la excusa de nuevos negocios, que por cierto nada tenían que ver a esa hora de la madrugada, terminamos en el departamento de Axel, donde todo era lujo y pulcritud.
Nos sentamos en unos amplios sillones, mi esposo y yo a un lado, él vino con una botella de vino y unas copas, y se sentó en otro, a un lado.
I needed to go pee, my bladder couldn't take it anymore, so Alex showed me the way. I sat down on the toilet and did my thing, looking at how my thong was soaked with my juices, closed my eyes and bit my lips again, felt the men talking jokingly on the other side, didn't quite hear what they were talking about but they were laughing sarcastically, looked in the mirror, adjusted myself, decided.
I went back where they were, but I didn't go with my husband, stayed standing between the two men, so they could look at me, took one of the wine glasses, gave it a sip, had all their attention, unscrewed the skirt's zipper, let it fall, they were silent.
I gave Joel a smile, but went to the couch next to Axel...
I was in control, hot, sure of myself, my husband liked to imagine me with horns, and I was going to put them on him...
In my right hand I still had the wine glass, with my left hand I went over his cock, over his pants, squeezed it hard, again and again, they were still silent, took the remaining wine and deliberately poured it over his white shirt, went over him, started riding him, left the glass and pulled his stained underwear with force, the buttons creaked and flew out of the room...
I want you to screw me... here, now, in front of my husband, let him see the slut who wants to be seen, make me do everything! I need a real man!
My words were very convincing, for the first time I felt like the mistress of the night, breathed deeply, his face was at the level of my breasts, yes, the same spot where I directed my gaze in the bar, desire was noticeable in his eyes...
Yes... they're yours - I said with hunger.
I pressed them against his face, felt his warm breath and with a little effort searched under the top for a pair of minutes of work with his mouth and my breasts were bare, my nipples showed sensitivity to his saliva, his tongue, started to moan, couldn't help it, let him do it, loved that a man would lick my breasts, it was something I knew between Porno and maternal. Looked towards where Joel was sitting, a luxury spectator, in the foreground, halfway between the pleasure of seeing myself given over and not being able to believe that I was actually doing it. And what did you want? To see another man fuck your wife? - I hurried with my words - If love... - he limited himself to saying with a marked erection between his legs - The hands of my lover remained on my waist, while he continued to suck my tits in a very yummy way, I went down to kiss him, his lips tasted like contained desire for a long time, pressed my mouth against his, then took his hands and almost forced him to go over my bare buttocks, so that he could caress them, pinch them and do what he wanted, ensuring at the same time that my husband had the best possible angle. I left Alex's lips and almost whispered in his ear Te gusta? Damn degenerate... how many times did you eat me out with your eyes? The outline of a contained smile, then I continued In the gym, by the pool, I bet you jerked off imagining having him... That game of provocation between my lover and my husband was heating me up a lot, I felt in my element, taking one to satisfy the other, infidelity excited me, but Joel's submission even more so. Alex was being held back, as if with a handbrake, probably it bothered him the presence of my husband, who was masturbating on the side. Took my lover's index and major fingers and brought them to lick in my mouth, putting them deep like a penis, filled them with saliva looking fixedly at my husband, then said loudly enough for both to hear Metélos en el culo... Alex didn't hesitate, ran the small and embalmed thong, caressed my dilated sphincter and with almost no effort put both fingers behind me, simulating a deep anal penetration, extracting a new moan from me, then he said What rich your depilated lips, and that bum throat... how many cocks Has eaten it, right?
Only smiled, I was on the edge of the abyss, needed his cock, clumsily searched for it among his clothes, God, finally found it and only sat on it to calm my woman's ardor, needed to calm the internal fire that was devouring me and only say it was grandiose, started riding him wildly, screaming, moaning, forgot about my husband, wanted cock, needed cock, his fingers continued to play with my ass, felt a simulated double penetration, everything was very hot, semi-naked, on a couch, with my neighbor, brought my hand to my clitoris, it was soaked, huge, hot, caressed myself strongly feeling his sex buried in my sex, the spasms arrived, my heart seemed to burst, my temples pounded, and I even thought of peeing on top of so much pleasure.
I let myself fall exhausted and kissed him deeply and sweetly.
Now I want you to give it to her up the ass! - said my husband who was still fulfilling his dream
Alex lifted me up in the air as if I were a feather, put me on all fours so that my ass would be facing my husband, passed his legs over my buttocks and felt him come down, entered all the way without problems, his fingers had already done their job.
He only started giving it to her up the ass very hard, entering all the way to the end, squeezing my waist with his hands and forcing me to arch my back so that my ass would be more exposed and look more appetizing than it was
Is this? Do you like seeing how I make your wife's ass? - asked the one who now had control
I loved it, got excited, liked having her Booty done and Joel watching, brought my fingers to my pussy to start masturbating again, my clitoris was too sensitive, put my fingers in my wet hole and could feel the intruder breaking me apart on the other side.
Then Axel suddenly left, made me sit down, his cock was hard, on the verge of collapse, came up to my face, started sucking it with devotion, knew I was at the limit, but only I wanted to lick him while looking at my husband's eyes, direct, perverse, it was very... like saying it.... aaahhhh!!!! that tasty! I wanted a woman slut? Well, I had achieved it.
My lover withdrew slightly and held my head firmly with one hand, while the other hand masturbated near my face, his hot juices started to jump with force, on my cheeks, nose, lips, some entered my mouth, a thick honey, precious, man's flavor.
I let him do it, I really felt full of cum in front of my husband's passivity who was looking outside himself, even though he was sitting on the couch, I felt so slutty, so pornographic at that moment, caught by a neighbor, with my ass all open, all wet and with my mouth dripping hot cum, I looked at Joel and told him what I felt in that moment.
Come... kiss me cuck...
I opened my mouth, pulled out my tongue, it was dripping, he came to my side and we merged into an eternal kiss, full of warm cum from my lover and him surrendering to the situation, our tongues crossed, our lips stuck together and I forced him to share what I had, it was very hot for me to do so, I liked that he swallowed part of Axel's juices.
We didn't talk much more at that moment, there were too many words in a dawn where everything had ended up at the point where we all knew they would end.
That crazy night would only be the tip of the iceberg, and things would change quickly, for worse...
Joel had been left amazed by the experience, far from hurting him, the horns that started to emerge on his forehead, he redoubled the bet, and started to pressure me for new experiences, he just started presenting me with friends, acquaintances, from one side, from the other, all candidates for me to choose who I would take to bed in front of his nose.
But clearly, he couldn't understand that it wasn't my interest to roll around with anyone, that I wasn't any slut and that only I was his wife. He also couldn't understand that what had happened with Alex, partly had been my selection, because that man attracted me and we had played a dangerous game.
Alex, on the other hand, had other intentions. That night he had only taken the opportunity, but taking me in front of my husband was not what he would have wanted. Without wanting to, we started playing a hidden game, glances, gestures, smiles, clandestine conversations, just details that led us back to meeting each other in bed, just him and me. We were lovers and I discovered that Alex was very good in bed, too good, and every time he told me it would be the last, I knew there would be another one because I was too weak to cut the thread that bound us.
On my part, everything was upside down. I didn't like playing the unfaithful wife, I didn't like doing dirty things behind Joel's back, but the heat between my legs was stronger than my thoughts, I loved it, even though it would mortify me in silence afterwards. Besides, Alex was like a drug, the more I tried to leave him, the more I needed him.
I realized that my foolish heart was falling in love with his lover and that Joel was slowly losing weight in my life, and I knew I couldn't get tangled up with Alex, despite all that masculinity he carried on his skin and that made me feel sick, he was a dangerous type, a night owl, a womanizer who liked them all and would never be mine alone, no matter how much he swore it, said it, I knew I would eventually be the one cheated on and leave hurt.
It was time to pack my bags, start again somewhere else, leave behind my married life, say goodbye to Joel, also break up with my lover, Alex, who walked me to the edge of the abyss, things were clear in my mind...
If you liked the story, you can write me with title BESAME cuck at dulces.placeres@live.com
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No te vas a arrepentir
BESAME CORNUDO
Siempre fui una chica de clase media alta, familia acomodada, mi familia tenía campos en el norte del país y si bien, rara vez fui por esos lados, todos esos negocios siempre nos dieron un excelente pasar económico.
Así fue que naturalmente siempre estuve rodeada de personalidades de 'bolsillos llenos'
Tuve novios, cortas convivencias, amores pasajeros, amores perdidos que dolieron, amores que yo preferí dejarlos de lado, pero nunca había encontrado al verdadero hombre de mi vida.
Eso pareció suceder cuando estaba llegando a mis treinta años, había asistido a una fiesta vip y en un cruce de miradas conocí al que en breve se transformaría en mi marido.
Joel Yanukovich era un chico carilindo y simpático, fue flechazo mutuo. Su familia andaba en el negocio de bienes raíces, su padre era parte de una sociedad que se dedicaba a comprar casas para demoler, aprovechaban el terreno y levantaban importantes edificios para luego vender los apartamentos, un negocio redondo.
Joel era parte un poco de todo ese mundo, pero él había diversificado en distintas inversiones, como buen judío podía oler el dinero, y con dinero en mano solo hacía más dinero.
Valoré mucho de él que convenciera a su familia, fue difícil para mí puesto que yo o pertenecía a la comunidad y no era bien vista, sus padres eran muy arraigados a las tradiciones, pero mi prometido les hizo entender que el mundo había cambiado.
A pesar de todo, hicimos doble ceremonia religiosa, una cristiana, una judía, así todos vivimos en paz.
No puedo negar que en esos primeros años fui feliz junto a mi marido, no podía quejarme, me daba todos los gustos que puedan imaginarse, ropas, viajes, placer y obvio, sexo.
Habíamos ido a vivir en uno de los más prestigiosos edificios que había construido su familia, un piso completo en las alturas, más grande de lo que puedan imaginar, más lujoso de lo que puedan pagar, incluso tenía un cuarto de juegos exclusivo. Los amplios ventanales envolvían en toda la redonda el lugar, así que podíamos disfrutar juntos de una hermosa salida del sol como así también verlo caer cada atardecer, era todo muy romántico.
En el subsuelo se encontraban las cocheras, donde nosotros guardábamos los coches, Joel tenía una camioneta y yo algo más modesto.
En la planta baja se encontraba el gym donde solía ir un rato a mantenerme en forma, y por fuera un interminable parquizado con el mejor césped de la ciudad.
En la azotea, había un enorme quincho para reuniones familiares y una preciosa piscina con reposeras y sombrillas, con un techo corredizo para cerrarla y climatizarla en días invernales.
Joel era un tanto diferente a la mayoría de los hombres que había conocido en mi vida, en general tipos celosos en mayor o menor medida, pero mi esposo era diferente, él siempre se excitaba luciéndome como su mayor conquista, con mi forma de vestir, de caminar, de insinuarme.
En algún punto me molestaba esa situación, él no me celaba ni un poco, no le molestaba que otros hombres vieran mis piernas, o mis tetas, o que se me insinuaran, o que me comieran con la mirada, no, el parecía a jugar el juego de decirles a los demás 'yo tengo lo que vos deseas'.
Y yo sabía que era una mujer llamativa, más que la media, de rostro bonito, delgada, alta, de proporciones justas, cierto, no era una perra, pero era consciente como más de uno volteaba a verme enredado en deseos.
Así fue como Alexandro Perez se cruzó en nuestras vidas. Alex, de ascendencia española era un chico carilindo, con entradas muy marcadas en su cabeza lo que anunciaba una futura calvicie, siempre vestía bien, siempre olía bien.
Un solterón un tanto mujeriego que vivía dos pisos debajo al nuestro, tipo de la noche, dueño de varios boliches de la ciudad y algunos más del entorno, tenía un sex appeal muy marcado, conversador, de carácter afable.
Solíamos cruzarnos en la azotea, en la piscina, él siempre estaba con gafas de sol oscuras, tomando algún trago, se notaba que cuidaba su cuerpo, siempre lucía un bronceado envidiable, y siempre me saludaba con una sonrisa muy peligrosa.
Yo notaba como me comía sin decirlo, y se lo hacía saber a mi esposo, pero él como siempre, le gustaba jugar con esa situación, casi que me obligaba a usar trajes de baños muy pequeños, me sentía casi desnuda, desprotegida, con mi conchita apenas tapada y mis nalgas brillando al sol.
Y sé que mi cuerpo fue el punto en común por el cual Joel y Alex comenzaron a platicar, a entablar una amistad. Joel levantaba edificaciones, Alex, necesitaba edificaciones para sus boliches de moda.
Se hizo común entonces que ellos estuvieran discutiendo negocios mientras yo nadaba de orilla a orilla, muchas veces solo veía como ellos me veían, mi cuerpo mojado, húmedo, casi desnudo, bajo el sol, me quedaba con las dudas si solo hablaban de negocios, si hablaban de mí, o si yo era parte de esos negocios.
La situación era excitante, pero yo era una mujer casada, y dejaba mis fantasías en el lugar que correspondían, solo fantasías.
A veces lo cruzaba en el gimnasio, donde Joel no iba, eso no era lo suyo, me gustaba ver sus músculos, lo hacía con disimulo, su remera transpirada, pero Alex siempre se portó como un caballero, jamás se me insinuó, y solo charlaba con esa sonrisa peligrosa.
Existía una atracción mutua, notaba como me miraba, pero era solo eso, Joel estaba de por medio en toda la historia y si bien él jugaba con este juego peligroso, los tres teníamos límites.
Las cosas se dieron para que mi esposo y nuestro amigo hicieran un negocio en común, una edificación nueva para 'Corsario', un boliche nocturno que en poco tiempo se pondría de moda.
Todo se fue armando, cosas de la vida, deseos contenidos, excitaciones perversas, palabras no dichas.
Fue en esos días, en una tarde de piscina cuando Alex nos trajo invitaciones para asistir a Corsario, algo normal y esperable, Joel le agradeció, pero declinó la idea, era pésimo para bailar y no le agradaban esas noches de fiesta, pero Axel insistió y no aceptó un 'no' como respuesta, aunque sea para conocer el lugar y tomar unos tragos, nos merecíamos eso.
Ese viernes no sería un viernes más, más por insistencia a divertirme que por convencimiento de mi marido, decidimos aprovechar el obsequio de nuestro vecino. Como solía hacer en estos casos, le di a mi esposo opciones de ropas a ponerme, sabía que a él lo excitaría que me viera provocativa. Joel escogió un conjunto de top y minifalda en un simil cuero brillante, solo elegí por mi cuenta usar unas botas de las que estaba enamorada, largas a la rodilla, con altos tacos, con un acordonado interminable por el frente.
Me acomodé mis cortos cabellos oscuros y un suave maquillaje dibujó mi rostro, me miré al espejo, me veía muy puta, la falda era demasiado corta y apenas disimulaba los ligueros que se ocultaban bajo la misma, mis pechos sin sostén se veían apenas contenidos por el top, pero qué diablos, los ojos de mi esposo brillaban al verme y yo me sentía bien si a él le gustaba lo que veía.
Llegamos pasada la una de la mañana, el lugar era impactante ciertamente, a los lados las barras de bebidas donde naturalmente fuimos con Joel, esa era su forma de divertirse y poco le importó mis deseos de bailar, es que odiaba esas cosas.
Pedimos unos tragos, pasamos un tiempo viendo el lugar, mi esposo me contaba detalles de la construcción, como habían armado una cosa y la otra, cuanto había salido, y de toda esa historia que poco me interesaba.
Fue cuando Alex llegó a nosotros
Chicos! me alegra verlos! al fin se decidieron! - dijo él mientras estrechaba la mano de mi esposo y besaba mi mejilla dejándome enredada en un exquisito perfume.
Pidió un trago, y solo empezamos a charlar como siempre lo hacíamos, en verdad hablaban entre ellos, de nuevos negocios, y yo solo lo miraba a él, con una camisa blanca, un saco sport con corbata en tonos oscuros que lo hacía ver tan varonil, diablos! me mordía los labios con deseos reprimidos.
En forma inconsciente mi cuerpo se movía al compás de la música, casi imperceptible, pero fue suficiente para que Alex lo notara
Me parece que tu mujer quiere divertirse - dijo palmeando a mi esposo
Noooo!!! soy malísimo para eso, que se olvide - respondió dándole un sorbo a su trago
Es taaaannnn aburrido - tercie yo en ese instante
Te molesta? - preguntó Alex a Joel dando a entender que me llevaría a bailar.
El dio el ok con un guiño de ojos, y ahí fuimos, a un par de metros de mi esposo, quien se quedó en la barra con un nuevo trago, empezamos a movernos al ritmo de la música, no muy lejos, no muy cerca, meneaba con discreción mis caderas y mis ojos buscaban los de Alex, pero los suyos estaban en otro sitio, su mirada desfachatada iba directo a mis pechos, adivinando que no tenía sostén, tratando de ver lo que mi top no le permitía ver, se me hacía muy erótico, y más sabiendo que mi esposo estaba ahí, observando todo lo que sucedía, a corta distancia, expectante.
Pasaron varios temas, miré discretamente las hermosas facciones de mi vecino, cuan antojable se me hacía, y me dejé comer por su mirada de hombre, me encantaba, hasta que bajaron las luces y llegó un tema lento, tranquilo, pensé en dejarlo ahí, pero él, sin importarle nada me aferró a su lado, con sus poderosas manos me tomó por la cintura y me llevó contra él, no me dejó opción a seguirle el juego.
Empezamos a movernos, y me amarró a su lado con más fuerza, sus manos descansaban en mi cintura, pero estaban peligrosamente cerca del nacimiento de mis glúteos
Alex, estás loco! - esbocé en protesta discreta - es que Joel...
Dejalo, dejalo a Joel, seguro lo está disfrutando... - respondió saliendo al cruce de mis palabras -
Mi respiración se hizo candente y pesada, el me asfixiaba en deseos contenidos, sentía su cuerpo pegado al mío y no solo eso, su sexo estaba muy duro y me lo hacía notar contra mi vientre
Joel es un tonto - disparó - si yo tuviera una mujer como vos...
Dejó esas palabras flotando en el aire, mi marido seguía disfrutando a corta distancia de verme en brazos de otro hombre y yo ya no podía más con todo este juego.
Por suerte la música volvió a ponerse movida y se vio obligado a soltarme, volvimos a la barra, mi esposo me invitó a un trago, tenía la boca tan seca como mi conchita mojada, ellos volvieron a sus pláticas, y así siguió la noche.
Cuando se hizo tarde, 'casualmente' volvimos al edificio, lo lógico era que ahí nos despidiéramos, pero había en ellos una complicidad tan peligrosa como excitante, con la excusa de nuevos negocios, que por cierto nada tenían que ver a esa hora de la madrugada, terminamos en el departamento de Axel, donde todo era lujo y pulcritud.
Nos sentamos en unos amplios sillones, mi esposo y yo a un lado, él vino con una botella de vino y unas copas, y se sentó en otro, a un lado.
I needed to go pee, my bladder couldn't take it anymore, so Alex showed me the way. I sat down on the toilet and did my thing, looking at how my thong was soaked with my juices, closed my eyes and bit my lips again, felt the men talking jokingly on the other side, didn't quite hear what they were talking about but they were laughing sarcastically, looked in the mirror, adjusted myself, decided.
I went back where they were, but I didn't go with my husband, stayed standing between the two men, so they could look at me, took one of the wine glasses, gave it a sip, had all their attention, unscrewed the skirt's zipper, let it fall, they were silent.
I gave Joel a smile, but went to the couch next to Axel...
I was in control, hot, sure of myself, my husband liked to imagine me with horns, and I was going to put them on him...
In my right hand I still had the wine glass, with my left hand I went over his cock, over his pants, squeezed it hard, again and again, they were still silent, took the remaining wine and deliberately poured it over his white shirt, went over him, started riding him, left the glass and pulled his stained underwear with force, the buttons creaked and flew out of the room...
I want you to screw me... here, now, in front of my husband, let him see the slut who wants to be seen, make me do everything! I need a real man!
My words were very convincing, for the first time I felt like the mistress of the night, breathed deeply, his face was at the level of my breasts, yes, the same spot where I directed my gaze in the bar, desire was noticeable in his eyes...
Yes... they're yours - I said with hunger.
I pressed them against his face, felt his warm breath and with a little effort searched under the top for a pair of minutes of work with his mouth and my breasts were bare, my nipples showed sensitivity to his saliva, his tongue, started to moan, couldn't help it, let him do it, loved that a man would lick my breasts, it was something I knew between Porno and maternal. Looked towards where Joel was sitting, a luxury spectator, in the foreground, halfway between the pleasure of seeing myself given over and not being able to believe that I was actually doing it. And what did you want? To see another man fuck your wife? - I hurried with my words - If love... - he limited himself to saying with a marked erection between his legs - The hands of my lover remained on my waist, while he continued to suck my tits in a very yummy way, I went down to kiss him, his lips tasted like contained desire for a long time, pressed my mouth against his, then took his hands and almost forced him to go over my bare buttocks, so that he could caress them, pinch them and do what he wanted, ensuring at the same time that my husband had the best possible angle. I left Alex's lips and almost whispered in his ear Te gusta? Damn degenerate... how many times did you eat me out with your eyes? The outline of a contained smile, then I continued In the gym, by the pool, I bet you jerked off imagining having him... That game of provocation between my lover and my husband was heating me up a lot, I felt in my element, taking one to satisfy the other, infidelity excited me, but Joel's submission even more so. Alex was being held back, as if with a handbrake, probably it bothered him the presence of my husband, who was masturbating on the side. Took my lover's index and major fingers and brought them to lick in my mouth, putting them deep like a penis, filled them with saliva looking fixedly at my husband, then said loudly enough for both to hear Metélos en el culo... Alex didn't hesitate, ran the small and embalmed thong, caressed my dilated sphincter and with almost no effort put both fingers behind me, simulating a deep anal penetration, extracting a new moan from me, then he said What rich your depilated lips, and that bum throat... how many cocks Has eaten it, right?
Only smiled, I was on the edge of the abyss, needed his cock, clumsily searched for it among his clothes, God, finally found it and only sat on it to calm my woman's ardor, needed to calm the internal fire that was devouring me and only say it was grandiose, started riding him wildly, screaming, moaning, forgot about my husband, wanted cock, needed cock, his fingers continued to play with my ass, felt a simulated double penetration, everything was very hot, semi-naked, on a couch, with my neighbor, brought my hand to my clitoris, it was soaked, huge, hot, caressed myself strongly feeling his sex buried in my sex, the spasms arrived, my heart seemed to burst, my temples pounded, and I even thought of peeing on top of so much pleasure.
I let myself fall exhausted and kissed him deeply and sweetly.
Now I want you to give it to her up the ass! - said my husband who was still fulfilling his dream
Alex lifted me up in the air as if I were a feather, put me on all fours so that my ass would be facing my husband, passed his legs over my buttocks and felt him come down, entered all the way without problems, his fingers had already done their job.
He only started giving it to her up the ass very hard, entering all the way to the end, squeezing my waist with his hands and forcing me to arch my back so that my ass would be more exposed and look more appetizing than it was
Is this? Do you like seeing how I make your wife's ass? - asked the one who now had control
I loved it, got excited, liked having her Booty done and Joel watching, brought my fingers to my pussy to start masturbating again, my clitoris was too sensitive, put my fingers in my wet hole and could feel the intruder breaking me apart on the other side.
Then Axel suddenly left, made me sit down, his cock was hard, on the verge of collapse, came up to my face, started sucking it with devotion, knew I was at the limit, but only I wanted to lick him while looking at my husband's eyes, direct, perverse, it was very... like saying it.... aaahhhh!!!! that tasty! I wanted a woman slut? Well, I had achieved it.
My lover withdrew slightly and held my head firmly with one hand, while the other hand masturbated near my face, his hot juices started to jump with force, on my cheeks, nose, lips, some entered my mouth, a thick honey, precious, man's flavor.
I let him do it, I really felt full of cum in front of my husband's passivity who was looking outside himself, even though he was sitting on the couch, I felt so slutty, so pornographic at that moment, caught by a neighbor, with my ass all open, all wet and with my mouth dripping hot cum, I looked at Joel and told him what I felt in that moment.
Come... kiss me cuck...
I opened my mouth, pulled out my tongue, it was dripping, he came to my side and we merged into an eternal kiss, full of warm cum from my lover and him surrendering to the situation, our tongues crossed, our lips stuck together and I forced him to share what I had, it was very hot for me to do so, I liked that he swallowed part of Axel's juices.
We didn't talk much more at that moment, there were too many words in a dawn where everything had ended up at the point where we all knew they would end.
That crazy night would only be the tip of the iceberg, and things would change quickly, for worse...
Joel had been left amazed by the experience, far from hurting him, the horns that started to emerge on his forehead, he redoubled the bet, and started to pressure me for new experiences, he just started presenting me with friends, acquaintances, from one side, from the other, all candidates for me to choose who I would take to bed in front of his nose.
But clearly, he couldn't understand that it wasn't my interest to roll around with anyone, that I wasn't any slut and that only I was his wife. He also couldn't understand that what had happened with Alex, partly had been my selection, because that man attracted me and we had played a dangerous game.
Alex, on the other hand, had other intentions. That night he had only taken the opportunity, but taking me in front of my husband was not what he would have wanted. Without wanting to, we started playing a hidden game, glances, gestures, smiles, clandestine conversations, just details that led us back to meeting each other in bed, just him and me. We were lovers and I discovered that Alex was very good in bed, too good, and every time he told me it would be the last, I knew there would be another one because I was too weak to cut the thread that bound us.
On my part, everything was upside down. I didn't like playing the unfaithful wife, I didn't like doing dirty things behind Joel's back, but the heat between my legs was stronger than my thoughts, I loved it, even though it would mortify me in silence afterwards. Besides, Alex was like a drug, the more I tried to leave him, the more I needed him.
I realized that my foolish heart was falling in love with his lover and that Joel was slowly losing weight in my life, and I knew I couldn't get tangled up with Alex, despite all that masculinity he carried on his skin and that made me feel sick, he was a dangerous type, a night owl, a womanizer who liked them all and would never be mine alone, no matter how much he swore it, said it, I knew I would eventually be the one cheated on and leave hurt.
It was time to pack my bags, start again somewhere else, leave behind my married life, say goodbye to Joel, also break up with my lover, Alex, who walked me to the edge of the abyss, things were clear in my mind...
If you liked the story, you can write me with title BESAME cuck at dulces.placeres@live.com
1 comentários - Besame cornudo