Here is the continuation of the translation:
...y se la guardó en un bolsillo del delantal. Lucía salió de la casa y se dirigió a su coche, que estaba estacionado en el camino de acceso. Al llegar al vehículo, se sentó en el asiento conductor y comenzó a reflexionar sobre lo que había pasado aquella noche.
Era una experiencia única, pensaba Lucía, y no sabía si podría repetirse alguna vez. Pero lo cierto era que había disfrutado mucho de la compañía de Lucrecia y Pedro, y que se sentía muy agradecida por el trío que habían compartido.
Mientras conducía hacia su casa, Lucía no podía evitar pensar en la criada y en el placer que le había proporcionado. Era una mujer hermosa y sensual, con un cuerpo atlético y una sonrisa encantadora.
Lucía se detuvo en un semáforo y comenzó a reflexionar sobre su relación con Lucrecia. ¿Era posible que la criada sintiera algo más que amistad por ella? Lucía no lo sabía, pero estaba dispuesta a explorar el sentimiento y ver dónde podría llevar.
Al llegar a su casa, Lucía se quitó las gafas de sol y se dirigió al baño para ducharse. Mientras se lavaba, pensaba en Lucrecia y en la noche que habían pasado juntas.
Era una experiencia que no olvidaría nunca, pensaba Lucía, y que probablemente repitiera algún día. Pero por ahora, estaba contenta de haber disfrutado del trío y de la compañía de su amiga criada.
Y con eso, Lucía se fue a dormir, con un corazón lleno de placer y una mente llena de pensamientos sobre Lucrecia y el trío que habían compartido.
...y se la guardó en un bolsillo del delantal. Lucía salió de la casa y se dirigió a su coche, que estaba estacionado en el camino de acceso. Al llegar al vehículo, se sentó en el asiento conductor y comenzó a reflexionar sobre lo que había pasado aquella noche.
Era una experiencia única, pensaba Lucía, y no sabía si podría repetirse alguna vez. Pero lo cierto era que había disfrutado mucho de la compañía de Lucrecia y Pedro, y que se sentía muy agradecida por el trío que habían compartido.
Mientras conducía hacia su casa, Lucía no podía evitar pensar en la criada y en el placer que le había proporcionado. Era una mujer hermosa y sensual, con un cuerpo atlético y una sonrisa encantadora.
Lucía se detuvo en un semáforo y comenzó a reflexionar sobre su relación con Lucrecia. ¿Era posible que la criada sintiera algo más que amistad por ella? Lucía no lo sabía, pero estaba dispuesta a explorar el sentimiento y ver dónde podría llevar.
Al llegar a su casa, Lucía se quitó las gafas de sol y se dirigió al baño para ducharse. Mientras se lavaba, pensaba en Lucrecia y en la noche que habían pasado juntas.
Era una experiencia que no olvidaría nunca, pensaba Lucía, y que probablemente repitiera algún día. Pero por ahora, estaba contenta de haber disfrutado del trío y de la compañía de su amiga criada.
Y con eso, Lucía se fue a dormir, con un corazón lleno de placer y una mente llena de pensamientos sobre Lucrecia y el trío que habían compartido.