Te quedaste sin trabajo, por lo que tu esposa pensó en hablar con su jefe.



No tenían la mejor relación laboral. En realidad, no se soportaban, pero tu esposa creyó que no había otra opción que hablar con él.


Fue directo al grano: quería un aumento. Su jefe no se lo tomó bien, tu esposa cometía muchos errores. Llegaba tarde, era más probable que fuera despedida a que recibiera un aumento.


Pero su jefe era razonable. Pensó que podían llegar a un acuerdo.


Al recibir el primer beso, tu esposa quedó paralizada. Odiaba a su jefe, pero que se hubiera atrevido a eso, despertó algo en ella.


Apenas se dio cuenta cuando él comenzó a desvestirla. Sintió una descarga eléctrica por todo su cuerpo cuando él tocó por primera vez uno de sus pechos.


Ya no podía pensar en ti, ni siquiera en el aumento que tanto deseaba. Mientras lo ayudaba a desvestirse, tu esposa supo cuál era su lugar.


Llevó la verga de su jefe a su boca y al sentir una mano en su cabeza, supo que no iba a ser una experiencia relajante. Ella estaba para obedecer.


"Usa tu saliva para que te entre mejor, zorra" le ordenó su jefe y ella obedeció de inmediato. Jamás se había sentido tan sumisa en su vida.


Ella respondió "sí" y volvió a comerse ese falo, pero eso solo hizo enojar a su jefe. "¿Sí qué, puta?"


"Sí, amo. Voy a dejarla muy lubricada".

"Así está mejor. Pero voy a tener que usar tu boca, te faltó un poco" respondió su jefe mientras follaba la boquita de tu mujer.


En esa posición, tu esposa pensó en cuánto tiempo desperdició. Ojalá hubiera hablado antes con él.


Con las tetas al aire, después de haber tenido una verga en la boca, tu esposa ya no se resistía en lo absoluto. Pero cuando él frotó su vagina por primera vez, ella gimió como nunca la has visto.


Desesperada, se subió al escritorio y abrió las piernas.


No hubo necesidad de lubricarla más. A pesar de lo apretada que estaba, él entró con facilidad.


"Solo hay una forma de follar las putas como tú" dijo su jefe al tomar a tu esposa por el cuello.


"Aunque tu rostro es muy bonito para abofetearlo. No quiero que tu marido se preocupe. ¿Qué te parece si mejor golpeo tus tetas de zorra infiel?"


"Sí, amo. Como usted ordene. Puede usarme como guste" respondió tu esposa totalmente en su papel.


"Como yo guste, eh. Entonces también voy a usar este agujero" dijo su jefe y ella gimió de gusto y dolor.



"Ahhh... Es mi primera vez por ahí".
"Y mira cómo te chorreas, puta. Seguro tu marido cornudo jamás te había hecho gozar así".


No hubo necesidad de firmar un contrato nuevo. Tu esposa recibiendo verga por el culo era más que suficiente para cerrar el trato. Mañana, tu esposa llegaría a la oficina de tu jefe a ocupar su nuevo puesto.





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